RESEÑA

Porcaro, Tania; Salizzi, Esteban; Martirén, Juan Luis, y Lanteri, Sol, eds. Fronteras: Aportes para la consolidación de un campo de estudio. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: TeseoPress Design, 2022.

De Juan Tomás Limache Vargas

 

tomasjlv97@gmail.com, Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta, Avenida Bolivia 5150, Salta (República Argentina)

 

En los últimos años se consolidó “Las Fronteras” como un campo de estudio, especialmente en América Latina, gracias a diferentes aportes de académicos y la organización de eventos científicos para compartir los avances realizados. Este aporte es fruto del encuentro anual que realiza el Grupo de Estudios sobre Fronteras y Regiones (GEFRE), desde el 2016 este grupo viene impulsando los debates en torno a los estudios de fronteras. A partir del 2022 también contamos con la Asociación Latinoamericana y Caribeña de Estudios de Frontera, que reúne a 10 organizaciones y algunas revistas dedicadas a este campo de estudio. El encuentro estuvo atravesado por la pandemia COVID-19, fue pensada para el año 2020, en una edición especial por tratarse del 5° aniversario de los encuentros. Sin embargo, no se realizó hasta el año 2021 en modalidad virtual.

La cita para aquel día encontró diversidad en los autores, ya que venían de distintas disciplinas, grupos e instituciones. Todos reflexionan sobre puntos de contacto entre sus investigaciones y los estudios de fronteras. No se limitaron solo a pensarlo, lo llevaron a la práctica, identificando problemas sociales y dando una respuesta a ellos.

Ahora bien, el hilo conductor que guiará la obra y le dará cohesión va a ser el reconocimiento, con fines analíticos, de tres tipos de fronteras, la interétnica, la productiva y la urbana/rururbana. En la organización de los capítulos, en los tres primeros analizan las fronteras interétnicas, los siguientes cuatro capítulos reflexionan sobre fronteras económicas y productivas. Los últimos tres capítulos hacen un análisis teórico y conceptual sobre lo rural/urbano

En el caso argentino, los estudios de fronteras tuvieron un escaso desarrollo en la historiografía a comienzos del siglo XX. Los primeros debates en 1960 ponen en consideración la tesis turneriana desde tópicos como la ocupación del suelo, el

poblamiento y la producción rural. En 1980 con el contexto de la vuelta a la democracia y la renovación de campos disciplinares afines, empieza un gran interés por la revitalización de los estudios de fronteras. Con la vuelta a la democracia se adoptaron enfoques pluralistas que dejaron de lado las posturas esencialistas

Se utiliza la categoría “Frontera” para entrecruzarse con los estereotipos que históricamente han perseguido la Historia y la Geografía. También se considera y se evidencia un fértil cruce temático entre Estudios de Fronteras y Estudios Rurales, a pesar que no se explicite en la obra este punto de contacto.

Las fronteras interétnicas son planteadas como espacios dinámicos, multiculturales y de compleja interacción, con la incidencia de distintos agentes e instituciones. El desarrollo de esta área temática se encuentra en los primeros tres capítulos.

Ingrid de Jong, en el primer capítulo, parte desde la concepción de frontera como construcciones sociales fundantes y retroalimentadoras de las relaciones y grupos que supuestamente separa. Incluso reconoce la dimensión siu géneris de los espacios de frontera, allí tuvieron lugar interacciones materiales y simbólicas, donde surgieron nuevos códigos e instituciones que en la larga duración permitieron articular lógicas y proyectos de sociedades políticamente independientes.

La autora realiza un aporte a los estudios que apuntan a comprender los modos en que las poblaciones indígenas independientes de las Pampas y la Patagonia construyeron y practicaron la territorialidad. Para ello, recupera los aportes de la Arqueología y la Etnohistoria al conocimiento de las territorialidades indígena, destaca las contribuciones recientes y propone la noción de territorios abiertos para analizar la territorialidad indígena, fundada sobre fuentes de viajeros y de factura indigena.

El territorio pasó a concebirse entonces como resultado de las prácticas de territorialidad que lo constituye, estos trabajos avanzaron sobre las formas de construcción del territorio en la región, caracterizando la movilidad y el uso del espacio desde el poblamiento humano temprano hasta momentos cercanos a la presencia hispana. Evidencia de circuitos de intercambio permiten afirmar la existencia de un corredor bioceánico norpatagónico que involucra a los grupos de la Pampa occidental con los de ambas vertientes de la región sur andina

 

Ahora bien, se propone denominar territorios abiertos al modo de gestión territorial del caso salinero, que tuvo lugar en el marco de eslabonamiento regional en las Pampas y Norpatagonia durante las décadas centrales del siglo XIX. El control territorial se expresaba en obligaciones y protocolos entre anfitrión y el visitante. La afirmación territorial se canaliza en actos que legitimaban el dominio local, esto resultaba en la apertura e incorporación de los otros.

En el capítulo dos se hace un análisis de la frontera sur/ frontera del bio bio/ frontera de la Araucanía, tomando como punto de partida la frontera militar propuesto en los primeros años y la intervención e influencia que tuvo la administración colonial en este espacio. La autora se propone a ofrecer una síntesis sobre la configuración del campo de estudio de fronteras en la región, para ello se apoya en los aportes brindados por la Historia, la Antropología, la Arqueología y la Etnohistoria.

La idea de una Frontera Sur es una construcción teórica que se sostiene sobre la noción de totalidad propuesta por Martha Bechis y junto a ella los conceptos de conflicto interétnico, violencia y proceso de construcción de los estados nacionales. La gran frontera sería concebida como una estructura social que se caracteriza por conjugar la historia indigena, la de criollos o subalternos, y el proceso de organización nacional.

El tercer capítulo tiene como objetivo ofrecer una mirada sintética sobre la Arqueología de fronteras interétnicas pampeano-patagónicas, viendo como fueron interpeladas por los debates de frontera. Se realiza un recorrido por los proyectos de investigación en áreas de fronteras. También, se aborda las cuestiones teóricas y conceptuales, teniendo como contexto la renovación historiográfica de los años 80´- 90´ se cuestionó la tesis turneriana y se arribó a una perspectiva de frontera como un espacio flexible y permeable. Por último, se marca la importancia de la territorialidad y territorio son conceptos complejos que denotan relaciones sociales influenciadas por las dimensiones espaciales y temporales como también las tradiciones culturales específicas. Se marca la necesidad de indagar los modos de concebir, demarcar, usar, explorar y vincularse, con el ambiente y sus recursos.

Metodológicamente la primera sección apunta a estudios de caso etnohistórico y arqueológico, con importantes fuentes que destacan la compleja interacción inter-indigena y nativa-estatales en la pampa y Patagonia y una propuesta más amplia para la Gran frontera Sur. Estas contribuciones llaman la atención sobre el papel de relaciones de movilidad y reciprocidad, mostrando la frontera como porosa y negociada. Se subraya la importancia de una perspectiva histórica con múltiples escalas, capaz de dar cuenta de la interacción con procesos globales como la expansión capitalista y la conformación nacional.

En la segunda sección, en el capítulo cuatro se busca reflexionar sobre las formas de abordaje y construcción teórico-metodológica de las fronteras. El autor pretende discutir cómo mirar las fronteras productivas, en el contexto de avance del capital. También, busca abordar un caso en que las fronteras entran en tensión y se mantienen distintas lógicas y sentidos, se analiza el puesto rural Jahuel de Rosas, como se expresa la expansión de la frontera productiva-simbólica, su proceso de territorialización y las disputas por el acceso a los recursos en los últimos veinte años, cuando emergió y se desarrolló el conflicto.

En el capítulo cinco, se aportan reflexiones teóricas acerca de las complejas relaciones que el concepto frontera guarda con otras categorías como el extractivismo. Los nexos entre ambas categorías serán ilustrados a través de referencias tangenciales a sectores extractivos de la Argentina actual, como la minería, la pesca, la agricultura y los hidrocarburos. Es evidente que el extractivismo argentino encierra múltiples fronteras que se articulan a través de un proceso de acumulación por desposesión, así esta frontera se convierte en un mosaico de categorías que abarcan la dimensión epistemológica, tecnológica, natural, territorial y política de la problemática.

En el sexto capítulo, el autor pretende poner en discusión un análisis situado en la provincia de Córdoba a nivel departamental. Se realiza un análisis de la evolución del cultivo de cereales y oleaginosas y de la división territorial del trabajo de las empresas vinculadas a la transformación de granos y a la provisión de agro insumos, especialmente en las zonas de expansión del modelo de agronegocios. Se aborda también el estudio de las modificaciones en lo que a unidades de explotación económica del suelo se refiere y la conversión de la tierra como un activo financiero. Se analiza la emergencia de conflictos por la tierra como un hecho que permite reconocer a las áreas de fronteras económicas como áreas caracterizadas por diversas territorialidades superpuestas.

En el séptimo capítulo, el autor busca discutir algunos fenómenos asociados a los procesos de expansión de la frontera agraria, particularmente en su relación con los movimientos de absorción y repulsión de población. El autor utiliza como problematización del análisis la siguiente pregunta: ¿qué vinculación tienen las diferentes formas de expansión de la frontera en el campo con ciertos fenómenos ligados a los procesos de movimiento de la población?

En esta sección se analiza la expansión territorial del capital trazando fronteras productivas en el sector agroindustrial y sus conexiones. Se combinan los datos cualitativos y cuantitativos con perspectivas de múltiples escalas, aplicando una mirada renovada de frontera. Entre las fuentes utilizadas se pueden ver entrevistas, datos censales, mapas catastrales, leyes que se encuentran en la AGN, datos de la IGN (instituto geográfico nacional) y estimaciones agrícolas (MAGYP), entre otras

Los últimos capítulos se acercan a las fronteras rural-urbanas, más específicamente las del área metropolitana de Buenos Aires. Acá, la frontera emerge como híbrida y dicotómica, captada en categorías como «rururbana», «periurbana» o «tercer territorio». Una hibridez no estrictamente espacial pero que nace de dinámicas sociales. Producto de y produciendo contradicciones entre su carácter marginal y segregado y su potencial de reimaginar y reapropiarse fronteras, esa hibridez queda aún fuera de lógica preestablecida.

Esta contribución es una investigación muy importante, debido a que contribuye a la consolidación de un campo de estudio de fronteras como un campo interdisciplinario, dinámico e innovador. Combinando estudios de caso empíricos con teorizaciones profundas, los diferentes capítulos contribuyen a la deslegitimación de anacronismos y reduccionismos que muchas veces siguen caracterizando los discursos académicos y de la sociedad en torno a las fronteras, y fomentando una historización del concepto.

Al mismo tiempo crea una red de investigadores que confluyen en eventos científicos. En estas nuevas perspectivas sobre frontera aún quedan muchas reflexiones que hacer, resultando en aportes muy valorados. El libro escapa a la lógica de la lectura por capítulos y nos invita a leer por secciones temáticas de tres o cuatro capítulos.

Es un aporte riguroso en sus métodos y su entrecruzamiento conceptual- historiográfico, nutridos con reflexiones y casos situados, nos llevan a comprender nuevas realidades en las fronteras.

A pesar que el libro aborda las grandes fronteras argentinas, es una lástima que no incluya alguna sección sobre el Gran Chaco en el norte del país.