Revista Andes,
Antropología e Historia
Vol. 2, Nº 32, Julio -
Diciembre de 2021
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obra está bajo licencia de Creative Commons Atribución - No Comercial CC
BY-NC
https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/ ISSN Nº 1668-8090
LA ORGANIZACIÓN DOMÉSTICA Y LAS MUDANZAS DE ESTECO
(1566-1650): POLÍTICAS DE MOVILIDAD
HOUSEHOLD
AND THE MOVEMENTS OF ESTECO
(1566-1650):
POLITICS OF MOBILITY
María
Marschoff
Instituto de Humanidades
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET)
Facultad de Filosofía y Humanidades (FFyH)
Universidad Nacional de Córdoba (UNC)
Argentina
mmarschoff@hotmail.com
Fecha de ingreso: 16/09/2020
Fecha de aceptación: 06/04/2021
Resumen
En 1609 los habitantes
de Nuestra Señora de Talavera o Esteco –actual provincia de Salta, Argentina-
trasladaron su ciudad. En esa coyuntura, algunos de ellos decidieron no
participar de la mudanza y migrar hacia otras ciudades de la gobernación del
Tucumán. En este artículo, en base al análisis de diversas fuentes
documentales, se busca entender el trasfondo de las distintas decisiones que
tomaron los habitantes de esta ciudad colonial, en particular la lógica de la
elección de trasladarse o permanecer en determinado lugar. De esa manera se han
podido trazar vínculos entre los ritmos de movilidad de las personas con el
contexto político-económico de la época y de la región, la organización
doméstica en la que participaban y los grupos sociales en los que se insertaban
en esta sociedad estamental colonial (elite, grupos subalternos, grupos
medios).
Palabras clave: movilidades, organización
doméstica, grupos sociales, Esteco, siglo XVII
Abstract
In 1609 the inhabitants of Nuestra Señora de
Talavera or Esteco –nowadays Salta Province, Argentina- moved their city. In
this context, several of them decided to migrate to other cities of the Gobernación del Tucumán. Based on the
analysis of a wide variety of historical sources, In this work we try to
understand the reason of their decisions, in particular why they took the
decision either to move or to remain at a certain place. We have been able to
link the rhythm of mobility of these people with the political and economical
context of that time and region, their households and the social groups (elite,
subaltern or middle groups) to which they belonged in this stratum colonial
society.
Key words: mobilities, household,
social groups, Esteco, 16th Century
Introducción
En 1609 los habitantes de Nuestra Señora de Talavera o
Esteco abandonaron, al menos oficialmente, esa ciudad fundada en 1566. Parte de
ellos decidió trasladarse a un nuevo asiento hacia el noroeste a un lugar
donde, junto con los habitantes de la Villa de la Nueva Madrid, fundaron
Nuestra Señora de Talavera de Madrid a la que se continuó llamando también
Esteco. Sin embargo, durante esa coyuntura un conjunto de ellos decidió no
acompañar la mudanza y en cambio trasladarse hacia otras ciudades de la
gobernación. Con los años y las vicisitudes en el nuevo espacio que habitaban,
más personas fueron dejando la ciudad y tras un último terremoto en 1692 fue
abandonada definitivamente.
Este artículo se centra especialmente en el momento de
la mudanza de este núcleo urbano, una situación de tensión para nada inhabitual
en la historia de las ciudades americanas coloniales tempranas[1].
Existe una indicación de que esa mudanza era algo deseado por al menos una
parte de sus habitantes desde tiempo antes: el dominico Lizárraga quien visitó
Esteco entre 1586 y 1593 aproximadamente así lo indicó en su “Descripcion
colonial” de 1605[2].
Pero el traslado sólo pudo efectivizarse en 1609 durante la gobernación de
Alonso de Ribera. Entre sus medidas de gobierno el traslado de ciudades hacia
el noroeste formaba parte de un plan mayor de pacificación y control sobre esa
región a fin de asegurar el camino hacia el Alto Perú[3],
por lo que no extraña que favoreciese una intención preexistente. A comienzos
del siglo XVII la interacción entre el Tucumán y Potosí era cada vez más
intensa y, si durante las últimas décadas del siglo XVI el énfasis estuvo
puesto en la producción de textiles y productos agrícolas para el centro
minero, su auge, sumado a la disminución de la población indígena, hizo que la
producción virara hacia la ganadería extensiva de vacunos y luego de mulas[4].
Por otra parte, formaba parte del plan de gestión de Felipe III justamente la
pacificación y fortalecimiento de los dominios americanos a lo que se sumó una
preocupación por el bienestar de las diezmadas y muy castigadas poblaciones
indígenas[5].
La implementación de este plan, a través del establecimiento de tenientes de
naturales para visitar los pueblos de indios y la insistencia en que se
cumpliesen las ordenanzas de Abreu, llevó a Alonso de Ribera a enfrentarse con
los grupos más poderosos del Tucumán de esa época, los encomenderos y el clero,
lo cual colaboró a que el momento del traslado de Nuestra Señora de Talavera
fuese, no sólo un período de cambios económicos, si no también de fricciones
sociales[6].
El objetivo en este trabajo es intentar comprender, en los términos y parámetros de la época, la lógica de la toma
de decisión de apartarse de un determinado grupo poblacional y/o de permanecer
junto a él y acompañar su traslado. Para ello se busca en primer lugar
describir y conocer cómo era y cómo vivían los habitantes en el primer asiento
de Nuestra Señora de Talavera, ubicado a
unos tres kilómetros de la actual localidad de El Vencido, en el departamento
salteño de Anta en la región del Chaco occidental
semiárido integrado a la Llanura Chaco Salteña o también llamada Chaco
Paranaense o Chaco Pampeana[7]
-Figura 1-. También interesan las percepciones, expectativas e inversiones
acerca del lugar al que luego se mudaron, en las cercanías de la actual
localidad de Río Piedras, en las estribaciones de las Sierras Subandinas,
departamento de Metán, provincia de Salta, distante cien km. al noroeste del
paradero original[8]
-Figura 1-.
Un lugar es un espacio hecho significativo por las
personas que lo habitan y posee una localización estable o móvil, una forma
materialmente constituida y un sentido o apego emocional por parte de sus
habitantes[9].
Los lugares estructuran la sociedad y la identidad[10].
Se conforman en sentido vertical, enraizando, y remitiendo al tiempo de
permanencia y a la propia historia; pero también en sentido horizontal y
relacional, a través de sus interconexiones, las interrelaciones que allí
ocurren y la movilidad[11].
En este último sentido, los lugares son progresivos, dinámicos, lo que también
implica una dimensión temporal y de construcción de identidad[12]. Es así como se hipotetiza que cambiar de
localización -¿pero también de lugar?- muy probablemente no haya sido una
decisión simple.
Siguiendo a Cresswell[13]
se entiende como políticas a todas las relaciones sociales que implican la
producción y distribución de poder. A ello se suma que todo movimiento; así
como la inmovilidad, la forma en que ocurre y las representaciones que
conlleva; pueden estar implicados justamente en ese tipo de relaciones. Esta
idea de que las movilidades son políticas o que existen “políticas de
movilidad”[14]
se basa en un concepto de poder foucaultiano amplio y al mismo tiempo enfocado:
poder es una relación de una fuerza con otra, es acción, es múltiple en su
propia definición –para existir precisa de la existencia de al menos otra
fuerza más- y tiene la capacidad de afectar y ser afectada[15].
Siguiendo los principios de esta microfísica del poder[16]
el poder no es propiedad de nadie ni un atributo, es una estrategia que se
ejerce, pero no se posee –es una relación-, por lo tanto tampoco se localiza en
ningún aparato como el estado –el cual es gestor de un poder originado en otro
lado, por ejemplo el parentesco y las alianzas[17].
Con estas ideas de “políticas de movilidad” y de poder es posible abordar en
toda su amplitud y profundidad las acciones implicadas en el traslado
poblacional de Esteco a fin de encarar los objetivos propuestos caracterizando
las similitudes y diferencias entre los grupos sociales e individuos que
tomaron la decisión de abandonar ese núcleo poblacional en el contexto de un
traslado aceptado y promovido por las autoridades establecidas y aquellos que
acompañaron esa mudanza. Para estudiar las múltiples “políticas de movilidad”
que emergieron en esta población en ese momento determinado de su historia se
tienen en cuenta las diferentes facetas de la movilidad[18]
de sus habitantes: por qué se movieron, el ritmo y los momentos en que lo
hicieron, hacia dónde lo hicieron y la fricción de su movimiento –cuándo y cómo
se detuvieron.
La sección que sigue comprende una crítica de las
fuentes documentales analizadas, evaluando tanto su pertinencia a los objetivos
planteados como las unidades de análisis utilizadas. Las siguientes dos
secciones se centran en primer lugar, en describir y caracterizar los cambios
espaciales y materiales implicados en el traslado. Se hace especial hincapié en
dar cuenta de algunos aspectos de la materialidad de ambos asientos así como
las formas en que ambas ciudades eran habitadas. En la siguiente sección, se
caracterizan los cambios sociales que conllevó la mudanza a partir de conocer
quiénes deciden trasladarse a otros lugares y quiénes participan en la
fundación de la nueva ciudad y son considerados sus primeros habitantes.
Finalmente, en la última sección, se interpretan las tendencias observadas en
clave de movilidades y sus políticas buscando definir la relación entre las
formas de toma de decisión acerca del traslado del lugar de residencia, los
grupos sociales a los que pertenecían quienes toman una u otra decisión, así
como sus particulares contextos personales –organización doméstica en la que se
insertaban, origen, etc. Del mismo modo se aventura una interpretación acerca
del peso político de la elite local y su influencia en la toma de decisión
sobre el traslado de la ciudad hacia otro asiento.
Las
fuentes utilizadas y algunos aspectos metodológicos de su análisis
Este trabajo se basa en el análisis de tres tipos de
fuentes documentales diferentes. Para conocer la población, tanto en su aspecto
material en la primera localización como todos los datos sobre su sociedad, se
utiliza principalmente el
“Interrogatorio para las Indias Occidentales de 1604 y las respuestas dadas en
Nuestra Señora de Talavera, Gobernación del Tucumán, en 1608”. Se trata de una
serie de preguntas estandarizadas que todas las ciudades americanas debían
responder por orden de la Corona y del cual existen antecedentes de realización
previa[19]. El
objetivo de la redacción de ese documento era, para quienes lo diseñaron y
ordenaron, conocer el estado de los dominios americanos. El original de este documento se halla
depositado en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia. Aquí se utiliza la
transcripción paleográfica que hemos publicado junto con una discusión crítica
de la fuente[20].
Un aspecto fundamental de este interrogatorio y que lo
hace particularmente valioso para los objetivos que aquí se pretenden tratar,
reside en que, además de la exhaustiva información que provee, fue escrito un
año antes de que se produjera el traslado del núcleo poblacional de la ciudad
hacia el nuevo asentamiento. Por ello,
constituye una suerte de instantánea altamente detallada de numerosos aspectos
de esa sociedad en ese momento particular y de su entorno material.
El interrogatorio está conformado por un listado de
355 preguntas agrupadas por temas. Las primeras corresponden a una relación
general muy detallada de la ciudad respondidas mediante una descripción a cargo
del teniente de gobernador, Diego López Correa. Cabe destacar que en ellas se
menciona que los habitantes ya hacía unos años que venían abandonando la
localización. Por otra parte, también hay un conjunto de preguntas que se
responden con declaraciones individuales de los vecinos, moradores y residentes
de la ciudad. En ellas cada uno enumera sus méritos y los de sus ancestros,
incluyendo a veces pequeñas biografías; describen sus medios de vida u
ocupación así como sus propiedades (productivas, viviendas, encomiendas,
ganado, esclavos) y valúan su capital; finalmente describen el núcleo inmediato
de personas con las que conviven. En realidad, más precisamente, enumeran los
individuos que subsisten en base a un determinado conjunto de propiedades
productivas y de los cuales quien responde al interrogatorio es considerado
cabeza, al menos para los funcionarios que plasmaron por escrito el documento.
Esta unidad de relevamiento del interrogatorio, pero
también económica y de parentesco/dependencia, coincide con el término
organización doméstica, traducción del inglés household.
En ese sentido es tanto un grupo social, como la red de
tareas, roles, responsabilidades y relaciones internas y externas de ese grupo[21].
Al mismo tiempo una organización doméstica es también la materialidad,
espacialidad y temporalidad en los que existe y se define[22].
Es decir que comprende tanto un conjunto de actores, como un patrón de
actividades y relaciones desplegados y constituidos temporal y materialmente.
Con la especificidad, en el caso de las sociedades coloniales de ser conjuntos de personas vinculadas entre sí por
lazos de parentesco y/o dependencia (esclavos e indígenas) que cuentan unos con
otros para su subsistencia[23].
Es así como esta unidad de análisis es tanto propia de la fuente y la forma en
que fue redactada, como teórica y metodológica en el presente trabajo.
En el interrogatorio se listan como cabeza de
organización doméstica 68 personas, la mayoría varones –sólo tres mujeres son
listadas como tales. Se excluyen de esta cuenta dos mercaderes que tan sólo se hallaban de paso por la ciudad y dos casos
donde se listaron como cabeza tanto el tutor como los menores bajo su tutela
-se unificaron al tutor y sus tutelados en una única unidad. Asimismo se
excluyó el caso de un vecino que ya no residía en Esteco pero cuyo hermano y
madre se beneficiaban de sus propiedades productivas y atendían a su vecindad
–a quienes sí se incluyó. De este modo la población de Nuestra Señora de
Talavera, en vísperas de su mudanza, estaba compuesta por 63 organizaciones
domésticas que alcanzaban un total de 224 personas[24]. En general estas organizaciones, tal como se las declara, corresponden a
lo que se denomina familia nuclear (padre y/o madre e hijos menores). Sin
embargo, 11 de ellas se
componen o incluyen otras relaciones de parentesco: hermanos/as del/la considerado/a
cabeza, suegras o madres y sobrinos/as (tanto adultos como menores). Si bien en
algunos casos se da a entender en las respuestas individuales que algunas
organizaciones domésticas de poco tamaño se hallaban viviendo bajo un mismo
techo –y posiblemente compartiendo fuentes de sustento-, la imprecisión de esa
asociación y el hecho de que no todos los casos se hallen declarados hace que
se haya preferido mantenerlas como unidades independientes.
El segundo tipo de fuente trabajada en este artículo
está constituido por dos plantas o planos de la ciudad tras el traslado a la
nueva localización, es decir cuando ya se trataba de Nuestra Señora de Talavera
de Madrid. Se hallan en el Archivo General de Indias y fueron publicadas, junto
con la transcripción de otros documentos, por José Torre Revello en 1943 en su
libro sobre Esteco y Concepción del Bermejo[25].
Una de estas plantas es considerada por este autor un borrador, mientras que la
otra, según criterios que expone y justifica, habría sido la planta definitiva
de la nueva ciudad. En ambas se grafica la distribución espacial de las
manzanas de Nuestra Señora de Talavera de Madrid y a quién le correspondió cada
solar –cuarto de manzana. Al tratarse de planos realizados en 1610,
prácticamente junto con la mudanza, consideramos que en ellos se pone de
manifiesto una intencionalidad de mudanza que, como se muestra más adelante, no
necesariamente correspondió a un traslado efectivo de quienes fueron
beneficiados con un solar.
Tanto el interrogatorio como las plantas son las
fuentes principales analizadas y que, por cuestiones de espacio y para
facilitar la lectura, no se citan en extenso en nota a pie cada vez que datos
emergidos de ellas se mencionan. En cambio sí se especifica en nota a pie el
tercer conjunto de documentos incluidos en el presente análisis el cual es
mucho más heterogéneo. Este tercer conjunto corresponde a documentos tanto
publicados –especialmente informes y cartas de pedido comunitarias– como
inéditos. Entre estos últimos resulta especialmente útil la información
recabada a partir de la revisión y fichado de 75 tomos de Protocolos notariales
depositados en el Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba (de aquí en
adelante AHPC) y que van del año 1576 a 1695. En estos protocolos, a través de
instrumentos como cartas de poder, de compra venta, conciertos, entre otros, se
halla testimonio de la presencia de diversos individuos oriundos de Esteco en
distintos lugares de la gobernación en diferentes momentos del siglo XVI y
XVII.
A partir de estos documentos, que oportunamente se
citan a pie de página en el texto, se busca evaluar la permanencia de los
habitantes de Esteco en la nueva localización o bien su traslado hacia otro
lugar de la gobernación. Por supuesto, con estos documentos sólo es posible
alcanzar una primera aproximación, ya que hay que considerar que no todos ellos
realizaron actividades que se plasmaron en documentos notariales y por
añadidura escritos en la ciudad de Córdoba. Sin embargo se hallaron 28
habitantes de Esteco –tanto de los que han sido listados en el interrogatorio
como los que figuran en ambas plantas de la nueva ciudad- en estas fuentes, una
proporción nada desdeñable. Incluso algunos de ellos pudieron ser rastreados
hasta momentos tan tardíos como 1651. También es importante considerar que al
momento de migrar hacia otras ciudades de la gobernación Córdoba no fue
necesariamente el primer destino elegido. Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del
Estero eran ciudades mucho más cercanas que probablemente atrajeron más población.
Esto podrá ser mejor evaluado al trabajar con fuentes semejantes a las que
revisamos en Córdoba en los archivos de esas ciudades. A pesar de estas
precauciones, los datos provenientes de este conjunto de fuentes, aún
ofreciendo un panorama fragmentario e incompleto, sí permiten resaltar algunas
características de la diáspora desde Esteco que ocurrió a lo largo del siglo
XVII.
El traslado de Nuestra Señora de Talavera a la
jurisdicción de la Villa de Madrid de las Juntas: algunos aspectos de los
cambios materiales implicados
En 1592 el gobernador Ramírez de Velazco funda, junto
con vecinos de otras ciudades y especialmente algunos de Nuestra Señora de
Talavera, la Villa de la Nueva Madrid o Madrid de las Juntas. Ubicada en la
unión del actual Río Piedras con el Pasaje-Salado y en la confluencia de los
caminos que desde Nuestra Señora de Talavera y Salta se dirigían al Alto Perú,
la localización de esta nueva ciudad era estratégica[26].
Servía también, en palabras de su fundador, a otros fines adicionales, los que
menciona cuando realiza su probanza de méritos hacia el año 1600:
y abiendo acontinuado y
entendido en las continuas muertes y rrobos que los yndios lules les hazian
entre la ciudad de nuestra señora de talabera y salta poble en medio del camino
a veinte y dos leguas de cada ciudad la Nueva Madrid en la qual ay treinta y
seis vezinos e mediante la dicha poblacion se aseguro toda la tierra y se ban
acomodando munchos pobres por ser la tierra mexor de la governacion y mas
aparexada para crianca de todo genero de ganado y sementeras abundante de agua
leña pastos y pescado y ansi ba en muncho acresentamiento y los yndios que
rrobaban y salteaban sirben a sus encomenderos como los destas provincias.[27]
En esta fundación los habitantes de Nuestra Señora de
Talavera jugaron un rol central. Como menciona el Teniente de gobernador en el
interrogatorio de 1608, varios de los vecinos de la Villa de Madrid lo habían
sido antes de Nuestra Señora de Talavera, lo cual a su juicio jugó en desmedro
de esta última por la saca de indios y vecinos que esto implicó. La Villa de
Madrid era la población vecina más cercana a Nuestra Señora de Talavera y en
1608 comparten incluso cargos de cabildo, específicamente es el caso del vecino
de Esteco Rodrigo de Soria Cervantes quien era alguacil mayor en ambas y así lo
declara en el interrogatorio. Otros vecinos a su vez declararon que habían
tenido cargos en la Villa de la Nueva Madrid, es decir que habitaron en ella en
el pasado, aunque más no fuera esporádicamente. Es posible sostener que, en
términos de las percepciones de la época y en el contexto de estas dos
ciudades, sus vecinos se consideraban relacionados, además de cercanos
físicamente.
Es hacia la jurisdicción de la Villa de la Nueva
Madrid hacia donde se trasladan finalmente los habitantes de Nuestra Señora de
Talavera, fusionando ambas sociedades. Sin embargo, como se mencionó en la
introducción, ya existían entre los vecinos intenciones de mudar la población
al menos desde la década de 1590 pero el traslado y unificación habría tenido
que aguardar que un gobernador favoreciese esa acción[28].
En el interrogatorio el Teniente de gobernador
menciona varios problemas del asiento de Nuestra Señora de Talavera que
estarían pesando al momento de impulsar la mudanza. El primero de ellos es la
disminución, según este funcionario, por pestes y traslados de vecinos con sus
encomiendas, de la población indígena y por lo tanto de la mano de obra
disponible. Menciona que habitan la ciudad y su jurisdicción tres grupos
diferentes: en primer lugar, “yanaconas” que residen en las casas o en las
propiedades productivas de los encomenderos y que hablaban quechua
(probablemente indígenas deslocalizados); por otro lado “indios labradores”
tonocotés con legua propia y finalmente lules y frentones con diversas lenguas,
cuyos encomenderos varias veces los declaran como “indios alzados”. Cabe
destacar que otras fuentes contemporáneas también mencionan la importancia de
esta disminución poblacional en Esteco. Así lo indica en 1594 el padre jesuita
Barzana[29], el funcionario Maldonado de Torres[30]
en 1609, y los cabildantes de Esteco en una carta de 1623[31]. Sin embargo, este era un fenómeno común a todas las
ciudades de la gobernación tras las primeras décadas de implantación del
sistema de encomiendas y del cual, como se menciona en la introducción, se
ocupó específicamente el gobernador Alonso de Ribera no sin generarle serios
conflictos con las elites encomenderas de la gobernación[32].
Otro factor del decaimiento de Nuestra Señora de Talavera
mencionado varias veces a lo largo del documento del interrogatorio por el
Teniente de gobernador es el hecho de que la ciudad, en 1608, se hallaba
alejada de las vías de circulación entre Buenos Aires y el Alto Perú:
5 (…) Y tambiem esta çiudad a ydo en diminuiçion porque por esta çiudad
se yva al Peru y era camino pasajero y de tres años a esta parte an mudado el
camino. Ya no caminan por esta çiudad aunque avia mas de treinta e seis años
que se caminava//13v por esta çiudad, y caminan por el camino nuevo
por dezir es mas çerca diez o dose leguas y dello le biene gran perjuizio a
esta çiudad y de caminar por ella los pasajeros no viene ningun perjuizio a
ninguna çiudad ni villa desta governaçion y se hara gram biem y merçed a esta
çiudad mandar sea camino pasajero y se continue el camino como de antes[33].
Este trajín había comenzado a realizarse, desde la década
de 1590, más hacia el oeste, en una zona asegurada a partir de la fundación de
la ciudad de Salta en 1582 y Jujuy en 1593. Este problema es mencionado también
por otras fuentes contemporáneas como los
funcionarios Barrasa[34]
en 1615 y Maldonado de Torres[35]
en 1609 o el Cabildo de la Villa de Nueva Madrid[36]
en 1592. Este cambio de eje
de la circulación es una de las causas de que se interprete que en el siglo
XVII se produjo un decaimiento de la zona central de las tierras bajas en
contrapartida de la conquista y vitalización de la zona noroeste o tierras
altas[37].
La tercera dificultad a la que se enfrentaban los
habitantes de Nuestra Señora de Talavera, ya específica del lugar, es la
presencia de salitre que afectaba la perdurabilidad de las edificaciones y la
fertilidad del suelo. Este hecho es mencionado tanto por el Teniente de
gobernador en el interrogatorio, como por quienes en distintos momentos
visitaron Esteco tales como los religiosos Barzana[38]
y Lizárraga[39]
en la década de 1590 y los funcionarios Barrasa[40]
en 1605 y Maldonado de Torres[41]
en 1609. En otro trabajo[42],
a partir de evidencia geoarqueológica recolectada en el sitio de la primera
localización de Esteco, fue posible correlacionar este fenómeno con el
advenimiento de condiciones climáticas más frías y secas que conllevaron una
mayor aridez, la cual se extendió incluso hasta mediados del siglo XVII[43].
Pero, ¿cómo se describe a Nuestra Señora de Talavera
poco tiempo antes de la mudanza? En las primeras preguntas del interrogatorio
el Teniente de Gobernador pinta un cuadro pormenorizado de la ciudad y su
jurisdicción inmediata. Así sabemos que contaba con una plaza y cuatro calles,
43 casas, algunas con tiendas, de tierra y paja y unas pocas con tejas que se
separaban con tapias también de tierra; destaca que así eran la mayoría de las
viviendas en las demás ciudades de la gobernación. Describe que cuenta con
casas de cabildo e indica que existen viviendas abandonadas por los vecinos que
fueron dejando la ciudad, bien al momento de la fundación de Salta y la Villa
de Nueva Madrid o por otros motivos. Relata también que años ha había tenido
acequiones derivados de la acequia principal que traía el agua desde el río
“Esteco” como lo llama[44],
pero que ya no se utilizaban por el peligro de derrumbe que el salitre generaba
tanto en ésta como así también en las edificaciones de tierra.
El mismo Teniente de gobernador describe el “distrito”
de la ciudad como tierra llana, montuosa, sana y muy calurosa en verano.
Observa que, si bien el río anega tres meses al año las inmediaciones, la
agricultura sólo es posible con riego y es por eso que las chacaras destinadas
a la agricultura se hallan distribuidas sobre todo a lo largo de la acequia
principal cercana a la ciudad en una extensión máxima de una legua. La toma de
esta acequia, según la descripción del funcionario, se hallaba a dos leguas de
la ciudad y tenía una extensión máxima de poco más de dos leguas. Los vecinos
declaran poseer 38 chacaras[45]
siendo tres de ellos los que poseían dos cada uno. Es decir que al momento del
interrogatorio había 35 productores en total a los que se suman dos que
producían en los pueblos de sus indios encomendados, distanciados del núcleo
urbano de Esteco, y uno que estaba produciendo en la jurisdicción de la Villa
de Madrid de las Juntas.
En las preguntas generales el Teniente de gobernador
enumera una gran cantidad de hortalizas y frutas que se producían en las
chacaras y huertas. Sin embargo, los productores en sus respuestas individuales
sólo declaran los cultivos principales, coincidentemente los comercializables.
Así, la producción declarada consistía principalmente de trigo y maíz (una sola
chacara tenía sólo viñas) junto con otros cultivos. Cabe destacar que la ciudad
contaba con dos molinos hídricos de propiedad privada para la molienda de
grano. Cuatro de estos productores plantaban también algodón del que producían
220 fanegas aproximadamente al año. Once productores también poseían viñas y
elaboraban alrededor de 315 arrobas anuales de vino. Si bien las cifras
declaradas posiblemente sean menores a las reales, la producción de trigo superaba
a la de maíz, 865 y 270 fanegas anuales respectivamente. Esa producción habría
sido suficiente para abastecer a la población y probablemente generase algún
excedente[46].
En las chacaras también se criaba ganado, especialmente ovejas (1700 cabezas
declaradas en total) y cabras (500 cabezas) y un número inferior de vacunos
(1200). Por otra parte dos organizaciones domésticas poseían estancias, o
“estanciellas” como las denominan en el interrogatorio, en la jurisdicción de
la ciudad donde producían sobre todo ganado ovino.
En 1609 la mudanza
de los habitantes de Nuestra Señora de Talavera y de la Villa de la Nueva
Madrid ya estaba ocurriendo y para esa tarea se comisionó por Cédulas Reales al
gobernador Alonso de Ribera[47].
Según fuentes de 1613 el traslado habría durado unos tres meses y el costo de
la mudanza fue cubierto enteramente por los propios vecinos[48].
Sin embargo, el traslado no se realizó sin tensiones ya que algunos habitantes
se negaban a abandonar sus fincas, tal como lo informa un funcionario en 1605:
Y dizen y confiesan los
mismos querehusan mudarse parano hazerloson el amor quelos uiejos que ya ay
pocos tienen alas casas que edificaron y viñas que plantaron y parecerles que
no an degozar Las que fueren aedificar y plantar aotra parte y tambien que
auiendose depasar alas juntas yser todo unpueblo y ciudad Los queestan aora
poblados en Lauilla tienen tomadas Las mejores quadras y solares alrededor
delaplaza y ellos siendo ciudades mas antiguas y demas uezindad auian detenerlo
peor y Las peores tierras por estar yarepartidos[49].
No se cuenta con grandes detalles acerca de la
jurisdicción de la Villa de Nueva Madrid salvo que, en general, antes de la
mudanza es valorada como un lugar mucho más beneficioso, tal como lo menciona
un testimonio de 1605:
asiento mucho mejor, del mismo
temple y más fresco, (…) de un arroyo que tienen a la falda de un cerro, se
pueden sacar acequias y hacer molinos, y para acabar de pacificar unos indios
de aquella provincia, belicosos, llamados Lules, es asiento mucho más cómodo;
si a este asiento se han mudado, será pueblo muy regalado, fresco y muy sano,
donde para el edificio de las casas tienen mucha madera, y el suelo no
salitroso, piedra para hacer cal y buena tierra para teja[50].
Por lo general las expectativas ante la mudanza que
han llegado al presente a través de testimonios escritos son positivas, si bien
con el tiempo y a medida que la población se fue consolidando y habitando de
manera estable el nuevo asiento esas percepciones fueron cambiando[51].
Al momento de efectivizarse la mudanza, entre 1609 y 1610, 16 vecinos de
Nuestra Señora de Talavera ya estaban produciendo ganado en estancias en la
jurisdicción de la Villa de la Nueva Madrid y así lo declaran en el
interrogatorio que tuvo lugar en el primer asiento de la ciudad. Un total de 14
estancias eran propiedad de estos vecinos a los que se suma uno que era
propietario de una chacara con molino en la nueva localización. En esas
estancias, al cuidado de unos pocos indígenas encomendados, se producía sobre
todo ganado vacuno (12.700 cabezas declaradas) en contraposición a un número
bastante inferior de ovejas (8.200) y cabras (1.150)[52].
También había cuatro productores de mulas en una escala bastante inferior a.
Los vecinos de Nuestra Señora de Talavera se trasladaban periódicamente a estas
propiedades en la jurisdicción de la Villa de Madrid, tal como se explicita a
partir de la nómina de vecinos ausentes durante la realización del
interrogatorio en 1609.
Por lo dicho hasta aquí se puede ver que la estructura
productiva en uno y otro asiento era claramente diferente. En Nuestra Señora de
Talavera la orientación era más agro-ganadera, sobre todo de ganados menores y
productos agrícolas. De manera simultánea se estaban destinando propiedades en
la jurisdicción del la Villa de la Nueva Madrid para la producción de ganado
mayor. El traslado de un asiento a otro es interpretable como un indicador de
dar mayor relevancia a esta producción. Esto se debe a los cambios del mercado
regional que se mencionó en la introducción, donde, tras un momento inicial de
mayor demanda de productos agrícolas y textiles que abarca parte del siglo XVI,
se produce una reorientación hacia las exigencias de la producción a gran
escala de los centros mineros a los cuales el Tucumán comenzó a proveer de
vacunos y mulas[53].
Esta reorientación se estima que ocurrió hacia principios del siglo XVII y
comenzó con una mayor exportación de vacunos, seguida de un auge de la cría de
mulas hacia 1615-1630[54].
Este cambio en la producción también se vincula con el descenso demográfico de
las poblaciones indígenas, ya que este tipo de ganadería, especialmente los
vacunos, eran menos costosos en términos de mano de obra y flete que la
producción agrícola y textil[55].
Así, el caso de Nuestra Señora de Talavera, la estructura de su producción y su
traslado hacia una localización más adecuada para la cría extensiva de ganado
mayor, muestran una economía local conectada al mercado regional y sensible a
sus modificaciones y demandas.
El momento de la mudanza y los años siguientes:
los cambios sociales implicados en el traslado
Al unirse los habitantes de Nuestra Señora de Talavera
con los de la Villa de la Nueva Madrid muchas cosas cambiaron, tal como se
viene mostrando. Si bien, como se vio en la sección anterior, las dos ciudades
estaban relacionadas económica, social y administrativamente por tener en
muchos casos sus habitantes vínculos de origen o de parentesco y compartir
cargos de cabildo, la mudanza implicó cambios en la estructura de ambas
poblaciones. Cambios que es posible evaluar en el caso de la población de
Nuestra Señora de Talavera por contar con documentación para ello.
El más notable es que, en la coyuntura del traslado
ocurrido entre 1609 y 1610 una parte de su población decide unirse a la de la
Villa de la Nueva Madrid para conformar Nuestra Señora de Talavera de Madrid,
mientras que otro conjunto de sus habitantes decide no acompañarlos, sino que
se traslada hacia otros lugares y ciudades de la gobernación. Este último conjunto
de habitantes representa una proporción relativamente pequeña de personas que
se acrecenta con el correr de los años al unírseles aquellos que, con
posterioridad al traslado, también deciden abandonar la recién refundada
ciudad. En esta sección, y a través de las fuentes analizadas, se caracteriza a
ambos grupos en los que se escinde la población de Nuestra Señora de Talavera:
aquellos que acompañan la mudanza y aquellos que deciden buscar nuevos lugares
de residencia.
Un total de 18 organizaciones domésticas decidieron no
acompañar el traslado de Esteco y mudarse hacia otros lugares, es decir casi el
30% del total de las listadas[56]
que suman 26 individuos (incluyendo niños pequeños). Una de estas personas,
Juan Jiménez de Artiaga, si bien es listado como vecino de Nuestra Señora de
Talavera donde tenía propiedades y una encomienda, ya hacía tiempo que vivía en
Paraguay donde había formado una familia y en Esteco sólo quedaron su madre y
su hermano, presbítero de naturales, quienes sí se mudaron a la nueva
localización. La circunstancia del traslado de Esteco en este caso solo
oficializó un abandono ya efectivo. Tampoco se mudaron dos parejas con uno y
dos hijos (siete individuos en total). De los 18 individuos restantes una era
una mujer sola y 17 eran varones solos, acompañados en algunos casos por sus
hijos menores también varones[57].
Es decir, que entre los que no se mudaron y decidieron emigrar, la mayoría eran
personas solas, y especialmente varones. En comparación, entre las 197 personas
que sí se trasladaron inicialmente a la nueva localización, sólo siete
conformaban organizaciones domésticas unipersonales, es decir el 3,5%.
Otra característica de este conjunto poblacional que
decide buscar nuevos horizontes es que la mayoría de sus organizaciones domésticas
no obtenían su sustento de la agricultura o la ganadería si no que tenían otras
ocupaciones productivas. Se trata de oficios o actividades que no requerían la
posesión de bienes inmuebles y productivos: comerciantes (dos mercaderes, un
pulpero, dos tratantes de esclavos), artesanos (dos sastres, un zapatero y un
herrero) u otro tipo de profesiones (dos curas y un cirujano). Estaban
dedicadas a la agricultura y/o a la ganadería tan sólo tres de estas
organizaciones domésticas (las dos familias y la mujer sola) y tres no
explicitaron la actividad a la que se dedicaban para subsistir en el
interrogatorio. Es así como tras el traslado, quienes ejercían este tipo de
actividades en Nuestra Señora de Talavera quedaron representados tan sólo por
un cura y un escribano, cuatro mercaderes y un sastre. Cabe destacar que fue
posible rastrear que pocos años después uno de estos mercaderes se traslada a
vivir a Córdoba[58]
y el escribano pasa a ejercer a Buenos Aires y luego a Potosí[59].
También salta a la vista que la mayoría de las 26
personas que no acompañaron el traslado de la ciudad declara no ser nacida en
Nuestra Señora de Talavera (un total de 16). Casi todos eran varones que
provenían originariamente de Europa y/o de otros lugares de América. De hecho,
varios tienen una larga historia de traslados, tal como lo declaran en el
interrogatorio e incluso a algunos es posible trazarles un derrotero posterior
a su estancia en Esteco[60].
En cambio tan sólo el 17,6% de los que sí se trasladan a la nueva localización
son de origen europeo o de otras ciudades americanas (35 personas).
Si bien en lo inmediato la población que decide
emigrar no representa una proporción grande del total de habitantes (11,5%), a
partir de los Protocolos de escribanos de Córdoba y otros documentos fue
posible rastrear que en años posteriores a la mudanza abandonan Esteco varios
individuos más. Los primeros de los que tenemos noticias son una familia
conformada por el padre, Domingo Lorenzo, un mercader de origen portugués de 33
años, Francisca de Cárdenas, su esposa nacida en Nuestra Señora de Talavera y,
en 1608, dos hijos pequeños. En 1612 ya están viviendo en Córdoba[61]
y en 1615 adquieren su primera propiedad[62].
Con los años tienen tres hijos más y en 1620 muere doña Francisca[63].
Alrededor de 1624 Domingo Lorenzo contrae nupcias con una mujer riojana y casa
a su hija con uno de sus flamantes cuñados[64].
Muere en 1631 en La Rioja con tres hijos pequeños de su segundo matrimonio y
con propiedades en Córdoba usufructuadas por uno de sus hijos a quien le ha
comprado el cargo de Fiel Ejecutor de esa ciudad. Tiene negocios en diversos
lugares de la gobernación y en Potosí, a dónde viajaba regularmente, y tampoco
había perdido el contacto con algunos habitantes de Nuestra Señora de Talavera
de Madrid con quienes tiene cuentas pendientes[65].
Entre 1611 y 1619 Juan de Molina, otro vecino de
Nuestra Señora de Talavera, es nombrado Teniente de gobernador en La Rioja y
ese último año termina preso en Santiago del Estero –ignoramos si su familia lo
acompañó y si luego retornan a Esteco de donde seguía considerándose vecino[66].
También abandona la ciudad, poco tiempo después de la mudanza o al momento de
la misma, una niña huérfana de padre, Tomasina González. Su padre, su abuelo y
su bisabuelo habían sido conquistadores y fundadores de Santiago del Estero y
de Esteco y en la coyuntura de la mudanza se traslada a vivir con su madre a
Tucumán donde ésta ha contraído segundas nupcias y donde, a fines de 1610, la
casa con un residente de esa ciudad[67].
En 1628 también hemos podido rastrear a otra familia residiendo en Buenos
Aires, la del escribano Paulo Núñez Victoria[68].
Como mencionamos más arriba, es muy posible que muchos otros habitantes
abandonaran Nuestra Señora de Talavera de Madrid tras su fundación, para ello
habría que revisar documentación en otras ciudades, especialmente en Santiago
del Estero, Salta, Jujuy y Tucumán, las más cercanas espacialmente a Nuestra
Señora de Talavera de Madrid.
Sin embargo, también hubo gente que, aunque no recibió
solar, sí decidió trasladarse a la nueva localización, como el caso de Baltasar
Martínez, mercader a quien se lo registra en calidad de morador al menos hasta
1616[69].
Otro es el hijo del tratante de esclavos Vasco Pinto, Duarte, quien tras dejar
la ciudad en 1609 junto a su padre, es encontrado en 1651[70],
ya con más de 60 años viviendo en calidad de vecino y con encomienda en Nuestra
Señora de Talavera de Madrid, viudo de una mujer natural de ese lugar y con
varios hijos –dos de los cuales profesan luego en Córdoba.
De acuerdo a las plantas de la ciudad, recibieron
efectivamente solar 43 organizaciones domésticas conformadas por las personas
que figuran en el interrogatorio de 1608 (197 personas). Uno de ellos,
Sebastián de León y su familia, no tenían casa propia en la anterior
localización a pesar de ser vecino. A ellos se suman tres que son niños menores
de 12 años (dos hijos de Francisco Mexía Mirabal y Pedro Méndez), María de
Cárdenas (suegra de Domingo Lorenzo) y Pedro de Chávez (posiblemente el hermano
de Juan de Chavez en cuya organización figura como dependiente en 1608). De
este modo, la mudanza es, para las personas que emiten una intención de
trasladarse, una oportunidad para sus organizaciones domésticas de adquirir más
propiedades o de constituir nuevas organizaciones independizándose. En el caso
de María de Cárdenas ella recibe solar probablemente porque su yerno, Domingo
Lorenzo (que la declara como dependiente de su organización doméstica en 1608),
ya tenía intenciones de mudarse a Córdoba (a pesar de ser beneficiado con un
lugar en la traza de la refundada ciudad) donde lo hallamos en 1612.
Ya han decantado algunas características del grupo de
quienes tenían intención de trasladarse y recibieron solar en 1610. Son
principalmente familias que obtenían su sustento de la agricultura y ganadería.
El hecho de que sean familias hace que el tamaño de las organizaciones
domésticas sea mayor que el del conjunto que emigró –como vimos, principalmente
organizaciones unipersonales.
Por otro lado, en el interrogatorio una de las
preguntas que cada individuo debía responder era en cuánto valuaba su
patrimonio, expresado en pesos de la época. Casi todos los interrogados
respondieron a esta pregunta, pero es muy posible que los valores que
enunciaron sean inferiores a la tasación real de su patrimonio. Sin embargo,
debió existir algún tipo de acuerdo común entre los interrogados al momento de
dar esta respuesta a esta pregunta. Es por ello que es posible considerar que
aunque el valor neto de cada tasación no sea real, sí expresa de manera
bastante aproximada el valor relativo de cada patrimonio, es decir las
diferencias entre uno y otro interrogado. Los valores más altos declarados
corresponden al morador Miguel Gerónimo de Vergara con 10.000 pesos y al vecino
Gonzalo Ortiz Marmolejo con 8.000 pesos. Los más bajos declaran no tener nada
pasible de ser valuado. Este es justamente el mayor problema de esta variable
del interrogatorio: no conocemos qué ítems integraban estas valoraciones, por
lo que cabría suponer que estarían otorgando más valor neto a los patrimonios
declarados aquellos que se enumeran cuantitativamente, es decir los esclavos y
los diferentes tipos de ganado. Es así como entre las organizaciones domésticas
del grupo que no acompañó el traslado la media de valuación del patrimonio es
de aproximadamente 630 pesos, pero es importante aclarar que ocho de las 18
organizaciones no declararon el valor de su patrimonio o declararon no tener
nada. En cambio, de las 37 organizaciones domésticas que habiendo declarado en
Nuestra Señora de Talavera se trasladaron, la media de su valuación patrimonial
es de aproximadamente 1945 pesos y sólo nueve de ellos no declararon el valor
de su patrimonio o declararon no tener nada. Esta distribución no resulta
llamativa si consideramos que lo que más estaría pesando en la valuación eran
los esclavos y ganados y el grupo que se traslada es justamente el que
concentra la mayor cantidad de este último tipo de bien en particular[71].
Siguiendo con la caracterización de las organizaciones
domésticas que se trasladaron a la nueva localización, 13 de ellas tenían,
según el interrogatorio de 1608, propiedades productivas en la nueva
jurisdicción que iban a habitar, además de en la anterior. A ellas se suman
seis organizaciones domésticas que tenían propiedades productivas
exclusivamente en el nuevo lugar. Sin embargo, llama la atención que dos de
ellas no se trasladan a la nueva jurisdicción e integran el grupo de migrantes
inicial, lo que indica que los motivos del traslado no son exclusivamente
económicos. Con la documentación con la que se cuenta hasta el momento resulta
que, en apariencia, una alta proporción de organizaciones domésticas (23)
perdieron la cercanía a sus propiedades productivas con el traslado, ya que
sólo eran propietarios de bienes inmuebles en la anterior localización.
Posiblemente o las siguieron trabajando o adquirieron nuevas tras la mudanza.
Cabe aquí recordar la cita inserta en la sección anterior donde Francisco de
Barrasa, un funcionario vinculado al traslado de Nuestra Señora de Talavera,
indica que los habitantes de mayor edad se resistían a abandonar sus casas y
plantaciones.
Otra de las características vinculadas a la producción
que es necesario considerar es la posesión de una encomienda de indios. Esto
advierte sobre otro grupo de personas trasladadas muy importante, las
comunidades indígenas, cuya movilidad habría dependido de otras variables
además de las aquí consideradas y ameritaría un tratamiento pormenorizado
particular. Es posible que muchas de estas comunidades indígenas permanecieran
en sus pueblos si el encomendero decidió continuar la producción en la antigua
localización o los obligaba a trasladarse esporádicamente a trabajar en las
nuevas propiedades. Según lo que declaran los encomenderos en el interrogatorio,
las comunidades que tenían pueblo formado (19 de 38 encomiendas en total), se
encontraban a una distancia promedio de 9 leguas de la antigua localización.
Por otro lado, al menos seis encomenderos declaran que algunos o todos sus
indios se encuentran “alzados” y por lo tanto no puede “servirse” de ellos. De
las 43 organizaciones domésticas que se trasladan 35 poseen encomiendas, la
mayoría con menos de 20 indios de tasa (16). En cambio de las 18 organizaciones
domésticas que emigran tan sólo cuatro poseen encomiendas de tamaños pequeños
(una de 15 indios, una de nueve y dos de tres).
Otra de las variables que es posible conocer a partir
del interrogatorio son las relaciones de parentesco de las personas que
conformaban la población de Nuestra Señora de Talavera. A partir de esta fuente
fue posible deducir algunos parentescos directos de primer y segundo grado (N:
24) a nivel de las personas declaradas como cabeza de organizaciones domésticas
(hermanos/as, cuñados/as, tíos/as, primos/as y suegros/as –yernos/nueras), a
los que se suman otros siete casos de parentesco más dudoso o menos inequívoco[72].
De este modo, las organizaciones domésticas emparentadas entre sí suman 31,
casi la mitad del total, lo cual no resulta llamativo para la época y para
poblaciones tan pequeñas como las que constituían las ciudades de la
Gobernación. Para ocho de estas organizaciones con vínculos de parentesco
tenemos datos de que abandonaron Esteco en algún momento tras el traslado,
mientras que del grupo sin parentesco claramente explicitado en el
interrogatorio (N: 32) tenemos datos de que 14 no volvieron a residir allí.
Esta diferencia, si bien no es estadísticamente significativa para los datos
con los que se cuenta, sí podría serlo si se amplía la red de parentescos
deducidos o si se incluye un mayor número de grados de parentesco, por ejemplo.
En lo que respecta al ejercicio de cargos de cabildo y
oficios ejercidos tras su compra, según el interrogatorio, estos últimos no
eran de consideración:
29 A las veinte y nueve preguntas
la vara de alguazil maior desta çiudad y de la Villa de Madrid, questa veinte y
quatro leguas desta çiudad, la compro el propietario en tres mil y quinientos y
veinte pesos. Y la escrivania publica y de cabildo se compro en dos mil y duzientos
pesos con la nueva çedula de su magestad. Todos los ofiçios comprados son
renunçiables. El del alferesgo no se save hasta agora en lo que se bendio. Los
demas ofiçios de republica vendibles hasta agora no ay quien los aya comprado y
no tienen valor de consideraçion porque como el pueblo es pequeño y la gente
pobre y no son de provecho, no ay quien quiera dar plata por ellos[73].
A pesar de la minimización por parte del propio Teniente
de gobernador, el ejercicio de estos cargos, así como el de los que eran
obtenidos por elección en el cabildo anualmente, podría ser un indicador de la preeminencia social de
determinado individuo dentro de su grupo. El ejercicio de estos cargos no fue
frecuente entre las personas que deciden no trasladarse a la nueva localización.
De los varones cabeza de organización doméstica, sólo cinco de los 17 que
abandonaron Esteco habían ejercido funciones o las estaban ejerciendo al
momento de la mudanza. En cambio, entre los que sí se trasladan a la nueva
localización 24 tenían o tuvieron cargos, es decir más de la mitad de los
varones cabeza de organización doméstica de ese grupo.
Finalmente, se considera también la categoría de
residencia de los individuos considerados cabeza de cada organización
doméstica, dato que también se declara en el interrogatorio. En la fuente
hallamos vecinos[74],
moradores, residentes, moradores residentes y viandantes. En varios casos no
hay indicación explícita de su categoría de residencia. La categoría de vecino implicaba, en general, ser
casado, poseer casa poblada, y tener una preeminencia para ocupar oficios en el
cabildo[75]
por lo que varias de las características analizadas más arriba se solapan o se
vinculan directa o indirectamente con las categorías de residencia, como ser la
posesión de propiedades, el tamaño de la organización doméstica y el ejercicio
de oficios. Cabe destacar que estas categorías no eran absolutas y permanentes
sino con frecuencia situacionales y estratégicas[76],
en este caso en particular la situación concreta que estaría afectando la
categoría declarada es la instancia de un interrogatorio en vísperas de un
traslado poblacional. Para ejemplificar este punto cabe recordar a Sebastián de
León, vecino sin casa poblada mencionado más arriba, así como a seis personas
que ejercieron cargos de cabildo en Nuestra Señora de Talavera siendo
moradores.
De las 18 organizaciones domésticas
que deciden no acompañar la mudanza en una primera instancia tres eran vecinos
(17%), seis eran moradores (33%), siete residentes (39%) y dos pertenecían al
clero seglar. En cambio en el conjunto que se trasladó a la jurisdicción de la
Villa de Madrid más del 70% eran definidos como vecinos en el interrogatorio.
Como era de esperarse y dadas las demás características consideradas más
arriba, entre el primer grupo predominan las categorías de residencia que
indican una menor estabilidad de la misma: moradores y residentes.
A partir de los datos volcados en la sección anterior
y en esta, y teniendo presente la caracterización de estos distintos grupos y
personas que fueron abandonando la población de Nuestra Señora de Talavera tras
la decisión de su traslado es posible en la sección que sigue discutir los
criterios y las formas en que tomaron la decisión de cambiar de residencia y de
ciudad o de acompañar la mudanza y refundación de Esteco.
Los movimientos y los lugares de Esteco: discusión
y resultados
Tal como fue mostrado a lo largo de este artículo,
ante la coyuntura de la mudanza de asiento un grupo de los habitantes de
Nuestra Señora de Talavera decide no acompañar ese traslado. En el caso de una
ciudad móvil colonial como la trabajada, permanecer con el núcleo poblacional
involucraba aceptar el traslado a la nueva localización. Esto es muy importante
de tener a la vista porque implica que la decisión, o mas bien el conjunto de
decisiones, bajo análisis no es tanto una elección entre moverse o no, ya que
se había decidido que el lugar Esteco cambiaba de localización y la movilidad
era inevitable, si no una decisión de seguir perteneciendo o no a ese lugar y
ese grupo en particular. Es así como lo que se analiza contextualmente en esta
sección son las movilidades que surgieron a partir de la decisión del traslado
y las maneras en que se fragmentó esa población.
Se mostró que el primer momento de escisión puede ser
caracterizado por la inmediatez en la toma de decisión de aquellos quienes
abandonan Esteco durante la mudanza. También se pudo identificar, de manera
limitada por el momento ya que se trabajó principalmente con fuentes
cordobesas, un segundo momento de separación que se caracteriza por una toma de
decisión más dilatada en el tiempo que va de unos pocos años a décadas.
Con los datos recabados hasta el momento, elaborados y
expuestos extensamente en la sección anterior, los que toman la decisión de
manera inmediata son las personas que tienen dos o más de las siguientes
características: son personas que están solas, es decir organizaciones
domésticas unipersonales; se trata sobre todo de varones; las organizaciones
domésticas que conforman obtienen su sustento por el trabajo en oficios o
actividades no relacionadas a la agricultura y la ganadería; y finalmente son
personas que poseen experiencia de migraciones previas, especialmente los que
ya habían abandonado su lugar de nacimiento (alta proporción de personas de
origen europeo). En cambio, quienes deciden mantenerse unidos y trasladarse a
la nueva localización se caracterizan por rasgos prácticamente opuestos a los
del grupo que se traslada. En primer lugar dependen para su sustento de la
agricultura y la ganadería, ambas actividades vinculadas directamente a la
posesión de tierras y mano de obra encomendada. Además de conformar
organizaciones domésticas de mayor tamaño, una proporción importante de ellos
estaba emparentada entre sí, descendía de los primeros pobladores de la
Gobernación y de la ciudad y varios eran nativos de Nuestra Señora de Talavera
(criollos). Adicionalmente, una buena cantidad de los varones cabeza de
organización doméstica de este grupo detentaban, al momento de la mudanza y en
el pasado de la ciudad, cierto poder o influencia política en forma de cargos
de cabildo u oficios comprados. Varias de estas características se hallan
asociadas, por lo general pero no excluyentemente, a la categoría poblacional
de “vecino”.
En el segundo momento de abandono de Esteco, ya
mudados a la nueva localización, cambia el perfil de los migrantes
particularmente porque deciden abandonar la ciudad también familias, es decir
organizaciones domésticas de mayor tamaño con dependientes. En los casos
identificados de este conjunto, pareciera que sigue teniendo peso en la
decisión de mudarse de Esteco el hecho de que la organización doméstica no
obtenía su sustento a través de actividades agrícolas y ganaderas y la experiencia
migratoria previa de al menos el individuo considerado cabeza de la
organización doméstica.
Esta caracterización de ambos grupos y momentos
implica dos cuestiones importantes en lo que refiere a las diferentes
movilidades que se dispararon con el cambio de localización del lugar llamado
Esteco. El primer punto a destacar es que si bien el conjunto de la población
tuvo que abandonar su lugar de residencia, la pertenencia a una organización
doméstica constituida por varias personas dependiendo de una misma actividad
para su sustento estaría incidiendo en la decisión de no abandonar ese grupo.
Para las personas solas y/o con pocos dependientes esa decisión parece haber
sido más fácil, si como indicador de ello se entiende la inmediatez con que fue
tomada. En ese sentido aportaría a la celeridad de la decisión la experiencia
previa de traslados. Durante el segundo momento de abandono de Esteco la
organización doméstica ya no es un factor de peso, ya que son familias
consolidadas y con lazos de parentesco en la población de origen las que se
mudan. A esa altura, ya todos sus miembros habían tenido la experiencia de
haber dejado una localización por otra y a ello se suma que alguno/s de sus
miembros ha/n vivido la experiencia de abandonar su lugar de nacimiento. Es
decir que el tamaño de la organización doméstica pesaba como factor de
pertenencia a un grupo y dilataba o enlentecía la movilidad pero sin impedirla.
En cambio, la experiencia de movilidades previas servía como favorecedor de
nuevas movilidades.
El segundo punto que interesa recuperar, no menos
importante, es otro factor que actúa en simultáneo con los anteriores: la
fuente de sustento de la organización doméstica en el contexto particular de
las economías locales y el cambiante mercado regional de la gobernación del
Tucumán. Como se mostró en la sección anterior, las organizaciones domésticas
que no dependían de la agricultura y la ganadería para el sustento –y por ende
de las propiedades inmuebles y la mano de obra encomendada- fueron las que tomaron
con mayor facilidad la decisión de abandonar Nuestra Señora de Talavera. Al
mismo tiempo, en la tercera sección se mostró que la propia mudanza de asiento
respondió a una búsqueda por orientar la producción ganadera al mercado
regional. Como corolario se puede sostener que la mudanza favoreció a aquellos
habitantes dedicados a esa actividad y en especial a los que ya tenían
estancias de ganado en la jurisdicción de la Villa de Madrid. Por todos estos
factores, no resulta llamativo que quienes se trasladaron y se establecieron en
la refundada Esteco fueron justamente quienes pertenecían a organizaciones
domésticas dependientes de la agricultura y la ganadería y con encomienda. Es
así como es muy factible sostener que haya sido este grupo el que bregó y presionó
para que la mudanza efectivamente se llevase a cabo, ya que sólo ellos poseían
la capacidad productiva para estar conectados con el mercado regional y
ajustarse al cambio de la producción que se estaba demandando en ese momento,
además de la habilidad y capacidad para convencer a sus vecinos. Así descritos,
podría sostenerse que este grupo pertenecía a una elite[77]
local consolidada.
En contraposición, ambos grupos de personas que
abandonaron Esteco –tanto los que lo decidieron de forma inmediata como los que
lo dilataron por unos años- pueden ser caracterizados como pertenecientes a los
grupos o segmentos medios de la sociedad estamental colonial[78].
Es decir, personas que no se ubican en sus extremos -la élite antes mencionada
y los grupos subalternos (indígenas y esclavos). Personas con capitales de
bienes variables pero que cuentan con conocimientos y capacidades que les
permiten obtener su sustento a través de su trabajo –ejercicio de oficios
artesanales u otras profesiones. Se trata de individuos de diversa filiación
étnica (indios, europeos, criollos –mestizos o no- africanos o descendientes de
africanos) con una posición especial en el mercado de trabajo colonial, gran
adaptabilidad, uso estratégico de los vínculos sociales y un nutrido capital experiencial
asociado muchas veces, no sólo a la movilidad espacial como estamos viendo,
sino también a la social[79].
Poco se sabe de los grupos subalternos, los grupos
indígenas encomendados y los pocos esclavos declarados en el interrogatorio.
Con respecto a estos últimos, su número y su situación jurídica indican que
habrían acompañado el traslado de la organización doméstica a la que
pertenecían. En cambio, los grupos indígenas pudieron hallarse sometidos a
situaciones más diversas como se mencionó más arriba, aunque hay algunos
indicadores que muestran que habrían también iniciado un proceso de movilidad
–o continuado con estrategias de movilidad ya previamente ensayadas. Por
ejemplo se observa una mayor frecuencia de conciertos de indígenas oriundos de
Esteco en Córdoba[80]
a partir de 1606[81],
es decir cerca de la fecha del traslado.
Una primera interpretación y conclusión a la que es
posible arribar es que la decisión de mudarse –impulsada como se viene diciendo
probablemente por la elite de esta población- puso a los grupos medios de la
sociedad de Nuestra Señora de Talavera en una situación de vulnerabilidad. Esto
es así ya que, si bien iban a poder retomar sus actividades en el nuevo
asiento, la inversión en el traslado quizás habría sido demasiada para estas
organizaciones domésticas, sobre todo si además ponderaron que ya se trataba de
una sociedad empobrecida en su conjunto que estaba apostando a una mejora de
sus condiciones económicas a través de un cambio en la estructura de su
producción. Ante la disyuntiva, estos grupos debieron considerar que en
poblaciones más establecidas sus habilidades y saberes particulares serían más
fácilmente puestos en práctica y que en general tendrían mayores posibilidades
de desarrollarlos. Este es posiblemente el razonamiento que haya subyacido a la
decisión de al menos el primer grupo que abandona Esteco, los que la tomaron de
manera inmediata, quienes además no tenían grandes cantidades de personas
dependientes. Con respecto al segundo conjunto, también perteneciente a los
grupos medios, pero con menores grados de vulnerabilidad, su decisión pudo
basarse en otras cuestiones. Entre ellas el posible fracaso de la ciudad en dar
vuelo a las nuevas producciones, sumado a otros factores como pestes y un
terremoto en 1632[82]
que afectaron a la población en su nueva localización. También, al diferir la
decisión por un tiempo tuvieron la posibilidad de evaluar la situación de la
población tras la mudanza y sus propias perspectivas en ese contexto. Este
segundo conjunto de personas que abandona Esteco formaba parte de
organizaciones domésticas más amplias y entrelazadas con otras, cuestiones que
pudieron haber pesado y aplazado en unos años la decisión.
Para mediados del siglo XVII Nuestra Señora de
Talavera de Madrid comenzó a ser atacada por grupos mocovíes desde el Este. A
ello se sumó su participación en las guerras calchaquíes y, posiblemente, el
hecho de que no fue capaz de capear la primera crisis potosina que trajo
aparejado un descenso de los precios de los vacunos y las mulas[83].
Todos estos factores hicieron que entre 1665 y 1666, el gobernador Mercado y
Villacorta construyese una fortificación en Esteco[84].
A la larga, todos sus habitantes civiles la fueron abandonando y en 1692,
cuando es afectada por un nuevo terremoto que marca su abandono definitivo, ya
sólo la habitaban soldados y sus familias.
Lo que el análisis de estas primeras “oleadas” de la
diáspora desde Nuestra Señora de Talavera hacia otras ciudades de la
Gobernación nos muestra es que todas estas movilidades internas se fundan en
decisiones que responden a la vulnerabilidad a la que son sometidos los grupos
sociales que componen una sociedad, especialmente los menos establecidos y
favorecidos. En el caso de Esteco, una vulnerabilidad acentuada posiblemente
por quienes se hallaban en una situación opuesta y que, en su afán por
mejorarla aún más, utilizaron sus habilidades y poder adquiridos para lograr el
traslado de localización.
Una segunda interpretación que las movilidades de y desde
Esteco a partir de 1609 habilitan es acerca de qué significaba la ciudad, el
lugar, para los habitantes de este enclave colonial. Si bien fueron mencionados
testimonios que hablan de personas apegadas a la primera localización, el
análisis y la discusión planteada más arriba indicarían que cambiar de
localización no implicaba necesariamente desapego. El traslado de Nuestra
Señora de Talavera repercutió en la disgregación del grupo poblacional, pero el
núcleo de los habitantes que habría bregado por ese cambio permaneció unido,
aunque sea un tiempo más. En una nueva localización volvieron a constituir el
lugar llamado Esteco, con el agregado de los habitantes de la Villa de Madrid
de las Juntas –con quienes se hallaban relacionados con anterioridad al
traslado. Esto lleva a reflexionar acerca de la importancia del aspecto
relacional, más que de la localización y el apego a un espacio específico, las
“raíces”, en estas sociedades coloniales tempranas[85].
Eran lugares relacionales tanto por los vínculos entre las personas que los
habitaban como por los nexos que se establecían y mantenían con otras
poblaciones. En ese sentido, es posible sostener que en la experiencia de
habitar esos lugares se sentían propios, generaban apego, más por las personas
que los habitaban que por su localización específica. Lo que podría haber
generado conflicto o incomodidad no era tanto la obligación o necesidad de
moverse, si no el dejar a las personas con las cuales se había convivido de
manera cotidiana por un tiempo. Asimismo, las cambiantes economías locales y
los vaivenes de la Gobernación hacían que el traslado de las poblaciones de una
localización a otra no fuese algo inhabitual para la época. Las economías
locales dependían unas de las otras mucho más de lo que cabría suponer en una
primera instancia y es en vista de esto que el factor de la distancia y las
formas de movilidad y sus obstáculos se volvían claves para mantener en buen
estado los nexos entre ellas. Al punto tal de preferirse trasladar la
localización y reconstruir el lugar de pertenencia en otro sitio antes que
deshacer la población y dejar que sus vínculos con otras se debiliten. Sin
embargo, lo que muestra el caso de “los lugares de Esteco” es que de una forma
o de otra, ese proceso no era igual y no todos los grupos de la sociedad tenían
la posibilidad o elegían ese camino. Toda movilidad originaba nuevas
movilidades, toda escisión conllevaba nuevas fragmentaciones y cada lugar se
multiplicaba en otros.
Agradecimientos
Quisiera agradecer ante todo a Alfredo Tomasini y Damiana
Curzio quienes me abrieron las puertas de la “ciudad desaparecida”, a ellos va
dedicado este trabajo. A Ana Paula Porterie y Julia Simioli con quienes durante
unos años desovillamos algunos misterios de Esteco juntas. Agradezco a los
evaluadores de la primera versión del manuscrito cuyos comentarios han
colaborado a este artículo. Mi agradecimiento también a Beatriz Bixio y
Constanza González Navarro quienes me introdujeron de manera sistemática en las
complejidades de los primeros siglos de la colonia en el Tucumán, además de
acompañarme en mis primeros pasos por el Archivo Histórico de la Provincia de
Córdoba. Con ellas aprendí que esos eran tiempos de posibilidades y de gente
fascinante. Finalmente, a Sebastián Álvarez, quien se ha vuelto mi crítico más
duro y práctico, lo cual resulta un estímulo cotidiano.
[1] Musset, Alain (2011), Ciudades
nómadas del Nuevo Mundo, México, Fondo de Cultura Económica,
[2] Lizárraga, Reginaldo de (1916), Descripción colonial, Buenos Aires,
Biblioteca Argentina, La Facultad,.
[3] Carmigiani, Leticia Daniela (2015), ““Soy en esta provincia muy odiado de
los vecinos encomenderos”. El Gobernador del Tucumán Alonso de Ribera y su
proyecto político (1605-1611)”, Memoria Americana, vol. 23, nº 1, pp.
11-38.
[4] Assadourian,
Carlos Sempat (1982), El sistema de la economía
colonial: El mercado interior, regiones y espacio económico, Lima, Instituto de Estudios Peruanos.
[5] Carmigiani, Leticia Daniela, 2015, Ob. Cit.
Carrasco, Daniela Alejanda (2018), “Conflictos de poder en el Tucumán hispano:
Alonso de Ribera y el obispo Hernando de Trejo y Sanabria (1606-1611)”, Librosdelacorte.es, nº 16, pp. 8-25.
[6] Carmigiani, Leticia Daniela, 2015, Ob. Cit.
Carrasco, Daniela Alejanda, 2018, Ob. Cit.
[7] Moretti,
Lucas, Héctor Morrás, Rodríguez, Darío y Angelini, Marcos (2010), “Mineralogía
de suelos de un sector aluvial en el extremo occidental del chaco salteño”, Actas del XXI Congreso Argentino de Ciencias del Suelo, Rosario,
Argentina, p. 265. Tomasini, Alfredo y
Alonso, Ricardo (2001), Esteco, el viejo. Breve
historia y localización de Nuestra Señora de Talavera 1566-1609,
Salta, Gráfica Editora.
[8] Torre Revello, José (1943), Esteco y Concepción del
Bermejo: dos ciudades desaparecidas, Buenos Aires, Publicaciones del
Instituto de Investigaciones Históricas Nº LXXXV, Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad de Buenos Aires, Talleres Casa J. Peuser. Tomasini, Alfredo
y Alonso, Ricardo, 2001, Ob. Cit. Tomasini, Alfredo (2008), Esteco el
nuevo. Contribución al estudio de Nuestra Señora de Talavera de Madrid
1609/1692, La Plata, Ediciones Al Margen.
[9] Tuan, Yi-F (2001), Space and Place. The Perspective of Experience, University of Minnesota Press, Minneapolis. Cresswell, Tim (2004), Place. A short
introduction, Oxford, Blackwell Publishing.
[10] Tuan, Yi-Fu, 2001, Ob. Cit. Cresswell, Tim (2011), “Place. Part I”, en
Agnew, John y Duncan, James (Eds.), The Wiley-Blackwell
Companion to Human Geography, Oxford,
Blackwell Publishing Ltd, pp. 235-243.
[11] Massey, Doreen (1994), Space, place and gender,
Minneapolis, University of Minnesota Press. Cresswell, Tim, 2004, Ob. Cit. Cresswell, Tim, 2011, Ob. Cit.
[12]
Massey, Doreen, 1994, Ob. Cit.
[13] Cresswell, Tim (2010), “Towards a politics of mobility”, Environment and Planning: Society and Space, nº 28, pp.
17-31.
[14] Cresswell, Tim, 2010, Ob. Cit.
[15] Deleuze, Gilles (2014), El poder: curso sobre
Foulcaut II, Buenos Aires, Cactus.
[16] Foulcault, Michel (2019), Microfísica del poder,
Buenos Aires, Siglo XXI Editores.
[17] Deleuze, Gilles, 2014, Ob. Cit.
[18] Cresswell, Tim, 2010, Ob. Cit.
[19] De Solano, Francisco (1988), “Significación y
tipología de los cuestionarios de Indias”, en de Solano, Francisco (Ed.), Cuestionarios para la formación de las relaciones
geográficas de Indias: siglos XVI / XIX., Madrid, Editorial CSIC, pp. XVII-XXVII. Ponce Leiva, Pilar
(1988), “Los cuestionarios oficiales: ¿un sistema de control de espacio?”, en
de Solano Francisco (Ed.), Cuestionarios para
la formación de las relaciones geográficas de Indias: siglos XVI / XIX,
Madrid, Editorial CSIC, pp. XXIX-XXXV. Quiroga, Laura, “La descripción política
de los paisajes americanos: La relación geográfica de 1604 en la provincia de
los diaguitas (Gobernación del Tucumán, Virreinato del Perú)”, Melanges, En prensa.
[20] Simioli,
Julia, Porterie, Ana y Marschoff, María (2017), “El Interrogatorio
para las Indias Occidentales de 1604 y las respuestas dadas en Nuestra Señora
de Talavera, Gobernación del Tucumán, en 1608. Presentación y transcripción
completa.”, Corpus. Archivos virtuales de la alteridad
americana, vol. 7, nº 1, En línea: http://journals.openedition.org/corpusarchivos/1888 [Consulta:
20-12-2019].
[21] Souvatzi, Stella (2008), A social archaeology
of households in neolithic Greece. An anthropological approach, Nueva
York, Cambridge University Press.
[22] Brandon, Jamie y Barile Kerry (2004), “Introduction.
Household Chores; or, the Chore of Defining the Household”, en Barile,
Kerry y Brandon, Jamie (Eds.), Household Chores and
Household Choices. Theorizing the Domestic Sphere in Historical Archaeology, Alabama,
University of Alabama Press, pp. 1-12. Souvatzi, Stella, 2008, Ob.
Cit.
[23] González Navarro, Constanza y Marschoff, María (2019),
“Materialidades y prácticas en el interior de las casas de morada de la ciudad
de Córdoba. Argentina. Siglos XVI y XVII”, Población
y sociedad, vol.26, nº 1, pp. 60-89.
[24] Hemos excluido a los hijos ilegítimos que declara el cabeza de
organización ya que no podemos conocer a partir de esta fuente o de otras
disponibles hasta el momento si esas personas dependían para su sustento de la
organización económica que los declara o si efectivamente formaban parte de la
población de Nuestra Señora de Talavera. En una primera instancia podría
decirse que sí, ya que son declarados, pero, al igual que con otros datos del
interrogatorio, hay una tendencia entre los declarantes a magnificar el gasto
de la organización doméstica y minimizar su capital y su capacidad productiva.
Como ejemplo de esta situación se pudo detectar que Francisco de Agüero,
curador de su cuñado Diego de Baldenebro, lo declara a él y a sus hermanos/as
como dependientes, pero al mismo tiempo en el interrogatorio figura la
organización doméstica de Diego de Baldenebro de manera independiente (es decir
que en un análisis superficial se contabilizarían estas personas dos veces).
[25] Torre Revello, José, 1943, Ob. Cit.
[26] Torre Revello, José, 1943, Ob. Cit. Tomasini, Alfredo,
2008, Ob. Cit.
[27] Ramírez de Velazco, Juan (1920), “Ynformación del
governador Juan Ramirez de Belasco de servicios que a fecho a su majestad”, en
Leviller, Roberto (Dir.), Gobernación de Tucumán:
probanzas de méritos y servicios de los conquistadores, tomo 2, Madrid, Colección de Publicaciones históricas de la
Biblioteca del Congreso argentino, Sucesores de Rivadeneyra, pp. 447-448.
[28] Carmigiani, Leticia Daniela, 2015, Ob. Cit.
[29] Barzana, Alonso de (1987), “Carta de P. Alonso de
Barzana, de la Compañía de Jesús, al P. Juan Sebastian, su provincial. Fecha en
la Asunción del Paraguay a 8 de setiembre de 1594”, en Berberián, Eduardo (Ed.), Crónicas del
Tucumán. Siglo XVI, Córdoba, Comechingonia, pp. 251-256.
[30] Maldonado de Torres, Alonso (1943), “Carta al presidente
de la Audiencia de Charcas”, en Torre Revello, José (Ed.), Esteco y
Concepción del Bermejo: dos ciudades desaparecidas, Buenos Aires,
Publicaciones del Instituto de Investigaciones Históricas, Nº LXXXV, Talleres
Casa J. Peuser.
[31] Cabildo de Esteco, “Memorial impreso, presentado al
Consejo de Indias, por Paulo Nuñez Victoria, apoderado de la ciudad de Nuestra
Señora de Talavera de Madrid, en la que da noticias generales de la gobernación
del Tucumán y particulares de la ciudad que representaba, enumerando diversas
gracias que en su nombre solicita”, en Torre Revello, José (1943), Esteco y
Concepción del Bermejo: dos ciudades desaparecidas, Buenos Aires,
Publicaciones del Instituto de Investigaciones Históricas. Nº LXXXV, Talleres
Casa J. Peuser.
[32] González Navarro, Constanza (2005), Construcción social del
espacio en la sierra y llanura cordobesas (1573-1673), Tesis
doctoral inédita, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba. Carmigiani, Leticia Daniela, 2015, Ob. Cit.
[33] Simioli,
Julia, Porterie Aana y Marschoff, María, 2017, Ob. Cit.
[34] Barrasa, Francisco de (1914), “Carta del gobernador de Tucumán don Francisco de Barraza al Rey de
España”, en Freyre, Jaimes, El Tucumán del siglo XVI.,
Tucumán, Universidad Nacional de Tucumán, pp. 125-130.
[35] Maldonado de Torres, Alonso, 1943, Ob. Cit.
[36] Cabildo de la Villa de Nueva Madrid (1918), “Carta a S.
M. de la Villa de Madrid, gobernación de Tucumán, pidiendo mercedes para sí y
su fundador Juan Ramírez de Velasco”, en Leviller, Ricardo (Dir.), Gobernación del Tucumán. Correspondencia de los cabildos en el siglo
XVI, Madrid, Suc. de Rivadeneyra, pp. 407-408.
[37] Palomeque, Silvia (2009), “El Tucumán durante los siglos
XVI y XVII. La destrucción de las “Tierras Bajas” en aras de la conquista de
las “Tierras Altas”, en Martini, Yoli; Pérez Zavala, Graciana; Aguilar, Yanina
(Comps.), Las Sociedades de los
paisajes áridos y semiáridos del centro oeste argentino, Córdoba,
Universidad Nacional de Río Cuarto, pp. 173-206.
[38] Barzana, Alonso de, 1987, Ob. Cit.
[39] Lizárraga, Reginaldo de, 1916, Ob. Cit.,
pp. 227-235.
[40] Barrasa,
Francisco de, 1914, Ob. Cit.
[41] Maldonado de Torres, Alonso, 1943, Ob. Cit.
[42] Marschoff, María, Castiñeira Latorre, Carola y Simioli, Julia (2014), “Arqueoestratigrafía de referencia para el registro de la
ocupación humana en el sitio de Esteco I (Departamento de Anta, Salta,
Argentina) durante los siglos XVI y XVII”, Chungara Revista de
Antropología Chilena, vol. 46, nº 3, pp.
355-374.
[43] Prieto, María del Rosario (1997), “Variaciones climáticas
en el NOA durante el periodo colonial”, en Reboratti, Carlos (Comp.), De Hombres y Tierras, una historia ambiental del Noroeste Argentino.
Proyecto Desarrollo Agroforestal en Comunidades Rurales del Noroeste Argentino,
Salta, Proyecto Desarrollo Agroforestal en Comunidades Rurales del Noroeste
Argentino, pp. 60-75.
[44] Menciona que pasada la ciudad se denomina Salado, como en la actualidad.
[45] Había seis chacaras aparentemente improductivas (dos
de un solo propietario) al momento del interrogatorio.
[46] González Navarro, Constanza, 2005, Ob. Cit. estima
que para la misma época en Córdoba una familia de cinco integrantes y su
servicio necesitaba anualmente 20 fanegas de trigo y maíz aproximadamente.
[47] AAVV (1939), “Nº 4. Información levantada en Talavera de
Madrid para acreditar servicios prestados por sus vecinos e impugnar con ello
la obra de Francisco de Alfaro. Febrero 6 de 1613”, Revista de
la Biblioteca Nacional, nº 3, 1939, pp. 411-511.
[48] AAVV, 1939, Ob. Cit.
[49] Barrasa,
Francisco de, 1914, Ob. Cit., p. 39.
[50] Lizárraga, Reginaldo de, 1916, Ob. Cit., pp. 232-233.
[51] Marschoff, María (2018), “Movilidad, habitantes y
experiencias del paisaje: los lugares de Esteco (Salta, Argentina, S.
XVI-XVII)”, Revista
de Arqueología Histórica Argentina y Latinoamericana, nº 12, pp.
479-506.
[52] Obviamente, las cifras son aproximadas en las declaraciones.
[53] Assadourian, Carlos Sempat, 1982, Ob. Cit. González Navarro, Constanza, 2005, Ob. Cit.
[54] Assadourian,
Carlos Sempat, 1982, Ob. Cit.
[55] Assadourian,
Carlos Sempat, 1982, Ob. Cit.
[56] Dos de
ellas figuran en la planta borrador pero ya no en la definitiva por lo que las
consideramos dentro del grupo de quienes no se trasladan.
[57] En el interrogatorio se identifica a Vasco Pinto y su hijo legítimo de 23
años Duarte Pinto y a Alonso Gutiérrez y sus hijos legítimos Juan Ramírez y
Alonso Gutiérrez de edades indeterminadas.
[58] Se trata de Domingo Lorenzo y su familia. Entre varia
documentación inédita que los menciona citamos como ejemplos: “Baltasar
Gallegos, vecino, vende a Domingo Lorenzo, vecino morador, que está presente en
el acto, unas casas situadas en esta ciudad (…)”, Archivo Histórico de la
Provincia de Córdoba (en adelante AHPC), Córdoba 19-7-1614. Reg. 1, Tomo 27
(1614-1615), ff 115r-118r. AHPC, “Testamento de Francisca de Cárdenas”,
Córdoba, 25-1-1620. Reg. 1, Tomo 35 (1619-1620), ff 117r-119v.
[59] En los Protocolos Notariales cordobeses se hallaron
copias de documentos generados por el escribano Paulo Núñez Victoria durante su
ejercicio en Buenos Aires insertos en otras escrituras así como otros
documentos que atestiguan su paso por Córdoba de camino a asumir su cargo en
Potosí. Por ejemplo, “El capitán Rui de Sosa, vecino en nombre de Ana Bautista
viuda de Pedro García Delgado moradora en la ciudad de la trinidad puerto de
Buenos Aires y en virtud de su poder que pasó en la dicha ciudad ante Paulo
Nuñez de Vitoria escribano en 12-2-1631 (…) vende al capitán Diego Fernández
Salguero ciertos ganados, AHPC, Córdoba 12-7-1631” Reg. 1, Tomo 47 (1631-1632),
ff 141r-146v.
[60] Por citar algunos ejemplos, el caso del comerciante
portugués Domingo Lorenzo ya mencionando y el cirujano flamenco Jaques Niculas.
Tapia,
Justo (2016), “Cirujanos y barberos en la ciudad de Córdoba (1573-1640).
Procesos de integración social y representaciones”, Ponencia presentada en el
XXXVI° Encuentro de Geohistoria Regional, Resistencia,
Chaco, Argentina. Tapia, Justo (2019), “Saber médico, representaciones e
integración social en la Córdoba colonial (15731650)”, Ponencia presentada en
las VII Jornadas Nacionales de Historia Social, Córdoba, Argentina.
[61] Luque Colombres, Carlos (1980), Orígenes
históricos de la propiedad urbana de Córdoba (siglos XVI y XVII),
Córdoba, Serie histórica Nº XVII, Instituto de Estudios Americanistas "Dr.
Enrique Martínez Paz", Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad
Nacional de Córdoba.
[62] “Baltasar Gallegos, vecino, vende a Domingo Lorenzo,
vecino morador, que está presente en el acto, unas casas situadas en esta
ciudad (…)”, AHPC, Córdoba 19-7-1614. Reg. 1, Tomo 27 (1614-1615), ff
115r-118r.
[63] AHPC, “Testamento de Francisca de Cárdenas”, Córdoba,
25-1-1620. Reg. 1, Tomo 35 (1619-1620), ff 117r-119v.
[64] “Melchor
de Avila Barrionuevo natural de la Rioja, residente declara que por su
casamiento con Da. Lorenza de Cárdenas (…)
hija legítima de Domingo Lorenzo y de Da. Francisca de Cárdenas difunta
haber recibido del dicho su suegro 6159 pesos corrientes en reales (...) y
manda en arras a su esposa 1000 pesos corrientes”, AHPC, Córdoba 14-6-1624.
Reg. 1, Tomo 40 (1624-1626), ff 98v-102v, AHPC. “Domingo Lorenzo,
testamentaría”, La Rioja y Córdoba, 15-7-1630. Escribanía 1, Tomo 66, exp. 5,
ff 108r-170v.
[65] AHPC, “Domingo Lorenzo, testamentaría”, La Rioja y Córdoba,
15-7-1630. Escribanía 1, Tomo 66, exp. 5, ff 108r-170v.
[66] D. García de Mercado y Reinoso, vecino de la ciudad
de La Rioja y Alonso Díaz Caballero, vecino de la ciudad de Santiago del
Estero, se constituyen fiadores del capitán Juan de Molina Barraques vecino de
la ciudad del Esteco que está preso (…). AHPC, Santiago del Estero, 5-7-1619.
Reg. 1, Tomo 35 (1619-1620), ff 15r-16v.
[67] Robledo, Nélida (2000), “Mujer y matrimonio en San Miguel
de Tucumán desde la temprana colonización hasta mediados del siglo XVIII”, Cuadernos, nº 13, pp. 341-358.
[68] Ver nota a pie número 59.
[69] AHPC, “García de Vera Mojica, vecino, otorga poder
especial”, Córdoba, 21-8-1616. Reg. 1, Tomo 30 (1616), ff 237 r y v.
[70] “Fray Juan Pinto de la Vega novicio de la Orden Real,
natural de Esteco, morador, hijo del Capitán Duarte Pinto de la Vega y de Doña
Ponciana del Sueldo vecinos de Esteco, en ocasión de su profesión religiosa
otorga su testamento”. AHPC, Córdoba, 23-11-1651. Reg. 1, Tomo 59 (1651), ff
295v-297 r.
[71] Es decir que con la información con la que se cuenta y en el contexto de
elaboración de esta fuente, la variable valoración en pesos del patrimonio
sería dependiente de las variables ganados y esclavos, es decir que la
valuación está vinculada directamente a la ocupación de la organización
doméstica en cuestión. Obviamente, las personas que declararon no tener
patrimonio valuable tenían bienes –herramientas, vestimentas, etc.-, sólo que
éstos, según los criterios de elaboración de la fuente en lo que refiere a la
asignación de un monto al patrimonio, no tenían valor.
[72] El vínculo padres-hijos-nietos es el más explícito, ya que es una de las
preguntas del interrogatorio. El parentesco deducido se basa, principalmente,
en los nombres de los progenitores que declaran los entrevistados, tanto para
sí como para sus cónyuges, u otros datos concretos que brindan en sus
respuestas. Eso permite establecer y deducir vínculos de tíos/as-sobrino/as,
hermanos/as que no conviven, cuñados/as, etc. De todos modos es una deducción
muy conservadora, ya que se ha preferido no aventurar especulaciones cuando no
existen datos explícitos en el interrogatorio. Tampoco se decidió sumar otras
fuentes para ampliar las deducciones de vínculos en esta instancia de trabajo.
En los casos que han sido denominados de parentesco posible (siete) se trata de
mujeres con apellidos iguales, casadas con diferentes hombres listados como
cabeza de organización doméstica. Este indicador debe ser tomado con mucha
cautela ya que en esta fuente en particular –y en otras contemporáneas- los
hijos no necesariamente llevaban el apellido paterno, si no que podía ser el de
la madre o el de alguno de sus abuelos o abuelas. En el caso de progenitores
con doble apellido a veces se optaba por uno sólo o por combinar alguno/s de
los apellidos del padre y de la madre.
[73] Simioli,
Julia, Porterie, Ana y Marschoff, María, 2017, Ob. Cit.
[74] En las declaraciones algunos vecinos aclaran ser “vecinos encomenderos”.
[75] Lobos, Héctor Ramón (2009), Historia de
Córdoba: raíces y fundamentos, tomo I, Córdoba, Ediciones el
Copista.
[76] Herzog,
Tamar (2006), Vecinos y extranjeros, Madrid,
Alianza Editorial. González Navarro, Constanza (2013), “Andrés de Contreras,
soldado, mayordomo y sastre. Una aproximación al entre-medio de la naciente
sociedad colonial. Córdoba. (siglos XVI-XVII)”, en Bixio, Beatriz y González
Navarro, Constanza (Dirs,), Mestizaje y configuración
social (Córdoba siglos XVI y XVII), Córdoba, Editorial Brujas.
[77] Bixio, Beatriz y González Navarro, Constanza (2019),
“Reflexiones acerca los segmentos medios en la sociedad colonial temprana de
Córdoba del Tucumán (1573-1620)”, Revista
complutense de historia de América, nº 45, pp.135-158.
Bixio, Beatriz, González Navarro, Constanza, Grana, Romina, Marschoff, María y
Tapia, Justo (2019), “Dinámicas de integración, complejización y diferenciación social de
los segmentos medios en Córdoba colonial (1573-1650)”, Trabajo presentado en Workshop Internacional “El mundo colonial americano: población,
espacio, tiempo y categorías”, Buenos Aires.
[78] Bixio, Beatriz y González Navarro, Constanza, 2019, Ob. Cit. Bixio, Beatriz, González
Navarro, Constancia, Grana, Romina, Marschoff, María y Tapia, Justo, 2019, Ob. Cit.
[79] Bixio, Beatriz y González Navarro, Constanza, 2019, Ob. Cit. Bixio, Beatriz, González
Navarro, Constanza, Grana, Romina, Marschoff, María, y Tapia, Justo, 2019, Ob. Cit.
[80] Es un total de 35 conciertos, por ejemplo: Francisco Bernardo Jijón, cirujano
residente y Alonso, indio natural de la ciudad de Talavera del Esteco, con
autorización del capitán Francisco López Correa, alcalde ordinario de esta
ciudad convienen que el indio se pondrá al servicio de Francisco bernardo Jijón
por tiempo de un año y medio (…), AHPC, Córdoba 16-8-1606. Reg. 1, Tomo 19
(1606-1607), ff 165r y v. Manuel López, mercader y Alonso indio de la
encomienda de Juan Jiménez, vecino del Esteco con autorización se conciertan
que el segundo se pondrá al servicio del primero por tiempo de un año a cambio
de 30 pesos de los cuales 10 pesos son para el encomendero y además manutención
y cura de enfermedades, AHPC Córdoba 14-10-1615. Reg. 1, Tomo 29 (1615-1616),
ff 187r y v. Francisco de Labasaga indio natural del Esteco, de la encomienda
de Diego Sánchez Alcoyaga con autorización se concierta con Pedro Fernández
Bandurreyra de la siguiente manera: que el indio se pondrá al servicio de
Fernández Bandurreyra por tiempo de un año a cambio de 20 pesos de los cuales
son 10 pesos para el encomendero y manutención y cura de enfermedades, AHPC
Córdoba 26-2-1616. Reg. 1, Tomo 29 (1615-1616), ff 239v-240r.
[81] Con un aumento en la cantidad a partir de 1614, mediatizado por el hecho
de que para esa fecha comienza la aplicación de las ordenanzas de Alfaro.
[82] Marschoff, María, 2018, Ob. Cit.
[83] Assadourian,
Carlos Sempat, 1982, Ob. Cit. Marschoff, María, 2018, Ob. Cit.
[84] Mercado y Villacorta, Alonso (1941), “Carta de Alonso de
Mercado y Villacorta a la Reina, incluyendo informe de su segundo gobierno”, en
Torre Revello, José, Documentos Históricos y
Geográficos relativos a la Conquista y Colonización Rioplatense,
tomo 1, Buenos Aires, Casa Jacobo Peuser, pp. 261-278.
[85] Massey, Doreen, 1994, Ob. Cit.
Cresswell, Tim, 2004, Ob. Cit. Cresswell,
Tim, 2011, Ob. Cit.