Parideras porcinas con aprovechamiento solar
Resumen
En la zona del Sur de la Provincia de Santa Fe muchos campos se han destinados exclusivamente a la agricultura, sin dedicarlos alternadamente a la ganadería, como se hacía hasta hace unas décadas.
La rotación con ganadería ha servido para renovar en forma natural la fertilidad del suelo, sin necesidad de recurrir a fertilizantes. Debe mencionarse que la aplicación de fertilizantes no se dio en la Argentina por no justificarse económicamente. Los programas actuales de incentivación de la aplicación de fertilizantes, se basan en el uso de insumos provenientes de fuentes no renovables o con materias primas importadas.
Por otra parte, sin llegar a tratarse de minifundios, un gran número de unidades de explotación agrícolas no llegan a constituir una unidad económica, lo que conspira con las posibilidades de acceder a las tecnologías requeridas para la aplicación de fertilizantes.
Por la misma razón, dichas unidades no poseen las características adecuadas para destinar parte o toda la unidad a la producción de ganado vacuno, método tradicional de renovación de campos en la zona.
Por todo lo anterior, surge como tema de interés el analizar la posibilidad de renovar la fertilización mediante la rotación entre agricultura y producción porcina. En comparación con la ganadería vacuna, la porcina es más intensiva: se trabaja con mayores cargas de animales por hectárea, siendo también mayor la demanda de mano de obra.
Dado que se obtiene una mayor producción de carne, y se da la posibilidad de programar mejor la salida al mercado de la misma, esta explotación es particularmente apta para las unidades de poca extensión.
La carencia de una tecnificación adecuada en la cría de porcinos en las pequeñas explotaciones es un factor limitante para el aumento de la calidad y cantidad de la producción. Efectivamente, mientras los grandes productores son capaces de sostener una estructura tecnológica adecuada, en las pequeñas parcelas la cría porcina se efectúa generalmente bajo escasos controles, y sólo como una actividad menor.
Para revertir este proceso, la Universidad Nacional de Rosario comenzó un programa de investigación sobre producción porcina en la región. Parte de este panorama está dedicado al incremento de las crías de lechones en el período invernal. En la actualidad, se suele colocar a las madres y a las crías en parideras de campo, que son simples abrigos precarios. Al estar expuestas a temperaturas ambientes bajas, las crías, que son muy sensibles a enfermedades (pulmonía, bronquitis, etc.) tienen una alta tasa de mortandad. Otro dato de interés es que, al arrimarse las crías a la madre en busca de calor, aquellas mueren por aplastamiento.
Mientras, a nivel internacional, la tasa de mortalidad usual es del 20% como mínimo (1), en la Argentina suele ser de un 50%.