AVANCES EN LOS ESTUDIOS BIOARQUEÓLOGICOS
DE
Verónica
Seldes* y Gabriela
Ortiz**
Presentación
La región subandina de Jujuy (área del valle del
río San Francisco) ha sido analizada desde por lo menos, principios del siglo
pasado, con los trabajos pioneros de la expedición sueca [1] y las posteriores investigaciones de otros
estudiosos, especialmente Dougherty en la década del 70[2].
Las particularidades de esta región, enclavada
entre medio de ambientes de puna y la llanura chaqueña, ha suscitado toda clase
de interpretaciones acerca de los modos de subsistencia de los pueblos que la
habitaron. Así, a lo largo de la literatura arqueológica, se ha planteado que
las sociedades del Período Formativo (
A partir del análisis de una serie de indicadores
bioarqueológicos se propone aportar información acerca del estado de salud y
estilo de vida de los pueblos que habitaron la yunga jujeña durante el Período
Temprano.
Los trabajos que se vienen realizando en el área
en los últimos diez años, apuntan a proponer que los grupos tempranos en este
caso del sector sur del valle del San Francisco, podrían haber dependido
principalmente de la caza, la pesca y la recolección sin haber potenciado
necesariamente las prácticas agrícolas aún cuando puedan haberlas conocido o
practicado a pequeña escala[5].
Las malas condiciones de preservación de restos
orgánicos de la zona, debido a sus características climáticas, dificultan la
conservación de restos óseos humanos. Esto ocasiona que sus hallazgos sean
excepcionales, como lo acredita la inexistencia de trabajos referidos al
análisis bioarqueológico anteriores a los llevados a cabo en los últimos dos
años[6].
En esta ocasión se presenta el resultado del
análisis bioarqueológico de distintos conjuntos óseos provenientes, en su
mayoría, de rescates realizados por aficionados, lo que configura una muestra
altamente fragmentada, con escasa información acerca de las asociaciones contextuales y condiciones de
exhumación. Sin embargo, la excepcionalidad de este tipo de hallazgos para la
zona, convierten a estos análisis en una potencial fuente de información sobre
la forma de vida de los pueblos que habitaron la región pedemontana de la
provincia de Jujuy durante un lapso aproximado de más de 1000 años.
Las
sociedades tempranas del sector sur del valle del río San Francisco
Los datos obtenidos hasta el presente sugieren
que los grupos que habitaron el valle de San Francisco, tuvieron un uso muy
diversificado del espacio. Las investigaciones de principios del siglo pasado[7], se refirieron al hallazgo de diferentes clases
de asentamientos, como por ejemplo aquellos ubicados sobre terrenos llanos
próximos a cursos de agua, otros que presentaban estructuras o cimientos de
pirca localizados hacia los faldeos de la serranía de Santa Bárbara, y aquellos
localizados sobre elevaciones artificiales de tierra denominados montículos.
Este tipo de variedad en los asentamientos, indicaría que los grupos que los
ocuparon se movilizaban dentro del territorio, permaneciendo mayor tiempo en
determinados lugares, en función de los recursos que ofrecía el ambiente. La
variabilidad observada en las características y tipos de emplazamientos
ubicados en diferentes unidades físicas del paisaje, hablan a favor de sitios
residenciales con una ocupación prolongada, reflejando en algunos casos un
sedentarismo importante, así como en otros una ocupación esporádica o
estacional[8].
De acuerdo a la evidencia obtenida hasta el
momento, las sociedades que vivieron en esta región habrían tenido una
movilidad muy pautada, con el retorno a lugares previstos y un alto grado de
sedentarismo; esto implicaría a su vez, la ocupación de algunos sitios durante
años completos, siendo estos abandonados luego de períodos prolongados de
residencia estable y reocupados en un lapso de tiempo considerable. Este tipo
de uso del espacio-territorio, estaría reflejada en asentamientos residenciales
cuyo registro arqueológico involucra evidencias de ocupaciones recurrentes en
el tiempo (desechos con posibilidad de reuso, estructuras fijas para
almacenamiento a largo plazo, artefactos de molienda in situ de grandes
dimensiones, discontinuidades en la estratigrafía de los pisos de ocupación,
características arquitectónicas materiales), y variabilidad en el uso del
espacio intrasitio (a través de presencia de estructuras de combustión, áreas
espacialmente discriminadas de habitación, conductas de descartes de desechos
con áreas de concentración de basura, entre otros indicadores)[9].
En numerosos sitios arqueológicos se han
encontrado restos de animales que posiblemente fueron consumidos como parte de
la dieta. Entre las especies identificadas, figuran una amplia gama de fauna
local. Entre los animales predominan los edentados como gualacates (Euphractus
sexcintus), armadillos (Dasypodidae Zaedyus pichiy), quirquinchos (Dasypus
mazzai), restos de aves, peces de agua dulce, restos de zorros, corzuela
(Mazama sp.), puma (Felidae Felis concolor), así como restos de anfibios,
especialmente sapos e iguanas (Tupinambis sp.). Cabe destacar que de las
especies que pudieron identificarse en contextos arqueológicos, la llama es el
único animal foráneo y es probable que haya sido obtenido mediante trueque[10].
El almacenamiento a
escala, conjuntamente con la obtención de recursos estacionales, habría
permitido una dieta diversificada y equilibrada lo que debería verse reflejado
en la baja frecuencia de estrés nutricional y un buen estado de salud de la
población. A su vez, la posibilidad de almacenar permite la permanencia
prolongada en los sitios, sin la necesidad imperiosa de trasladarse en procura
de alimentos durante las estaciones menos productivas. La abundancia de
recursos y su procesamiento tiene a su vez una correspondencia altamente
positiva con la abundancia y diversidad de los conjuntos artefactuales,
especialmente los contenedores cerámicos.
Los
restos esqueletales estudiados y su contexto de hallazgo
Los restos óseos humanos provienen de diferentes eventos de
recuperación de material arqueológico. Así, los restos recuperados en Media
Luna y Aguas Negras, provienen de excavaciones sistemáticas realizadas en
sendas campañas arqueológicas durante los años 1997 y 2000 respectivamente[11]. Por su parte, los conjuntos de Arroyo del Medio
y Fraile Pintado, fueron recuperados en forma parcial por aficionados.
Por último, en El Sunchal el rescate fue llevado
a cabo por personal del Museo Arqueológico Provincial[12].
Todos los sitios mencionados son unicomponentes y
adscriptos a la llamada “tradición San Francisco”[13], sobre la base de sus conjuntos artefactuales
(especialmente cerámica) y rango cronológico. Las fechas calibradas para la
ocupación del valle de San Francisco abarcan un período que se extiende por más
de 1000 años[14], siendo una característica llamativa la ausencia
total de cualquier otro estilo cerámico al llamado “San Francisco” durante el
lapso de ocupación arqueológica establecido para la región. Los diferentes
restos esqueletales objetos del presente trabajo provienen de distintos sitios
ubicados en el valle de San Francisco y solo uno de ellos tiene datación
asociada; El Sunchal con una fecha calibrada de 800-
FIGURA
1
Aguas Negras
En este sitio se recuperaron un individuo
completo en asociación contextual y restos de otro en superficie. Durante las
tareas de campo se localizó un enterratorio ubicado en la fila 9, cuadrícula 5,
de la grilla de mapeo y recolección[16] (Figura 2). El pozo donde había sido enterrado
el individuo, contenía un sedimento de origen fluvial y/o pluvial (con gran
contenido de arena), producto del lavado, arrastre y posterior depositación del
sedimento en una de las muchas cárcavas que atraviesan el sitio.
El esqueleto se encontraba colocado en posición
decúbito lateral derecho y el sedimento sobre el que estaba apoyado contenía
abundante ceniza junto con espículas y fragmentos de carbón mezclados con
terrones de tierra oxidada de color ladrillo de pequeñas dimensiones. Junto a
los huesos se encontraron algunos fragmentos de cerámica menores a
FIGURA 2
Media Luna
En los perfiles de la acequia de riego que
atraviesa el sitio quedó expuesta parte de una estructura de combustión
(actualmente interpretada como silo), en la cual se encontraron restos humanos[17]. En la parte inferior y prácticamente al nivel
del agua de la acequia se encontraron fragmentos del cráneo, huesos largos y
metatarsos. En ese mismo nivel y hasta los
El entierro de Media
Luna resulta particularmente interesante por el contexto de hallazgo. Los
huesos fueron depositados en el interior de la estructura que originalmente se
interpretó como horno; estructura que fue reutilizada como espacio de
enterratorio[18].
No se encontró
evidencia de ajuar asociado, característica frecuente en los entierros de la
región[19].
Fraile Pintado
El sitio fue descubierto de manera accidental al
realizarse las tareas de limpieza y nivelación del terreno para la construcción
de un barrio FONAVI. Las autoridades municipales recuperaron parte de un
entierro removido por los vecinos durante las tareas de construcción de los
cimientos de la nueva edificación. A partir del avance de las obras se
realizaron nuevos hallazgos, lo que dio lugar a segundo rescate por parte del
personal de
El Sunchal
Se trata de un
rescate llevado a cabo por personal del Museo Arqueológico Provincial de Jujuy
en el año 1997. Se recuperaron “... entierros humanos de adultos y niños, con
pronunciada deformación craneana. También restos arqueofaunísticos y una
abundante cerámica catalogable dentro de las fases más típicas de
Arroyo del Medio
El individuo de
Arroyo del Medio proviene del rescate realizado por el propietario de la finca.
Los materiales cerámicos de este sitio fueron estudiados en el año 1992
individualizado es ese momento como Finca Santa María[22]. Se desconoce el contexto de hallazgo del
enterratorio, salvo la descripción realizada por su excavador. Al parecer el
cuerpo se encontraba en posición decúbito lateral derecha, con las manos
colocadas hacia atrás al igual que los pies. No presentaba ajuar asociado
(Hernandez com. pers.).
Metodología
Los restos óseos humanos en tanto registro
acumulativo de los eventos por los que pasó un individuo a lo largo de su vida[23], constituyen un acervo de información que recién
en los últimos veinte años, está siendo integrada y complementada con los datos
y las interpretaciones aportadas a partir del análisis de diferentes tipos de
registros arqueológicos (cerámica, lítico, arquitectura, entre otros).
De esta manera, los análisis bioarqueológicos acompañando
los procesos de desarrollo de la arqueología, constituyen una herramienta
fundamental para la realización de inferencias sobre el estado de salud de las
poblaciones[24] y el estilo de vida en tanto el comportamiento que caracteriza la
vida de un individuo: dieta, organización del trabajo, estado de salud, entre
otros[25].
Debido al regular
estado de conservación de los conjuntos osteológicos así como el grado de
fragmentación de los mismos, en este caso se utilizan algunos indicadores que
dan cuenta del estrés nutricional (hiperostosis porótica y criba orbitalia)
estrés metabólico (líneas de hipoplasia del esmalte) y dieta (lesiones y
pérdida dental antemortem –caries y procesos infecciosos- y desgaste del
esmalte dental[26] [27].
A su vez se
realizaron observaciones a efectos de relevar la presencia de deformaciones
intencionales del cráneo, utilizando a tal efecto la tipología de Imbelloni[28]; las mismas constituyen una excepcional vía de
aproximación a las prácticas socioculturales de los pueblos prehispánicos ya
que se han asociado tanto a cuestiones de etnicidad como de identidad social[29].
Una excepción lo constituye el individuo
proveniente de Arroyo del Medio, el cual, por presentar buenas condiciones para
su análisis, se analizó incorporando otro tipo de indicadores bioarqueológico:
estrés funcional (osteoartritis[30] y MSM), traumas (fracturas) e infecciones
(periostitis)[31].
Para la estimación de edad de cada uno de los
individuos, se siguieron las propuestas de Bass[32] para adultos, Fazekas y Kosa[33]para perinatos y Scheuer y Black[34]en el caso de juveniles. El sexo por su parte se
determinó a partir de los estándares de Buikstra y Ubelaker[35].
Los individuos analizados suman un total de 14; 3
individuos de edad infantil, 1 juvenil, 1 adulto masculino y 9 adultos de sexo
indeterminado (ver tabla 1)
Sitio |
Adultos |
Juveniles |
Infantiles |
Total |
Aguas Negras |
- |
- |
2 |
2 |
Media Luna |
3 |
- |
- |
3 |
Fraile Pintado |
5 |
- |
- |
5 |
Arroyo del Medio |
1 |
- |
- |
1 |
El Sunchal |
1 |
1 |
1 |
3 |
Total |
10 |
1 |
3 |
14 |
Tabla
1: composición de la muestra
Resultados
Aguas Negras
De este sitio se recuperaron un individuo
completo (individuo 1) en asociación contextual y una mandíbula correspondiente
a otro (individuo 2) en superficie[36], ambos de edad infantil y sexo indeterminado.
Individuo 1: el cuerpo se encontraba colocado en
posición decúbito lateral derecho; de acuerdo al grado de erupción dentaria
(presencia de incisivo lateral derecho en maxilar superior y primeros molares
en mandíbula, todos dientes deciduos)[37] y combinándolo con métodos morfométricos -utilizando
para esto último el fémur (
Los dientes recogidos en el terreno (14 en total)
no presentan caries ni desgaste del esmalte dental; el maxilar superior, en mal
estado de conservación, conserva sólo un diente en el cual no se observan
caries, desgaste del esmalte dental así como tampoco líneas de hipoplasia del
esmalte. En la mandíbula se conservan once piezas dentales las cuales no
presentan caries, desgaste del esmalte dental ni líneas de hipoplasia del
esmalte. Los restos postcraneales no presentan ninguna patología y/o indicador
de estrés.
Individuo 2: se encuentra representado solamente
por la mandíbula. Se conservaron únicamente dos dientes permanentes, el segundo
premolar y el primer molar izquierdos. De acuerdo al grado de erupción dentaria
se determinó que este individuo tenía al momento de su fallecimiento 11 años ±
30 meses de edad. Los dientes no presentan caries, líneas de hipoplasia del
esmalte dental pero sí desgaste del esmalte de tipo leve.
FIGURA 3
Media Luna
Se trata de 3 individuos de edad adulta
determinados a partir de la presencia de tres diáfisis de húmeros derechos. El
único cráneo que pudo recuperarse se encuentra en mal estado de conservación.
La ausencia de piezas dentales impidió el análisis de lesiones o pérdida dental
antemortem así como del posible desgaste del esmalte dental.
Los restos poscraneales se encontraban en regular
estado de conservación por lo que no se pudieron analizar en lo referido a
indicadores de estrés, patologías y traumas.
De especial relevancia resultan un conjunto de
huesos largos con marcas de corte de apariencia intencional (figura 4a y b);
dichas marcas produjeron fracturas transversales que dividieron a los restos en
al menos dos secciones. Estas marcas de corte están siendo analizadas con mayor
profundidad y se espera la utilización de técnicas de microscopía electrónica a
efectos de contar con mayor información acerca de las características del tipo
de herramientas utilizadas para su realización, si fueron realizadas sobre
hueso fresco por ejemplo y de esta manera avanzar así en las interpretaciones
acerca de este tipo de prácticas en los pueblos prehispánicos.
FIGURA
4
Fraile Pintado
El análisis bioarqueológico, determinó que se
trata de dos individuos de edad adulta y sexo indeterminado. La cantidad de
individuos se realizó a partir del reconocimiento de dos fragmentos de diáfisis
de fémures izquierdos. La presencia de más de un individuo en este conjunto de
restos óseos sin conexión anatómica y mezclados, impide analizarlos de manera
independiente.
En el maxilar de uno de los individuos se
observan 3 piezas dentales (incisivo lateral, canino y primer premolar
derechos) sin caries, con un desgaste del esmalte dental de grado medio y sin
líneas de hipoplasia del esmalte. La mandíbula por su parte presenta tres
dientes (primero y segundo premolares y tercer molar izquierdos) sin evidencia
de actividad cariogénica, con un desgaste medio del esmalte dental y sin líneas
de hipoplasia del esmalte.
Fraile Pintado 2
Se trata de 3 individuos adultos de sexo
indeterminado. En este caso el MNI (número mínimo de individuos) específico se
determinó a partir de la presencia de 3 tibias izquierdas. Los restos se
encontraban en muy mal estado de conservación y del total de fragmentos
óseos recuperados (165) sólo 24 han
podido identificarse, lo que representa el 14,5% del total. Los restos óseos no
identificados constituyen fragmentos que no superan los
La única pieza dental recuperada constituye un molar
ubicado en un fragmento de mandíbula; en este molar no se observan caries pero
sí un desgaste del esmalte dental de tipo moderado.
El Sunchal
Se trata de tres individuos determinados por la
cantidad de mandíbulas y rótulas presentes así como por la edad estimada: uno
infantil, uno subadulto y un adulto.
La mandíbula del individuo adulto presenta dos
dientes los cuales no registran caries ni líneas de hipoplasia del esmalte pero
sí un desgaste medio del esmalte. Correspondientes a este individuo se recuperaron
además dos molares y un canino sin caries, desgaste ni líneas de hipoplasia del
esmalte.
Se recuperaron una serie de dientes sueltos (26 en total) que pueden
corresponder al subadulto o al adulto, entre los cuales se detectaron piezas
con caries, con desgaste del esmalte de tipo medio y sin líneas de hipoplasia
del esmalte.
Arroyo del Medio
Se trata de un individuo adulto de sexo
masculino. El cráneo se encuentra en buen estado de conservación. Presenta
deformación craneana del tipo circular erecta con fuertes impresiones de las
vendas utilizadas para sostener el aparato deformador (figura 5). No se observa
hiperostosis porótica ni criba orbitalia. El maxilar sólo conserva cuatro
dientes (incisivo central y canino izquierdos e incisivos central y lateral
derechos), observándose en incisivo central izquierdo una caries; todos
presentan altos grados de desgaste del esmalte dental. No se registran líneas
de hipoplasia del esmalte. Cuatro dientes los perdió en vida quedando como
evidencia la reabsorción alveolar. La mandíbula presenta solo dos dientes
(canino y primer molar derechos) los cuales no tienen evidencia de actividad
cariogénica, el desgaste del esmalte dental es de tipo medio, no registrándose
líneas de hipoplasia del esmalte.
Como rasgo discreto o epigenéticos se señala la
presencia en este individuo de la sutura metópica abierta, característica que
puede tener relevancia para futuros trabajos sobre distancias biológicas, en la
medida en que se amplíe el número de muestras analizadas para esta región.
En el proceso de recuperación y traslado de los
materiales se encontraron nueve dientes y molares sueltos que se presuponen
corresponden a este individuo. Los mismos tienen altos grados de desgaste del
esmalte dental, uno de ellos presenta una caries y ninguno líneas de hipoplasia
del esmalte.
Respecto al esqueleto postcraneal se registraron
enfermedades degenerativas en forma de osteoartritis de tipo intensa; la misma
se localiza en extremidades superiores (epífisis distales de ambos radios),
columna vertebral (con lipings marginales en vértebras dorsales y lumbares) y
moderada en extremidades inferiores (en epífisis distal de la tibia izquierda y
en ambas epífisis en la tibia derecha).
Respecto a los indicadores de infecciones, se
observó la presencia de periostitis en ambas tibias y en peroné (figura 6).
FIGURA
5
FIGURA
6
Comentarios
A efectos de simplificar la lectura de los
resultados obtenidos, se elaboró una tabla que sintetiza el análisis
bioarqueológico realizado (Tabla 2). En la misma sólo se vuelcan los
indicadores de estrés nutricional y dieta ya que el resto de indicadores sólo
se consideraron en el caso del individuo de Arroyo del Medio.
EDAD |
N |
HIP./CRIBA |
HIPOPLASIA |
PERD.DENT. |
DESG. |
||||
|
|
N |
T |
N |
T |
N |
T |
N |
T |
Infantil |
3 |
- |
- |
2 |
0 |
2 |
0 |
2 |
1 |
Juvenil |
1 |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
- |
Ad.indet. |
9 |
1 |
0 |
2 |
0 |
3 |
0 |
3 |
3 |
Ad.masc. |
1 |
1 |
0 |
1 |
0 |
1 |
1 |
1 |
1 |
Total |
14 |
2 |
0 |
5 |
0 |
5 |
1 |
6 |
5 |
Tabla
2: Resultado análisis bioarqueológico. Los N indican la cantidad de individuos que
componen la muestra. Para los indicadores, el N indica la cantidad de casos
analizados y
En lo que respecta a la información proporcionada
por los restos óseos humanos analizados en esta oportunidad, debemos destacar
la importante limitación que significa la escasez y el mal estado de la muestra
compuesta por un número muy reducido de individuos. Esto atenta contra la
posibilidad de realizar algunas inferencias sobre estilo de vida.
La mayor información proviene del individuo
recuperado en Arroyo del Medio en el cual se registraron evidencias de
sobreexigencias físicas (enfermedades degenerativas) con mayor intensidad en
tronco y extremidades superiores.
Sin embargo aunque fragmentaria y escasa, se
observa que los restos presentan en general un grado medio de desgaste del
esmalte dental, baja frecuencia de lesiones y pérdida dental antemortem sobre
todo en maxilar (incluyendo en esta categoría a las caries), ausencia de estrés
metabólico (líneas de hipoplasia del esmalte) y estrés nutricional vinculado a
anemia (hiperostosis porótica/ criba orbitalia).
La pérdida dental
representada en forma de reabsorciones alveolares y las caries se relacionan
con la ingesta de carbohidratos y azúcares[39]. La baja incidencia de estas puede estar hablando
de una dieta con escasos aportes de carbohidratos, aún cuando se postule que la
ingesta de carbohidratos puede haber provenido de recursos silvestres como el
chañar (con un porcentaje de 50% de carbohidratos) y no necesariamente de
cereales cultivados[40].
El desgaste observado
en los dientes no es concluyente de la dieta del individuo pues se ha planteado
que el mismo puede ser explicado tanto producto de una dieta dependiente de la
caza y la recolección como en una basada en carbohidratos, esto último debido
al consumo involuntario de materiales abrasivos por la presencia de restos de
las partículas de piedras de moler mezclados con los alimentos en el proceso de
la molienda[41]. En el caso del desgaste del esmalte dental de
tipo leve en el individuo 2 de Aguas Negras, que compromete en forma plana a
las coronas, sin ninguna inclinación que pueda indicar la utilización de los
dientes como herramientas, podría remitir también a la abrasividad de lo
consumido involuntariamente que provocó un grado de atrición no esperado para
un individuo de edad infantil, principalmente porque la atrición remite a un
desgaste natural del esmalte que se incrementa con la actividad masticatoria a
lo largo de los años[42].
Respecto a las prácticas deformatorias se
pudieron analizar en dos individuos únicamente; uno de ellos presenta
deformación tabular erecta y el otro circular erecta; la primera es la práctica
mas común y generalizada para regiones cercanas a los valles jujeños, como la
quebrada de Humahuaca[43] y valles calchaquíes[44] (Zigarán y Seldes com pers). La ausencia de
individuos deformados bajo la modalidad tabular oblicuo para este período se
observa también en las regiones anteriormente mencionadas, siendo que su
presencia se registra recién en el PDR (Período de Desarrollos Regionales)
Tardío (1250 -1430 dC)[45]. Por su parte, la deformación circular erecta
constituye una práctica poco habitual en el Período Formativo del NOA y fue
registrada en la quebrada de Humahuaca en sitios como
La presencia de ambos tipos de deformaciones por
igual en el valle de San Francisco bien podría explicarse por cuestiones
aleatorias de la muestra; sin embargo, resulta sugestivo que de dos casos
analizados, uno sea circular erecto, aquella que en los alrededores es la menos
frecuente. Esta problemática podría ser profundizada si se incrementara la
muestra ya que se ha planteado que presenta fuertes connotaciones identitarias
y de etnicidad[47].
De todas maneras se
plantea la necesidad de ampliar la muestra para continuar indagando la
problemática acerca de la forma de vida de estas poblaciones. Es también
importante destacar la importancia de recuperar y analizar la mayor cantidad de
restos óseos humanos de momentos tempranos y en lugares de tan poca visibilidad
de sitios formativos.
Agradecimientos: a
Cecilia Mehesz por la traducción al inglés del resumen en castellano, a los
evaluadores anónimos por sus comentarios que permitieron enriquecer la
presentación de los datos así como la discusión, y a Raúl Hernández quien nos cedió
el individuo de Arroyo del Medio para ser estudiado.
Avances en los Estudios bioarqueólogicos
de la región del Río San Francisco,
Jujuy, Argentina
Resumen
Se presentan los resultados del estudio de un conjunto de restos óseos
humanos procedentes de la región subandina de Jujuy, área del río San
Francisco. Los mismos corresponden al momento Temprano de la secuencia
agroalfarera del NOA (
Palabras
claves: área del río San Francisco, período Temprano, bioarqueología, estilo
de vida, estrés nutricional.
Verónica Seldes y Gabriela Ortiz
Bioarchaeological Advances
in the Study of the Region of San Francisco River, Jujuy, Argentina
Abstract
We present the analysis of a set of human
skeletons that come from the subandean region of Jujuy, more specific from the
San Francisco river area. Those fossils correspond to the Early agroalfarera
sequence of NOA (800 BC-400 AD). The objective was to determine the potential
of the sample in order to make comments about the healthy conditions and
lifestyle of that population, we have to take into consideration also the
environmental characteristics of the region that do not have the chance to
preserve the organic remains. We describe the whole analysis, the observations
carried out and debate the likely implications of the achieved results.
Key words: area of San Francisco river, early period, bioarchaeology, lifestyle,
nutritional stress.
Verónica Seldes y Gabriela Ortiz
* CONICET- INAPL
** CONICET-CREA-FHyCS. UNJU
[1]
Boman E. Antigüedades de la región andina de
Nordenskiold, E. Lugares precolombinos de asentamiento y entierro en la frontera sudoeste del Chaco. Traducción del original en sueco de 1903 por Alicia Fernandez Distel y Ana Distel, Serie Jujuy en el pasado. Universidad Nacional de Jujuy. 1903 [1993].
[2]
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Traducción del original en sueco de 1903 por Alicia Fernandez Distel y Ana
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el conocimiento del Complejo Arqueológico San Francisco (sector septentrional
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[20] El registro de los hallazgos efectuados quedó en manos del entonces Secretario de Cultura del municipio de Fraile Pintado. Al cambiar la gestión durante el mandato del nuevo intendente electo se desconoce el paradero del informe preliminar realizado.
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[26] La clasificación de Molnar (1971) reconoce 8 categorías en el grado del desgaste del esmalte dental. Estas categorías se reagruparon en tres grupos de acuerdo a la intensidad del esmalte: 1, 2 y 3 para leve, 4, 5 y 6 para moderado o medio y por último, 7 y 8 para intenso.
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