Guic, Laura (2023), El gobierno de la
educación común: estudio de las políticas educativas del Consejo Nacional de
Educación hacia el Centenario de la Revolución de Mayo, Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Teseo, 518 pp.
Hernán Fernandez
Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas-Instituto de Filosofía (Universidad Nacional de San
Juan)
hernan.fernan86@gmail.com
Al momento de pensar la organización de la educación común
en Argentina es preciso tener presente diversos hechos claves acaecidos en sus
inicios a fines del siglo XIX. Uno de ellos ineluctablemente reside en la
sanción de la Ley de Educación Común N° 1420. Asimismo, la creación del Consejo
Nacional de Educación constituye el otro mojón sustancial para formar
paulatinamente el sistema educativo bajo las órdenes del poder central.
Si bien en los últimos años disímiles estudios han puesto el
lente en cuestionar los alcances del Consejo en las provincias debido a la
limitación federal en cuanto a competencias educativas jurisdiccionales, reflexionar
y discutir el legado de dicho organismo implica una entrada estratégica para
abordar la complejidad de la historia de la educación pública a nivel país.
Esta tarea viene desarrollándola hace tiempo la Dra. Laura Guic, dando muestras
de los resultados mediante conferencias, artículos,
ponencias, etc. Fruto de la apuntada trayectoria es el libro reseñado a
continuación, titulado El gobierno de la
educación común: estudio de las políticas educativas del Consejo Nacional de
Educación hacia el Centenario de la Revolución de Mayo. La obra representa
el corolario de la tesis doctoral de la autora, incluso previamente también
publicó Claves para leer ‘Las multitudes argentinas’ de
José María Ramos Mejía, su trabajo de maestría que, por el devenir
de las cosas, conforma el necesario antecedente de las páginas aquí resumidas.
A modo de síntesis introductoria, cabe apuntar, El gobierno de la educación común contiene tres partes
iniciales –integradas por nueve capítulos- y el apartado destinado a las conclusiones.
Además, al finalizar cuenta con el “Epílogo” a cargo de Alejandro Herrero y un “Apéndice”
donde se incluyen abreviaturas y gráficos que facilitan le lectura. En ese
sentido, el libro es extenso y destinado principalmente a inquirir la política
educativa, y su consiguiente puesta en funcionamiento, ejercitada durante la
presidencia de José María Ramos Mejía en el Consejo Nacional de Educación.
Dentro de esto, específicamente Guic procura detenerse en la configuración,
práctica y legado de la denominada educación patriótica. Más allá de los variados
fundamentos epistémicos expuestos por la autora para explicar la selección del
tema, vale señalar, la argumentación parte de la actual vigencia de ciertos
principios de la educación patriótica y, en consecuencia, del enfoque médico
inmanente al pensamiento de Ramos Mejía.
El apartado inicial, llamado “De la dimensión epistémica”,
abarca tres capítulos. El primero nos introduce en la matriz intelectual del
Centenario, mostrando la manera de pensar la educación por algunas figuras
pertenecientes o cercanas a los círculos de gobierno. El interés reside en revelar
la forma en que Ramos Mejía, desde una óptica higienista y positivista,
comienza a definir al “otro” por educar y, en simultáneo, gobernar. Guic en
este punto analiza diversos elementos utilizados por el científico en cuestión
para moldear el programa de educación patriótica, entre los cuales pueden
mencionarse el concepto de “multitudes” y las preocupaciones ante los
inmigrantes, las concepciones en torno a patriotismo y nacionalismo, etc. El
capítulo siguiente posee la función de justificar el objeto seleccionado,
aclarando la pertenencia al campo de la historia de la educación y la vigencia
de problemáticas subyacentes en éste último.
Los planteos de la autora llevan a discutir algunos
postulados del ya clásico libro de Carlos Escudé El fracaso
del proyecto argentino. Al respecto, recurre a una amplia tradición
de lectura –integrada por Tedesco, Mangianelo, Bregazzi, Ascolani, Solari,
Bisso, Southwell, Arata, Ramacciotti, y otros- con la finalidad de exponer los
aspectos históricos y educativos de la educación patriótica como política
pública. Desarrolladas tales cuestiones, el capítulo tercero avanza sobre el
Consejo Nacional de Educación, espacio de gestación y aplicación del mentado programa
educativo. La exploración del organismo la emplea mediante variadas entradas, destacándose
el continuo diálogo con los trabajos de Roberto Marengo. Desde allí el libro necesariamente
nos lleva a los antecedentes del Consejo y del sistema educativo nacional,
exponiendo la relevancia del rol de las provincias en las primeras acciones
referidas a educación común. Incluso, se complejiza el tema al profundizar el examen
de la función de la educación y cuáles fueron sus implicancias pedagógicas.
Finalmente, el capítulo discurre en el significado de las políticas educativas a
través de distintas variantes, entre ellas las dimensiones didáctica y
curricular, los textos y los rituales escolares.
En gran medida de la novedad de la obra de Laura Guic tiene
asiento en la metodología esbozada para otorgar nuevos modos de entender el tema.
En este momento del libro la investigadora hace gala de un diseño que viene elaborado
en publicaciones previas: el enfoque rizomático. Precisamente el segundo
apartado del libro, denominado “Del diseño metodológico”, se detiene en dicho terreno
para presentar a los lectores las particularidades en el procedimiento dirigido
a interrogar al Consejo y las políticas educativas mediante las respectivas fuentes
elegidas.
De esa forma, la metáfora del rizoma deleuzeano abre camino
al capítulo cuarto –“De la reflexión a la construcción del método”-, en cual la
autora esboza problemáticas presentadas en disciplinas, por ejemplo Ciencias de
la Educación, donde las producciones quedaron subordinadas al método
seleccionado y no consiguieron construir temas de interés desde lo íntegramente
educativo. Debido a los motivos aducidos, el libro dialoga con determinadas posturas
posestructuralistas porque advierte la recurrencia de análisis basados en
“ciencias que colonizaron” la educación, pues apelaron a elementos
teóricos-metodológicos no propiamente educativos. Para cerrar, la autora señala
la importancia del planteo rizomático y sintetiza las investigaciones de quienes,
como Juan Samaja, ofician de precursores en la definición del enfoque.
El capítulo siguiente, llamado “El rizoma como enfoque
metodológico”, resulta muy práctico para apreciar la aplicación de la
metodología diagramada. Con esa finalidad, frecuentando a las investigaciones
de Esther Díaz, Teun A. van Dijk, Michel Foucault, Reinhart Kosselleck, Mariano
Plotkin, Eduardo Zimmermann, Abelardo Levaggi y de la propia Laura Guic; la
obra ofrece las primeras muestras de la utilización del enfoque rizomático en
el tratamiento del Consejo y, particularmente, de la educación patriótica. La
tercera parte “De la investigación del Programa de Educación Patriótica”,
procede a centrarse en el objeto. La premisa fijada por la investigadora consiste
en volver sobre el éxito del plan de educación patriótica evidenciado en la
vigencia actual de algunos de sus principios. Desarrollado esto, el proyecto es
concebido como una propuesta en sí y, al mismo tiempo, como política pública
para el gobierno de la educación. Para ahondar en las referidas características
inicialmente serán consultadas fuentes oficiales, entre ellas El Monitor de la Educación Común y los informes del Consejo
Nacional de Educación.
En relación con las disposiciones del apartado apuntado, el
capítulo seis –“Del problema de investigación y las hipótesis”- entiende en la
hipótesis central que Ramos Mejía, a la cabeza del Consejo procuró trazar y emplear
un programa de política educativa encaminada a moldear al gobernado mediante la
educación patriótica. Asimismo, la discursividad estipulada por la educación
patriótica requirió de reglas y significaciones propias con la capacidad de
naturalizarlas al punto de lograr su invisibilidad. Para profundizar, retoma la
tradición de lectura, refiriendo a las publicaciones de Flavia Fiorucci,
Alejandro Herrero, Lucía Lionetti, Fernando Martínez Paz, Héctor Muzzopappa, Adriana
Puiggróss, etc.; además, a las fuentes emitidas por el organismo, agrega al
corpus variadas fotos, representaciones gráficas, censos y textos afines –dentro
de estos, La Restauración Nacionalista-.
En el séptimo capítulo –“Gobierno de la Educación: las
políticas del Consejo Nacional de Educación”-, Guic historiza el gobierno de la
educación desde las instituciones y políticas adoptadas para ese fin,
exponiendo por ejemplo la vinculación con el Ministerio de Justicia e
Instrucción Pública y la situación presentada con la laicidad en tiempos de
Roca. Al momento de interiorizarse en los alances y límites del Consejo, el
libro también indaga el obstáculo implícito en los antecedentes inmediatos del
ente, tales como Consejo Provincial de Educación de Buenos Aires y la posterior
federalización de la ciudad. En “El Programa de Educación Patriótica y su trama
ideológica”, la intención reside en explorar la educación patriótica por medio del
pensamiento –o “ideologías”- de las figuras intelectuales implicadas. En este
punto, el aspecto biográfico es trascendental para la investigación,
concluyendo en la sustancial participación de Ramos Mejía en la señalada operación.
Para completar las herramientas dirigidas a comprender la educación patriótica,
el libro ofrece un interesante glosario de los principales conceptos comprometidos
en la trama, por citar algunos: liberalismo, normalismo, movimiento
positivista, modernismo, higienismo, patriotismo, movimientos reformistas, etc.
El último capítulo, titulado “La política educativa del CNE
en el Centenario: el Programa de Educación Patriótica”, toma diversas fuentes
para penetrar en dicha política educativa y comprender cómo efectuó la creación
del “otro” por gobernar y de qué forma fue puesto en práctica. Para interrogar
el impacto del programa aplica tres entradas documentales: el texto donde
inicialmente se postulaban sus principios (La escuela del Centenario),
los estudios referidos a la ejecución (el denominado Informe
Ramos) y los diseños curriculares y didácticos del mismo. A su vez,
la didáctica patriótica es examinada mediante el diálogo con Leopoldo Lugones y
Ricardo Rojas, referentes cruciales del periodo. Finalmente, la implementación resulta
expuesta a través de los modos de planificar, entre otras cuestiones, la
enseñanza de la semana de mayo, la jura de la bandera o la ornamentación patriótica
de las escuelas. El apartado destinado al cierre del libro –“Consideraciones
finales y puntos de fuga”- brinda al lector las conclusiones obtenidas y, en
simultáneo, manifiesta las sugestivas nuevas directrices investigativas
abiertas el en trascurso del trabajo aquí reseñado.
Por todo lo apuntado El gobierno de la educación
común: estudio de las políticas educativas del Consejo Nacional de Educación
hacia el Centenario de la Revolución de Mayo viene a sumar innovados
conocimientos para seguir ampliando y consolidando el campo de la historia de
la educación en Argentina. Las propuestas historiográficas, educativas y
teórico-metodológicas de Laura Guic significan necesarios aportes encaminados a
conocer más detenidamente a un elemento cuestionado por determinados sectores
en los tiempos actuales como es la educación pública. Por las razones aducidas,
publicaciones de esta índole vuelven a poner sobre la mesa el nunca perimido ejercicio
de discutir el presente frecuentando el pasado remoto.