Revista Andes, Antropología e Historia

Vol. 33, Nº 1, Enero – Junio 2022

 

Esta obra está bajo licencia de Creative Commons Atribución - No Comercial CC BY-NC    https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/ ISSN Nº 1668-8090

 

 

ESCRITO EN LA PARED. INSCRIPCIONES DE MOMENTOS HISTÓRICOS EN EL SITIO CASA DE PIEDRA DE ROSELLÓ, SUDOESTE DE CHUBUT, PATAGONIA ARGENTINA

 

WRITTEN ON THE WALL. INSCRIPTIONS OF HISTORICAL TIMES IN CASA DE PIEDRA DE ROSELLÓ SITE, SOUTHWESTERN CHUBUT, PATAGONIA ARGENTINA

 

 

Lucía Alejandra Gutiérrez

Facultad de Filosofía y Letras

Universidad de Buenos Aires

Instituto Nacional de Antropología y

Pensamiento Latinoamericano (INAPL)

Argentina

luciagutierrez94@gmail.com

 

María Laura Casanueva

Instituto Nacional de Antropología y

Pensamiento Latinoamericano (INAPL)

Argentina

mlauracasanueva@gmail.com

 

Analía Castro Esnal

CONICET

Instituto Nacional de Antropología y

Pensamiento Latinoamericano (INAPL)

Facultad de Filosofía y Letras

Universidad de Buenos Aires

Argentina

analiacastro@gmail.com

 

 

Fecha de ingreso: 20/07/2020

Fecha de aceptación: 06/08/2021

 

 

Resumen

Casa de Piedra de Roselló (CP) es un sitio arqueológico con arte rupestre ubicado en el sudoeste de Chubut en un área ecotonal de bosque-estepa, a escasos kilómetros de la frontera internacional con la República de Chile. Está compuesto por una cueva principal (CP1) y otros dos abrigos adyacentes (CP2 y CP3) de menor tamaño, localizados en una cota superior. Las excavaciones realizadas en CP1 han brindado abundante material arqueológico en nueve niveles estratigráficos con cronologías que van desde los ca. 9000 años calibrados AP hasta el siglo XX. Las representaciones rupestres de CP dan cuenta de tipos de motivos asignables a los tres grandes períodos del Holoceno, así como a momentos históricos recientes. En este trabajo se presenta el análisis y las interpretaciones de las inscripciones históricas realizadas durante los siglos XIX y XX. Las superposiciones de representaciones de momentos históricos sobre motivos prehispánicos advierten sobre la trascendencia diacrónica de este espacio y su posible reapropiación y resignificación, y a su vez constituyen una línea de evidencia que es abordada a partir de un enfoque microhistórico.

 

Palabras clave: Representaciones rupestres, Patagonia, Historia reciente, Indígenas y colonos, Microhistoria

 

 

Abstract

Casa de Piedra de Roselló (CP) is an archaeological site with rock art located on southwestern Chubut in an ecotonal forest-steppe area, a few kilometers away from the Republic of Chile’ s international border. The site consists of a main cave (CP1) and two other adjacent smaller shelters (CP2 and CP3), located at an upper elevation. Excavations at CP1 have provided abundant archaeological material from nine stratigraphic levels with chronologies that range from ca. 9,000 years calibrated AP to the 20th century. CP’s rock art accounts for types of motifs assignable to the three great periods of the Holocene, as well as to recent historical moments. This paper presents the analysis and interpretations of the historical inscriptions from 19th and 20th centuries. The superimpositions of historical motifs over pre-Hispanic rock art representations warn about the diachronic transcendence of this space and its possible reappropriation and resignification, and in turn, constitute a line of evidence that is approached from a microhistorical approach.

 

Key words: Rock art- Patagonia - Recent history - Indigenous people and settlers - Microhistory

 

 

 

 

Introducción

Casa de Piedra de Roselló (CP) es un sitio arqueológico con representaciones rupestres ubicado en el sudoeste Chubut, en la localidad de Aldea Beleiro, en un área ecotonal de bosque-estepa, a escasos kilómetros de la frontera internacional con la República de Chile (Figura 1). El sitio está emplazado en el cañadón por el que discurre el arroyo Ñirihuao, cuyas nacientes provienen de la vecina región de Aysén (Chile) al oeste. Está compuesto por una cueva principal (CP1) y otros dos abrigos adyacentes (CP2 y CP3) de menor tamaño, localizados en una cota superior (Figura 2); en CP3 se concentra la mayoría de las representaciones rupestres del sitio[1].

 

 

Figura 1: Mapa del sitio bajo análisis. CP: Casa de Piedra de Roselló.

 

 

 

Figura 2: A la izquierda, vista general del sitio Casa de Piedra de Roselló: la cueva principal (CP1) y sus dos abrigos adyacentes (CP2 y CP3). A la derecha, vista del cañadón en donde se ubica el sitio y por el que discurre el arroyo Ñirihuao.

Fuente: Fotografías de Florencia Ronco.

 

 

Se trata de un área conocida como el “Portezuelo” que, según informan los pobladores locales, en el pasado constituía el paso natural hacia el oeste. En este trabajo se parte del supuesto de que la localización del sitio propició su ocupación continua a lo largo del tiempo, ya que hacia el oeste de esta región aumenta la humedad y se encuentran las zonas boscosas ausentes en el este. Al ser este espacio un punto de conexión de distintos ambientes su ubicación habría sido estratégica.

Hasta el momento, se han realizado excavaciones en CP1, donde se ha hallado abundante material arqueológico en nueve niveles estratigráficos con cronologías que van desde los ca. 9000 años calibrados AP hasta el siglo XX[2]. Las representaciones rupestres de CP han sido realizadas al menos desde el Holoceno medio y potencialmente desde momentos más tempranos. También se han registrado representaciones posteriores, probablemente pertenecientes al Holoceno tardío y para los momentos más recientes se ha constatado la presencia de inscripciones históricas[3].

Este trabajo propone abordar las nuevas relaciones intergrupales que se gestaron a partir del contacto entre los distintos grupos sociales que habitaron el área en los momentos históricos tardíos y entre estos grupos y los vestigios arqueológicos del pasado, a partir del estudio de las inscripciones históricas. Se considera que el tipo de superposición que se registra[4], junto con los datos provenientes de entrevistas a pobladores y documentos históricos, puede dar cuenta de los cambios y continuidades en el uso de este espacio y de las transformaciones sociales y culturales que tuvieron lugar a partir de la llegada de los colonos a la zona. De esta forma, se pretende sumar una nueva línea de evidencia al abordaje de las relaciones sociales que tuvieron lugar en este contexto a partir del análisis de los modos de interacción entre las inscripciones históricas y los motivos más antiguos. Se intenta entonces, dar cuenta de las nuevas formas de ocupación y apropiación del espacio, las relaciones de continuidad y la ruptura o neutralidad de este repertorio con respecto a los motivos preexistentes. Estos resultados se integrarán con la información disponible proveniente de otras líneas de evidencia para contribuir al entendimiento de las dinámicas sociales que se desarrollaron en este tiempo y espacio.

 

Marco teórico de la investigación

 

La arqueología como disciplina humanística, asimilada a la teoría social, permite el abordaje teórico y abstracto del actor humano, de su conciencia y su acción, de las condiciones y consecuencias estructurales que de él proceden[5]. En esta línea, se sostiene que es “gente concreta” la que hace la historia y, por lo tanto, a través del enfoque teórico y metodológico aquí propuesto, se busca hacer una historia de personas[6]. Desde esta postura se consideran ciertos principios planteados por la microhistoria, práctica historiográfica, íntimamente ligada con la antropología[7]: la apuesta de la experiencia micro-social “es que la experiencia más elemental, aquella del grupo pequeño, incluso el individuo, es la más esclarecedora porque es la más compleja y porque se inscribe en el mayor número de contextos diferentes”[8].

La postura microhistórica se basa, en esencia, en la reducción de la escala de observación, en un análisis microscópico y en un estudio intensivo del material documental[9]. Plantea, en primer lugar, que cada actor histórico participa, de cerca o de lejos, en procesos de dimensiones y niveles diferentes, del más local al más global. No existe entonces un corte, ni oposición, entre historia local e historia global[10]. En definitiva, este enfoque busca hacer aparecer regularidades en los comportamientos colectivos de un grupo social particular sin perder lo que cada individuo, familia o grupo tiene de particular. La práctica microhistórica, por lo tanto, orienta nuestra investigación, siendo uno de los objetivos de nuestro trabajo recuperar la microhistoria del área[11] poniendo el eje, desde una mirada local y regional, en la convivencia de los distintos grupos sociales, su vida cotidiana y los espacios domésticos y productivos en los que se desarrolló su vida diaria.

Se tiene plena consciencia que ni texto, ni objeto, ni oralidad, constituyen un reflejo directo de la sociedad que les dio origen, se sabe que estos recursos fueron (y son) manipulados en un contexto de relaciones sociales asimétricas[12], y sobre ellos, a su vez, actuaron distintos procesos de formación que incidieron en el registro que llegó hasta nosotros. Por lo tanto, la investigación aquí propuesta, busca dar sentido al mundo material del pasado a través de líneas de análisis independientes[13].

Se propone así, dentro de los estudios contemporáneos, una mirada multidisciplinaria[14], en la que se integran las herramientas teórico-metodológicas de la arqueología (registro sistemático de sitios, levantamiento de plantas de viviendas, estudio de materiales muebles, sondeos, excavaciones, etc.), de la historia (estudios de catastros, censos, registros civiles y judiciales, fotografías, mapas, etc.) y de la antropología (a través de entrevistas a pobladores locales y descendientes de pioneros e indígenas apostados desde el siglo XIX y XX)[15]. Esta visión permite abordar las distintas problemáticas de forma completa, contrastando tanto el aporte de la cultura material (mueble e inmueble), como el de las fuentes gráficas y escritas (primarias y secundarias) y las historias de vida y relatos orales. El resultado de este abordaje es un acercamiento completo e integrador de los primeros momentos de ocupación y contacto entre indígenas y europeo-criollos en el área bajo estudio.

Desde esta postura, la dilucidación de los problemas planteados en esta investigación no puede prescindir tanto de los registros escritos y/o gráficos, como de los testimonios orales, los que juegan un rol importante ya que contribuyen a la construcción del tema de investigación mismo. Por otro lado, permiten formular el contexto dentro del cual interpretar el registro arqueológico y a partir del cual derivar algunas de las preguntas arqueológicas. Así también, su colaboración no se reduce al establecimiento de los “hechos”, sino que permite formular hipótesis explicativas de determinados niveles de fenómenos[16].

Dentro de este marco y para dar respuesta a los interrogantes planteados, se consideran dos aproximaciones analíticas, una macro y otra micro. Una aproximación Macroanalítica es la que abarca el ámbito de la historia mundial, nacional y provincial.  En cambio, una aproximación Microanalítica implica un análisis a escala reducida contemplando, por un lado, una aproximación microhistórica (como la ya descripta) al paisaje local, en el sentido de “historia local”, y por otro, una aproximación antropológica-histórica a los aspectos socioculturales locales[17].

En cuanto a la percepción, somos conscientes de los sesgos propios de todo proceso perceptivo y de todo recorte y por ello, coincidiendo con lo planteado por López, Lanza, Díaz y Marcos[18], entendemos la mirada del investigador como producto de las prácticas cotidianas desarrolladas en un contexto histórico cultural particular y por eso mismo condicionante. Consideramos, por lo tanto, los registros como “recortes” particulares establecidos por el punto de vista del arqueólogo quien realizó la toma de la imagen, lo que incluye pre conceptos e, incluso, prejuicios[19].

 

Contexto Histórico

 

Los orígenes de Aldea Beleiro se remontan a las últimas décadas del siglo XIX cuando se posicionó como sector de cruce de caminos hacia ambos lados de la cordillera, producto de la consolidación del intercambio comercial entre Chile y Argentina[20]. Entre 1910 y 1916 comenzaron a llegar los primeros inmigrantes españoles con intenciones de trabajar cerca de la frontera y lograr tierras en propiedad para establecerse. Cabe mencionar que el interior de la Patagonia fue poblado por inmigrantes muy tardíamente en comparación con otras zonas de América. Hasta bien avanzado el siglo XIX continuaba siendo habitada por grupos indígenas, con circuitos de movilidad amplios necesarios para abastecerse de los distintos recursos para su subsistencia y para realizar contactos con otros grupos, tanto de indígenas como de colonos. En mapas de fines del siglo XIX la Patagonia interior figuraba como tierra desconocida[21]. Es en ese momento que comienza la inmigración organizada por el estado argentino con contingentes europeos (Ej. Galeses/Boers) y otra de hombres solos o familias sin apoyo estatal, como es el caso de esta región que aquí se presenta[22].

Se trata de un cambio drástico en la forma de vida patagónica, que no parece observarse a simple vista en el registro arqueológico del sitio bajo estudio, a pesar de que fue utilizado como abrigo temporal o duradero por parte de inmigrantes. En el caso de la cueva principal de Casa de Piedra de Roselló (CP1) se sabe, a partir de informantes locales, que una familia vivió a principios del siglo XX, dando a luz allí a uno de sus hijos, aproximadamente en 1910. Sin embargo, las cuevas y paredones locales con arte rupestre no muestran este contacto salvo en contadas ocasiones.

En definitiva, la historia reciente de Aldea Beleiro, contemporánea a los niveles superiores de CP1, fue definida –decisivamente– por los europeo-criollos en un contexto en el que los indígenas fueron quedando al servicio como puesteros, peones o jornaleros de los nuevos terratenientes ganaderos[23]. La presencia indígena era importante durante estos momentos históricos, desde los ya ancestralmente establecidos tehuelches (consecuencia de su presencia fue la creación de la Colonia Indígena El Chalía en 1916), como los mapuches que provenían del norte (de la zona del Lago Lacar). Estos últimos fueron trasladados forzosamente hacia el sur luego de la Campaña del Desierto ocurrida entre 1879-1883[24], e instalados por el Estado Argentino en esta área en 1912 aproximadamente. Atestigua esta presencia el censo de población indígena realizado en 1927, documento en el cual se contabilizan las familias y sus posesiones, tanto tehuelches como mapuches, las que respondían a los Caciques Manuel Quilchamal y Basilio Curruhuinca, respectivamente[25].

El material recuperado en la excavación en los estratos superiores y superficie de CP1 se caracteriza por fragmentos de botellas de vidrio de bebidas alcohólicas, frascos, fragmentos de porrones de gres de cerveza y de ginebra, una bisagra de metal y clavos. Este material es asignable a los últimos años del siglo XIX y principalmente al siglo XX. A su vez, se halló un mortero fragmentado, una bola con surco también fragmentada y escasos desechos de talla[26]. Estos materiales, testigos de los momentos más recientes de la cueva, son acompañados por las “inscripciones históricas” (nombres propios y otras marcas) que se presentan en este trabajo.

 

Metodología

Relevamiento y análisis de las representaciones rupestres

 

Los trabajos arqueológicos sistemáticos en el sitio Casa de Piedra de Roselló fueron iniciados en el año 2010[27], en ese momento se realizó un relevamiento somero del arte de CP3. Posteriormente se realizó un registro según lo planteado por Hernández Llosas[28] y Loendorf[29]; este incluyó una segmentación del soporte en paneles. Esta separación en distintas unidades de análisis fue definida a partir de la presencia de grietas o ángulos abruptos que delimitan la continuidad de la roca. Dicha roca soporte forma parte de la Formación Carrenleufú[30], y consiste en un afloramiento de ignimbrita que presenta, a lo largo de su extensión, zonas más silicificadas y compactadas, y otras con una menor compactación, y por lo tanto, una mayor porosidad y tendencia al desprendimiento. En relación con esto, y a que el sitio es utilizado ocasionalmente como resguardo invernal de ganado, las pinturas presentan un alto estado de deterioro.

Una vez delimitados los paneles, se llevó a cabo un relevamiento detallado que incluyó dibujos a mano alzada y un registro de variables generales (categoría, tipo, técnica, tono, entre otras). Todos los paneles fueron fotografiados sistemáticamente en base a un ordenamiento de izquierda a derecha y de arriba a abajo. En campañas subsiguientes, se realizaron nuevos relevamientos siguiendo estos mismos criterios.

En gabinete se trabajó en el procesamiento de las imágenes mediante el programa D-stretch[31] por medio del cual se pudieron individualizar nuevos motivos, no vistos en el campo ni en las fotos originales. Se realizó una nueva cuantificación y categorización de las representaciones en una tabla de Excel, considerando a cada motivo como la unidad mínima de análisis. De acuerdo con la definición de Gradin, se entiende por motivo a la unidad de ejecución, un acto único de pintado que responde a una motivación particular[32]. En este sentido, todas las representaciones, independientemente de su asignación cronológica de grano grueso (prehispánicas y posthispánicas), fueron designadas como motivos. Además, si bien se comprende la diferencia conceptual entre las representaciones prehispánicas y aquellas imbuidas por un contexto de significación diametralmente distinto, como es el caso de las inscripciones históricas, ambas fueron estudiadas desde una óptica que tuvo principalmente en cuenta la intencionalidad de dejar una marca en el espacio[33]. No obstante, el estudio de los motivos de estos dos segmentos temporales fue abordado a partir de distintas categorías analíticas. A los fines de este trabajo, se definen únicamente las variables utilizadas para el análisis de los motivos posthispánicos:

 

      Ubicación en el sitio: dada la irregularidad del soporte, el mismo se segmentó en “paredes” o “techos”, según su perpendicularidad o paralelismo respecto del suelo.

      Estado de conservación: este se consignó mediante un número del 1 al 3. 1: malo, motivos que fueron observables sólo mediante el procesamiento digital, debido a su decoloración o fragmentación (por desprendimiento del soporte); 2: regular, cuando se conserva menos del 50% del total del motivo, o su color se encuentra notablemente desvaído; 3: bueno, cuando se conserva más del 50% del motivo y su color se distingue con facilidad.

      Tipos: a modo de descripción morfológica sintética, los motivos se agruparon en diversos tipos[34].

      Inicial/es: letra/s aisladas del alfabeto romano

      Nombre propio: primer nombre aislado, apellido aislado, o combinación de ambos

      Marca de ganado: representación potencial que reproduce la forma dejada por el contacto de herrado caliente sobre ganado introducido. Para su definición, se realizó la comparación con aquellas registradas en censos nacionales[35].

      Líneas aisladas: línea recta o semirecta aislada de al menos 5 cm de largo.

      Indeterminado por deterioro: motivos para los cuales no fue posible definir una morfología concreta debido a su estado de conservación

      Cantidad de elementos: esta variable refiere a la cantidad de unidades vinculables al acto de realización[36]. En este sentido, por ejemplo, cada letra fue interpretada como un elemento. No obstante, en los casos donde existiera una continuidad en el trazo (por ejemplo en las inscripciones realizadas en cursiva), siguiendo lo postulado por Re (2010) fueron considerados como una unidad. Además, los subrayados y los ápices destacados de la “i” fueron consideradas como unidades discretas dentro del motivo.

      Dimensiones: se tomaron las medidas absolutas (alto por ancho) de la totalidad de motivos, a excepción de aquellos categorizados como “indeterminados”.

      Tonalidad: debido al lapso temporal acotado, y a la homogeneidad de colores utilizados, observada en una primera aproximación, la clasificación de esta variable utilizó grandes categorías cromáticas (blanco, negro o rojo).

      Técnica: método de realización del motivo. Para este tipo de representaciones, se consignó de manera general el uso de carbones, mezclas pigmentarias, rocas pigmentantes o raspado. También se analizó el tipo de trazo (fino: menos de 1 cm de ancho, grueso: hasta 3 cm de ancho y muy grueso: más de 3 cm de ancho) para dar cuenta de los modos de aplicación de pintura. De manera complementaria, para los tipos “iniciales” y “nombre propio”, se caracterizó el tipo de caligrafía (imprenta mayúscula, caligrafía en cursiva).

      Superposiciones: se determinó la presencia o ausencia de las mismas, entendiendo que su importancia radica tanto en su valor cronológico, en tanto permite delinear un orden diacrónico relativo de ejecución de pinturas, como en su valor a modo de indicador de las actitudes tomadas por los ejecutores de las pinturas respecto a lo preexistente[37]. Dada la extensión temporal acotada y delimitable de los motivos bajo estudio, esta última dimensión fue la que tuvo principal relevancia para el análisis de esta variable. La elección acerca de dónde pintar, refleja distintas maneras de interactuar con las representaciones previas[38]. La evaluación de estas interacciones puede dar cuenta de diversas actitudes por parte de los ejecutantes, que pueden respetar, en diversos grados, los motivos previos o alterarlos. En este sentido, puede pensarse en potenciales relaciones de respeto, tolerancia o continuidad, por un lado, e invisibilización y ruptura, por el otro[39]. Cada superposición fue clasificada en diversos tipos, siguiendo las categorías de Re[40]:

o   Mínimas: cuando la superposición es mínima (menos del 25% de cobertura) y de carácter aparentemente accidental, respetando la morfología de la figura más antigua.

o   Mantenimiento: cuando se mantienen las morfologías de los motivos originales y se realizan nuevos agregados, totalmente superpuestos, rejuveneciendo y resaltando la imagen previa y generando una relación de continuidad, pero con una probable resignificación.

o    Reciclado: cuando se aprovecha el motivo más antiguo y se lo incorpora a un nuevo motivo con diferente morfología. Este tipo de superposición puede también interpretarse desde una relación de continuidad.

o   Obliteración: cuando un motivo nuevo cubre más del 50% del motivo previo, con la probable intención de “ocultarlo”.

o   Circunstanciales: cuando el motivo más reciente se coloca por encima del más antiguo, pero sin cubrirlo, aparentemente sin intenciones de invisibilizarlo, permitiendo apreciar su morfología.

      Visibilidad: de manera similar a los criterios propuestos por Lenssen Erz[41], se consignó mediante un número del 1 al 3 el acceso visual que el observador tiene de los motivos. Esto es, 1 (muy privado): cuando el motivo solo es visible a un metro o menos de distancia, 2 (privado): cuando es visible desde adentro del sitio, a más de un metro, 3 (público): cuando es visible desde afuera del sitio.

 

Entrevistas y Documentos Históricos

 

El enfoque microhistórico y multidisciplinario propuesto en esta investigación permitió abordar herramientas teórico-metodológicas propias de la Antropología Social y de la Historia, haciendo uso tanto de las fuentes bibliográficas y secundarias referentes a la materia, como de las fuentes primarias (documentales y orales). Son estas últimas las que tal vez pueden brindar información más precisa y detallada de casos particulares.

Se sostiene que la explicación arqueológica objetiva puede aprovechar mucho, sin ningún daño de rigor analítico, de las tradiciones y relatos orales como fuente primaria de evidencia e interpretación de las formaciones sociales pasadas[42]. Para acceder a la información que se necesitaba para esta investigación, como se dijera, se optó por el método de recolección de datos por entrevistas considerándolo el método más directo para acceder a detalles de vida, sentimientos y juicios[43]. En esta línea fue que se decidió realizar entrevistas a pobladores locales allegados a los temas bajo estudio y descendientes de pioneros e indígenas apostados en el área desde el siglo XIX y XX.

El universo de la entrevista es amplio, sin embargo en esta investigación se circunscribió a las entrevistas abiertas y/o semiestructuradas, por ser las más oportunas para el tipo de abordaje propuesto y en función de la relación y grado de confianza con las personas entrevistadas[44].

En la entrevista en profundidad si bien no se aplica un cuestionario cerrado, no carece totalmente de estructura, ya que previamente se tienen formulados los bloques temáticos e incluso redactadas algunas preguntas concretas de las que se desea obtener respuestas. Sin embargo, la secuencia de las preguntas e incluso la formulación de otras nuevas surgidas en el transcurso de la entrevista, estarán condicionadas por las respuestas que la persona entrevistada ofrezca; se la llama entrevista abierta, ya que la estructura queda abierta e inclusive alienta el fluir discursivo del entrevistado a lo largo del encuentro[45].

En cuanto a la relación entre la arqueología y la fuente documental, se sostiene que son diferentes e independientes, cada línea de evidencia posee su propia historia, escala y resolución, pero se las entiende como resultado de los mismos procesos sociales y por lo tanto factibles de ser integradas en el mismo proceso de análisis e interpretación[46]. Para este análisis se contemplaron no sólo las fuentes sino también los contextos y condiciones de producción de las mismas, ya que se cree que los procesos de formación de las fuentes son tan importantes como los del registro arqueológico. Se adhiere a la idea que manifiesta que cada visión del pasado es producto de su propio tiempo, en consecuencia los registros históricos hacen declaraciones, ofrecen opiniones, toman partido y responden a intereses subyacentes[47].

Se sostiene que la producción de fuentes documentales para Patagonia no puede ser disociada de la conformación del estado nación argentino, su desarrollo y sus intereses, aún más en zonas fronterizas como la estudiada donde, a finales del siglo XIX, primaba la necesidad de establecer límites claros entre Chile y Argentina que permitieran ejercer las soberanías nacionales. El principal documento histórico estudiado aquí[48] fue confeccionado por un inspector del Ministerio de Agricultura de la Nación presentado en 1927 al gobernador de los Territorios del Chubut; este documento además de brindar valiosa información de los asentamientos indígenas en la zona, representa el ideal de territorialización nacional de finales del siglo XIX y principios del XX y se encuentra dentro del marco de la Ley de Tierras de 1903[49], generada en concordancia con la idea de poblar las tierras extraídas a los indígenas luego de la Campaña del Desierto. De modo complementario, se realizaron búsquedas exploratorias en documentos oficiales públicos digitalizados en bases de acceso libre: Censos Nacionales, Registros Parroquiales, Nacimientos, Bautismos, Registros Civiles, Registro de Cementerios, etc.[50].

 

Resultados

 

El análisis presentado a continuación se centrará en las representaciones realizadas en tiempos históricos, no obstante, cabe primero mencionar brevemente las características generales de las representaciones rupestres prehispánicas de CP donde se ha podido identificar una alta cantidad de motivos (n=749). La mayoría fueron documentados en CP3 (n=446), siguiéndole en cantidad CP1 (n=271), y CP2 (n=37)[51]. Se ha constatado la presencia de una alta variedad de tipos. Entre los motivos figurativos, se destacan los negativos de mano, que han sido confeccionados mediante la aplicación de pintura por estarcido o uso de vellón. También se encuentran representados numerosos camélidos, de diversas morfologías. Entre ellas, se ha podido definir la presencia de aquellos de vientre abultado, asignables al grupo estilístico B[52]. A partir de las observaciones realizadas en el análisis de la muestra, se han registrado otros motivos de este tipo, de mayor dinamismo y asociables a escenas que, dada la cronología del sitio, se estima podrían ser asignables al grupo estilístico A[53]. Esto permite proponer que las representaciones rupestres fueron potencialmente realizadas desde momentos tempranos, y con mayor frecuencia en el Holoceno medio. Además, se ha identificado una escasa cantidad de cérvidos. Todos estos zoomorfos parecen haber sido realizados mediante el uso de pinceles, teniendo en cuenta el grosor de sus líneas. Entre los motivos abstractos también se ha dado cuenta de una gran diversidad: se han registrado circunferencias, circunferencias con apéndices, líneas, líneas paralelas, entre otros. Estos, preliminarmente, parecen haber sido confeccionados mediante el uso de pinceles o dedos y vellones. Las tonalidades utilizadas fueron predominantemente rojas y blancas, y en muy escasa proporción amarillos[54].

Se registró, hasta el momento, un total de quince inscripciones de momentos históricos (Tabla 1).

 

 


Tabla 1: Resultados de variables analizadas por motivo.

 

Motivo

Sitio

Ubicación

Tipo

Cant.

elementos

Tonalidad

Técnica

Superposición

Visibilidad

Estado de Conservación

Dimensiones (cm, ancho x alto)

1

CP1

Pared

Nombre propio

6

Negro

Carbón o grafito. Caligrafía antigua

Circunstancial

Muy privado

Regular

3x6

2

CP1

Pared

Nombre propio

4

Negro

Carbón o grafito. Cursiva

Circunstancial

Muy privado

Regular

3x7

3

CP1

Pared

Línea aislada

1

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Muy privado

Regular

10x0,5

4

CP1

Pared

Indet.

Indet.

Negro

Carbón o grafito. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Privado

Malo

13x25

5

CP1

Pared

Nombre propio

3

Negro

Carbón o grafito. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Privado

Regular

10x12

6

CP1

Pared

Iniciales

1

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Muy privado

Regular

5x3

7

CP1

Pared

Nombre propio

3

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Muy privado

Regular

4x5

8

CP1

Pared

Marca de ganado

2

Negro

Carbón o grafito

Circunstancial

Privado

Regular

25x50

9

CP1

Pared

Iniciales

1

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Muy privado

Regular

5x3

10

CP3

Pared

Nombre propio

7

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Privado

Regular

10x40

11

CP3

Pared

Nombre propio

7

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Privado

Regular

15x20

12

CP3

Pared

Iniciales

2

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Indet.

Muy privado

Regular

10x3

13

CP3

Pared

Nombre propio

7

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Privado

Regular

10x50

14

CP3

Pared

Indet.

Indet.

Blanco

Raspado/frotamiento. Imprenta mayúscula

Circunstancial

Muy privado

Malo

10x15?

15

CP3

Pared

Nombre propio

8

Blanco y rojo

Raspado + ¿pigmento?

Circunstancial

Muy privado

Regular

30x7

 

Fuente: Elaboración propia


Se determinó la presencia de ocho como nombres propios, tres iniciales, y un caso preliminarmente asignado al tipo marca de ganado. Además, se documentó una línea aislada, y los dos casos restantes consisten en indeterminados por deterioro. Las dimensiones son variables, existiendo casos con tamaños que no superan los diez centímetros de alto por diez centímetros de ancho, como aquellos que alcanzan hasta cincuenta centímetros de ancho.

En cuanto a las técnicas, cinco fueron realizadas mediante el uso de elementos colorantes de tonos negros (carbón o grafito) y ocho a partir del uso de tonos blancos (raspado con rocas colorantes, disponibles localmente). Ninguno de estos motivos fue realizado a partir de la preparación de mezclas pigmentarias. Sin embargo, una de las inscripciones (“Calfiqueo”) podría haber sido realizada mediante una combinación de técnicas: por un lado, el componente blanco fue aplicado mediante el raspado con roca colorante, por el otro, se identificó un componente rojo, que podría dar cuenta de una preparación de mezcla pigmentaria (Ver más adelante Figura 6). Los trazos mediante los cuales fueron confeccionados son en general gruesos y descuidados, y la caligrafía utilizada para la escritura de los nombres propios es principalmente imprenta mayúscula (n=10). No obstante, se destaca un único caso de caligrafía cursiva aplicada con aparente esmero, al que se le podría asignar, en términos relativos y de manera tentativa, una cronología más antigua (inscripción Conti; Figura 3). Cabe mencionar que se conocen otros sitios arqueológicos con arte rupestre al este de la provincia, en la zona de asentamiento de colonos galeses en el valle inferior del río Chubut, que presentan inscripciones realizadas con una cuidadosa caligrafía y que, a diferencia del presente caso de estudio, cuentan con la ventaja de la especificidad de los caracteres de la escritura galesa y la posible asociación directa con nombres registrados en documentos de la colonia[55].

La mayoría de las inscripciones (n=14) se encuentran superpuestas de manera circunstancial[56] a motivos previos, a excepción de un caso. Además, en la mayoría de las inscripciones (n=9), los motivos subyacentes a los históricos fueron detectables sólo a partir de su procesamiento mediante D-Stretch. Esto reforzaría la idea de una posible falta de intencionalidad de invisibilización de los motivos previos.

Los grados de visibilidad varían entre “privado” y “muy privado”, pero en la mayoría de los casos se encuentran en lugares asequibles sólo mediante la observación próxima (n=7). Los seis casos restantes son visibles desde una distancia media. Todos se ubican en rocas perpendiculares al suelo (“paredes”), nueve en CP1 y seis en CP3. El estado de conservación es en general regular (n=13), aunque dos casos se encuentran muy deteriorados.

 

 

Figura 3: Ejemplos de motivos históricos. La línea superior corresponde a las fotografías originales y la inferior a las fotografías con tratamiento (D- Stretch). Izquierda: Nombre propio escrito en caligrafía imprenta mayúscula mediante color blanco, superpuesto a camélidos prehispánicos (CP3). Derecha: Motivo “Conti”, de caligrafía posiblemente antigua, y motivo “Fran…”, escritos en cursiva y mediante el uso de color negro. Ambos se encuentran superpuestos a un motivo rojo indeterminado por deterioro, y sobre ellos puede observarse el único caso de motivo abstracto (CP1).

 

 

La información de primera y segunda mano

 

Este aspecto de la investigación se encuentra en su fase inicial, ya que los tiempos acotados de trabajo de campo impidieron terminar de desarrollarlo de forma acabada, no obstante, se presentan aquí los primeros resultados para integrarlos a lo analizado a partir de las inscripciones realizadas en las paredes de CP.

Teniendo en cuenta que el sitio bajo estudio se encuentra desde hace décadas dentro de una propiedad privada, el tránsito y su visita están controlados, siendo principalmente los trabajadores del campo y el ganado (ovejas y vacas) los que pasan por él y se cobijan esporádicamente. En este sentido, se consideró que los nombres propios y la posible marca de ganado podrían ser rastreados de diversas maneras. En primer lugar, se realizaron entrevistas abiertas a pobladores de Aldea Beleiro y vecinos de la cercana localidad de Río Mayo. De este modo, se buscó indagar sobre el origen de los nombres escritos junto a las pinturas rupestres de CP, con el fin de profundizar acerca de estas individualidades, la circulación de personas y las actividades económicas que tuvieron lugar en el área y entre ambos países.

Según la información obtenida de una de las entrevistas, una de las inscripciones más recientes podría ser la de “Isaías” (Figura 3), que podría tratarse de un peón que estuvo por la zona hace unos pocos años atrás, según informan pobladores locales; además se trata de una inscripción realizada con un material blanco que puede borrarse fácilmente. En cuanto a las demás inscripciones históricas que remiten a personas, se piensa que podrían ser más antiguas, ya que ninguno de los entrevistados manifestó saber de quién se trataba; tal vez fueron realizadas cuando el trayecto por la zona era más libre y el acceso a la cueva menos constreñido. Sin embargo, resta realizar más entrevistas y además se tiene en cuenta que a veces puede haber información que se oculta debido a que la actividad de escribir sobre patrimonio arqueológico es considerada un grave acto de vandalismo en la actualidad. Por último, en algunos casos se trata de nombres incompletos que sólo fueron detectados al procesar las imágenes en el laboratorio, por lo que no se tuvo la oportunidad de consultar a los informantes ni la posibilidad de rastrearlos en documentos.

Entre los documentos escritos estudiados se encontró la mención a la cueva principal por parte de Francisco P. Moreno, quien pasó por allí y realizó una somera descripción de la misma a fines del siglo XIX[57]. Además, hay un registro fotográfico de esta cueva de una expedición agrimensora realizada en Chubut a principios del siglo XX en donde puede verse a un grupo de personas montadas a caballos en la entrada de la misma[58]. Por otro lado, se consultó la documentación estatal disponible, esta consistió principalmente en los censos realizados a los grupos de Basilio Curruhuinca y Manuel Quilchamal en 1927. Dada la escasez de este tipo de documentos, y a la exigua información sobre el área en los Censos Nacionales de 1869, 1895 y 1914, se realizaron además, de manera complementaria, búsquedas en bases de documentos digitalizados de acceso libre[59]. Se debe tener en cuenta que las inscripciones podrían ser posteriores al momento histórico consultado (desde el último tercio del siglo XIX hasta entrado el siglo XX); sin embargo, el foco estuvo puesto en este período orientados por el Censo Indígena de 1927, las entrevistas y relatos, y las fuentes bibliográficas que lo señalan como el momento en el que comienza el asentamiento estable en la zona, tanto de chilenos, colonos europeo-criollos como indígenas trasladados e instalados forzosamente. Además, es de destacar que los escasos ejemplos de sitios arqueológicos con inscripciones históricas superpuestas al arte prehispánico estudiadas en áreas cercanas (sitios con inscripciones de galeses del valle inferior de Río Chubut mencionados anteriormente y sitios ubicados en la meseta del Strobel en la Provincia de Santa Cruz[60]), son aproximadamente coincidentes con el período considerado. En el caso de las inscripciones analizadas por Re, algunas se presentan acompañadas por el año de realización de la inscripción: por ejemplo, se observan inscripciones de los años 1942, 1945 y 1954.

Volviendo a las bases digitales de acceso libre, a partir de estas fuentes se corroboró que una de las inscripciones históricas, que muestra escrita la palabra “Calfiqueo”, se trata de un apellido de raíz mapuche que figura en documentos de finales del siglo XIX de Chile (Registro Civil y Registro de Cementerios); el mismo aparece asociado a personas nacidas en Chile, remitiendo a la zona de Toltén, Cautín, la Araucanía[61]. A su vez, este apellido Calfiqueo se asocia, en los documentos chilenos consultados, con otro (Maliqueo)[62] identificado tanto en la zona de estudio como miembro del grupo del Cacique Basilio Curruhuinca[63] como en la colonia indígena del Chalía, ubicada a pocos kilómetros hacia el este de Aldea Beleiro. La inscripción que indica el apellido “Conti”, que como fue mencionado anteriormente se diferencia de las restantes por ser realizada en una caligrafía cursiva, no figura en los registros consultados de la Patagonia Argentina, aunque sí para la provincia de Buenos Aires[64] (Censo Nacional y Registros Parroquiales de fines del siglo XIX y principios de siglo XX) y el área metropolitana de Santiago de Chile (Registros Parroquiales y Diocesanos, Registro Civil y Registro de Bautismos de fines del siglo XIX y principios de siglo XX)[65]. Mientras que el nombre “Isaías M…”[66] figura solamente en actas chilenas de nacimiento y defunción durante el siglo XX[67], no aparecen menciones que lo relacionen con Argentina. Se tiene consciencia que estos datos son escasos y no son determinantes en absoluto, sin embargo se propone esta línea como un camino más de análisis, el que debe seguir siendo profundizado, pero que podría concordar con la idea de tránsito entre ambos países, siendo tal vez el cañadón uno de los lugares elegidos para concretar los movimientos, y tal vez la cueva principal de CP un lugar factible de cobijo transitorio.

Por último, la potencial marca de ganado fue contrastada con las disponibles en el censo de 1927 realizado a las familias de las comunidades de Basilio Curruhuinca y Manuel Quilchamal[68], constatando cierta analogía con una de ellas (Figura 4); aunque no puede considerarse que se trate de la misma, sirve como referencia y comparación para seguir profundizando en su estudio e identificación. Por lo tanto, y teniendo en cuenta el estado de deterioro del motivo y la escasez de información disponible hasta el momento, consideramos acertado definir preliminarmente dicho motivo como “marca de ganado”.

 

 

 

Figura 4: Izquierda: arriba, fotografía original de posible marca de ganado; abajo, imagen retocada con plugin D-Stretch (Image J). Derecha: arriba, calcos digitales de diversas marcas de ganado identificadas en el Censo Indígena de 1927. abajo, calco digital, interpretación de las autoras.

 

 

En definitiva, entre las inscripciones históricas se observan distintas caligrafías, nombres y colores de las escrituras, que podrían relacionarse con distintos momentos y por lo tanto distintas personas de distintos orígenes. Si bien la identificación de sujetos/personas es problemática, se han podido identificar una serie de cuestiones que contribuyen a la “reconstrucción” de historias particulares que conforman la historia local y el registro arqueológico de CP hasta su presente.

 

Discusión y consideraciones finales

 

El enfoque microhistórico utilizado permitió un acercamiento a las pequeñas historias que están presentes en el sitio y sus paredes, hablando de caminos y trayectos, de perduración en el tiempo y reocupación del espacio, elegido una y otra vez para ser cobijo y para contener simbologías e identidades. Si bien no se pudo encontrar a las personas detrás de los nombres o identificar las marcas de ganado con un productor particular, fueron personas concretas las que interactuaron con el pasado expresado en el sitio a través del recurso más visible: las representaciones rupestres. La interacción con el arte de los antiguos pudo haber sido de respeto, con idea de continuidad o con intención de tapar y crear algo nuevo, pero la interacción existió más allá de la intención.

Las acciones de los individuos o grupos de personas que transitaron por el área y pudieron dejar sus marcas en Casa de Piedra de Roselló, excediendo sus historias particulares, remiten a sucesos propios de una historia social local acorde con la historia de una región y de un país. El abordaje y la metodología aquí propuestos, permiten un acercamiento a las pequeñas historias locales; sin embargo “lo mínimo” no es sinónimo de exclusivo ya que las microhistorias posibilitan identificar grandes procesos socio-históricos como: movilidad territorial, límites impuestos por dos estados nacionales vecinos que se encontraban definiendo y fortaleciendo sus fronteras, indígenas trasladados forzosamente luego de los avances territoriales de finales del siglo XIX (Campaña del Desierto), inmigración y asentamientos colonos en las nuevas áreas productivas, nuevas formas de producción como la ganadera, etc.

Los acontecimientos particulares y situados sirven para explicar la historia que los engloba[69]. En este sentido, las inscripciones históricas, y la información asociada a ellas, pueden pensarse como un reflejo de lo que aconteció en este período en un nivel sociocultural más amplio. Es así que estas permiten dar cuenta de una serie de cuestiones relativas a las rupturas y continuidades en los modos de vida tras el contacto hispano-indígena[70].

En términos cronológicos, cabe destacar que los motivos estudiados corresponden a momentos diferentes. Esta presencia reiterada, que refuerza la idea de un uso de esta ruta en momentos de consolidación del Estado Nación junto con evidencias posteriores de ocupación, refleja la trascendencia diacrónica de este espacio. Esta continuidad milenaria en el uso de esta locación (desde los 9000 hasta el siglo XX) puede relacionarse con su ubicación estratégica, en un corredor ecotonal que en épocas prehispánicas habría permitido el abastecimiento de recursos y de contactos tanto de la estepa como del bosque, y en épocas posthispánicas habría propiciado relaciones económicas y comerciales entre dos naciones en consolidación. Al ser el cañadón del arroyo Ñirihuao, en general, y el sitio Casa de Piedra de Roselló, en particular, demarcadores dominantes del paisaje[71], este último se presenta como un punto de parada obligatoria para los viajeros que utilizaban este paso en el pasado. Es así que, dentro de todo el entramado de acciones e interacciones con este portezuelo, se eligió confeccionar marcas en este punto en particular del espacio, que, si bien constituye un punto disruptivo del paisaje, demarca también la continuidad de un camino.

Además, la ocupación reiterada de este espacio a través del tiempo implicó necesariamente una relación entre sujetos pasados y presentes, ya que la decisión de pintar en este espacio implica una elección de interacción con el pasado[72]. Este “retorno periódico” hacia el sitio, mostrado por el mantenimiento de las representaciones rupestres y sus superposiciones, podríamos asimilarlo a la noción de “memoria del espacio (enunciada por Carlos Aschero y María Victoria Isasmendi), marcada por las imágenes visuales dejadas por los ancestros… y las nuevas imágenes agregadas. Un antes que provoca a un ahora, una memoria social o colectiva que es reactivada en ese necesario volver[73].

A este respecto, cabe señalar el concepto de “el poder de las imágenes”[74], que sugiere la capacidad de los elementos visuales de alterar las conductas de quienes las observan. Ese “poder” tiene un trasfondo social y político y es en este sentido que cabe preguntarse acerca de las actitudes de estos nuevos pobladores respecto a la materialidad y el repertorio iconográfico dejado por pobladores previos. En este sentido, si bien se pudo observar la elección del mismo espacio para dejar una marca (pintando donde se encuentra la mayor cantidad de motivos, cuestión que podría pensarse como una intención de marcar una ruptura con la anterior, obliterándolo e imponiendo algo encima), la totalidad de las superposiciones del período histórico es circunstancial y, en general, de un tamaño y una visibilidad media o baja. Por lo tanto, cabe destacar que aquellos motivos prehispánicos de mayor tamaño y visibilidad habrían sido “respetados” (por ejemplo, el panel 3 que es el más destacado e inmediatamente visible, es alterado sólo periféricamente - Figura 5).

 

 

 

Figura 5: Panel 3, CP3. Este consiste en el área más visible del sitio, una vez se ingresa al mismo. En particular, se destaca la circunferencia compleja del extremo derecho, que no ha sido alterada por superposiciones de motivos históricos, que pueden observarse hacia el centro del panel, y el extremo izquierdo.

 

 

Por otro lado, a pesar de esta continuidad evidenciada a partir del uso y demarcación de un mismo espacio, pueden observarse factores indicadores de ruptura como es la utilización de distintas técnicas para la confección de los motivos y el uso de grafos y nombres propios, que destacan de alguna manera “la individualidad del ejecutante”[75]. Esta individualidad[76] se contrapone a los repertorios iconográficos compartidos en momentos prehispánicos. A estos indicadores de discontinuidad, evidenciados a partir de estos cambios en los modos de hacer, se suman además las rupturas en la manera de habitar el sitio, que implican a su vez un cambio en los modos de vida en general (cuestión también observable en el material arqueológico de las capas superiores y en la utilización del territorio circundante con viviendas de adobe permanentes relacionadas con una economía principalmente ganadera). En este sentido, en momentos prehispánicos se estima que este lugar habría albergado a grupos o familias, mientras que en momentos recientes habría hospedado a sujetos individuales como pastores, o un número reducido de personas, como es el caso de la familia “B.” que se cobijó en ella a principios del siglo XX.

Por último, cabe destacar que las relaciones entre sujetos fueron mucho más complejas que las que se desprenden a partir del análisis de líneas de evidencia individuales. En este sentido, la ocupación y relocalización indígena luego de la Campaña del Desierto ha sido parcialmente invisibilizada en esta zona[77]. La presencia en CP3 de un caso de inscripción de origen mapuche, mediante el uso tanto de técnicas típicas de los motivos históricos como también las propias de motivos prehispánicos (pigmento rojo) (Figuras 6 y 7), complejiza el entramado de relaciones, tensiones y maneras de habitar este espacio. Al respecto, y de manera análoga a lo que ha sido planteado alrededor del concepto de “palimpsesto”, en el marco del perspectivismo temporal[78], la interacción entre pasado-presente-futuro se presenta en este caso de manera ambigua y no lineal, y constituye una oportunidad para repensar y complejizar las categorías de tiempo que se trasladan al registro arqueológico.

 

 

 

 

Figura 6: Arriba: motivo que deja leer “Calfiqueo”. Abajo a la izquierda, detalle de uso de diversos colores; derecha: tratamiento digital por D-Stretch.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 7: Reconstrucción digital de la secuencia de ejecución del motivo Calfiqueo. Recuadro 1: posible resto de motivo prehispánico realizado en tonalidad ocre. Recuadro 2: ejecución del nombre mediante tiza, raspado o algún elemento pigmentante de tono blanco. Recuadro 3: Realce de algunas áreas mediante uso de pigmento rojo.

 

 

En suma, este trabajo constituye un acercamiento y un punto de partida para la exploración y la discusión acerca de la posibilidad de obtener información de relevancia histórica y social a partir de una materialidad considerada tradicionalmente como un acto de destrucción o alteración del registro arqueológico y por este motivo descartada como objeto de análisis. En el caso de estudio presentado, las inscripciones históricas y los motivos previos, independientemente de sus distintas temporalidades, nos advierten sobre una intención de dejar una huella del paso por este espacio y de socializar el paisaje[79]. Entendiendo que el registro arqueológico se resignifica, el arte puede entenderse como un lienzo abierto en constante utilización y resignificación, donde cada grupo o individuo va plasmando su necesidad de comunicar y de hacerse visible, construyendo y contribuyendo con la construcción de la memoria local, y logrando así perdurar en el tiempo y en el espacio.

 

 

Agradecimientos

 

Esta investigación ha sido financiada por la UBA, el CONICET y la ANPCyT (Proyectos UBACYT F219, Beca Estímulo UBA 2017, PIP 023, PICT 2015-2141). Agradecemos a Cecilia Pérez de Micou y Florencia Ronco por sus valorables aportes e ideas en el planteo inicial de este trabajo; a Francisco Guichón quien colaboró en el relevamiento del arte en CP3 y compartió con este equipo sugerencias e interpretaciones. Las fotografías de relevamiento del arte de CP en el marco de la campaña de 2016 fueron realizadas por Florencia Ronco. A su vez, agradecemos a Nora Kuperszmit por facilitarnos y poner a nuestra disposición el documento histórico de 1927; a María Pía Falchi, especialmente, por su asesoramiento; a las familias Roselló, Solsona y Pérez del Barrio, por su invalorable apoyo y hospitalidad; a la Comuna de Aldea Beleiro y a la comunidad de Río Mayo. Agradecemos a los evaluadores por sus valiosas sugerencias y comentarios que enriquecieron este trabajo. A la memoria de nuestro querido amigo Narciso Quintoman.



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[3] Gutiérrez, Lucía A. y Castro Esnal, Analía, 2018, Ob. Cit., pp. 401-411. Gutiérrez, Lucía Alejandra; Casanueva, María Laura; Castro Esnal, Analía; Ronco, Florencia Eliana y Pérez de Micou, Cecilia (2018), “Rupestrian representations of historical times: continuities and ruptures in sowthwest Chubut, argentinean Patagonia”, en Giorgi, Marisa (Ed.), Book of abstracts of 20th INTERNATIONAL ROCK ART CONGRESS (IFRAO), Valcamonica, Italia,  Edizioni del Centro, p. 558.

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[8] Revel, Jaques (1995), “Micro-análisis y construcción de lo social”, Anuario del Instituto de Estudios Históricos y Sociales, nº 10, p. 138.

[9] Levi, Giovanni, 1993, Ob. Cit.

[10] Ginzburg, Carlo (1994), “Microhistoria: dos o tres cosas que se de ella”, Revista d'Història Moderna. Manuscrits, nº12, pp. 13-42. Revel, Jaques, 1995, Ob. Cit.

[11] Levi, Giovanni, 1993, Ob. Cit. Revel, J., 1995, Ob. Cit.

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[13] Hodder, Ian citado en Quiroga, Laura, 2005, Ob. Cit., p. 92.

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[17] Brittez, Fernando, 1998/2004, Ob. Cit.

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[19] Fiore, Dánae y Varela, Lydia citadas en López, Mariel et al., 2014, Ob. Cit., p. 104.

[20] Maggiori, Ernesto (2007), Aldea Beleiro. Historia de un pequeño pueblo de frontera, Rawson, Secretaría de Cultura de la Provincia de Chubut; y entrevistas a pobladores locales durante los trabajos de campo en Aldea Beleiro (Chubut) durante enero 2016 y febrero 2019, en el marco del Proyecto “Arqueología del poblamiento y contacto europeo-indígena en la provincia de Chubut. Estrategias de aprovechamiento ambiental y relaciones sociales” Dirigido por la Dra. Cecilia Pérez de Micou (INAPL y Secretaría de Cultura de Chubut).

[21] Castro, Analía (2011/2012), “Estrategias de apropiación territorial en la cartografía histórica de la provincia de Chubut, Patagonia Argentina, a finales del siglo XIX”, Anales del Museo de América, XIX, Madrid, pp.101-121.

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[23] Cirigliano, Natalia (2016), Movilidad de grupos indígenas y aprovechamiento de materias primas entre el extremo sur del macizo del Deseado y la cuenca del río Santa Cruz durante los últimos 2000 años (Provincia de Santa Cruz, Argentina), Tesis Doctoral inédita, Universidad de Buenos Aires, Argentina. Nuevo Delaunay, Amalia; Goñi, Rafael; Jiménez, Nelly Lucía y Cecuk, Leila (2014), “Marginalidad y adecuación en el siglo XX: dos casos de estudio en la cuenca del lago Strobel”, en Rafael Goñi, Juan Bautista Belardi, Gisela Cassiodoro y Anahí Re (Eds.), Arqueología de las cuencas de los lagos Cardiel y Strobel. Poblamiento humano y paleoambientes en Patagonia, Buenos Aires, Aspha, pp. 187-198.

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[26] Castro Esnal, Analía y Casanueva, María Laura, 2018, Ob. Cit., pp. 247-257. Casanueva, María Laura et al., 2019, Ob. Cit., pp. 93-104.

[27] Pérez de Micou, Cecilia et al., 2013, Ob. Cit., pp. 213-218.

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[34] Podestá, María. Mercedes; Re, Anahí. y Romero Villanueva, Guadalupe, 2011, Ob. Cit. Romero Villanueva, Guadalupe, 2012, Ob. Cit.

[35] IAC, CFI, 1927, Expte. 345-296, Ob. Cit.

[36] Gradin, Carlos, 1978, Ob. Cit.

[37] Aschero, Carlos, 1988, Ob. Cit. Martel, Álvaro, Rodríguez, Silvina y Del Bel, Ezequiel. (2012), “Arte rupestre y espacios de memoria: Las representaciones del sitio Confluencia (Antofagasta de la Sierra, Catamarca, Argentina)”, Revista de Antropología, n°25, pp. 121-162. Re, Anahí, 2016, Ob. Cit.

[38] Aschero, Carlos, 1988, Ob. Cit. Martel, Álvaro, Rodríguez, Silvina y Del Bel, Ezequiel, 2012, Ob. Cit. Re, Anahí, 2016, Ob. Cit.

[39] Aschero, Carlos, 1988, Ob. Cit., Re, Anahí, 2016, Ob. Cit.

[40] Re, Anahí, 2016, Ob. Cit.

[41] Lenssen-Erz, Tilman (2004), “The landscape setting of rock-painting sites in the Brandberg, Namibia: infrastructure, Gestaltung, use and meaning”, en Chippindale, Christopher y Nash, George (Eds.), Pictures in Place - The Figured Landscapes of Rock-Art, Cambridge, Cambridge University Press, pp. 131-150.

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[45] Montañés Serrano, Manuel, 2001, Ob. Cit.

[46] Buscaglia, Silvana y Bianchi Villelli, Marcia (2009), “Introducción al simposio Patagonia y sus fuentes. Un estado de la cuestión”, en Salemme, Mónica; Santiago, Fernando; Alvarez, Myrian; Piana, Ernesto; Vázquez, Martín; y Mansur, Estela (Comps.), Arqueología de la Patagonia. Una mirada desde el último confín. Tomo 1, Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina, Editorial Utopías, pp.137-147.

[47] Bellelli, Cristina (1999), “Arqueología. Como el presente devela el pasado”, en Garreta, Mariano y Bellelli, Cristina (Comps.), La trama cultural. Textos de antropología y arqueología, Buenos Aires, Ediciones Caligraf, pp. 65-76.

[48] IAC, CFI, 1927, Expte. 345-296, Ob. Cit.

[49] Memoria del Ministerio de Agricultura, 1902-1903, p. 185, citada por Del Río, Walter (2005), “Largos peregrinajes (1885-1904)”, Memorias de expropiación. Sometimiento e incorporación indígena en la Patagonia (1872-1943), Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, p. 143.

[50] Familysearch, base de documentos digitalizados por la Sociedad Genealógica de Utah, dependiente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones). Disponible en: www.Familysearch.com

[51] Gutiérrez, Lucía A. (2020), Caracterización y análisis de las representaciones rupestres de Aldea Beleiro, SO Chubut, Patagonia argentina, Tesis de Licenciatura inédita, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras.

[52] Gradin, Carlos; Aschero, Carlos y Aguerre, Ana María (1979), “Arqueología del área Río Pinturas”, Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología, XIII, pp. 183-227. Aschero, Carlos (1993), “¿Adónde van esos guanacos?”, en Gómez Otero, Julieta (Ed.), Arqueología. Solo Patagonia. Ponencias de las Segundas Jornadas de Arqueología de la Patagonia, Puerto Madryn, Centro Nacional Patagónico, Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, pp. 153-162.

[53] Gradin, Carlos; Aschero, Carlos; y Aguerre, Ana María, 1979, Ob. Cit. Aschero, Carlos, 1993, Ob. Cit.

[54] Gutiérrez, Lucía Alejandra, 2020, Ob. Cit.

[55] Gómez Otero, Julieta, 2018, comunicación personal.

[56] Re, Anahí, 2016, Ob. Cit.

 

 

[57] Moreno, Francisco Pascasio (1897/2004), Apuntes preliminares sobre una excursión al Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz, Buenos Aires, El Elefante Blanco.

[58] Dirección de Tierras, expedición 1901/1902 de los Ingenieros Pedro Vinent y Emilio Jáuregui y Coll.

[59] Familysearch, Ob.Cit.

[60] Re, Anahí (2018), “What is new and what never changes? 20th century rock art in marginal cattle breeding areas (Strobel Ptateau, Argentinean Patagonia)”, en Marisa Giorgi (Ed.), Book of abstracts of 20th INTERNATIONAL ROCK ART CONGRESS (IFRAO), Valcamonica, Italia,  Edizioni del Centro, p. 560.

[61]"Chile, Registro Civil, 1885-1932," FamilySearch. Disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:939K-PJSJBZ?cc=1630787&wc=ML2DFM7%3A12516 9501%2C126688001%2C126709401 [Consulta: 12 de Marzo de 2020].

[62] "Chile, registros de cementerios, 1821-2015", FamilySearch, disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QLSN-JG9F [Consulta: 20 de Mayo de 2020].

[63] IAC, CFI, 1927, Expte. 345-296, Ob. Cit.

[64] Ejemplo: "Argentina, censo nacional, 1895", FamilySearch, disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:MW7L-3TT [Consulta: 24 de Junio de 2021].

[65] Algunos ejemplos: "Chile, registros parroquiales y diocesanos, 1710-1928", FamilySearch. Disponible en: https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:6Z57-J9X4 [Consulta: 24 de Junio de 2021] / "Chile, matrimonios, 1579-1930", FamilySearch. Disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:FJ1H-Z12 [Consulta: 12 de Marzo de 2020].

[66] Por tratarse de nombres propios cercanos en el tiempo consideramos que debemos mantener a resguardo la identidad de la persona, por lo que decidimos no publicar el nombre completo que figura inscripto en CP.

[67] Ejemplo de una de ellas: "Chile, Registro Civil, 1885-1932," FamilySearch, disponible en: https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QPHC-8W4Z [Consulta: 24 de Junio de 2021].

[68] IAC, CFI, 1927, Expte. 345-296, Ob. Cit.

[69] Hobsbawm, Eric (1998), Sobre la Historia, Barcelona, Crítica.

[70] Gutiérrez, Lucía Alejandra; Casanueva, María Laura; Castro Esnal, Analía; Ronco, Florencia Eliana y Pérez de Micou, Cecilia, 2018, Ob. Cit., p. 558. Re, Anahí, 2018, Ob. Cit., p. 560.

[71]Lenssen-Erz, Tilman, 2004. Ob. Cit.

[72] Re, Anahí, 2016, Ob. Cit.

[73] Aschero, Carlos e Isasmendi María Victoria (2018), “Arte rupestre y demarcación territorial: el caso del grupo estilístico B1 en el área Río Pinturas (Santa Cruz, Argentina)”, en Hermo, Darío O; Miotti, Laura y Marques, Marcélia (Eds. Invitados), Revista del Museo de La Plata. Dossier “Abordajes actuales para el estudio de los paisajes arqueológicos”, Vol.3, N° 1, pp.112-131.

[74] Freedberg, David (2005), El poder de las imágenes, Madrid, Cátedra.

[75] López, Mariel et al., 2014, Ob. Cit., pp. 99-127.

[76] Podestá, María Mercedes; Re, Anahí. y Romero Villanueva, Guadalupe, 2011, Ob. Cit. Romero Villanueva, Guadalupe, 2012, Ob. Cit.

[77] Casanueva, María Laura; Castro Esnal, Analía y Pérez de Micou, Cecilia, 2019, Ob. Cit.

[78] Bailey, Geoff (2007), “Time perspectives, palimpsests and the archaeology of time”, Journal of Anthropological Archaeology, 26, pp. 198-223.

[79] Taçon, Paul y Chippindale, Christopher (1998), “An archaeology of rock-art through informed methods and formal methods”, The archaeology of rock-art, 6 (9), pp. 1-10. Chippindale, Christopher y Nasch George (2004), “Pictures in place: approaches to the figured landscapes of rock-art”, The figured landscapes of rock-art: looking at pictures in place, pp. 1-36.