Revista Andes, Antropología e Historia
Vol. 1, Nº 32, Enero - Junio de 2021
Esta obra está bajo licencia de Creative Commons
Atribución - No Comercial CC BY-NC
https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/ ISSN Nº 1668-8090
MOVILIDAD Y RITUALIDAD PASTORIL.
PROPUESTA DE IDENTIFICACIÓN DE ARTE
RUPESTRE PERFORMADO POR PASTORES LOCALES EN EL SUR DE POZUELOS, 900-1535 DC
(PUNA DE JUJUY, ARGENTINA)
PASTORAL MOBILITY
AND RITUALITY.
PROPOSAL FOR
THE IDENTIFICATION OF ROCK ART PERFORMED BY LOCAL PASTORS IN THE SOUTH OF
POZUELOS,
900-1535 AD (JUJUY
PUNA, ARGENTINA)
Carlos Angiorama
Instituto Superior de Estudios Sociales (ISES)
Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET)
Instituto de Arqueología
y Museo (IAM)
Universidad Nacional de Tucumán (UNT)
carlosangiorama@gmail.com
Silvina
Rodríguez Curletto
Instituto de Arqueología y Museo (IAM)
Universidad Nacional de Tucumán (UNT)
silvina.curletto@gmail.com
Mirella Sofía Lauricella
Unidad Ejecutora en Ciencias Sociales
Regionales y Humanidades
Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas)
Universidad Nacional de Jujuy (UNJu)
Instituto de Arqueología y Museo (IAM)
Universidad Nacional de Tucumán (UNT)
mirellasofia@yahoo.com.ar
Fecha
de ingreso: 14/07/2020
Fecha
de aceptación: 09/04/2020
En el presente
trabajo, nos proponemos profundizar en el estudio de las estrategias de
articulación de las prácticas pastoriles de trashumancia y tráfico caravanero
en la microrregión del sector sur de la cuenca de Pozuelos (Puna de Jujuy,
Argentina), dos tipos de movilidad que se habrían expresado con mayor
intensidad en la región durante momentos prehispánicos tardíos (900-1535 d.C.).
A partir del análisis de siete sitios arqueológicos con manifestaciones
rupestres, se definen los modos en que ambas prácticas se fueron conjugando,
desde un enfoque orientado en las expresiones estilísticas, contextuales y del
paisaje en función del arte rupestre. Los resultados obtenidos mediante el
análisis de estos paisajes rupestres, permiten identificar la emergencia de
diferentes tipos de “lugares” vinculados a estas prácticas, donde los modos de
hacer y concebir el arte responderían principalmente a un desarrollo local.
Palabras clave: Arte
rupestre, Trashumancia, Tráfico caravanero, Prácticas rituales - Puna de Jujuy
In the present
work, we intend to deepen the study of the articulation strategies of pastoral
practices of transhumance as well as the caravan traffic in the microregion of
the southern sector of the Pozuelos basin (Jujuy Puna, Argentina). These two
types of mobility would have been greater in the region during late
pre-Hispanic times (900-1535 AD). From the analysis of seven archaeological
sites with rock manifestations, the ways in which the two practices were
combined were defined from a focus on stylistic, contextual and landscape
expressions based on rock art. The results obtained through the analysis of
these rock landscapes allow us to identify the emergence of different types of
"places" related to these practices, where the ways of doing and
conceiving art would respond mainly to a local development.
Key Words: Rock art, Transhumance,
Caravan traffic, Ritual practices, Jujuy Puna
Nuestros trabajos previos sobre los
paisajes rupestres del sur de la cuenca de Pozuelos para los siglos X a XVI d.C.
nos permitieron conocer diferentes aspectos de la logística y la ritualidad
inherentes tanto a las prácticas pastoriles como caravaneras, dos actividades
de enorme relevancia en el área circumpuneña en general, y en el sur de
Pozuelos en particular. Ambas prácticas, que habrían estado articuladas de
diferentes modos, parecen haber sido recurrentes a través del tiempo,
evidenciando un reúso no solo de los
espacios plásticos donde se plasman las manifestaciones rupestres, sino también
de los paisajes en los que se emplazan[1].
De esta manera, los paisajes rupestres
estudiados hasta el momento sugieren para el sur de Pozuelos la circulación de
personas, animales y conocimientos por medio de dos tipos de movilidad: la
trashumancia pastoril y el tráfico caravanero.
En la región circumpuneña, se remarca
que la diversidad de estilos en sitios caravaneros indicaría diferentes
orígenes de sus autores, distinguiendo de ese modo, pastores locales de
pastores caravaneros en tránsito[2].
En el sur de Pozuelos, observamos una situación diferente que plantea la
emergencia de “lugares” caravaneros y caravaneros/pastoriles, relacionados a
rutas de ingreso/egreso de la cuenca de Pozuelos que articulan desde el arte
rupestre los repertorios temáticos pastoril y caravanero con un “modo de hacer”
y un manejo conceptual claramente local[3].
En el sur de Pozuelos, las
manifestaciones rupestres vinculadas a las prácticas del caravaneo incluyen las
recuas de llamas con o sin agente guía, en escenas de tránsito y de descanso de
la tropa. Por otra parte, las manifestaciones rupestres vinculadas a las
prácticas pastoriles presentan, en general, camélidos agrupados, en rebaños, en
columnas, con crías, en corrales y vinculados también a diversos patrones de la
figura humana. Ambos repertorios temáticos están atravesados por estrategias
compositivas que performan relaciones de saber-poder en torno al conflicto
social[4],
tanto en la figura humana como en la figura del camélido[5].
En trabajos previos
propusimos un primer acercamiento teórico-metodológico para el estudio del arte
rupestre del sur de Pozuelos que permitió abordar la complejidad de paisajes
rupestres que articulan en un mismo “lugar”, e incluso en el mismo espacio
plástico, los repertorios temáticos pastoril y caravanero, discutiendo sus
implicancias en las prácticas involucradas, tanto pastoriles como caravaneras,
y la ritualidad característica de las mismas en torno a dichos paisajes
rupestres. En aquellos trabajos nos centramos principalmente en la ruta de
ingreso/egreso suroccidental de la microrregión, que conecta el interior de la
cuenca de Pozuelos con el oeste, hacia Orosmayo, Río Grande de San
Juan, las lagunas altoandinas y Atacama.
En el presente artículo
proponemos continuar con ese abordaje, sumando el análisis de nuevos paisajes
rupestres de la microrregión, en este caso el borde suroriental de la cuenca de
Pozuelos, con el objeto de profundizar nuestra comprensión
sobre las
implicancias de la articulación de diversos tipos de movilidad y de la
ritualidad que atraviesa constantemente a las prácticas pastoriles y
caravaneras en ciertos paisajes rupestres del sur de la cuenca de Pozuelos desde
el 900 al 1535 d.C. Para ello consideramos siete sitios
arqueológicos del área que se articulan de diferentes modos con el Pukara de
Rinconada (Figura 1), con la expectativa de que los resultados obtenidos sirvan
de base para integrar, según esta perspectiva, el resto de los paisajes rupestres
de Pozuelos.
Figura 1. Mapa[6]
de ubicación de los sitios arqueológicos Abra Pintada 1 (AP1), Río Candado 2
(RC2), Tabladitas 1 (T1), Casa Colorada 1, 2, 3 y 5 (CCo1, 2, 3 y 5
respectivamente), y Pukara de Rinconada (PuR) (Fuente: elaboración propia).
En el año
2004 iniciamos nuestras investigaciones en el sur de la cuenca de Pozuelos.
La gran mayoría de las evidencias arqueológicas registradas hasta ahora datan
fundamentalmente de los siglos XIII a XVI d.C., lapso para el cual observamos
una ocupación no uniforme del territorio. Por un lado, se destaca un
asentamiento localizado en un lugar de gran valor defensivo y estratégico, que
se convirtió en el poblado más grande y complejo del sur de la cuenca: el
Pukara de Rinconada, el cual habría estado ocupado al menos desde el siglo XIII
de nuestra era hasta época inka inclusive, cuando sufrió una notable remodelación.
De acuerdo a nuestros trabajos, su territorio rural parece haberse extendido
fundamentalmente por las terrazas que se yerguen junto al Río Herrana, y en las
laderas de los cerros Cóndor, Blanco y Rojto, donde abundan las estructuras
agrícolas, corrales y refugios, con algunas estructuras domésticas distribuidas
entre ellos. Las características morfológicas y constructivas observadas en
ciertas estructuras agrícolas y recintos domésticos asociados, nos permiten
suponer que parte de ellos datarían de época inka.
En el resto del área, pequeños caseríos
se instalaron en sectores apropiados para la agricultura, asociados a canchones
de cultivo, y casi siempre con algún corral cercano a ellos. Esto se observa,
por ejemplo, en los sitios Casa Colorada 2 y 3, Tabladitas 1, Chajarahuayco 25,
Pan de Azúcar 6 y Cerro León Grande 9, emplazados los cuatro primeros junto a
caminos y sendas antiguas, en quebradas que comunican la cuenca de Pozuelos con
Doncellas (al sur) y con una faja de lagunas de altura (al oeste), y los dos
restantes localizados al pie de los cerros homónimos que se elevan en el fondo
de la cuenca. Las técnicas constructivas puestas en práctica en estos sitios
difieren de las empleadas en el Pukara de Rinconada y sus terrazas aledañas,
donde predominan los recintos y estructuras agrícolas construidas con lajas
dispuestas horizontalmente. Los conjuntos cerámicos, en cambio, no presentan mayormente
particularidades exclusivas, sino que poseen características similares a las
registradas en otros sectores del área. Teniendo
en cuenta los hallazgos efectuados en los contextos que hemos excavados, así
como las características generales de
los sitios relevados (por ejemplo, la asociación entre recintos domésticos,
estructuras agrícolas y corrales), la orientación económica de los habitantes
del sur de Pozuelos parece haber sido fundamentalmente pastoril y agrícola en
tiempos prehispánicos tardíos.
En una faja de lagunas y ciénegos de
altura que sirve de límite occidental del sur de la cuenca de Pozuelos,
observamos dos situaciones diferentes. Por un lado, en la porción norte las
evidencias prehispánicas tardías parecen limitarse a parapetos localizados
junto a las lagunas, asociados a actividades de caza a juzgar por las puntas de
proyectil halladas en el lugar. En la porción sur en cambio, los parapetos y
evidencias de caza ubicados en las proximidades de ciénegos y lagunas, se
vinculan a arte rupestre variado y sendas antiguas que los conectan entre sí y
con el fondo de la cuenca. Está claro que la comunicación entre el Pukara de
Rinconada y la cuenca del Orosmayo, Vilama y Atacama tuvo lugar
fundamentalmente por este sector a través de quebradas como las de San José y
Lopiara. El hallazgo de ofrendas típicas de caravaneros (“tapados”), de arte rupestre
con motivos de caravanas junto a sendas antiguas, y al menos una jarana en uno de los ciénegos, refuerzan
esta propuesta. La comunicación con el área de Rachaite y Doncellas, por otra
parte, tuvo lugar fundamentalmente por el Abra de Queta, donde se conserva un
tramo del camino inka, y por cada una de las quebradas que conectan Pozuelos
con el sur.
Hasta el
momento, las investigaciones en el sur de Pozuelos permitieron identificar 28
sitios con manifestaciones rupestres no publicados previamente, localizados en
variados emplazamientos y con una profundidad temporal que alcanza al menos al inicio
del Holoceno medio.
En nuestros
trabajos remarcamos nuestra distancia del enfoque representacional, al
considerar que estos conceptos ocultan el poder generativo de las prácticas en
general, y la performatividad constante[7] de las manifestaciones rupestres en particular. De
esta manera, para abordar el estudio de las manifestaciones rupestres,
desarrollamos una metodología apoyada en tres ejes centrales, el análisis
estilístico[8], el estudio contextual de las manifestaciones
rupestres[9], y la arqueología del paisaje[10].
Como
resultado de estas investigaciones, en los últimos años planteamos las primeras
consideraciones cronológicas para los paisajes rupestres del sur de Pozuelos,
sus asociaciones contextuales con otras evidencias materiales, sus características
técnico-estilísticas y sus vínculos con diferentes tipos de paisajes a nivel
regional[11].
Para el lapso
temporal de los siglos X a XVI d.C. definimos dos modalidades estilísticas, que
interactúan entre sí de diferentes modos: la Modalidad Estilística Ciénega
Rodeo (MECiR en adelante) y la Modalidad Estilística Río Herrana (MERH en
adelante)[12].
Los motivos
clasificados como parte de la MECiR presentan diseños estandarizados,
ejecutados incorporando las técnicas de pintura, grabado, y pictograbado. En el
caso de las pinturas, los colores utilizados son el negro, el amarillo y el blanco.
Los grabados, por su parte, involucran las técnicas de picado en surco
(regular), plano y en punto, con bordes bien delimitados, y un sector interno
definido a partir de diferentes grados de abrasión de la roca (regular y
alisado)[13].
La MECiR se caracteriza por una gran cantidad y diversidad de figuras humanas
(H2 de lados rectos y cóncavos, H3-H4, Ep, H5, G3)[14],
portando objetos, armas, atavíos cefálicos complejos, dispuestas de frente o
perfil, aisladas, en fila y enfrentadas[15].
Cuenta con una gran cantidad de camélidos (H2, H2a y H2b)[16]
(varios con jabot y enflorados), dispuestos de perfil, formando motivos de
caravanas, en rebaño, con cría, enfrentados y aislados.
La MERH por
su parte, cuenta con manifestaciones rupestres de diseños variados, ejecutados
en mayor medida por la técnica de grabado, sea esta por picado en surco sin
abrasión interna, o simplemente por la abrasión irregular de la roca que sirve
de soporte y el raspado de la superficie, con tan solo pocas excepciones donde
se implementa la técnica de pintura de color rojo[17].
La figura humana en la MERH es más escasa y presenta una baja variabilidad en
su morfología (patrones H1 y H2 de lados rectos), en postura frontal, portando
objetos/armas, y en general se encuentra aislada o asociada a cuadrúpedos[18].
Se destaca la diversidad de zoomorfos (posibles tarucas, cánidos y camélidos),
siendo la figura del camélido (H3) la más frecuente[19],
conformando motivos de rebaños, con cría, aislados, en corrales, o en fila
(algunas posibles caravanas).
En cada
modalidad, los paisajes se configuran de maneras particulares, primando en la
MECiR la visualización media a alta, y media a baja para el caso de la MERH. En
este sentido, si bien ambas modalidades manejan un campo visual semejante en
relación a su entorno, es la MECiR la que presenta una mayor capacidad de ser
observada desde sus alrededores[20].
En los paisajes rupestres del sur de Pozuelos la articulación de
repertorios temáticos vinculados al pastoreo y al caravaneo en un mismo paisaje,
e incluso en el mismo espacio plástico de una misma UT, abre una serie de consideraciones
particulares no solo en torno a los autores de ambos repertorios temáticos,
sino también a las implicancias de la articulación de las prácticas pastoriles
y caravaneras en un mismo “lugar”[21].
Esta situación del sur de la cuenca de Pozuelos se contrapone a las
investigaciones realizadas en la puna meridional y en algunos sitios del norte
de Chile, las cuales proponen que el arte rupestre vinculado a prácticas
caravaneras y pastoriles no suelen compartir el mismo emplazamiento, debido a
que las características de los paisajes seleccionados para cada caso serían
diferentes[22]. Algunos autores destacan
que en los casos en que esto ocurre, se registra una ambigüedad del registro
arqueológico, que correspondería a puestos de pastoreo que han sido utilizados
como refugio temporal de caravaneros con sus recuas, y entonces refieren una
modificación del contexto arqueológico “original” vinculado al pastoreo[23].
Incluso plantean que en una misma UT con tema caravanero, se pueden registrar motivos
con características estilísticas diferentes, sugiriendo diversidad de autores
implicados en su ejecución[24].
A continuación, se abordan y discuten estas situaciones desde el estudio
de siete sitios arqueológicos del sur de la cuenca de Pozuelos: Abra Pintada 1,
Río Candado 2, Tabladitas 1, Casa Colorada 1, 2, 3 y 5 (Tabla
1).
De acuerdo al objetivo de este trabajo,
proponemos indagar en torno a la ritualidad inherente a la movilidad y a las
prácticas de los pastores y caravaneros[25] del área, en tres
escenarios diferentes de acción:
I) pastores y caravaneros locales en paisajes rupestres que articulan
prácticas pastoriles y caravaneras. Consideramos dos situaciones posibles, cada
una de las cuales implica interacciones y roles diferentes de los sitios bajo
análisis:
b) puesto agro-pastoril vinculado al tránsito (Casa Colorada 1, 2, 3 y 5);
II) caravaneros locales en tránsito, en paisaje rupestre vinculado
exclusivamente a prácticas caravaneras (Abra Pintada 1).
Finalmente, articulamos brevemente estos sitios con el Pukara de
Rinconada, considerado por nosotros como asentamiento-eje o base llamera de la microrregión.
Tabla 1. Caracterización
general de los sitios arqueológicos. Emplazamiento, contexto arqueológico,
Modalidad Estilística, temáticas manifestadas en el arte rupestre y prácticas
involucradas.
Sitio |
Ambiente/emplazamiento |
Altura m.s.n.m. |
Contexto arqueológico |
Modalidad Estilística |
UT (N) |
Temas en el arte rupestre |
Prácticas involucradas |
“Lugar” |
Río
Candado 2 (RC2) |
Relieve
montañoso volcánico-erosional. Areniscas y pelitas con intercalaciones
volcánicas |
3.800 |
Reparos
naturales y estructuras, corrales, morteros, áreas de fogón (reutilizadas) |
MERH y MECiR |
12 |
Caravanero
y pastoril |
Pastoriles
y caravaneras |
Puesto
de pastoreo temporario/lugar ritual caravanero y pastoril |
Tabladitas
1 (T1) |
Relieve
montañoso volcánico-erosional. Turbiditas volcaniclásticas con
intercalaciones volcánicas |
3.857 |
Terrazas
agrícolas, corrales y estructuras habitacionales, chullpas en base de los farallones,
cerámica en superficie, morteros dispersos y abundantes palas líticas
fracturadas |
MECiR |
11 |
Pastoril |
Agrícola
y pastoriles |
Base
residencial agro-pastoril |
Casa
Colorada (CCo1, 2, 3 y 5) |
Relieve
montañoso estructural. Sobre falla inversa que divide sedimentitas de
ambiente continental y turbiditas volcaniclásticas |
3.756-
3.808 |
Corrales,
estructuras habitacionales y agrícolas, cerámica en superficie. |
MERH y MECiR |
23 |
Caravanero
y Pastoril |
Agrícola,
pastoriles y caravaneras |
Puesto
agro-pastoril/ruta de tránsito/lugar ritual pastoril y caravanero |
Abra
Pintada 1 (AP1) |
Relieve
montañoso volcánico-erosional. Depósito de flujo piroclástico (ignimbrita) |
4.040 |
Recintos
circulares (2) asociados a corral |
MECiR |
1 |
Caravanero |
Caravaneras |
Realero
o jarana/ruta de tránsito |
Pukará
de Rinconada (PuR) |
Relieve
montañoso volcánico-erosional. Depósito de flujo piroclástico (ignimbrita),
rodeado de secuencias volcaniclásticas |
3.780 |
Complejo
conglomerado de estructuras en la cima de meseta de ignimbrita, cerámica en
superficie, chullpas en base de los farallones |
MERH
y MECiR |
118 |
Caravanero,
pastoril y agrícola |
Agrícola,
pastoriles y caravaneras |
Asentamiento-
Eje/ Base llamera |
(Fuente:
elaboración propia)
Escenario I.A. Río Candado 2 y Tabladitas 1
Figura 2. (a) Ubicación de RC2
y T1; (b) Paisaje de RC2; (c) Paisaje de T1 (Fuente: elaboración propia).
El paisaje rupestre
Río Candado 2 se ubica en el borde interno de la cuenca de
Pozuelos, en la parte baja de una subcuenca por la que discurre el río homónimo
con dirección sur-norte, desembocando luego en el río Cincel (Figura 2a). Está
conformado por un bloque de ignimbrita de grandes dimensiones (30 m x 25 m) que
se encuentra asociado a profundos morteros tallados en la roca, hoy cubiertos
por sedimento, con pircas adosadas que conforman corrales actualmente en uso
(Figura 2b). En este bloque se han realizado manifestaciones rupestres
vinculadas a dos de las modalidades estilísticas definidas para el período aquí
considerado (MERH y MECiR)[26]
(Figuras 3 y 4).
Las técnicas de ejecución identificadas en Río
Candado 2 corresponden a la pintura y grabado, destacándose en algunos casos la
combinación de ambas, lo que ha generado diferentes tipos de pictograbados. La
aplicación de pintura se registra mediante el trazo lineal, plano y puntiforme,
mientras que en las mezclas pigmentarias se identifica principalmente el tono
rojo, con diferencias en su intensidad y valor. En el
caso de los grabados vinculados a la MECiR se observa el picado plano, en
surco, en punto y por abrasión, que presentan además una amplia variabilidad en
sus perfiles, entre los que encontramos el perfil en “L” (picado plano con
bordes rectos y el interior plano muy regular), en “U”, en “V” abierta y
cerrada (incisión). En la mayoría de ellos, ya sea que involucre el picado en
surco o plano, se destaca una gran inversión de tiempo y trabajo en la abrasión
interna regular y el alisado para lograr un acabado uniforme de la figura
(Figura 4d). Por otra parte, los grabados vinculados a la MERH involucran el
picado en surco irregular con poca profundidad y detalle, o el raspado
irregular de la superficie de la roca. En este paisaje rupestre se registraron
12 Unidades Topográficas (UT en adelante), en las cuales se definieron 54 Conjuntos
Técnicos (CTe) y Conjuntos Técnicos Cromáticos (CTe-Cr), correspondientes a 54
eventos de ejecución, identificados a partir de las características
técnico-estilísticas, composicionales, diferencias cromáticas entre pinturas y
de pátinas entre grabados, junto a las situaciones de superposición,
mantenimiento, reutilización y reciclado identificadas en las 12 UT[27] (Figura
3a y 4a).
La articulación de dos repertorios
temáticos resulta notable, vinculándose uno de ellos a las prácticas pastoriles
y el otro a las actividades de tráfico caravanero, conjugándose entre sí a
partir de estrategias diversas, sea una orientación del panel distinta, o bien
manifestando diferencias hacia el interior del propio espacio plástico de cada
UT[28].
En la temática pastoril, para la MERH
se destaca la presencia de cuadrúpedos (camélidos del patrón H3) dentro de
corrales, atados, hembras con sus crías, rebaños de camélidos integrados por
animales de diferentes tamaños (agrupados) (Figura 3 b, c y e). Para la MECiR,
se registran camélidos (patrón H2 y H2b) en rebaño (agrupados y en columnas),
hembras con su cría (Figura 3b, d y f), algunas de ellas asociadas a una figura
humana, escenas de agresión entre camélidos machos (posiblemente vinculado a
momentos de la reproducción del rebaño), y camélidos aislados con caracteres
que podrían ser vinculados a momentos en torno a su muerte.
Figura 3. UT1 de RC2: (a) Disposición de los CTe y CTe-Cr en
la UT1; (b) motivos de camélidos grabados de la temática
pastoril (MERH), superpuestos a camélidos pintados también de la temática
pastoril (MECiR); (c) temática pastoril de la MERH, camélidos agrupados, en
corrales, atados y con cría; (d) calco
digital de la temática
pastoril (MECiR), camélidos agrupados con cría; (e) detalle de tema pastoril
MERH; (f) detalle de figura de camélidos MECiR (Fuente: elaboración propia[29]).
La temática caravanera solo se vincula
a la MECiR, y consiste en motivos de caravanas de camélidos con o sin personaje
guía, en la que se destaca la cantidad y detalle en la manufactura de las
recuas, correspondientes a diferentes eventos de ejecución. Entre los camélidos
H2 y H2b de la MECiR, prevalece la vista hacia la izquierda y una actitud
estática, sobre todo en aquellos casos que integran caravanas (Figura 4b y e).
Sin embargo, los camélidos que han sido agregados posteriormente de manera
aislada, o en grupos a modo de rebaños, en varios casos reutilizando
cuidadosamente algunos camélidos de las caravanas, pueden presentar vistas,
posturas y actitudes diversas (Figura 4f, g y h).
Si bien predomina cuantitativamente la
figura del camélido en relación a la figura humana, esta última presenta
atributos que la resaltan dentro del espacio plástico[30]. La
figura humana en Río Candado 2 solo se registra en la MECiR de tres modos
distintos, articulando temáticas pastoriles, caravaneras y en relación al
conflicto social: 1) asociada a camélidos, la figura humana del patrón H1 no
solo se vincula como guía de las recuas de llamas, sino también a uno o dos
camélidos alineados y de diferentes tamaños, ubicados a su lado; 2) figuras
humanas del patrón H1 agrupadas de a dos o más individuos tomados por sus
manos, en algunos casos portando un objeto en una de sus extremidades
superiores, con adornos cefálicos y/o con la presencia de falo; y 3) aislada,
con los brazos alzados, conjugando
dos patrones diferentes, el G3 y el H5 o antropomorfo “T”, ubicada en una
posición central del panel, y con
una escala, ubicación e intensidad que destaca por sobre el resto de los
elementos (Figura 4c).
Figura 4. (a) Sector noreste
de RC2, UT6 a UT10, con sus CTe y CTe-Cr correspondientes, todos vinculados a
la MECiR; (b) detalle de UT10; (c) detalle de UT7 donde destaca la figura
humana pictograbada de brazos alzados (patrones G3-H5); (d) detalle de camélido
en UT8; (e) detalle de caravanas de camélidos con antropomorfos guía en UT6;
(f, g y h) articulación de temáticas pastoril y caravanera en diferentes
sectores de UT6 (camélidos en rebaño y en caravana) (Fuente: elaboración propia).
Las relaciones establecidas entre los
diferentes CTe y CTe-Cr de Río Candado 2, contribuyen a pensar mayormente en
una intencionalidad de mantener y/o actualizar los temas pastoriles y caravaneros.
Si bien en la UT1 se registran superposiciones totales de motivos adscriptos a
la MERH por parte de la MECiR, vemos que se siguen reutilizando los motivos
previos en temas pastoriles semejantes. En el resto de los casos relevados, las
superposiciones no modifican ni invaden el sentido del motivo intervenido, tan
solo agregan detalles a fin de ubicarlo en un contexto de significación
relativamente nuevo[31].
Es así que se nota una intención de
reforzar cierto juego de relaciones (agregar riendas entre el guía y la
caravana, por ejemplo), o resaltar determinados elementos de una composición (por
ejemplo. sectores de grabados mediante la aplicación de pintura roja). Sin
embargo, en ningún caso se reciclan de manera total los contextos de
significación o los temas originalmente configurados por los motivos
intervenidos, al punto que se observan situaciones de yuxtaposición que
contribuyen en habilitar la participación de elementos particulares en temas
diferentes. Un ejemplo de ello sería la ubicación de camélidos de menor tamaño de
un motivo de rebaño, yuxtapuestos a camélidos de más grandes que componen las
caravanas. A pesar de reutilizarse los camélidos de la caravana para la
configuración del rebaño en este caso, es destacable la intención de mantener
dicho elemento en ambos contextos de significación, donde ninguno se invalida
por causa del otro[32].
Las
características de Río Candado 2 en relación a las manifestaciones rupestres, al paisaje, al
contexto arqueológico, y su alto potencial para el desarrollo de prácticas
pastoriles, nos llevan a pensar que pudo corresponder a un puesto de pastoreo
temporario (reocupado en la actualidad con la misma finalidad), y además a un
lugar ritual caravanero y pastoril.
En
este sentido, consideramos que Río Candado 2 pudo haberse
articulado directamente con el sitio
Tabladitas 1 que correspondería a una base residencial, ubicada a solo 3,6
km hacia el sureste de Río Candado 2 (Figura 2a). Tabladitas 1 está emplazado
en el fondo de la quebrada homónima, cercano a un curso de agua que desemboca
hacia el norte en el río Cincel (Figura 2b). Cuenta con cerámica en superficie,
morteros dispersos, y abundantes palas líticas fracturadas. A nivel
arquitectónico presenta terrazas agrícolas, corrales y unos pocos recintos
habitacionales, habiendo sido la ocupación de uno ellos fechada mediante radiocarbono
en el lapso 1312-1432 cal d.C.
Las manifestaciones rupestres de
Tabladitas 1 se emplazan en bloques de ignimbrita (Figura 5a y b) que articulan
con estructuras de vivienda. Conforman temas pastoriles y en torno al conflicto
social, todas manifestaciones vinculadas a la MECiR. Están ejecutadas mediante
la técnica de pintura (plana y lineal) de color rojo, y cuenta con motivos de
camélidos del patrón H2b, aislados o en rebaños (agrupados, dispuestos en
columnas), y figuras humanas, entre las que destacan las del patrón H5 portando
armas en su espalda (Figura 5 c-h). Estos motivos conforman un total de 11
CTe-Cr, algunos de los cuales parecen haber sido ejecutados de manera
relativamente sincrónica, sin identificar entre ellos ningún tipo de
superposiciones.
Figura 5. Emplazamiento y
manifestaciones rupestres de T1 vinculadas a la MECiR; (a) emplazamiento de UT1
en bloque adosado a corral; (b) emplazamiento de UT2 y UT3 en bloque de gran
tamaño; (c) detalle de camélido aislado de UT1; (d) camélidos dispuestos en
columnas (rebaño) en UT2; (e) detalle de figuras humanas del patrón H5 portando
armas en la UT3; (f, g y h) camélidos dispuestos en fila en los calcos
digitales de las UT4, 5 y 6 respectivamente (Fuente: elaboración propia).
Las características de Tabladitas
1 en relación a las manifestaciones
rupestres, al paisaje y al contexto arqueológico, nos permitieron definirlo
como
un caserío agrícola-pastoril, que se configura como una base residencial
vinculada a dichas prácticas. Con Río Candado 2 comparte no solo la misma
modalidad estilística en el arte rupestre (MECiR), vinculada particularmente al
tema pastoril, sino también la presencia del antropomorfo “T” (patrón H5),
dispuestos de manera central, con detalles técnicos y escala destacada dentro
del espacio plástico y del paisaje en general, situación que hemos interpretado
como una estrategia de “protección” de estos espacios y de las prácticas
desarrolladas en ellos (agro-pastoriles en Tabladitas 1, pastoriles y
caravaneras en Río Candado 2), en un contexto de conflictividad social para
esos momentos[33].
Escenario
I. B. Casa Colorada 1, 2, 3 y 5
Casa Colorada se localiza hacia el sur
de nuestra área de estudio, en el borde interno de la cuenca de Pozuelos, sobre
la Sierra de Quichagua, ubicada muy cerca del Abra de Queta, la cual constituye
un área de paso muy relevante para la microrregión que comunica el interior de la cuenca de Pozuelos
con el sur, hacia Doncellas y Casabindo, y con el sureste, hacia la Quebrada de
Humahuaca (Figura 6a).
Figura 6. (a)
Ubicación de Casa Colorada 1, 2, 3 y 5. La flecha amarilla corresponde a la
ubicación del Abra de Queta, las flechas azules indican conexiones de la senda
de tránsito que pasa por el lugar; (b) emplazamiento de Casa Colorada 1; (c)
detalle de una estructura excavada en Casa Colorada 2; (d) emplazamiento en
cima de loma de Casa Colorada 5 (Fuente: elaboración propia).
Casa
Colorada 2 y 3 están conformados por dos grupos de estructuras habitacionales
asociadas a canchones de cultivo, muros de contención y corrales, que habrían
funcionado como puestos estacionales de pastoreo con agricultura intensiva[34].
En Casa Colorada 2, se obtuvo un fechado radiocarbónico que
ubica la ocupación de uno de sus recintos habitacionales en 1421-1507 cal d.C
(Figura 6c). Mientras que en Casa Colorada 3, se registró adosado a una
estructura tipo refugio, una única UT con manifestaciones rupestres ejecutadas
mediante la técnica de grabado (picado en surco irregular), que consisten en
dos cuadrúpedos (uno de ellos posible camélido) y elementos de morfología
indeterminada, todos ellos asociados entre sí, en una porción central del
bloque rocoso. La técnica y configuración de los elementos entre ellos, y hacia
el interior del espacio plástico, pueden ser vinculadas a los modos de hacer de
la MERH.
Ubicado a unos 400 m de distancia con estos
sitios se encuentra Casa Colorada 1, conformado por un afloramiento rocoso
(Figura 6b) donde se registran 15 UT con manifestaciones rupestres, definiendo
42 CTe y CTe-Cr, con un total de 350 elementos vinculados tanto a la MERH como
la MECiR (Figura 7).
Figura
7. Emplazamiento y manifestaciones
rupestres de Casa Colorada 1 (MECiR y MERH). (a) Emplazamiento de UT1, UT2 y
UT3 (MECiR); (d) calco digital de UT2, donde destacan temáticas pastoriles y de
conflicto (MECiR); (c) calco digital de UT7 en el que se manifiesta la temática caravanera (MECiR); (d y e) detalles
de UT2 con temática pastoril (MECiR); (f) detalle UT9, temática pastoril
(MERH); (g) detalle UT10, temática pastoril (MERH); (h) calco digital de UT11,
temática pastoril (MERH) (Fuente: elaboración propia).
Las
manifestaciones rupestres vinculadas a la MERH se encuentran ejecutadas
mediante diversas técnicas de grabado (picado en surco, en punto y plano muy
irregulares), con presencia de yuxtaposiciones, en las que elementos previos
son reutilizados en motivos nuevos, sin registrar superposiciones ni invalidaciones
del contexto anterior (Figura 7 f, g, h).
Aquellas vinculadas a la MECiR están
ejecutadas mediante la técnica de pintura (trazo lineal, plano y en punto) de
colores negro y rojo, y en muy baja proporción mediante el grabado (picado plano,
en surco, en punto y por abrasión muy regular), con perfiles en “L” y en “U”
bastante uniformes. En
general, los elementos pintados en rojo se encuentran superpuestos a los de
color negro, con algunos casos de yuxtaposiciones de elementos de color rojo,
que reutilizan o mantienen elementos previos pintados en color negro. Se
destaca una gran cantidad de superposiciones entre los diferentes eventos de
ejecución dentro de la MECiR, situación que le confiere una fuerte complejidad
diacrónica (Figura 7 a-e).
Cabe destacar que, más allá de que
ambas modalidades estilísticas comparten el mismo paisaje, no hemos registrado
hasta el momento ningún tipo de superposición entre la MERH y la MECiR. En la
MECiR confluyen los repertorios temáticos pastoril, caravanero y en relación al
conflicto social, mientras que vinculados a la MERH se registran los temas
pastoril y en relación al conflicto, sin evidencias del tema caravanero.
Asimismo, en cada modalidad estilística
estos temas se presentan de maneras diferentes. En la MECiR se observa una gran
cantidad de camélidos (patrón H2b) en rebaño (agrupados, en columnas y filas),
con crías, aislados, algunos pocos casos asociados a antropomorfos, y en
caravana; las figuras humanas por su parte, destacan cuantitativamente, la mayoría con atavíos cefálicos complejos,
portando objetos y/o armas, en fila, enfrentados o aislados. Con respecto a la
MERH, se registran cuadrúpedos, algunos de ellos camélidos del patrón H3
agrupados o aislados, posibles cánidos y tarucas, aislados o yuxtapuestos a
otros cuadrúpedos o figuras humanas. Éstas últimas, se encuentran en postura
frontal, con los brazos alzados algunas, portando objetos (¿o armas?), y en
general asociada a cuadrúpedos.
Casa Colorada 5 se emplaza a un
kilómetro hacia el este de Casa Colorada 1, y justo al frente de Casa Colorada
2 y 3, sobre la cima de una loma ubicada unos metros hacia al sur de la misma
senda de tránsito que pasa frente a Casa Colorada 1, 2 y 3, la cual, como ya mencionamos,
comunica el interior de la cuenca de Pozuelos con el sur. El sitio consiste en
un bloque aislado que aflora de la formación de rocas sedimentarias y presenta
una cara plana dispuesta horizontalmente (levemente inclinada), sobre la cual
se realizaron la mayor parte de las manifestaciones rupestres registradas
(Figura 6d). Sobre varias de ellas, hoy se observan rocas de unos 30 a 40 cm
colocadas intencionalmente.
Las manifestaciones rupestres
registradas están ejecutadas mediante diversas técnicas de grabado (picado en
surco, plano y en punto) con disímiles grados de abrasión interna y diferentes
intensidades en la pátina del interior de los grabados. Los elementos
identificados corresponden a zoomorfos cuadrúpedos, algunos de ellos camélidos
(de los patrones H2 y H3), y otros posiblemente cánido o felino (Figura 8d).
También se registran una espiral (Figura 8c), círculos aislados y asociados a
trazos curvilíneos, y conjuntos de trazos curvilíneos y rectilíneos unidos que
podrían ser considerados como posibles esquemas hidrotécnicos[35]
que aprovechan la microtopografía (inclinación y morfología) de la superficie
rocosa (Figura 8b, d). Se destaca la presencia de pisadas y huellas[36]
de artiodáctilos, posiblemente de camélidos si tenemos en cuenta su asociación
contextual en el mismo espacio plástico a manifestaciones de la figura del mismo
animal (Figura 8a). Las morfologías de estas pisadas son de dos tipos: en “U”
(dos líneas rectas paralelas unidas en la base por un semicírculo)[37]
(Figura 8e, g), y como “II” (dos líneas rectas paralelas o subparalelas
separadas, en algunos casos con un extremo más ancho, pero sin llegar a unirse)
(Figura 8f).
Es interesante destacar que la
disposición horizontal del espacio plástico de CCo5, ha sido aprovechado para
plasmar “vistas en planta”, tanto de camélidos a través de sus pisadas y
huellas, así como también de la topografía del terreno en la microtopografía de
la roca, quizás en relación a la observación y/o manejo del agua en los
posibles esquemas hidrotécnicos[38]
(Figura 8d).
Esta situación ha sido registrada por
nosotros en el Pukara de Rinconada, en un bloque que presenta largas líneas
sinuosas grabadas, combinadas con la horadación de hoyuelos, que de acuerdo a
su configuración y complejidad podría corresponder a los denominadas “maquetas
de sistema de riego” vinculadas al manejo del agua para las prácticas agrícolas[39].
La diversidad de disposiciones,
direcciones y sentidos que presentan los elementos en el espacio plástico,
junto a la variabilidad en las técnicas de grabado y la intensidad de las
pátinas en cada caso, no solo implicaría que las manifestaciones rupestres han
sido ejecutadas en diferentes momentos, sino también que corresponde a un
espacio plástico reutilizado por diferentes ejecutores. Es interesante destacar
que, si bien lo mencionado evidencia un manejo técnico diferencial por parte de
dichos autores, los ejes conceptuales sobre los que se repiten las manifestaciones
son similares: pisadas o huellas de camélidos aisladas o asociadas a la figura
del camélido, y también a los esquemas hidrotécnicos, dispuestos en sus bordes
o en el interior de los mismos. Solo se identifican dos motivos que no cuentan
con dicha iteratividad, uno de ellos es un espiral de gran tamaño con pátina
fuerte, y el otro se trataría de dos cuadrúpedos enfrentados, un posible
camélido y un posible felino o cánido, ambos con pátina débil. Motivos
similares se han registrado en nuestra área para la MERH[40].
Figura
8. Manifestaciones rupestres de Casa
Colorada 5. (a) Detalle de camélido rodeado de pisadas y huellas de individuos
de la misma familia, asociado a esquema hidrotécnico; (b) detalle de diferentes
eventos de ejecución de esquemas hidrotécnicos articulados entre sí; (c)
detalle de espiral grabado; (d) calco digital con camélidos, pisadas y huellas
de camélidos, articulados con esquemas hidrotécnicos; (e) calco digital de
pisada de camélido tipo “U”; (f) calco digital de huella de camélido tipo “II”;
(g) calco digital de huella de camélido tipo “U” (Fuente: elaboración propia).
Si
bien inicialmente estos atributos mencionados podrían ser vinculados a la MERH,
consideramos que las técnicas de grabado registradas en diferentes elementos,
junto al manejo conceptual de algunos motivos, corresponderían a caracteres
vinculables tanto a la MERH como a la MECiR (recordemos que la MECiR cuenta con
técnicas de grabado además de la pintura).
La
figura en espiral grabada se registra hacia el norte de nuestra área de estudio
vinculada a la MERH, en varios casos asociada en el mismo espacio plástico a
pisadas humanas y de aves (tridígitos)[41].
Respecto a los motivos de pisadas de camélidos, en nuestra microrregión hemos
registrado un caso en forma de “U” en Río Herrana 10 (una base residencial
vinculada a la temática pastoril de la MERH), y huellas en formas de “II” en
Río Candado 17 (en un contexto y con una cronología poco claros). En cuanto a
las regiones aledañas, encontramos que hacia el sur de nuestra área, en
Barrancas (Jujuy), y vinculada a la MECiR, se han registrado tanto en “II”[42] como en
“U” (Hugo Yacobaccio, comunicación personal 2020), incluso en un espacio
plástico similar al de CCo5 (en disposición horizontal y asociado a esquema
hidrotécnico y camélidos[43]).
A partir de lo mencionado en relación a
las manifestaciones rupestres, al paisaje y a los contextos arqueológicos de
Casa Colorada, consideramos que Casa Colorada 2 y 3, puestos
agro-pastoriles[44],
se habrían articulado con Casa
Colorada 1, que se configura como un paisaje rupestre vinculado tanto a
prácticas pastoriles como caravaneras asociadas a una ruta de tránsito
relevante para la microrregión. Hasta el momento, las manifestaciones rupestres
de la temática caravanera de estos paneles se vinculan a la MECiR, y resultan
muy similares a las registradas en Abra Pintada 1, considerado por nosotros
como un paisaje asociado exclusivamente a caravaneros locales en tránsito, como
veremos más adelante.
En
este contexto, Casa Colorada 5 se configura como un paisaje rupestre
particular, que pudo haber estado vinculado a rituales de caravaneros en tránsito que recorrieron estas
rutas y realizaron allí prácticas asociadas al viaje. En este sentido, resultan
muy sugestivas las similitudes que se observan en los rasgos y las
características escenográficas del emplazamiento del lugar ritual de Casa
Colorada 5 en relación al paisaje circundante, y las descriptas por Nielsen
(2017) para un altar ritual llamero actual en un contexto de tránsito
localizado en Lípez (sur de Bolivia) (Figura 9).
Figura 9.
Comparación de rasgos y emplazamiento de lugares rituales caravaneros. (a)
Altar llamero en Yuraj Cruz (Potosí, Bolivia)[45];
y (b) Casa Colorada 5 (Fuente: elaboración propia).
Articulando los paisajes rupestres al entramado de prácticas
agro-pastoriles y caravaneras locales del sur de Pozuelos
En este entramado de
paisajes rupestres y prácticas, consideramos que la articulación de las actividades
pastoriles y caravaneras en los sitios considerados si bien comparten ciertas
propiedades, también evidencia interacciones y roles diferentes por parte de
los paisajes considerados.
Las diferencias técnicas y conceptuales
planteadas anteriormente entre la MERH y MECiR, se reafirman aún más por la
gran cantidad de eventos de ejecución, y los tipos de relaciones detectadas
entre los diferentes CTe y CTe-Cr en Río Candado 2 y en Casa Colorada 1[46].
En el caso particular de la MECiR, se
registra una continuidad temporal técnico-conceptual marcada, donde los eventos
de ejecución identificados tanto para la temática del caravaneo como para el
tema pastoril, comparten un mismo conocimiento compositivo más allá de algunas
diferencias puntuales en la configuración de ciertos elementos. El manejo pautado del espacio plástico
que presenta la MECiR, que cuenta con claros ejes direccionados sobre los que
gravitan los elementos que conforman los motivos, se mantiene también en los
diferentes eventos de ejecución identificados.
Por otra parte, para la MERH la gran variabilidad en las técnicas de
grabado, del manejo del espacio plástico (con múltiples ejes y sentidos en los
motivos), y de los conceptos presentes en los repertorios temáticos, nos lleva
a pensar en un conocimiento compositivo diverso, con una mayor amplitud de los
espacios plásticos en relación a los diferentes ejecutantes que performaron
allí conceptos, que si bien no perpetúan un modo de hacer tan pautado como en
la MECiR, es posible visualizar ciertas lógicas recurrentes que abarcan una
mayor diversidad de modos de hacer. Esto no quiere decir que no exista una
lógica iterativa en el interior de la MERH y en los paisajes rupestres que ella
performa, sino que las relaciones de saber-poder involucradas en su emergencia
son diferentes a las de la MECiR.
En Río
Candado 2 y Casa Colorada 1,
el arte rupestre de la MECiR articula los repertorios temáticos pastoril,
caravanero y en relación al conflicto social. Es interesante
destacar que dichos temas no solo confluyen en el mismo bloque (incluso en las
mismas UT), sino que además se observa la recurrencia de un entramado complejo de
prácticas pastoriles y caravaneras atravesadas por la ritualidad, con una
marcada lógica articulada de modos de hacer repetidos a través del tiempo.
Estos
aspectos sugieren que en estos paisajes vinculados a la MECiR, las prácticas
pastoriles y caravaneras se encuentran muy vinculadas entre sí de modo cohesivo
y recurrente, lo que nos lleva a pensar que no podemos segregar como grupos
diferentes a los ejecutantes del arte rupestre caravanero del pastoril, sino
por el contrario, pensamos en pastores caravaneros locales que desarrollan
ambas actividades en diferentes momentos del año, compartiendo un mismo
conocimiento técnico y conceptual en la producción del arte rupestre tanto
pastoril como caravanero[47].
En
estos mismos paisajes rupestres, la MERH solo se presenta vinculada a la
temática pastoril en Río Candado 2, y en Casa Colorada 1. Además, se suman
motivos en relación al conflicto social y otros que plantean la existencia de
prácticas y relaciones con el ambiente que aún no alcanzamos a comprender. En
ambos paisajes, la relación entre estos modos de hacer (MERH y MECiR) no
presenta en general la intencionalidad de invalidar al otro (con la excepción
ya referida en RC2), sino que plantean la existencia de relaciones articuladas
entre ambas modalidades sobre estos paisajes, tal vez en lo que podríamos
interpretar como ciertas estrategias de negociación sobre algunos “lugares” particulares.
Todavía no tenemos certeza acerca de
las relaciones cronológicas entre ambas modalidades estilísticas, es decir si
sus ejecutantes compartían estos paisajes de manera relativamente sincrónica.
El caso ya mencionado de superposición de la MERH sobre la MECiR en Río Candado
2 permite proponer una relación diacrónica entre ambas, siendo posterior la
MERH en relación a la MECiR. Sin embargo, esta evidencia tampoco permite
precisar cuánto tiempo de diferencia supone esta situación, ni tampoco implica
directamente que los ejecutantes de ambas modalidades no hayan podido compartir
estos paisajes de manera relativamente sincrónica, mediante interacciones y
negociaciones que aún no conocemos.
Hasta aquí, entonces, en el sur de
Pozuelos encontramos una diversidad de articulaciones entre prácticas
agro-pastoriles y caravaneras que evidencian procesos de larga duración en
ciertos paisajes rupestres, principalmente vinculados a la MECiR. Por una
parte, encontramos pastores y caravaneros locales (MECiR) que habrían articulado paisajes
rupestres vinculados a una base residencial agro-pastoril como Tabladitas 1,
con un paisaje rupestre relacionado a un puesto pastoril y de ritualidad
caravanera como Río Candado 2[48]. En
este último, los autores de la MERH[49], que solo han plasmado
la temática pastoril, tienen una presencia diferente en este paisaje. No
corresponde decir que fuera menos importante, ya que no conocemos las
implicancias reales de su presencia en un lugar que claramente ha sido
performado recurrentemente con un manejo conceptual de gran profundidad
temporal vinculado a la MECiR. Pero, al menos desde las manifestaciones
rupestres registradas hasta el momento en la MERH, queda clara su relevancia y
vinculación con la temática pastoril.
Por otra parte, estos pastores y
caravaneros locales (MECiR) habrían manifestado un modo similar al registrado
en Río Candado 2, al articular los repertorios temáticos pastoril y caravanero
en el paisaje rupestre Casa Colorada 1, con una alta iteratividad del tema
pastoril principalmente. Tal vez la relación directa de Casa Colorada 1 con un
punto tan relevante en el tránsito de la microrregión, genera que además se
presente de manera muy marcada el tema del conflicto social a través de una
gran cantidad de figuras humanas en fila, portando objetos/armas y enfrentadas.
Si bien en Río Candado 2 no se expresa del mismo modo, hemos expuesto también
la presencia de otras manifestaciones rupestres y estrategias vinculadas a la
protección de ciertas prácticas y paisajes.
En Casa Colorada 1, los autores de la
MERH nuevamente han plasmado la temática pastoril y ciertas manifestaciones
vinculadas también al conflicto social[50],
quizás por los motivos expuestos previamente sobre la relevancia de este sitio
en el tránsito regional. La MERH se presenta allí de una manera más compleja
que en Río Candado 2.
En este contexto, Casa Colorada 1 (lugar
de tránsito, ritual pastoril y caravanero) se habría articulado con Casa
Colorada 2 y 3 (puestos agro-pastoriles) ya en momentos tardíos. De acuerdo a
las evidencias registradas en estos sitios, posiblemente existiera previamente
Casa Colorada 1 como lugar ritual pastoril/caravanero, y luego se construyeran
los puestos temporarios de Casa Colorada 2 y 3 mientras el primero continuaba
en uso. En este sentido, las excavaciones en los recintos de Casa Colorada 2 realizados hasta el
momento, con una cronología asociada al siglo XV d.C., y las manifestaciones
rupestres de Casa Colorada 3 vinculadas a la MERH, sugieren una ocupación
tardía de estos puestos. Si bien la complejidad diacrónica de las
manifestaciones rupestres de Casa Colorada 1-MECiR[51] nos lleva a proponer
para los primeros eventos de ejecución una cronología más temprana dentro del
lapso temporal estudiado, es interesante destacar que los últimos eventos de
ejecución podrían vincularse cronológicamente a momentos más tardíos, alrededor
del siglo XVI d.C. Por el momento entonces, las manifestaciones rupestres de la
MECiR en Casa Colorada 1 demuestran una mayor profundidad temporal en relación
a las evidencias referidas de Casa Colorada 2 y 3.
En este contexto, Casa Colorada 5[52]
constituye un caso particular como posible lugar ritual de caravaneros en
tránsito. Como mencionamos anteriormente, este paisaje articula técnicas de
ejecución y conceptos que pueden ser vinculados a ambas modalidades
estilísticas, sin superposiciones entre ellos, pero claramente pertenecientes a
diferentes momentos de ejecución.
Más allá de no poder determinar
cronologías más precisas para los diferentes eventos de manufactura, sí podemos
sostener junto a las evidencias presentadas anteriormente, el reúso de estos soportes y paisajes a lo
largo del tiempo, lo que implica una iteratividad conceptual y la
performatividad constante no solo de las prácticas pastoriles y caravaneras,
sino también de su ritualidad inherente.
Caravaneros locales en
tránsito. Paisaje rupestre vinculado exclusivamente a las prácticas
caravaneras.
Ahora
bien, si las temáticas caravaneras del arte rupestre de Río Candado 2 y Casa
Colorada 1 son manifestaciones de pastores locales vinculados a la MECiR que en
determinados momentos viajan con caravanas por la región, ¿podemos rastrear
estos caravaneros desde el arte rupestre en contextos de tránsito
exclusivamente?
Frente a esta pregunta surge el caso del paisaje rupestre Abra Pintada 1
(AP1), que se emplaza en el borde externo
suroccidental de nuestra área de estudio, un punto de inflexión que como
mencionamos previamente comunica el interior de la cuenca de Pozuelos con
Orosmayo, Río Grande de San Juan, las lagunas altoandinas y Atacama, hacia el
oeste (Figura 10 a).
Figura 10. Ubicación,
emplazamiento y manifestaciones rupestres de Abra Pintada 1. (a) Localización
de AP1, flechas azules indican conexiones de la senda de tránsito que pasa por
el lugar; (b) emplazamiento de AP1 con detalle de UT1); (c) calco digital de
CTe-Cr 1 y 2 de la UT1 vinculados a la temática caravanera de la MECiR; (d)
calco digital de detalle de figura humana guía de caravana en CTe-Cr1; (e)
detalle de figura humana del patrón H5 de CTe-Cr1; (f) detalle de camélidos en
caravana de CTe-Cr1; (g) detalle de CTe-Cr2 (Fuente: elaboración propia).
Las manifestaciones rupestres se localizan en un bloque de grandes
dimensiones (3,50 m x 3 m), en cuya base se conserva una acumulación antrópica
de rocas (Figura 10b). Del lado norte y adyacente al soporte, se observa una
senda de tránsito antigua. Presenta manifestaciones ejecutadas mediante la
técnica de pintura (trazo plano y lineal), de color rojo-anaranjado y
rojo-violáceo, perfectamente visibles desde la senda adyacente. Los análisis
técnico-estilísticos nos permitieron identificar dos conjuntos
técnico-cromáticos (CTe-Cr1 y CTe-Cr2) (Figura 10c). Los elementos
identificados en ambos conjuntos corresponden a camélidos del patrón H2b
(Figura 10f) y a la figura humana de los patrones H2, G3 y H5[53] (Figura
10d, e), en variadas disposiciones y escalas[54]. Conforman
motivos de caravanas con antropomorfo guía, antropomorfos en fila y aislados, y
camélidos sin extremidades dispuestos
en columnas, como si se tratara de un rebaño en situación de reposo[55] (Figura
10c, g).
Ambos Conjuntos Técnico-Cromáticos han
sido vinculados a la MECiR. Asimismo, las pequeñas diferencias técnicas,
proporcionales y composicionales observadas en la configuración de figuras
similares entre los Conjuntos Te-Cr, junto a la diferencia de tonalidades de
rojo y las superposiciones identificadas, nos permiten reconocer al menos dos
eventos de ejecución: un primer momento para el CTe-Cr1, y otro posterior para
el CTe-Cr2. Ambos eventos de ejecución reflejan un manejo técnico, temático y
composicional muy similar entre ellos, no solo por la presencia de caravanas
acompañadas o guiadas por una figura humana, sino también porque en cada CTe-Cr
se repite la figura del antropomorfo “T” (patrón H5) de mayor tamaño, ubicado
en una posición destacada y superior respecto a las caravanas que se disponen
por debajo, lo cual implica que el tema se mantiene y actualiza en el tiempo.
En este sentido, es interesante destacar la ejecución sincrónica de los
antropomorfos “T” con las caravanas de camélidos en ambos conjuntos.
Cabe destacar, que los estudios de
Morfometría Geométrica realizados sobre la figura del camélido del sur de
Pozuelos, señala que las manifestaciones de camélidos de Abra Pintada 1 es la
única que no presenta distancias morfológicas significativas con ningún otro
paisaje de la MECiR en toda la microrregión. Esto implica que la forma promedio
(consenso) de la figura del camélido de AP1 que es producto de la conjunción de
dos eventos de ejecución (CTe-Cr 1 y 2), estaría resumiendo toda la
variabilidad técnica y cronológica en los modos de hacer vinculados a la MECiR.
La importancia de AP1 en el entramado de conexiones entre el interior y el
exterior de la cuenca podría manifestarse en la necesidad de compartir una
configuración del camélido que pueda ser vinculada fácilmente al resto de los
paisajes rupestres del interior de la cuenca, situación que sustenta la gran
relevancia del tráfico caravanero en la MECiR[56].
A pesar de no contar con dataciones
absolutas que nos permitan afirmar el tiempo transcurrido entre los eventos
registrados para Abra Pintada 1, es posible pensar en una recurrencia de
utilización de esta ruta en sentido este-oeste. Si bien contamos con la
evidencia clara de tráfico caravanero sugerida por los motivos de caravanas de
llamas con antropomorfos guías en cada CTe-Cr, la presencia de camélidos en
actitud de descanso en el CTe-Cr2 refuerza la propuesta de significación del
paisaje en relación a un lugar de pernocte de los arrieros con sus recuas
durante los viajes, lo que toma mayor fuerza a partir de las características
que adquiere el lugar en cuanto a sus condiciones de emplazamiento,
posiblemente como un segmento de ruta del tráfico regional de media-larga
distancia[57],
establecido a unos 50 m de distancia del sitio Abra Pintada 1[58]. Allí
se observan dos refugios circulares asociados a un corral, todos de gran
antigüedad. El gran bloque podría haber actuado como marca o mojón sobre el
camino, vinculado a un lugar de descanso de la recua (realero o jarana), con algún
rol o implicancia en el ceremonialismo del caravaneo[59].
Por todo lo
planteado, consideramos que el paisaje rupestre Abra Pintada 1, conformado como
un lugar de descanso de los arrieros con sus recuas, con un arte rupestre
vinculado exclusivamente a la temática caravanera de la MECiR, correspondería en
Pozuelos a un modo de hacer local, claramente sostenido a lo largo del tiempo
por pastores caravaneros locales en situación de tránsito.
Ritualidades pastoriles y
caravaneras en los paisajes rupestres del sur de Pozuelos
En
el recorrido propuesto en este trabajo, hemos remarcado en los “lugares”
abordados la transversalidad de ciertas ritualidades relacionadas a las
prácticas agro-pastoriles y caravaneras del sur de Pozuelos para el lapso
temporal desde el siglo X al XVI d.C. Algunas de estas ritualidades son
referidas por trabajos etnoarqueológicos, arqueológicos, etnográficos e
históricos para la región andina centro meridional[60]. De acuerdo a lo
presentado, hemos identificado algunos de estos aspectos rituales en relación a
la configuración de los paisajes, contextos arqueológicos y a las
manifestaciones rupestres[61]. En relación a los
paisajes y contextos podemos mencionar:
a)
las
estrategias de elección de los paisajes donde se ejecuta el arte rupestre, con preferencia
de puntos de inflexión o ruptura del terreno, cercanos a aguadas o ríos, con acceso
visual y/o físico a formaciones elevadas y destacadas en el terreno (mallkus destinatarios de las rogativas);
b)
la
orientación cardinal hacia el este y noreste que prevalece en las UT con
motivos de caravanas[62];
c)
los
contextos arqueológicos asociados que evidencian la repetición de las prácticas
y el reúso de paisajes por medio de fogones recurrentes en un mismo espacio,
morteros comunitarios, la existencia de corrales (kanchas) asociados a manifestaciones rupestres vinculadas al rito
del empadre (cruzamiento y reproducción de los camélidos);
d)
la presencia
de mojones y apachetas, algunos de ellos alineados o asociados a rasgos
destacados en el paisaje.
En
relación a las manifestaciones rupestres, destacamos:
a)
las
complejas técnicas de ejecución que involucran a la mayoría de las
manifestaciones de la MECiR (que implican una considerable inversión de tiempo,
trabajo y conocimiento técnico);
b)
la continuidad
conceptual y en los modos de hacer y/o actualizar relaciones entre los
diferentes motivos y temas plasmados (en MERH y MECiR);
c)
el aprovechamiento
de la microtopografía de soporte horizontal (levemente inclinado) de CCo5, para
el desarrollo de esquemas hidrotécnicos simples y su posible relación con el
manejo del agua,
d)
la configuración
de las manifestaciones de camélidos y de la figura humana:
-
figura
humana del patrón H5 en posición central, escala e intensidad destacada
vinculada al tema caravanero en AP1 y pastoril en T1;
-
figuras
humanas aisladas en postura frontal en RC2 (MECiR), CCo1 (MERH), portando
objetos (cetro, arma ¿objeto ritual?), algunos con atavío cefálico y/o
presencia de falo, que articula ambos repertorios temáticos (pastoril y
caravanero) y que integra escenas de antropomorfos tomados de las manos
(¿ceremonias?) con manufactura progresiva;
-
figura humana de brazos alzados en CCo1 de la MERH
vinculada al tema pastoril, y en RC2 de la MECiR (patrón H5-G3) (¿yatiri u oficiante del rito?), también
en posición central y escala destacada articulando temas caravanero y pastoril;
-
camélidos
en RC2 y CCo1 en postura de agresión (aislados o enfrentados), posiblemente
machos enfrentados que harían referencia a momentos de reproducción del rebaño[63]
o a ceremonias del inicio del rito de empadre (jila jikxata uywa ch'uwa), que ocurren justamente dentro de las kanchas (corrales asociados a dichas
manifestaciones);
-
camélidos
aislados en RC2 con caracteres vinculables a momentos en torno a su muerte (¿willancha?);
-
iteratividad
en la manifestación de pisadas y huellas de camélidos, en un soporte horizontal,
levemente inclinado, aprovechando la microtopografía de la superficie de la
roca para vincularlas a figuras del camélido y esquemas hidrotécnicos. La
información relevada desde la etnoarqueología y la etnografía en el contexto de
la presente investigación, nos ha permitido reflexionar en torno a los paisajes
rupestres analizados. La existencia de una ritualidad iterativa en torno a cada
una de las prácticas bajo estudio se vuelve central en este sentido, constituyendo
estrategias efectivas de performatividad de las relaciones de saber-poder en un
contexto de conflictividad, que por medio de esa ritualidad pudieron estar
dispersas entre los diferentes sujetos-agentes del entramado social[64],
sin necesariamente estar concentradas en una figura o jerarquía centralizada[65].
Consideraciones
finales
El arte rupestre en el sur de Pozuelos durante los siglos
X a XVI d.C. no solo jugó un rol importante en relación a las prácticas agro-pastoriles
y caravaneras, sino que también materializa y performa[66] vínculos complejos entre
ellas, justamente en paisajes que articulan las lógicas y las ritualidades de
la movilidad trashumante de las prácticas pastoriles con la ritualidad de las
prácticas caravaneras.
Los tipos de movilidad (trashumante y caravanera), la
ritualidad, y la articulación de las prácticas agro-pastoriles y caravaneras del
sur de Pozuelos a través de los sitios estudiados en este trabajo, nos
permitieron abordar tres escenarios diferentes. Dos de ellos, (I.A y I.B) con
varios atributos similares desde el arte rupestre, pero emplazados en paisajes
y contextos con ciertas diferencias. Estos escenarios corresponden a aquellos paisajes
rupestres que articulan prácticas agro-pastoriles y caravaneras de pastores y caravaneros
“locales”, que podemos encontrarlos en dos entramados de sitios.
Por una parte, Río Candado 2 (puesto pastoril, lugar
ritual caravanero y pastoril) vinculado a la MERH y la MECiR, que se articula
con Tabladitas 1 (base residencial agro-pastoril), vinculada a la MECiR. Por
otra parte, Casa Colorada 1 (ruta de tránsito, lugar ritual pastoril y
caravanero), vinculado a la MERH y la MECiR, que se articula con Casa Colorada
2 y 3 los cuales se conforman como puestos agro-pastoriles (con una sola UT de
la MERH). En el mismo sector se encuentra el paisaje rupestre de Casa Colorada
5 (vinculado a la MERH y la MECiR), que se configura como un lugar ritual de
caravaneros en tránsito.
La diferencia principal entre estos dos entramados de paisajes
rupestres, se debe a que los emplazamientos de Río Candado 2 y Tabladitas 1 no están
asociados directamente a una ruta de ingreso/egreso relevante a la cuenca de
Pozuelos, mientras que Casa Colorada (1, 2, 3 y 5) se vincula directamente al Abra
de Queta, quizás la principal ruta de conexión del interior de la cuenca de
Pozuelos con el sur hacia Doncellas y Casabindo, y con el sureste, hacia la
Quebrada de Humahuaca.
El tercer escenario (II), corresponde a aquellos paisajes
rupestres vinculados exclusivamente a las prácticas caravaneras de “caravaneros
locales” en tránsito. Hasta el momento, este escenario está ejemplificado por
el paisaje rupestre Abra Pintada 1, vinculado a la MECiR, que se conforma como
un realero o jarana asociado a una ruta de tráfico muy relevante para la
microrregión, comunicando el interior de la cuenca de Pozuelos con Orosmayo, Río
Grande de San Juan, las lagunas altoandinas y Atacama, hacia el oeste.
Estos sitios se habrían articulado de diferentes modos
con lo que consideramos el asentamiento-eje de esta microrregión: el Pukara de
Rinconada y sus mesadas aledañas[67]. El Pukara se emplaza
sobre una alta meseta de ignimbrita, y está conformado por un complejo
conglomerado de estructuras en la cima y una gran cantidad y diversidad de
manifestaciones rupestres de diferentes cronologías en las mesetas aledañas[68], en las que confluyen
también las dos modalidades estilísticas ya referidas (MERH y MECiR), articulando
de diferentes modos las temáticas agro-pastoriles, caravaneras y en relación al
conflicto social[69]. Este asentamiento-eje
constituye un punto neurálgico para las rutas de tránsito y tráfico de la
microrregión, conformándose posiblemente como base llamera y terminal de
carga-descarga[70] para caravanas que habrían
llegado al sur de Pozuelos desde diferentes lugares durante el lapso temporal
considerado[71].
La continuidad estilística, conceptual y composicional de
la MECiR en temas caravaneros y pastoriles y su articulación en un mismo
paisaje (RC 2 y CCo 1), no es lo más frecuente en otros sitios de la
circumpuna. Sin embargo, tal como hemos planteando en trabajos previos, la
MECiR se caracteriza por una fuerte estandarización de conceptos y “modos de
hacer”, junto a una continuidad temática transpuesta en diferentes paisajes del
sur de Pozuelos, que incluso se extiende hacia la Quebrada de Humahuaca al
sureste (Tres Cruces, Inca Cueva, Kollpayoc, Cueva y Alero El Morado,
Guairazul, entre otros), y hacia el sur (Barrancas, Quebradas de Tarante y
Capinte, Doncellas, Coranzulí, entre otros).
Si bien
consideramos que tanto la MERH como la MECiR refieren a modos de hacer y
conceptualizar los paisajes rupestres por parte de pobladores “locales”,
pensamos que la manera en que estas modalidades performan los paisajes y las
prácticas asociadas son diferentes, al menos en los sitios analizados en este
trabajo, en los cuales la MECiR parece haber desarrollado un manejo y una
protección de los paisajes y las prácticas bastante más intenso que la MERH.
Esta situación se invierte en el área cercana al Pukara de Rinconada, donde la
MERH se despliega en varios sitios y contextos de un modo más conspicuo que en
este borde sur de la cuenca de Pozuelos.
La gran cantidad de eventos de ejecución
identificados de la MECiR, evidencia que estos espacios plásticos pudieron ser
mantenidos y protegidos por un grupo local, que perpetuó a través del tiempo y
de modo “casi exclusivo” la configuración y el uso de ciertos paisajes, a
través de una lógica recurrente, sostenida por ese mismo conocimiento
técnico/conceptual en la manufactura del arte rupestre pastoril y caravanero,
ambos siendo atravesados por estrategias compositivas que visualizan un
contexto de conflictividad social[72].
La MECiR evidencia en estos sitios
diferentes estrategias de “protección” local de las rutas de tráfico caravanero
y de la práctica del pastoreo, que a través de la repetición de ciertas
“corporalidades”, por ejemplo el patrón H5, las relaciones que establece con
otros motivos (ubicación, intensidad y escala destacada), así como los
contextos y paisajes en los que se emplaza (caravanero, pastoril,
agro-pastoril, asentamiento-eje), garantiza la iteratividad y performatividad conceptual
de los “lugares” y las prácticas vinculadas a esta modalidad.
En este sentido, la información presentada en este trabajo,
nos permite proponer que pastores locales, vinculados a la MECiR, ocupados del
cuidado y la reproducción de los rebaños, serían los mismos que en ciertas
estaciones del año se habrían dedicado también a actividades caravaneras,
generándose un manejo particular por parte de estos grupos locales, de ciertos
“lugares” y repertorios temáticos vinculados a ambas prácticas.
Además de las articulaciones mencionadas entre los diferentes sitios,
resulta interesante destacar que las estrategias compositivas en el arte
rupestre estrechamente vinculadas al conflicto social atraviesan las dos
modalidades estilísticas y a los diferentes paisajes vinculados tanto a
prácticas agro-pastoriles como caravaneras, aunque diferentes en cada caso. Si
bien profundizar estos aspectos supera el objetivo de este trabajo,
consideramos importante dejarlo planteado para indagaciones futuras.
Más allá de las evidencias presentadas
sobre el manejo de las manifestaciones rupestres por caravaneros locales en
relación a la MECiR, de ninguna manera descartamos que caravaneros no locales
hayan transitado por el sur de Pozuelos y hayan utilizado estos mismos paisajes
como puntos relevantes dentro del entramado de rutas articuladas con el Pukara
de Rinconada. Sin embargo, hasta el momento no hallamos evidencias de su
presencia en el arte rupestre de los paisajes estudiados, que parece ser
exclusivo de los pastores caravaneros locales. En este sentido, podríamos pensar en la
existencia de paisajes y localizaciones diferentes a los manejados por los
locales, donde los caravaneros foráneos pudieron realizar sus prácticas asociadas al viaje.
Finalmente,
consideramos que los resultados obtenidos y el enfoque aquí propuesto para
abordar la complejidad de la problemática planteada en el sur de Pozuelos pueden
brindar una base significativa para comprender y discutir otros paisajes
rupestres de la microrregión y de regiones vecinas.
[1] Lauricella, Mirella Sofía,
Rodríguez Curletto, Silvina y Angiorama, Carlos (2020), “El arte rupestre del
Pukara de Rinconada en contexto microrregional (Puna de Jujuy, Argentina)”, Revista Cuadernos de Arte Prehistórico,
Nº 1, pp. 1-26; Rodríguez Curletto, Silvina y Angiorama,
Carlos (2019), “Arte Rupestre y Morfometría Geométrica. Las manifestaciones
rupestres de camélidos en el sur de Pozuelos (Puna de Jujuy, Argentina),
durante los Desarrollos Regionales (900-1430 DC)”, Complutum, Vol. 30, Nº 2, pp. 415-443; Rodríguez Curletto,
Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos (2019), “Paisajes rupestres vinculados a la
trashumancia y al caravaneo durante los Desarrollos Regionales (900-1430 D.C)
en el sur de Pozuelos (Puna de Jujuy, Argentina)”, Chungara, Vol. 51, Nº 4, pp. 531-558.
[2] Berenguer, José (2004), Caravanas, Interacción y Cambio en el
Desierto de Atacama, Santiago de Chile, Sirawi Ediciones; Aschero, Carlos
(2000), “Figuras humanas, camélidos y espacio en la interacción circumpuneña,
en Podestá, M. y de Hoyos, M. (Eds.), Arte
en las Rocas: Arte Rupestre, Menhires y Piedras de Colores en Argentina,
Buenos Aires, Sociedad Argentina de Antropología, pp. 15-44; Martel, Álvaro
(2010), “Arte rupestre de pastores y caravaneros. Estudio contextual de las
representaciones rupestres durante el período Agroalfarero Tardío (900-1480 DC)
en el Noroeste argentino”. Tesis de Doctorado. Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad Nacional de Buenos Aires.
[3] Rodríguez
Curletto, Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[4] Rodríguez
Curletto, Silvina (2021) “La
materialidad del conflicto social en el sur de la cuenca de Pozuelos (Puna de
Jujuy). Arte Rupestre y Bioarqueología”. Tesis de Doctorado, Facultad de
Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba.
[5] Rodríguez Curletto,
Silvina, 2021, Ob. Cit., FALTA PÁGINA
[6] Los mapas de este
trabajo han sido realizados tomando como referencias: Google Maps y Google Earth
Pro (ediciones 2020); Maps3D.io, fuente PNIA de Dominio público, capa
Sentinel-2 sin nubes (2016) por EOX-IT; Información geológica, estructural y
litológica consultada en Mapa Geológico de la provincia de Jujuy (1996) del
Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos; SIG SEGEMAR© Copyright
(2012), Servicio Geológico Minero Argentino, Ministerio de Energía y Minería
del que se consultaron las capas de información: Estructuras de la Provincia de
Jujuy, escala 1:500.000 (2008); Geología de la Provincia de Jujuy, escala
1:500.000 (2008); Topografía e información geoespacial del Instituto Geográfico
Nacional (2020).
[7] Butler, Judith (2009), Vida precaria. El poder del duelo y la
violencia, Paidós, Buenos Aires, 2009; Butler, Judith (2007), El género en disputa. El feminismo y la
subversión de la identidad, Paidós, Barcelona.
[8] Aschero,
Carlos, 2000, Ob. Cit., pp. 15-44; Aschero, Carlos (2006), “De cazadores y pastores. El arte rupestre de la
modalidad Río Punilla en Antofagasta de la Sierra y la cuestión de la
complejidad en la Puna meridional argentina”, en Fiore, D. y Podestá, M.
(Eds.), Tramas en la piedra. Producción y
usos del arte rupestre, Buenos Aires, Sociedad Argentina de Antropología,
pp. 103-140; Aschero, Carlos (2007), “Iconos, huancas y complejidad
en la Puna sur argentina”, en Nielsen, A., Rivolta, M.C., Seldes, V., Vázquez,
M.M. y Mercolli, P. (Comps.), Producción
y circulación prehispánica de bienes en el sur andino, Córdoba, Editorial
Brujas, pp. 135-165.
[10] Criado Boado, Felipe
(1999), “Del terreno al espacio, planteamientos y perspectivas para la
arqueología del paisaje”, Cadernos de
Arqueoloxía e Patrimonio, Nº 6, pp. 1-82; Ingold, Tim (2000), The Perception of the Environment. Essays on livelihood, dwelling and skill, London,
Editorial Routledge; Thomas, Julian (2001), “Arqueologías de lugar y paisaje”,
en Hodder, I. (Ed.), Archaeological
Theory Today, Cambridge, Polity, pp. 165-186; Tilley, Christopher (2004), The materiality of stone. Explorations
in landscape phenomenology,
New York, Berg, 2004.
[11] Angiorama, Carlos y
Rodríguez Curletto, Silvina (2014), “La representación antropomorfa en el arte
rupestre del sector sur de la Cuenca de Pozuelos (Puna de Jujuy, Argentina)
durante los Períodos de Desarrollos Regionales e Inka”, en Vacaflores, D.
(Ed.), Rastros del Dominio Incaico en el
Sur Andino, Tarija, La Pluma del Escribano, pp. 58-69; Lauricella, Mirella
Sofía (2016) “Marcas en el camino. Arte rupestre y tráfico prehispánico tardío
en el sur de la cuenca de Pozuelos (Puna de Jujuy, Argentina)”, Tesis de Grado,
Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumán, Ms.; Rodríguez Curletto, Silvina (2014), “Paisajes y Estilos
del arte rupestre en la cuenca sur de Pozuelos, Jujuy”, Tesis de Grado.
Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumán, Ms.;
Rodríguez Curletto, Silvina y Angiorama, Carlos (2016), “El arte rupestre del
sur de la cuenca de Pozuelos (Puna de Jujuy, Argentina) durante los períodos de
Desarrollos Regionales e Inka (900-1535 AD)”, Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino, Vol. 21, Nº 2, pp.
25-46; Rodríguez Curletto, Silvina y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit.
[12] Rodríguez Curletto, Silvina,
2014, Ob. Cit.; Rodríguez Curletto,
Silvina y Angiorama, Carlos, 2016, Ob.
Cit, pp. 25-46.
[13] Rodríguez
Curletto, Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[14] Rodríguez
Curletto, Silvina y Angiorama, Carlos (2020), “Los contornos de la figura
humana en el arte rupestre del período de desarrollos regionales Período de
Desarrollos Regionales (900-1430 DC) en el sur de Pozuelos (Puna de Jujuy,
Argentina)”, Revista Cuadernos de la
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Jujuy,
Nº 56, pp. 251-288. Los patrones de
diseño mencionados, corresponden a los definidos para el Noroeste Argentino en
general: Aschero, 2020, Ob. Cit., pp.
15-44. Por su parte, con Ep nos referimos a la categoría de motivos
escutiformes de perfil: Podestá, M. Mercedes, Rolandi, Diana S., Santoni,
Mirta, Re, Anahí, Falchi, María Pía, Torres, Marcelo A. y Romero, Guadalupe
(2013), “Poder y prestigio en los Andes Centro-Sur. Una visión a través de las
pinturas de escutiformes en Guachipas (Noroeste Argentino)”, Boletín del Museo Chileno de Arte
Precolombino, Vol. 18, Nº 2, pp. 63-88.
[15] Rodríguez Curletto,
Silvina, 2021, Ob. Cit.
[17] Rodríguez
Curletto, Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[18] Rodríguez Curletto,
Silvina y Angiorama, Carlos, 2020, Ob.
Cit.
[19] Rodríguez Curletto,
Silvina y Angiorama, Carlos, 2019, Ob.
Cit., pp.415-443.
[20] Rodríguez Curletto,
Silvina y Angiorama, Carlos, 2016, Ob.
Cit., pp. 25-46.
[21] Angiorama, Carlos,
Rodríguez Curletto, Silvina y Lauricella, Mirella Sofía, 2018, Ob. Cit.; Rodríguez Curletto, Silvina,
Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[23] Berenguer,
José, 2004, Ob. Cit.; Martel,
Álvaro (2011), “El espacio ritual pastoril y caravanero. Una aproximación desde
el arte rupestre de Valle Encantado (Salta, Argentina)”, en Núñez, L. y
Nielsen, A. (Eds.), En Ruta: Arqueología,
Historia y Etnografía del Tráfico Surandino, Córdoba, Encuentro Grupo
Editor, pp. 111-150; Nielsen, Axel (1997), “El tráfico caravanero visto desde
la Jara”, Estudios Atacameños, Nº 14,
pp. 339-371; Nielsen, Axel (2017), “Las rutas de caravanas en los Andes como
paisajes culturales”, en Chacaltana, S., Arkush, E. y Marcone, G. (Eds.), Nuevas Tendencias en el Estudio de los
Caminos, Lima, Ministerio de Cultura Proyecto Qhapaq Ñan-Sede Nacional, pp.
282-305.
[24] Aschero, Carlos (1996),
“Arte y arqueología. Una visión desde la puna argentina”, Chungara, Vol. 28, Nº 1-2, pp. 175-197; Aschero, Carlos, 2000, Ob. Cit., pp. 25-46; Berenguer, José,
2004, Ob. Cit.; Martel, Álvaro, 2010, Ob.
Cit.; Martel, Álvaro, Rodríguez Curletto, Silvina y Del Bel, Ezequiel
(2012), “Arte rupestre y espacios de memoria: las representaciones del sitio
Confluencia (Antofagasta de la Sierra, Catamarca, Argentina)”, Revista Chilena de Antropología, Nº 25,
pp. 121-162.
[25] Si bien entendemos que son
los pastores los que se dedican al caravaneo, consideramos que no todos se ven involucrados en esta
actividad. De este modo, cuando hablamos de actividades pastoriles, nos
referimos básicamente a las tareas de cuidado y manejo del rebaño por parte de
los pastores, mientras que al hacer alusión a las prácticas caravaneras y al
“caravanero” en particular, consideramos que se trata necesariamente de un
“pastor” que en determinadas temporadas del año se dedica al caravaneo.
[26] Rodríguez Curletto,
Silvina y Angiorama, Carlos, 2016, Ob.
Cit., pp. 25-46.
[27] Rodríguez Curletto,
Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[28] Rodríguez
Curletto, Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[29] Las
imágenes de este trabajo han sido procesadas mediante los programas:
CorelDraw2019, Adobe
Photoshop y DStretch (Jon Harman; http://www.dstretch.com).
[30] Lauricella, Mirella Sofía
y Angiorama, Carlos (2018), “Marcas en el camino. Arte rupestre y tráfico
prehispánico tardío en el sur de la cuenca de Pozuelos (Puna de Jujuy,
Argentina)”, ponencia presentada en el 56°
Congreso Internacional de Americanistas.
[31] Rodríguez
Curletto, Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[32] Rodríguez
Curletto, Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[33] Rodríguez Curletto,
Silvina, 2021, Ob. Cit.
[34] Coronel, Alexis (2015),
“Variabilidad en las prácticas agrícolas en la Cuenca Sur de Pozuelos, en los
Periodos de Desarrollos Regionales e Inka (900-1536 DC)”, Tesis de Grado,
Facultad de Ciencias Naturales e IML, Universidad Nacional de Tucumán, Ms.
[35] Aschero,
Carlos, 2006, Ob. Cit., pp. 103-140.
[36] Siguiendo lo propuesto por
Podestá, María M. y Falchi, María (2015), “Suris,
camélidos, felinos y otras huellas. Simbología y contexto arqueológico en el
arte rupestre sur andino”, Arkeos, Nº
37, pp. 2191-2218, consideramos como “pisada” a la manifestación de una
impronta aislada producto de una pisada de animal o humano, y “huella” se
refiere a la manifestación de un conjunto de pisadas dispuestas de manera
contigua, o bien yuxtapuestas sucesivamente.
[37] Sin descartar que la
morfología de estas pisadas en “U” pueda corresponder a perisodáctilos (burros
y mulas), vinculados a la arriería de momentos coloniales, republicanos e
incluso subactuales, de acuerdo a las evidencias observadas hasta el momento en
estos paneles consideramos que las mismas pueden ser más bien vinculadas a
pisadas de camélidos. Algunas de las razones de esta propuesta son las
siguientes. Por una parte, las proporciones de estas manifestaciones en
"U" (muy cerradas y estiradas) y la ubicación de la almohadilla
digital de la pezuña, que indican la misma dirección de progresión registrada
en paleoicnitas de camélidos (Oliva, Cristian y Arregui, Mariano (2018),
“Mammalian Ichnopathology: a case study of Holartic Ungulates (Gomphotheriidae,
Equidae, Camelidae) of the Late Pleistocene of South America. Ichnotaxomic
implications”, Boletín de la Sociedad
Geológica Mexicana, Vol. 70, Nº 2, pp. 417-447). Por otra parte, la
asociación de estas pisadas y huellas a la figura del camélido en el mismo
espacio plástico de CCo5, dispuestos a unos pocos centímetros unos de otros,
incluso en algunos casos con posibles relaciones anecdóticas entre ellos.
Finalmente, en el Noroeste Argentino este tipo de pisadas en “U” han sido
registradas en diversos lugares compartiendo el mismo espacio plástico con
manifestaciones rupestres asignadas a momentos prehispánicos preinkaicos.
[38] Aschero, 2006, Ob. Cit., pp. 103-140, menciona que este
tipo de manifestaciones, generalmente grabadas, son realizadas en soportes de
plano inclinado como esquemas de manejo del agua. Los surcos grabados
interconectados permiten que, al arrojar agua sobre la roca, ésta fluya
recorriendo las diferentes morfologías grabadas. Si bien para los Desarrollos
Regionales se registran esquemas de sistemas de regadío como “maquetas”
complejas, tanto para el Noroeste Argentino como para el norte de Chile,
algunos de estos esquemas simples vinculados a las zonas de vega sugieren
también un manejo del agua relativamente simple, canalizando vertientes
próximas a estos humedales para ampliar
por riego las zonas de pastura.
[39] Lauricella, Mirella Sofía,
Rodríguez Curletto, Silvina y Angiorama, Carlos, 2020, Ob. Cit.
[40] Rodríguez Curletto,
Silvina, 2021, Ob. Cit.
[41] La figura en espiral se
registra hacia el norte de nuestra área de estudio, generalmente vinculada a
pisadas humanas y de aves, entre otros: Fernández Distel, Alicia (2006), Catálogo del arte rupestre de Jujuy y su
región, Editorial Dunken, Buenos Aires; Fernández Distel, Alicia y Valdez,
Fernando (2011), Mapa arqueológico de
Yavi, Jujuy. Nuevos sitios. Buenos Aires, Editorial Hanne; Cruz, Pablo y
Martínez Anabella (2014), “Signos, significantes y sentidos furtivos. Los
grabados rupestres de Cangrejillos (Provincia de Jujuy, Argentina)”, Boletín de la Sociedad de Investigación de
Arte Rupestre de Bolivia, Vol. 28, Nº 7, pp. 57-77; Fauconnier, Françoise
(2009), “The rock art of the department of Tarija (Bolivia)”, INORA, Nº 53, pp. 17-24.
[42] Fernández Distel, Alicia y
Pelissero, Norberto (2014), El arte en las
piedras y el tema de los camélidos. Iconografía específica en diferentes
soportes, Salta, Mundo Editorial.
[43] Fernández Distel, Alicia
(2007), Arqueología e Historia de un
valle puneño: Barrancas (Jujuy, Argentina), 2ª Edición, Editorial Dunken,
Buenos Aires; Fernández Distel, Alicia y Pelissero, Norberto, 2014, Ob. Cit.
[44] Angiorama, Carlos (2011),
“La ocupación del espacio en el Sur de Pozuelos (Jujuy) durante tiempos
prehispánicos y coloniales”, Estudios
Sociales del NOA, Nº 11, pp. 125-142; Coronel, Alexis, 2015, Ob. Cit.
[45] Nielsen, Axel, 2017, Ob. Cit.,
Foto 6. p. 299.
[46] Rodríguez Curletto,
Silvina, 2014, Ob. Cit.; Rodríguez
Curletto, Silvina y Angiorama, Carlos, 2016, Ob. Cit.
[47] Esta situación también se
observa en áreas aledañas como Kollpayoc, Doncellas y Barrancas; Nielsen, Axel,
Vázquez, María, Mercolli, Pablo y Seldes, Verónica (2001), “Las Pictografías de
Kollpayoc (Departamento Humahuaca, Jujuy, Argentina)”, en Fernández Distel, A.
(Ed.), Arte Rupestre y Menhires en el sur
de Bolivia, norte de Argentina y norte de Chile, Jujuy, Anuario del Centro
de Estudios Indígenas y Coloniales, UNJu, pp. 91-108; Alfaro de Lanzone, Lidia
(1978), “Arte rupestre en la cuenca del Río Doncellas (Provincia de Jujuy,
República Argentina)”, Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología, Nº 7, pp.
123-146; Fernández Distel, Alicia, 2007, Ob. Cit. Esto reafirma lo que
venimos planteando en trabajos anteriores en relación a que la Modalidad Estilística
Ciénega Rodeo definida para el sur de Pozuelos, presenta un alcance y una
complejidad que se transpone desde nuestra microrregión, hacia paisajes del sur
de la puna de Jujuy (Casabindo, Doncellas, Coranzulí, Susques, Barrancas, y
otros sectores de la cuenca de Guayatayoc-Miraflores), del norte de Salta, y de
lugares localizados al sureste de Pozuelos hacia la Quebrada de Humahuaca (Tres
Cruces, Inca Cueva, Kollpayoc), Rodríguez Curletto, Silvina y Angiorama,
Carlos, 2016, Ob. Cit., pp. 25-46; Rodríguez
Curletto, Silvina y
Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit.,
pp. 415-443; Rodríguez Curletto, Silvina y Angiorama, Carlos, 2020, Ob. Cit.; Rodríguez Curletto, Silvina, 2021,
Ob. Cit.
[48] Lauricella, Mirella Sofía,
2016, Ob. Cit.; Rodríguez Curletto, Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y
Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[49] Es importante
destacar que, tanto para la MERH como para la MECiR, suponemos la existencia de
ejecutantes/autores del arte rupestre con un conocimiento técnico y conceptual
diferente, lo cual no implica directamente la existencia de grupos étnicos
diferentes. Hasta el momento no contamos con suficientes evidencias para
sostener tales supuestos, sin embargo, resultan notables las diferencias
registradas entre ambas “maneras de hacer y concebir” los paisajes rupestres
del sur de Pozuelos.
[50] Rodríguez Curletto,
Silvina, 2021, Ob. Cit.
[51] Cabe aclarar que nuestras
investigaciones en curso nos llevan a pensar que la MECiR no es un todo
homogéneo. Si bien es notable la presencia de ciertos parámetros generales que
la atraviesan (Rodríguez Curletto, Silvina y Angiorama, Carlos, 2016, Ob. Cit., pp. 25-46), las
manifestaciones rupestres de la MECiR muestran variaciones a través de los
diferentes eventos de ejecución, no solo en las técnicas de ejecución sino
también en la configuración de las morfologías, las relaciones entre elementos
y la organización del espacio plástico (Rodríguez Curletto, Silvina y
Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit.,
pp. 531-558; Rodríguez Curletto, Silvina,
Ob. Cit.). Dichas variaciones,
que actualmente se encuentran bajo estudio, se traducen en diferencias
diacrónicas que corresponden a eventos más tempranos y tardíos para el lapso
aquí considerado.
[52] Consideramos importante
indagar a futuro las relaciones de Casa Colorada 5 con las prácticas
agro-pastoriles desarrolladas a tan solo 500 m, en CCo 2 y 3. Resultará
interesante analizar los esquemas hidrotécnicos plasmados en CCo 5 asociados a
las pisadas y huellas de camélidos que, siguiendo a Aschero (2006, Ob. Cit., pp. 103-140), podrían
vincularse a la ritualidad y a las prácticas del laboreo de la tierra y del
manejo del agua en contextos agro-pastoriles.
[53] Aschero,
Carlos, 2000, Ob. Cit., pp. 15-44.
[54] Alberti, Ben,
"Archaeology and Ontologies of scale: the case of miniaturization in
First-Millennium Northwest Argentina”, en Alberti, B., Jones, A. y Pollard, J.
(Eds.), Archaeology after interpretation:
returning materials to Archaeological Theory, California, Left Coast Press,
2013, pp. 43-58.
[55] Rodríguez Curletto,
Silvina, 2014, Ob. Cit.
[56] Rodríguez Curletto,
Silvina y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[57] Nielsen,
Axel, 2017, Ob. Cit., pp. 282-305.
[58] Rodríguez
Curletto, Silvina, Lauricella, Mirella Sofía y Angiorama, Carlos, 2019, Ob. Cit., pp. 531-558.
[59] Gabelmann, Olga (2015),
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