Enfriamiento pasivo en contacto con la tierra
Resumen
El enfriamiento pasivo en contacto con la tierra es una de las posibles estrategias para "promover pérdidas" o "enfriar" con el fin de lograr el acondicionamiento pasivo en período estival.
Sin embargo, mucho se ha planteado sobre las ventajas de cada estrategia, pero poco se ha avanzado sobre la definición de las características particulares de la tierra en los distintos climas.
Para clarificar este problema, se ha estudiado la transmisión de calor en la tierra en función de variables tales como: conductividad térmica, humedad relativa, temperatura, densidad, las cuales afectan directamente a la difusividad y a la velocidad de propagación de la onda de calor.
La determinación del tipo de suelo en la microrregión templado-húmeda, como suelos de pradera, con la definición de sus elementos constitutivos, es la primera instancia a tener en cuenta para luego verificar la incidencia relativa de todas las variables mencionadas con el objeto de evaluar su comportamiento térmico.
Al clarificar las variables, se visualiza que la temperatura del suelo depende: de si éste está congelado o no. A mayores incrementos de humedad, mayores valores de conductividad térmica. La densidad seca también afecta la conductividad de los suelos; por cada 16 Kg/m3, la misma variará en un 3%. La definición de estos valores, en forma estimativa, permite manejar a la tierra como masa térmica con gran retardo, preferentemente en base diaria y periódica.
Además, se han realizado mediciones a distintas profundidades de la tierra de la microrregión. Todo ello, permite avanzar en estudios posteriores, para la posible utilización de la tierra como "poza de calor", quizás únicamente por medio de tubos enterrados o intercambiadores tierra-aire.