Raza, inteligencia y criminalidad
Resumen
El conocimiento de la variabilidad genética en poblaciones humanas es central en los
estudios evolutivos y ésta ha sido utilizada como criterio biológico de clasificación. El
concepto de raza, en sus orígenes relacionado a la continuidad del linaje desde una perspectiva
sociocultural, se incorpora al ámbito biológico en el siglo XVIII, sin desligarse de
prejuicios e intereses. Las investigaciones biológicas modernas han confirmado que la
unidad de la especie humana es más profunda de lo que permiten pensar, a primera vista, las
diferencias aparentes tanto socioculturales como morfológicas y biológicas. En la búsqueda
interminable por encontrar diferencias entre grupos, se intenta otorgar a la inteligencia y
a la criminalidad una base puramente genética, por ende determinista y con una correspondencia
unívoca a categorías definidas a priori, desconociendo o minimizando el rol fundamental
del ambiente. A la vista de las tres cuestiones consideradas, es necesario reflexionar
desde la ciencia sobre su propia incidencia en la justificación y/o configuración de estructuras
que se presentan como naturales y en realidad son un producto no necesario de la
actividad del hombre, sobre todo cuando se antepone la conclusión a la premisa.