El sentido político de las intervenciones federales en el tercer gobierno peronista: desplazar" a los "infiltrados" y "depurar" al peronismo
Resumen
Entre 1973 y 1974 el gobierno central dispuso la intervención
a cinco provincias argentinas. Apelando al artículo 6° de , y
argumentando la necesidad de garantizar las formas republicanas
de gobierno, las intervenciones federales del tercer gobierno
peronista fueron uno de los instrumentos legales utilizados para
dirimir la contienda intraperonista y liquidar, de esta forma,
bastiones de poder del peronismo revolucionario.
En la mayor parte de los casos, el inicio de los conflictos
estuvo asociado a las pujas internas del partido gobernante, el
peronismo, y a la distribución de los cargos entre los diferentes
sectores que conformaban el oficialismo. Esta situación tendió a
agravarse después de la elección de Perón como Presidente de ,
hecho que marcó el comienzo de una ola ofensiva tendiente a
desplazar a los sectores ligados o apoyados por la izquierda
peronista, a fin de reemplazarlos por los grupos más ortodoxos y
verticalistas: Antenor Gauna en Formosa (noviembre de 1973);
Ricardo Obregón Cano en Córdoba (febrero de 1974); Alberto
Martínez Baca en Mendoza (agosto de 1974); Jorge Cepernic en
Santa Cruz (octubre de 1974) y Miguel Ragone en Salta
(noviembre de 1974).
En las cinco provincias intervenidas, los gobernadores fueron
impugnados, acusados de permitir infiltrados en su gobierno. La
acusación provenía de las mismas filas del partido gobernante.
Primó, por cierto, la lucha entre los sectores peronistas por el
control de los espacios de poder, entendiéndose por esto, la lucha
por el control del Estado, entre la izquierda revolucionaria y la
derecha política sindical.