Miradas alternativas al discurso de
la colonialidad en dos museos de la ciudad de Salta, Argentina
(Alternative approaches to the discourse of coloniality in
two museums in the Salta city)
Sandra
Inés Rodríguez Echazú y
Teresita del Milagro Gutiérrez
Museo de antropología
de Salta, Ejército del Norte y Ricardo Solá s/n,
saninroe@gmail.com
Museo
histórico del Norte, Caseros 549, teresaltadelmilagro@gmail.com
RECIBIDO: abril de 2021 APROBADO: octubre de 2021
Resumen: Nos interesa participar haciendo un
análisis crítico y reflexivo sobre el
rol o papel de los museos como instituciones estatales en el proceso de
construcción de identidades, considerando que en los países que vivimos replicaron imaginarios culturales europeos,
traspolando representaciones
eurocéntricas a estas tierras latinoamericanas plasmadas en museografías instaladas
en museos de historia y antropología de nuestra provincia, naturalizadas en
estas instituciones culturales formadoras de ciudadanía. Como trabajadoras de
museos nos proponemos en el trabajo hacer una auto-reflexión del guión
museológico y museográfico de dos museos, símbolos de la colonialidad. Sin
duda, un desafío para la historia, antropología, educación y museología.
Palabras claves: Museos;
Colecciones; Discurso, Colonialidad.
Abstract:
We areinterested in
participating in a critical and reflectiveanalysis of the role of museumssuch
as stateinstitutions in theprocess of identityconstruction, consideringtaht in
thecountrieswe living, theyreplicatedEuropean cultural imaginaries,
tranportingEurocentricrepresentations to theseLatin American landsemboided in
museographiesinstallaed in historyanantropologymuseums of ourprovince, naturalizedin
these cultural institutionsthatfromcitizienship. As museumworkers, wepropose in
thisintervention, to make a self – reflection of themuseologícal and
museographic script of twomuseums, simbols of coloniality.Undoubtededly a
challengeforhistory, anthropology and museology.
Keywords: Museums;Collections;
Speeches; Coloniality.
Introducción
Nos convoca hacer
este trabajo la posibilidad de dialogar y reflexionar acerca de los museos que
habitamos en la ciudad de Salta, como profesionales de la museología, acerca
del rol que jugaron y juegan como instituciones estatales en el proceso de
construcción de identidades, instituciones culturales formadoras de ciudadanía,
enfocándonos para el análisis en el guion museológico/museografía de dos
museos, uno histórico y otro antropológico.
Las instituciones
que tratamos Complejo Museo Histórico del Norte y el Museo de Antropología
nacieron en distintos momentos históricos y poseen distintas envergaduras, ubicados
en la ciudad de Salta Argentina. El primero es un complejo museístico queestá
conformado por tres museos nacionales, emplazados en sendos edificios
declarados Monumentos Históricos Nacionales, entre 1937 y 1951: Cabildo
Histórico, Casa del Presidente José Evaristo Uriburu y Posta de Yatasto (en el
interior de la provincia de Salta) con administración de una Dirección,
dependiente de la Dirección Nacional de Museos, de pertenencia al Ministerio de
Cultura de la Nación.
El segundo es elMuseo
de Antropología “Dr. Juan Martín Leguizamón “quefue inaugurado el 21 de abril
de 1975 como Museo Arqueológico de Salta y en 1984 se agrega el área de
Antropología Social, coincidiendo con la reapertura democrática y la necesidad
de incorporación de antropólogos egresados de la carrera de antropología de la
Universidad Nacional de Salta, carrera también reabierta en democracia. Posee
administración de la Secretaria de Cultura, dependiente del Ministerio de
Educación de la provincia de Salta.
Sus emplazamientos
son significativos al igual que los edificios que ocupan, especialmente el
Cabildo construido en el siglo XVIII para sede del gobierno colonial hasta 1810
y luego del gobierno provincial hasta 1889. Como las otras instituciones
coloniales se ubica en el micro-centro histórico, frente a la plaza principal.
En tanto, el Museo de Antropología de Salta se encuentra al pie del Cerro San
Bernardo, detrás del Monumento a Güemes, de la Cruz Eucarística, Club 20 de
febrero, etc., sitio de los sectores de elite/dirigentes de la provincia.
Entre los objetivos
de ambas instituciones se encuentra la tarea educativa y como instituciones que
custodian el pasado material y simbólico del país son formadoras de ciudadanía
e identidad.
En el marco de la
conformación de los Estados Nación Argentino mantienen a la fecha una
perspectiva marcadamente colonial basada en un eurocentrismo heredado de la
conquista.
El panorama
museológico de la región Noroeste Argentino (NOA) muestra, a través de la guía
de museos de la Argentina[1]
que, en la provincia de Jujuy hay un
predominio de museos arqueológicos, doce
(12) e históricos, diez (10) y un
porcentaje menor de carácter religioso. En la provincia de Salta, se presenta
un museo de antropología (1), uno de arqueología de Alta Montaña (1), seguido
de dos históricos (Museo Cabildo y Museo Güemes) y tres (3) de arte. Predominan
en la región, los museos arqueológicos e históricos.
El museo fue
concebido como institución en el viejo continente. Con la conquista se traslada
a estas tierras de la mano del coleccionismo practicado por los grupos de poder
que le dan origen y forma a través de la construcción de un relato conforme los
aportes de historiadores, intelectuales, políticos, plasmado en guiones y una
museografía excluyente respecto de una diversidad de actores sociales
protagonistas de la historia.
En las últimas
décadas y a la luz de las investigaciones históricas y antropológicas y el
reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios en la legislación
nacional y provincial (1994), la mirada de la museología social, dichos aportesse
orientan a analizar y reflexionar acerca de su rol de los museos y sus libretos
atados en una escritura (museografía) en torno a las colecciones y sus donantes
compartidos con generaciones y públicos como vehículos de identidad y por lo
tanto de una sola mirada sobre los mismos testimonios históricos.
Relatos coloniales en torno a las colecciones en el
Cabildo Histórico
El Cabildo
Histórico presenta colecciones en su mayoría de índole histórica, de la época
colonial y fundacional de la ciudad de Salta e igualmente una importante colección
de bienes arqueológicos.
Esta institución
cuenta con dieciséis (16) salas habilitadas al público de exposición permanente
y dos (2) salas que se utilizan para exposiciones temporarias, las cuales
generalmente coinciden con fechas patrias en el calendario nacional y las
mismas contienen colecciones que fueron donadas en tiempos de su creación por
un grupo dirigente que tejieron la urdimbre y la trama de la institución; un
relato que lleva setenta y dos (72) años de ser compartido con los diversos
públicosm vigente en el cuerpo de la institución; tal como afirmara uno de los
protagonistas de la conformación del Museo Histórico del Norte, Dr. Atilio
Cornejo[2]: “La Historia no es para aquellos que nada
tienen o que nada quieren o pueden conservar.[3]
En la década de
1990, se actualizó parte del guión museográfico, por lo que elrecorrido o
itinerario del museo, desde entonces, se inicia con la sala de la colección
arqueológica en respuesta a la idea de mostrar los “Orígenes de la historia”,
representando a los primeros pobladores de la región. Son tres (3) salas
conformadas a partir de la donación de las colecciones que “recolectara” el
ingeniero Víctor Arias[4] en los Valles Calchaquíes a
principios del siglo XX; en estas se puede apreciar material arqueológico que
abarca desde los primeros cazadores y recolectores (estimados alrededor de los
6.000 años desde el presente, especialmente líticos), continuando con otras
materialidades (cerámica, piedras semipreciosas, huesos y madera) que abarcan
los períodos sedentarios, desde las Primeras Aldeas, Centros Urbanos o de
Desarrollos Regionales, periodo Incaico e inclusive objetos del período Hispano
– Indígena (siglos XVI y XVII).
Fotografías
extraídas de EDI SALTA 2021
En esta museografía
atenta a las colecciones donadas y donantes y a la disposición del edificio con
salas que se comunican la mayor parte del recorrido, se manifiesta un relato de
una “historia congelada” porque las materialidades correspondientes al llamado
materia arqueológico no dialoga con sus descendientes actuales, culturas vivas,
personas que transitamos por las calles veredas todos los días y del mismo
edificio histórico inclusive. Le sigue el relato de un “Periodo Colonial” con
exposiciones de la sala capitular, arquitectura colonial, amplias salas de arte
religioso, “Periodo Independiente o de Guerra por la Independencia” con una
museografía en homenaje a los héroes de la guerra, el general Manuel Belgrano y
el general Martín Miguel de Güemes. “Periodo Institucional”, con retratos y
algunos objetos pertenecientes a los gobernadores constitucionales de la
provincia de Salta, un“Patio de carruajes” y sector -en una galería- de las
Industrias de Salta (lagar y trapiche), organizado en la década de 1990. Sala
de Arquitectura donde se encuentra emplazado el cuadro de la “Fundación de
Salta, 16 de abril de 1582”, que fue pintado al óleo en la década de 1960 por
Carmen Rosa San Miguel[5]. En este cuadro, se representa a los
“conquistadores españoles” con un grupo de frailes franciscanos y algunos
pobladores originarios que observan el momento del “encuentro”, donde se puede
observar a los conquistadores en pose de dominantes en el centro de la escena y
los originarios en posición posterior de la escena principal, contemplativos de
la situación plateada en armonía, con predominio de figuras masculinas.
La exposición de
arquitectura, comprende dos salas con un pasillo al medio. Se muestran restos
de casas y edificios de la época colonial salteña que fueron demolidos a
principios del siglo XX (adobes, ladrillos, tejas, puertas, ventanas, dinteles,
rejas de madera y de hierro, otros elementos de herrería, tales como cerrojos,
goznes, aldabas) y se concluye en un sector de la última sala, dedicada al
doctor Carlos Serrey[6], quien en ocasión de ocupar
la banca de la Presidencia del Senado de la Nación (1937) obtuvo la declaración
para el cabildo histórico de Salta como Monumento Histórico Nacional para sede
de Museo Histórico también nacional (Ley N°12.345) Allí se pueden observar: su
retrato, un juego de mobiliario que fue parte del dormitorio del referido
político salteño.
En la planta alta
del edificio, se encuentra la Sala Capitular, está expuesto un conjunto de mobiliario
del siglo XVIII, que representa la institución de gobierno “Cabildo”, con la
distribución jerárquica, el sillón principal para el gobernador intendente, una
importante mesa con los sillones laterales para los regidores y los sillones
laterales para los distintos cargos: regidores, alférez real, alguaciles, entre
otros. En la misma sala, se exhibe un óleo del siglo XVIII que representa un
alcalde de la Capitanía de Chile con atuendos propios de la época. También, se
expone un estandarte real original y otros mobiliarios “mestizos”, hechos en
los talleres del Alto Perú, en el siglo XVIII, copia de los modelos españoles.
En la última sala de la planta alta, ya al final del pasillo, se presenta una exhibición
de colecciones numismáticas, donde se pueden apreciar copias de monedas del
Imperio Romano, auténticas macuquinas[7],
continuando con un muestrario de monedas de principios del siglo XIX hasta
mediados del siglo XX en Argentina. Y otras monedas de países vecinos. También
hay una importante exhibición de medallas religiosas y conmemorativas.
El recorrido
continúa por la planta baja, donde se encuentran las Salas en homenaje al
general Manuel Belgrano, con un gran retrato del prócer y otros objetos, entre
los cuales se destaca el óleo que reproduce la Rendición del Pío Tristán ante Manuel Belgrano (aquí se pueden
observar representados, además de algunos soldados de ambos ejércitos, mujeres
y niños). Luego, inmediatamente se encuentra la sala en homenaje al general
Martín Miguel de Güemes, con un enorme óleo que lo muestra en una carga de
caballería junto a sus gauchos (ellos están figurados de un modo muy auténtico
descendientes de originarios y mestizos). Hay otros objetos que hacen
referencia a la vida y lucha del prócer salteño.
En un calabozo del
cabildo, se sintetizan de modo extremo, el final de la guerra independentista –hacia
1824 – con un retrato de otro prócer local “Juan Antonio Álvarez de Alvarado”
donde se representa el enfrentamiento y la guerra civil de la Argentina pre
constitucional, entre Unitarios y Federales (la elite salteña era unitaria) y
entre un cuadro y algunos objetos que representan al ejército argentino de
fines del siglo XIX y los indígenas del Chaco argentino, aquella campaña atroz
que fue a exterminar a los habitantes originarios.A partir del segundo y hasta
el cuarto calabozo, se han ubicado retratos de los gobernadores
constitucionales de Salta, comenzando en el año 1825 hasta el año 1950;
igualmente se exhiben mobiliarios, del siglo XVIII y un piano del siglo XIX.
En el último patio
encontramos carruajes de fines del siglo XIX y principios del siglo XX y un
automóvil Renault 1911, donado a este museo por un gobernador de la provincia
de Tucumán, en la década de 1950. Luego, en una galería se encuentran ubicados
un lagar (artefacto de madera y cuero
que servía para pisar las uvas y hacer vino) y tres engranajes (3) hechos de
madera de algarrobo, que se usaron como trapiche (elementos que servían para
triturar las cañas de azúcar); en la misma galería está ubicada una prensa que
data de mediados del siglo XIX.
En una sala al
final del recorrido de planta baja, hay una sala en “homenaje” a Robustiano
Patrón Costas[8], un representante del
partido Conservador, propietario de un importante ingenio azucarero,
dondeoprimióa los originarios del chaco salteño como mano de obrabarata para la
zafra. Utilizó el látigo, el cepo y la policía como vales de pago y compra en su
propio ingenio azucarero. Se destacan sus cargos e incluso hay una
condecoración que le otorgó la Santa Sede del Vaticano con una bendición del
Papa Pablo VI, por su generosa contribución de tierras y dinero para que la
formación de la Universidad Católica de Salta. Otro ejemplo en este sentido es el
Museo “José Evaristo Uriburu”donde se muestra la residencia del ex presidente
de la Argentina[9] con mobiliario de época[10] y al final se expone una
cocina, morada de la servidumbre.
Si observamos
particularmente diremos que, en lo que respecta a la historia de la guerra por
la independencia nacional, se relata la gesta salteña para lograr la libertad
de la opresión española, pero en ningún formato de comunicación se menciona la
participación de pueblos originarios y descendientes afroamericanos que se
enfrentaron con los realistas en las primeras líneas del ejército patriota. Estos
protagonistas, se encuentran invisibilizados, del mismo modo que las mujeres y
niños que también participaron y solo se representa en el proceso de construcción
histórica cultural del Estado Nación en la etapa previa a la conquista española
y como complemento de las luchas de la independencia.
No se establece una
relación con los descendientes actuales de los pueblos originarios de los
momentos previos a la conquista y se omite el proceso de transculturación de
estas tierras. Se destaca la conquista con la exposición de antiguos cañones
que se exponen en el ingreso principal y hacia un lateral se inicia con la sala
de los primeros pobladores. En la planta alta, se presentan tres (3) salas de arte
religioso de los siglos XVIII y XIX, con una sucesión de imaginería, óleos y
mobiliarios de iglesias y conventos de la ciudad que demolieron o cambiaron su
decoración de acuerdo a modas más actuales. Ello nos permite observar el peso
de la fe católica hasta el presente en la vida cotidiana salteña[11]. Además debemos subrayar en este sentido que,
el director que abrió las puertas al público de este museo en 1949 fue un
sacerdote, Monseñor Miguel Ángel Vergara[12].
Respecto de los nomencladores,
también diremos que, hasta fines del siglo XX, cada uno de ellos plasmaba el
nombre del donante del objeto y/o colección que se corresponde con el nombre de
alguna persona perteneciente a las familias de élite (Uriburu, Arias, Cornejo,
Usandivaras, entre otros),situación ésta que ha comenzado a cambiar en la
institución en las últimas décadas donde ya se omite esa referencia por
considerarse innecesaria.
La construcción del pasado en el Museo de Antropologia
de Salta
El Museo de
antropología fue creado como museo de arqueología en 1975 con el propósito de
albergar colecciones arqueológicas y paleontológicas del sitio Santa Rosa de
Tastil descubierto en 1967 rescatadas por el equipo dirigido por el doctor
Eduardo Mario Cigliano del Museo de La Plata y otras colecciones provenientes
del Instituto de Antropología y Ciencias Afines y colecciones particulares
ofrecidas en préstamo por miembros de la Sociedad Científica del Noroeste
Argentino, entidad el 24 de noviembre de 1955, donde Amadeo Sirolli era el
Presidente del Consejo Directivo (con Personería Jurídica) luego primer
Director del Museo. Un aporte significativo lo constituye la colección de la
Universidad Nacional de Salta, que fue cedida en comodato en 1980, a las que se
sumaron otras posteriores.
El edificio que
ocupa fue diseñado especialmente para la finalidad de museo, donde, en su
interior presenta desnivelestipo escaleras para la exposición de piezas
arqueológicas -simulación de terrazas de cultivo de las poblaciones
prehispánicas con muros de piedra- que dominan las salas como área de reserva,
acrecentadas por el rol del MAS como órgano de aplicación de la Ley de
Patrimonio Cultural Nº 6649/91, en sus artículos 1º, 5º y 19º[13],
por la cual uno de los servicios que brinda es el otorgamiento de los permisos
a los investigadores para hacer intervenciones arqueológicas en la provincia.
Se presenta como
una institución de carácter científico con fines educativos y culturales. Debe
su nombre al reconocimiento a uno de los pioneros de la arqueología “Juan
Martín Leguizamón”, miembro fundador de la Sociedad Científica Argentina,
destacado por sus publicaciones en los Anales de la Sociedad. "Descripción
del Campo de Pucará (Salta)" y "Cartas sobre Antigüedades
Americanas", entre otras publicaciones y actividades del multifacético
político salteño de mediados del siglo XIX (Cornejo, Atilio: Revista Nº 2,
1978-1979: 11); también destacado
por su accionar en el campo museológico
como partícipe del movimiento desplegado por Estanislao Zeballos y Justo
Dillon, quienes como estudiantes de Ciencias Exactas de la Universidad de
Buenos Aires, en 1872 iniciaron una campaña para dar impulso a los estudios científicos,
la cual culminó con la conformación de la Sociedad Científica Argentina
presidida por el ingeniero y político Luis A Huergo. Esta actividad (comprendió
dos exposiciones, la primera en el gabinete de física del Colegio Nacional y la
segunda en el entonces Teatro Colón), se considera la primera exposición de
colecciones argentinas, en el marco de una promoción de la industria, de las
obras de ingeniería civil y recursos naturales, acción que derivó en la
formación del Museo Moreno fundado en 1875 en la ciudad de Buenos Aires
dirigido por Francisco Pascasio Moreno. Irina Podgorny y Maria Margaret Lopes
en su libro “El desierto en una vitrina” dan cuenta que uno de los estudiantes
coleccionista fue Leguizamón, quien según se registra aportó “Un plato de barro
con la comida con que se enterraban a los primitivos indios, sacado de un
sepulcro de Seclantás (valles calchaquíes), un plato de la misma clase sin
comida del mismo lugar, una maza y un hacha de piedra encontradas en Inca-
Huasi, una bola perdida de piedra encontrada en Seclantás, un prendedor de
cobre con dibujos, una pipa para fumar de barro cocido”[14].
Por ello, Leguizamón se hizo acreedor a una medalla de plata. Más tarde, y como
miembro de la Societè d' Anthropologie (Paris)[15]
fue designado encargado por el Comité de Ciencias Antropológicas de París para
recolectar “huesos” (especialmente cráneos) y demás objetos pertenecientes a
“antiguas razas de indios”, destinados a la Exposición Universal de París
realizada el 1º de marzo de 1878, actividad que contó con la colaboración del
Gobernador de Salta, Miguel S. Ortiz, interesado en fomentar la explotación
industrial y productiva del agro y el suelo. Este antecedente llevó a la
formación de un Museo de Historia Natural en la provincia destinado a exhibir
al mundo sus recursos tales como: productos agrícolas, ganaderos, como así
también minerales (petróleo, oro, azufre, cobre) y forestales. El museo se
presenta así como una carta de invitación a científicos e inversionistas[16], inspirado en la exposición
internacional de Francia y otras, donde los imperios mostraban “lo exótico” de sus colonias y los recientes
estados hacían gala de sus riquezas con la esperanza de atraer miradas e
inversiones. De acuerdo al pensamiento
de los intelectuales de ese tiempo, los pueblos originarios formaban parte del
paisaje natural, por lo que sus restos y materialidades formaban parte de los
recursos de las ex colonias.
Se exponen
materialidades correspondientes a los distintos momentos y culturas del
noroeste en su planta baja y alta, el primero recibe en nombre de salón de
colecciones, donde se mencionan en textos el nombre de las donaciones y en los
nomencladores sus características. Por ejemplo: Colección Universidad Nacional
de Salta, Peyret integrada al MAS en 1991, Colección de Grandes Vasijas. La
terraza de los morteros y una vitrina destacada de instrumentos musicales
precolombinos, entre otras.
Diseño del edificio
para exposiciones, en las gradas se mostraban las materialidades de cerámica,
retiradas luego por la humedad a la que estaban expuestas. El lugar se utiliza
actualmente como anfiteatro de actividades.
Museografía
anterior a la actual, previa al cierre temporal del museo del 2015.En esta
museografía el periodo temprano se indicaba como un tiempo de cazadores
recolectores en sala de planta baja, inicio del recorrido, en color azul. “Abarca desde el 11.000 al 2.500 a. C. y
trata sobre los grupos humanos que habitaron la región. Estos grupos eran
nómadas y se trasladaban según la disponibilidad de recursos. Actualmente en la
región del chaco salteño habitan grupos con este sistema socioeconómico,
destacándose entre ellos las etnias wichí y chiriguano- chané” (del texto del
programa impreso). En el final del circuito se exponían “Bienes para el
Estado” en salas de color verde/negro. Este guión se acompañaba con exposiciones temporarias, como “Tejidos de América, La Región - el Hombre y
su Cultura-, Los Pueblos del Color, la alimentación de los Pueblos Originarios,
La Cueva del Shamán, entre otras.
En la actualidad no
se vincula este periodo con materialidades etnográficas de pueblos originarios
chaquenses.
Se posicionan estas
materialidades en la parte alta del MAS, en el salón de colecciones con el
nombre colección etnográfica en una pequeña sala presentada con un amplio texto
donde se leen los resultados del último censo nacional de población y vivienda
(2010) referido a la cantidad de pueblos originarios[17]
y los derechos establecidos en las constituciones nacional y provincial[18].
La muestra forma
parte de la museografía fija del museo y se percibe un intento de visibilizar
estas poblaciones en base a sus materialidades y de establecer vinculación/es
con los pueblos originarios actuales. En este sentido, se contribuye a la
construcción del MAS como museo de antropología. En el mes de marzo, se expone
en homenaje a la mujer piezas etnográficas de la colección. “Esta muestra nace de la búsqueda e
investigación de estas mujeres, algunas desenterradas del suelo americano y
otras confeccionadas por manos del presente. Es acaso un minúsculo homenaje
para comenzar a visibilizarlas, por fin, en el registro del Museo de
Antropología de Salta (MAS)” (texto del MAS) y se suma a esta lucha por la
visibilidad la selección de un texto de Judith Butter en un panel de ingreso al
museo, entre otras actividades temporales como el taller de sensibilización
sobre la Ley Micaela, que permite la incorporación de la perspectiva de género
y reconocimiento de las violencias contra las mujeres e identidades no binarias
dirigida a funcionarios y comunidad educativa de la provincia.
En la parte baja,
se inicia con el nuevo guion que se denomina “Territorios Ancestrales:
Senderos, caminos y rutas de intercambio” para lo cual se tomaron como
bibliografía de soporte los textos de Tim Ingold y Marina Sproviere entre
otros. Se parte con el texto “Gente
en Movimiento”:“Nuestros orígenes
están marcado por el movimiento. Hemos sido personas desplazándonos en
diferentes sentidos, conquistando territorios, explorando nuevas zonas, colonizando
nichos, poblando el planeta. Han transcurrido más de 14.000 años desde que el
ser humano puso sus pies en el actual territorio argentino. Desde entonces,
diferentes pueblos han habitado esta variada geografía. Ese breve, pero enorme
andar, nos recuerda que sus genes, sus manifestaciones culturales y su épica
forman parte de nuestra identidad y transcienden más allá del tiempo”. La
narrativa se corresponde con el poblamiento de la regióndonde se presenta una
representación de los recorridos del hombre (homo sapiens) desde el viejo
continente a lo que conocemos como América. Luego, se continúa con Habitar
caminado en vinculación con dos vitrinas con materialidades (líticos)
pertenecientes al periodo temprano de cazadores recolectores. Paleoindios y arcaicos
(12.000 aC al 2.500 a.C). Se sigue con Ensayando Nuevas Tecnologíasy Expansión
del mundo simbólicoque incluye losperiodos -período medio o de integración
regional (500 Dc a 900 Dc), donde se dice: “EL
noroeste tiene la particularidad de haber sido una tierra de cambios en la que
se pasó de una economía cazadora recolectora a una economía agro-pastoril donde
la domesticación de animales y vegetales jugó un papel crucial en la dieta de
las poblaciones. Grupos humanos que básicamente cazan y recolectan elementos
para su subsistencia de pronto comienzan a producirlos. Se generan así cambios
a nivel social y los grupos pasan a ser cada vez más sedentarios, se construyen
las primeras aldeas, donde la organización familiar y social es superada por
grupos de muchas más personas. Esa sedentarización conlleva otros cambios como
la aparición de nuevas tecnologías en donde se destacan la cerámica, la
metalurgia y la textilería. Eso genera una serie de cambios que están ligados a
muchas esferas de la sociedad que tienen que ver con la subsistencia y con
aspectos rituales, generando sociedades muchos más complejas. Este momento es
clasificado y ordenado a partir de denominaciones basadas en los estilos o
tradiciones cerámicas, entre laos que se destacan Condorhuasi, Tafi, Cienaga,
Alamito, Candelaria y San Francisco, entre otras”. Aquí se exponen vitrinas
con cerámica perteneciente a estas culturas.
Entretejiendo Pueblos, hace
referencia al periodo tardío o de desarrollos regionales (900 Dc- 1480 Dc y Un
Estado hacia el Sur, y un Impero hacia occidente, en relación al final del
recorrido con el período Inca (1480 dC a 1532 dC). Se cierra con una muestra de
materialidades hispano indígenas denominada: Esteco: del mito a la realidad.
Completan las exposiciones de planta baja “Artefactos de hilar”, una sala
infantil con “La arqueología no esta pasada de moda”, y la exposición de una
piedra fonolita de la ciudad de Tastil, para que el publico participe
haciéndola sonar, especialmente los niños.
Se completa la
museografía con reproducciones hechas a mano de escenas del arte rupestre (figuras
grabadas o pintadas sobre superficies rocosas) de la localidad de Guachipas
(Salta) en una representación de cueva o alero con vestigios de poblamiento (c
materialidades de cerámica) realizada en la parte del período medio “Expansión
del mundo simbólico”, y en paneles separadores de los niveles. Todos los
títulos se encuentran acordes a los objetos, los que son indicados con círculos
de colores en relación con los textos, acompañados de nomencladores para cada
pieza. Por ejemplo: “Artefactos líticos bifaciales. Procedencia Morohuasi
(Salta). Periodo Cazador Recolector (10.000 aC a 2000 aC). En una pared
comunicante con el segundo nivel, se destaca un panel donde se dice: Nosotros
no somos de aquí, donde se invita al público a participar, mirándonos en un
casillero de espejo en el contexto del conjunto de rostros (humanos) y podemos
tomarnos una fotografía como un recuerdo.
¿Quién podría asegurar que somos la persona del espejo? ¿Quién, que no
seamos solo un reflejo, una imagen de otra persona?. Estamos definidos por el
movimiento. Desde que iniciamos el viaje en África, de donde todos somos
originarios, no hicimos otra cosa que movernos, que andar. Somos pasajeros en
tránsito perpetuo, una simple circunstancia en la dinámica del tiempo y del
espacio. Nada nos diferencia. En verdad, nuestras particularidades enriquecen
el puente que nos acerca, como el hilo a la madeja. Caminamos encontrándonos en
el espejo de los otros, que nos devuelve una imagen especular que no somos,
necesariamente, nosotros, sino acaso una idea que se tienen sobre nosotros.
Venimos de África, no sabemos a dónde vamos, pero sí que andar es un
plan del presente: sucede exactamente ahora. Y ahí vamos, continuando el viaje,
encontrándonos” (MAS).
Repensando los
museos, discursos alternativos a la colonialidad
En las últimas décadas,pueblos originarios interpelan las
funciones de los museos en la comunicación, conservación y documentación. En
las provincias que habitamos se reconoce una alta presencia de pueblos originarios
y susdescendientes luchan por sus derechos establecidos en la legislación,
especialmente propiedad comunitaria, educación intercultural y bilingüe y
salud. En el ámbito de los museos, sobresale la movilización por la restitución
de restos humanos en el marco de la Ley Nacional Nº25.517 a la cual se han
acogido el museo de La Plata,
institución universitaria que posee restos óseos relacionados directa o
indirectamente a la «Conquista del Desierto» (1879) y que desde 1994 ha
iniciado procesos de restitución de restos humanos a sus comunidades de origen,
como el caso del Cacique tehuelche Modesto Inacayal, que había nacido en Tecka,
provincia de Chubut y muerto en estemuseo el 24 de septiembre de 1888, donde sus
restos óseos, cuero cabelludo, cerebro y mascarilla mortuoria fueron
preservados allí hasta su restitución a su comunidad. En ese sentido, el
Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAM) resguarda y exhibe cuerpos
congelados de unos niños preexistentes al Estado Nación conocidos como “Los
niños del Llullaillaco”[19],
de acuerdo a esta práctica que han caracterizado y aun lo hacen varios museos
del mundo, no sin cuestionamientos del ámbito de la ciencia antropológica y
museológica y de la comunidad de pueblos originarios que han alzado su voz al
respecto.
Claudia
Briones al revisar los centenarios en Argentina observa el cambio de idearios
entre 1910 y 1810 y de esas fechas al último, celebrado en 2010, cuando:
“...el país recién empezó a verse como
multicultural con los reconocimientos constitucionales de los años noventa que,
por ejemplo, incorporan derechos especiales para los pueblos indígenas en base
a su preexistencia étnica y cultural. A partir de esto se empezaron a producir
algunas políticas diferenciadas para los Pueblos Indígenas y también a instalar
tímidos y desparejos reconocimientos de los derechos culturales de distintas
`minorías´. En esto, entonces, el problema pasa por entender por qué recién
ahora el discurso público prevaleciente puede nombrar y asumir un país
multicultural -lo que requiere preguntarse ¿por qué antes no podía hacerlo-?”.[20]
Agrega, interesa argumentar dos cosas. “Primero, la
posibilidad de construir un proyecto equitativo, justo y emancipadora mente
plural de nación requiere replanteos en nuestras forma de pensar y hacer mucho
más profundos de lo que hemos podido producir hasta el momento. Segundo, para
que tales replanteos compartan algo más que una adecuación superficial de
vocabularios y legislaciones, es imperioso identificar y revisar la geografía
simbólica de nación hegemónicamente inscripta que prevalece en nuestro sentido
común como ciudadano”. Ello obliga, siguiendo el planteo de la autora, asumir
el proceso de revisar nuestras formas de pensar y hacer la Nación, considerando
que alcanzar el pretendido multiculturalismo “...no es per se una receta mágica
de convivencia y depende de las nociones de sociedad, persona y justicia que
esa forma de pensar -lo colectivo- pongan en juego”, dice Briones.
Se trata de analizar y revisar como ciudadanos y
trabajadoras de museos: -¿qué narramos, exponemos y conservamos?, -Cómo gestionamos el reconocimiento
de la alteridad en el sentido que expresa la autora, en instituciones que han mantenido
un discurso colonial a lo largo del siglo XXatravesados por una
matriz cultural cientificista y positivista?, -Cómo nos preguntaba aquella vez
un visitante de la sala Orígenes de la Historia, mientras hacíamos la visita
guiada: -“¿todos estos pueblos ya están
extintos?”, frase que nos sonó a “dinosaurios”, o cuando un visitante del
MAS nos preguntó:-dónde se encuentra exhibida la “momia” que había visto de
niño con la escuela, para mostrársela a su hijo?,-¿Cómo gestionamos una
alteridad “gestionada”en el marco de un pasado “congelado” sin diálogo con los
pobladores descendientes?, -y la “cosificación” de los cuerpos de pueblos colonizados?.
¿Cómo construimos
discursos alternativos de la colonialidad sin relacionarnos con la educación?,-¿Cómo
gestionamos con la educación otras miradas no sea “museo/dinosaurios/museo/indios”.
Como describen los autores: “Según la lógica expositiva de los manuales, los
indios aparecen representados de un modo peyorativo o subsidiando las
narrativas centrales. En la ´prehistoria` y ´tiempos precolombinos´, se enfatizan
las formas de vida y ´modo de subsistencia´ de las sociedades indígenas (caza y
recolección o agricultura y pastoreo). Mientras en algunos casos se señala que
estas actividades corresponden a diferentes grados evolutivos de los `indígenas
o aborígenes´, en otros se las califica como `diferencias culturales´. Luego
del relato de la fundación, los manuales plantean los ejes de la historia
colonial, destacando sobre todo la evangelización y, en algunos casos, la
encomienda y la sociedad de castas, en las que se hace mención a los indios
dentro de una jerarquía que incluye blancos, mestizos y negros. En el presente,
lo indígena reaparece adjetivando los ´restos arqueológicos´, ´artesanías´,
`toponimia´, `ritos sincréticos´, `comida´, `creencias´, `turismo´, etc.; en
otras palabras, `supervivencias culturales´ devenidas patrimonio identitario de
la provincia. Cuando se alude a grupos indígenas vivos, aparecen únicamente en
el Chaco, encuadrados en un discurso de supervivencia física y misionizacion
católica. Es de notar que esta supervivencia indígena se ve como pasiva y
transitoria.
La diferencia
indígena es doblemente expulsada de la historia, hacia la prehistoria y hacia
la naturaleza. Esto se debe a que la historia solo puede ser concebida como la
disolución de dicha diferencia en procesos de unificación y homogeneización.
Esto queda evidenciado en el mestizaje, en tanto fundamento ideológico de dicha
historia”[21].
En los museos confluyen una educación y una historia que
mantienen el discurso de la colonización, vemos museografías atacadas a
materialidades y donantes/fundantes de un pasado, los cuales perduran por
generaciones en nombres de las colecciones, ámbito restringido y cerrado para
un grupo selecto de ciudadanos que monopolizaban el conocimiento y lo hacían
incuestionable.
Las exposiciones
temporales intentan compensar lo“no relatado” y de ese modo “lo completa”y
atrae públicos también temporales en torno a, por ejemplo, “El carnaval y sus
danzantes”, “Los rostros de lo artesanal”, etc. muestras de materialidades y
relatos fragmentados en relación a la museografía general, donde las
expresiones no se interpelan en su definición eurocéntrica y fortalecen los mecanismosde
folklorización que poseen como recurso común, la recurrencia a la
esencialización, estereotipación y deshistorización”. “Donde el efecto
perseguido es la fijación de un repertorio de prácticas y expresiones y su
reconocimiento y aceptación como herencias inalteradas y espontáneas
supervivencias del pasado”[22].
Interpelando esta mirada, el
museólogo Mario Chagas sostiene que: “La museología que no sirve para la vida
no sirve para nada”. De ese modo desplaza la perspectiva del museo atenta a las
colecciones y enfoca los públicos como patrimonio del museo. Sostiene “El gran
patrimonio de un museo es su público”. La memoria “es un derecho de todos”,
agrega el autor, referente de la museología social[23]y
uno de los responsables de la Política Nacional de Museos de Brasil. Dice
“la memoria sea provocada o espontánea, es una construcción y no se encuentra
prisionera en las materialidades (cosas) sino situada en la dimensión
interrelacional entre los seres y entre los seres y las cosas. Siendo así,
tendremos, entonces, los elementos necesarios para el entendimiento de los
museos, que la constitución de los museos celebrativos “de la memoria” derivan
del poder, de la voluntad política de individuos y grupos y representa los
intereses de determinados segmentos sociales”. Admitir “la gota de sangre” en
la conformación de los museos es asumirlo como espacio de guarda de la memoria
y de tradición, pero también de contradicción, conflictos y ambigüedades; “un
espacio no neutral y apolítico, sino ´la arena´ y ´campo de batalla´ de las
distintas fuerzas (políticas e ideológicas) en torno a lasactividades, celebraciones
de ´la memoria´, un discurso sobre la realidad”, sostiene; un “discurso
que se compone de sonido y de silencio, de lleno y de vacío, de presencia y de
ausencia, del recuerdo y el olvido”[24].
Consideraciones
finales
Sin duda, las políticas culturales
diferenciadas para alojar la diversidad de su ciudadanía desafían al ámbito de
la museología, a los museos en sus funciones, en sus discursos, la apropiación
de los bienes, el conocimiento según la época, pero fundamentalmente el
proyecto político cultural, campo de disputas de poder[25]
de los colectivos que conforman la Nación.
Como dicen Cartagena y León en su libro El museo desbordado: “Los caminos para la decolonización integral
del museo están por inventarse”[26],
en referencia a que, si bien los museos en América Latina surgen en un contexto
marcado por el fragor de la lucha independentista, la emancipación política y
la crítica al sistema colonial. Sin embargo, agrega, se reproducen valores del
eurocentrismo y a la colonialidad epistémica cultural, “diagnostico” al que
adherimos. Por ello, como sostiene el referente de la museología social se trata de “una denodada lucha para
democratizar la democracia; se trata de comprender el museo como un lápiz, como
una simple herramienta que exige ciertas habilidades para ser utilizada”[27].
Permítannos, como profesionales de la materia, pensar una “museología
soñada”,un encuentro de/y/con personas que luchan/mos por descolonizar/nos y
descolonizar nuestra Nación, paravincular/nos con las comunidades que los
contienen[28].
[1] Guía Nacional de Museos, 3era edición. Secretaria de cultura. Presidencia de la Nacion Argentina (2013). Nuestra Cultura.Publicacion digital ( www. Cultura. gob.ar). Consultada en octubre 2020.
[2] Atilio Cornejo (1889 – 1985): abogado, político, y escritor, considerado como uno de los mayores historiadores salteños. Entre muchas obras se destaca “Güemes documentado” con 12 tomos. Fundó – junto a otros – el Instituto San Felipe y Santiago de Investigaciones Históricas (1937) y el Instituto Güemesiano de Salta (1971) Ambos continúan sus tareas hasta el presente. Ver:www.portaldesalta.gob.ar
[3]Cornejo, Atilio Contribución a la Historia de la Propiedad Inmobiliaria de Salta en la Época Virreinal. Imprenta Ferrari Hermanos, Buenos Aires, 1945, pp. 10.
[4] Víctor Arias (ppios. Siglo XX) ingeniero civil, investigador y reconocido como historiador entre los fundadores del Instituto de Investigaciones Históricas San Felipe y Santiago. En:www.portaldesalta.gob.ar
[5] Carmen Rosa San Miguel (1898 -1986) pintora y escritora salteña, autora del libro “Mi Niñez”. En:www.iruya.com
[6] Carlos Serrey(1873 - 1956) abogado y político salteño. Ver: Figueroa, Eulalia. “Doctor Carlos Serrey”. Revista 1949 – 1999. Museo Histórico del Norte. Editorial Milor, Salta 1999 (páginas 14 y15)
[7] Monedas macuquinas, denominación quechua que significa golpeadas. Se
fabricaban en la Casa de la Moneda de Potosí, con escasas herramientas (s XVI -
XVII).
[8] Robustiano Patrón Costas: fue Ministro de Hacienda del Gobernador Ángel Zerda (1902-1904). Durante el gobierno de Avelino Figueroa ocupó la cartera de gobierno y le sucedió como gobernador para completar su mandato. Fue dos veces Senador Nacional (1916/1925) y Presidente del Senado Provincial. Por breve tiempo ocupó el sillón presidencial de la República. Fue Presidente del Partido Demócrata Nacional hasta 1943. Fundó el ingenio San Martín del Tabacal. Proyectó la Ley de protección a la industria vitivinícola y a la industria harinera. Colaboró con el Arzobispo Monseñor Roberto Tavella en la fundación de la Universidad Católica de Salta. Durante su gestión se autorizó la construcción de un hipódromo y se le otorgó los beneficios de sus ganancias al club 20 de Febrero. Ver:www.portaldesalta.gob.ar
[9] José Evaristo Uriburu (1831 - 1914) Vicepresidente argentino, asume la presidencia de la nación, en ocasión de la renuncia del entonces presidente Luis Saénz Peña, entre 1895 a 1898. Ver: Folleto del Museo Presidente José Evaristo Uriburu.
[10]Mobiliario donado por las mismas familias encumbradas de la ciudad de Salta.
[11] Salta conserva una de las procesiones tradicionales más antiguas del país, desde 1692 hasta el presente, la devoción al Señor y a la Virgen del Milagro (imágenes religiosas traídas desde España precisamente en el siglo XVII) Lo más respetado socialmente y por tradición hasta la actualidad es esa devoción que congrega a peregrinos de todos los puntos geográficos de esta provincia y de provincias vecinas (Jujuy, Catamarca, Tucumán, entre otras)
[12] Miguel Ángel Vergara (1898 – 1971) sacerdote e investigador de historia. Socio fundador del Instituto de Investigaciones Históricas de Salta. Publicó numerosos libros. Fue el primer director del Museo Histórico Regional del Norte (1949 – 1971) hoy Museo Histórico del Norte. Ver: Gutiérrez, Teresita. “Monseñor Miguel Ángel Vergara. Precursor de la Museología Salteña” En: BOLETÍN N° 47 del Instituto San Felipe y Santiago de Estudios Históricos de Salta, Año 2006 -2007, págs. 135 a 143, MUNDO GRÁFICO Impresiones, Salta.
[13] Ley de Patrimonio Cultural de la provincia Nº
6649/91, en sus artículos 1º, 5º y 19º. “El acervo paleontológico, arqueológico,
artístico e histórico documental forma parte del patrimonio cultural de la
Provincia y está bajo la guarda del Estado Provincial de acuerdo a las normas
de la presente ley, siempre que se encuentren bajo su jurisdicción o que hayan sido extraídas o se extraigan del
territorio de la Provincia de Salta.
Artículo 5º: Tanto el museo de Antropología de la Provincia como las
Municipalidades, iniciaran las acciones que correspondan contra los responsables de las infracciones a la
presente Ley y tomarán las medidas
tendientes a evitar daños mayores al patrimonio cultural de la Provincia.
Artículo 19.- No se permite la extracción, comercialización ni traslado, fuera
de la Provincia, de piezas paleontológicas, arqueológicas o históricas que
integran su patrimonio cultural sin autorización oficial”. Ver en https://culturasalta.gov.ar/descargas/ley_7237.pdf, consultada dociembre 2020.
[14] Podgorny y Lopes, Capítulo 3 Los museos y los jóvenes en:El desierto en una vitrina. Museos e historia natural en la Argentina, 1819-1890, Editorial Limusa, Buenos Aires, 2008, página 123.
[15] Formó parte de esa Sociedad Científica por su contribución con “L`HommeBlanc” escrito en francés en 1876, investigación que mereció el segundo Premio Mundial de esa sociedad por su refutación de la teoría mono genética de Darwin. Teoría antropológica que defiende que todos los tipos humanos provienen de un tipo primitivo único, a diferencia del poligenismo (Gutierrez, Teresita: 2006-2007).
[16] A partir de estas iniciativas, el
Decreto Nº 71 fechado el 16 de julio de 1881, donde se puede leer claramente la
intencionalidad del gobierno provincial salteño alineado al proyecto nacional:
fomentar el desarrollo productivo del agro y el suelo.
Fue el gobernador Miguel Ortiz, quien fundó en 1881 el Museo de Historia Natural y nombró como su director al catedrático de Historia Natural e Higiene del Colegio Nacional de Salta: Doctor Ignacio Ortiz. También tenemos conocimiento que para su instalación se ocupó una habitación en la entonces Casa de Gobierno (Cabildo Histórico de Salta) y, la planta baja del ex ColegioNacional. Sin embargo, sabemos que este emprendimiento fue efímero. Gutiérrez, Teresita Actores y discursos en la conformación del Museo Histórico del Norte (1930 – 1949) Tesina para la Especialidad en Historia Argentina de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Salta, 2017 (inédita)
[17] Argentina es un país federal
compuesto por 23 provincias, con una población de 40.117.096 personas, según el último
Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda 2010, de los cuales 955.032
personas que se reconocen descendientes o pertenecientes a un pueblo indígena,
y 149.493 afro
descendientes, siendo estos resultados una aproximación a la realidad;
en los últimos años se incrementó el número de poblaciones auto percibidas como
pueblos originarios. Consulta en Instituto Nacional de Estadísticas y Censos,
https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel3-Tema-2-21.
En
Salta y Jujuy se concentran la mayor parte de pueblos originarios o
descendientes de la región NOA. El 6,5% de la población de la provincia de
Salta se reconoce indígena. Se trata de 79.204 personas sobre un total de
1.214.441 habitantes, porcentaje que constituye casi el triple de la media
nacional de 2,4%. El 24,9% de esos 79.204 habitantes se auto reconoció
perteneciente al pueblo Wichí, el 21,6% al Kolla, el 13,7% al Guaraní y el
13,5% al Ava Guaraní.
Consulta en https://sitioanterior.indec.gob.ar/nivel4_default.asp?id_tema_1=2&id_tema_2=21&id_tema_3=99
[18]La Constitución Nacional (1994)
establece un cambio de paradigma en el tratamiento de los pueblos originarios
al incorporar el Artículo 75 Inc. 17: “Reconocer la preexistencia étnica
y cultural de los pueblos indígenas argentinos, Garantizar el respeto a su
identidad y el derecho a
una educación bilingüe e intercultural, Reconocer la personería jurídica de sus
comunidades y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que
tradicionalmente ocupan”. Ver: https://www.congreso.gob.ar/constitucionNacional.phpEn
la Constitución Salta (1998) se
reconoce en el Artículo 15. “PUEBLOS
INDIGENAS”: Reconoce la
personalidad de sus propias comunidades y sus organizaciones a efectos de
obtener la personería jurídica y la legitimación para actuar en las instancias
administrativas y judiciales de acuerdo con lo que establezca la ley”. Ver: http://www.cmagistraturasalta.gov.ar/images/uploads/constitucion-provincial.pdf
[19]
“El Museo de Arqueología de
Alta Montaña tiene como función principal resguardar el hallazgo arqueológico
denominado Los Niños del Llullaillaco, lo que logra a través de un modernísimo
sistema de criopreservación; y al mismo tiempo, estudiarlo y difundirlo. A
través del patrimonio que preserva, trabaja en el resguardo de la cultura
ancestral, reforzando la identidad de los pueblos originarios.
Hace más de quinientos años, una comitiva ceremonial
ascendía hasta la cumbre del volcán Llullaillaco, para culminar con una de las
ceremonias más importantes del calendario ritual incaico, conocida como Capacocha.
Iniciada posiblemente en la legendaria ciudad de Cuzco, su realización implicó
un largo recorrido en tiempo y espacio, y tuvo como protagonistas a los hoy
conocidos como Niños del Llullaillaco. Y a más de un centenar de objetos,
muchos de ellos exquisitas miniaturas, que los acompañaron en este viaje al
encuentro con los antepasados y los dioses.
Durante más de cinco siglos, el volcán guardó celoso en su
cápsula del tiempo lo que en 1999 se convertiría en uno de los hallazgos más
importantes en el campo de la arqueología, y que permitiría a los científicos,
posteriormente, reconstruir este aspecto de la vida incaica.
La característica principal de la colección que hoy pone en
valor el Museo de Arqueología de Alta Montaña, reside en el particular estado de
conservación, tanto de los niños, como de los objetos que los acompañaban que,
como consecuencia de las circunstancias climáticas de la montaña, permanecieron
intactos durante varios siglos de entierro.
Presentar museológicamente el hallazgo arqueológico más
importante de los últimos tiempos, constituye sin duda un desafío. Se ha
logrado conformar un Museo en el que no sólo se exhibe una magnífica colección,
sino que también se ha creado un ámbito donde es posible acercarse al mundo
andino a través de la Arqueología de Alta Montaña, y desde allí comprender el
universo Inca y sus costumbres ceremoniales. Laboratorios, espacios de
investigación y salas de exposiciones se conjugan en un plan de trabajo que
permite ver desde el hoy nuestro propio pasado histórico. Más allá de las
modernas tecnologías y de los innovadores métodos museográficos, se ha creado
un ámbito, con respeto y con sentimiento, y se ha dado forma a un Museo
indudablemente científico y profundamente humano”.Ver:https://www.culturasalta.gov.ar/organismos/museo-de-arqueologia-de-alta-montania-maam/14
[20] Briones, Claudia La nación argentina de cien en cien: de criollos a blancos y de blancos a mestizos en Nun, J. y Grimson, A (comp) Nación y diversidad. Territorios, identidades y federalismo. (Ed. Edhasa. Buenos Aires, 2008).
[21] Lanusse, L. y Lazzari, X. Salteñidad y pueblos indígenas: continuidad y cambio en identidades y moralidades. Capitulo 7. Salteñidad y pueblos indígenas: identidades y moralidades en Briones, C. Cartografías argentinas: políticas indigenistas y formaciones provinciales de alteridad. Cartografías argentinas: políticas indigenistas y formaciones provinciales de alteridad. Antropofagia. Buenos Aires; Año: 2005; p. 223 - 252 ver en https://www.conicet.gov.ar/new_scp/detalle.php?keywords=&id=37504&capitulos=yes&detalles=yes&capit_id=6973766
[22] Villagrán, Andrea J. Entre historia y tradición. Reflexiones a partir del proceso de folklorizacion del pasado en Salta. CORPUS. Archivos virtuales de la alteridad americana. Vol 4, Nª 1 2014. Enero / junio 2014. En https://journals.openedition.org/corpusarchivos/793
[23]Como un sistema de valores sigue los parámetros de: “a- Democracia cultural, ninguna cultura dominante debe ser ensalzada como “la cultura” en detrimento de la variedad de culturas existentes o que han existido; b- Los museos antiguos se ocupaban de la mono disciplinaridad, con la Nueva Museología son pluridisciplinarios, antes se ocupaban del público experto ahora de la comunidad, antes del edificio ahora del territorio; c- Concienciación de la comunidad; d- Diálogo entre el museo y los sujetos, basado en la participación activa de los miembros de la comunidad; e- La exposición resulta ser un método, útil de diálogo y concienciación que dispone el museólogo, ya que aquella, considerada como una puesta en escena de los objetos, constituye un lenguaje visual utilizado por todos en la vida cotidiana ́” Prebisch, Lilian y Eduardo Ribotta. 2010. “Dos propuestas museográficas en el IAM. Reflexiones y capitalización de experiencias”. En: Rastros en el camino. Trayectos e identidades de una institución. Pp. 153-161. Editorial Edunt. UNT. DOS PROPUESTAS MUSEOGRÁFICAS EN EL IAM REFLEXIONES Y CAPITALIZACIÓN DE EXPERIENCIAS. Ver https://www.academia.edu/12310644/DOS_PROPUESTAS_MUSEOGR%C3%81FICAS_EN_EL_IAM_REFLEXIONES_Y_CAPITALIZACI%C3%93N_DE_EXPERIENCIAS
[24]
Chagas, Mário. (1998). Há uma gota de sangue em cada museu: preparando o
terreno. EnCaderno de Sociomuseologia(pp.
19 a 23). Portugal: Centro de Estudos de Sociomuseologia nº 131.Universidade
Lusófona de Humanidades e Tecnologias. Ver
https://revistas.ulusofona.pt/index.php/cadernosociomuseologia/issue/view/30
[25] Pierre Bourdieu Sociologia y cultura. 1990 por EDITORIAL GRIJALBO, S.A. Calzada San Bartolo Naucalpan núm. 282 Argentina Poniente 11230 Miguel Hidalgo, México, D. F.
[26] Cartagena y León. El museo desbordado. Ediciones Abya – Yala. Quito, Ecuador, 2014. En: https://abyayala.org.ec › producto › el-museo-desborda... Consulta 25/03/21.
[27] Chagas, Mario MUSEOS, MEMORIAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES en IX SEMINARIO SOBRE PATRIMONIO CULTURAL MUSEOS EN OBRA. 21 y 22 de noviembre de 2007 Centro Patrimonial Recoleta Dominica, Recoleta 683. Metro Estación Cerro Blanco. Ver en https://www.patrimoniocultural.gob.cl/614/articles-5410_archivo_01.pdf
[28]
Bruno, Maria Cristina
Oliveira. (2009) Museologia e museus: os inevitáveis caminhos
entrelaçados.
[Museología y museos: los inevitables caminos entrelazados]. Cadernos de
Sociomuseologia,
25. ISSN 1646-3714. Portugal.