Revista Andes,
Antropología e Historia
Vol.
2, Nº 31, Julio - Diciembre de 2020
Esta obra está bajo licencia de Creative Commons Atribución - No Comercial
CC BY-NC
https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/ ISSN Nº 1668-8090
ESTUDIO de un sitio A CIELO ABIERTO de
cazadores-recolectores en el salar del Hombre Muerto
(ZONA LIMÍTROFE DE LAS PROVINCIAS DE SALTA Y CATAMARCA). UNA
CONTRIBUCIÓN A LA ARQUEOLOGÍA DEL HOLOCENO TEMPRANO EN LA PUNA DEL NOROESTE DE
ARGENTINA
STUDY
of aN OPEN-AIR SITE OF hunter-gatherer in the SALAR DEL HOMBRE MUERTO (BOUNDARY
AREA OF SALTA AND CATAMARCA PROVINCES). A CONTRIBUTION TO THE ARCHEOLOGY OF THE
EARLY HOLOCENE IN THE PUNA OF NORTHWESTERN ARGENTINA
Claudio Javier Patané Aráoz
Facultad de Filosofía
y Humanidades
Universidad
Nacional de Córdoba
patanearaoz@yahoo.com
Javier Luis Piraino
Facultad de
Humanidades
Universidad
Nacional de Salta
Argentina
javierpiraino@gmail.com
Brian Reale
Facultad de Ciencias Naturales
Universidad
Nacional de Salta
Argentina
brianrealeunsa@gmail.com
Fecha de ingreso: 20/11/19
Fecha de aceptación: 15/07/2020
Resumen
Presentamos
los resultados obtenidos en la investigación de un sitio arqueológico
(SHM-S2-s2) a cielo abierto localizado en los faldeos sudoccidentales del cerro
Ratones (salar del Hombre Muerto, porción limítrofe de las provincias de Salta
y Catamarca). El sitio se encuentra compuesto por una dispersión de artefactos
líticos en superficie (SHM-S2-s2/2) y un parapeto (SHM-S2-s2/1) asociado
espacialmente. Aquí examinaremos un conjunto lítico recolectado de superficie
mediante su análisis tecno-morfológico y morfológico-funcional. Por otro lado,
se presentarán los resultados obtenidos en la excavación del parapeto. La
cronología del sitio, establecida de forma relativa por los registros en
superficie de tipos morfológicos diagnósticos (puntas triangulares
apedunculadas), corresponde al Holoceno temprano. A fin de analizar la
variabilidad morfológica de esas puntas, empleamos un test de estadística
univariada, comparándolas con artefactos similares de otros sitios del NOA.
Estos registros permiten incluir esta área de la Puna dentro de los más
tempranos momentos del poblamiento humano en el noroeste de Argentina.
Palabras claves: Salar del
Hombre Muerto, Cazadores-recolectores, Puntas triangulares apedunculadas,
Holoceno temprano
Abstract
We present the results obtained in
the investigation of an open-air archaeological site (SHM-S2-s2) located in the
southwestern slopes of the cerro Ratones (Salar del Hombre Muerto, bordering
area of the provinces of Salta and Catamarca). The site is composed by a
dispersion of lithic artifacts at surface (SHM-S2-s2/2) and a spatially
associated parapet (SHM-S2-s2/1). Here we will examine a lithic assemblage
collected from the surface through its techno-morphological and
morphological-functional analysis. On the other hand, the results obtained in
the excavation of the parapet will be presented. The chronology of the site,
established in a relative basis by surface registers of diagnostic
morphological types (non-stemmed triangular points), corresponds to the early
Holocene. In order to analyze the morphological variability of these points, we
used a univariate statistical test, comparing them with similar artifacts from
other NOA sites. These records allow this area of the Puna to be included into the
earliest moments of human peopling in northwestern Argentina.
Key words: Salar del Hombre Muerto, Hunter-gatherers,
Non-stemmed triangular points, Early Holocene
Introducción
Los estudios arqueológicos en la Puna del noroeste de
Argentina (NOA) cuentan al presente con una larga trayectoria histórica. Desde
comienzos del siglo XX[1]
hasta nuestros días, numerosos proyectos de investigación arqueológica
generaron valiosos avances en los conocimientos sobre las diferentes instancias
del uso humano de la Puna. Esto puede ser particularmente advertido en lo
relativo a las ocupaciones de sociedades cazadoras-recolectoras a lo largo del
Holoceno[2].
Sin embargo, esos estudios se enfocaron generalmente en zonas determinadas y en
sitios de similares características -generalmente en abrigos rocosos-[3].
Por lo tanto, en la muy extensa prolongación espacial de la Puna numerosas
áreas todavía no fueron exploradas ni investigadas apropiadamente.
Consecuentemente, persisten marcados sesgos geográficos en nuestros
conocimientos sobre el pasado de esa región.
Lo que las investigaciones académicas arqueológicas no
pudieron cumplimentar todavía -por razones indiscutiblemente lógicas-, los
estudios de impacto arqueológico comenzaron a subsanar parcial y
progresivamente, aunque dentro de sus propias limitaciones. Desde hace al menos
dos décadas, ya sea desde la Nación o desde los Estados provinciales, se
fomentó el establecimiento y desarrollo de emprendimientos económicos en
diferentes áreas de la Puna. En gran medida, estos impulsos pueden notarse
especialmente a partir del potencial minero regional. Ciertamente, las
provincias de Jujuy, Salta y Catamarca cuentan principalmente con recursos de
litio en salmuera y metales preciosos. Dentro de este contexto, la
participación de arqueólogos es requerida legalmente dentro de las diferentes
instancias del desarrollo de esos emprendimientos como parte de los estudios de
impacto ambiental y social[4].
Indudablemente, las posibilidades que ofrecen estos emprendimientos económicos
a los arqueólogos y sus proyectos de investigación se extienden más allá de las
facilidades con las que estos usualmente cuentan; accesos a lugares alejados de
centros urbanos o pequeños poblados, donde generalmente no se cuentan con rutas
o huellas y facilidades logísticas (camionetas adecuadas para el tránsito en
áreas inhóspitas, campamentos estables). Los resultados de los estudios de
impacto arqueológico solicitados por esas empresas son expuestos dentro de los
estudios de impacto ambiental y social que deben ser presentados a los
diferentes organismos provinciales. Desafortunadamente, por lo general, estos
estudios arqueológicos “duermen” un largo sueño en cajones de oficinas
gubernamentales. Nosotros consideramos que los resultados y registros obtenidos
en los estudios de impacto arqueológico deben ser dados a conocer en los
ámbitos académicos. Vale destacar que, por lo general, en los relevamientos
superficiales de numerosas áreas de la Puna (y otras áreas del NOA) los
estudios de impacto se producen novedosos hallazgos que, indudablemente,
ameritan la profundización de sus estudios. Afortunadamente, algunos de ellos
ya han sido publicados en revistas científicas[5]
y en congresos científicos se discute abiertamente logros, inconvenientes y
contradicciones de esta actividad profesional arqueológica.
Con este propósito
en mente, nuestro objetivo en este trabajo será presentar los resultados
obtenidos en el análisis de un sitio a cielo abierto de cazadores-recolectores
descubierto pocos años atrás por uno de nosotros en el noreste del salar del
Hombre Muerto (límite interprovincial entre Catamarca y Salta) en ocasión de
efectuarse un trabajo de impacto arqueológico solicitado por una empresa minera[6].
El espacioso salar del Hombre Muerto, el segundo en extensión en la República
Argentina, es una de esas áreas de la Puna con un gran potencial de
investigación que hasta el presente no fue explorada ni estudiada en
profundidad.
Este sitio arqueológico (SHM-S2-s2) se encuentra
compuesto por una dispersión de artefactos líticos tallados en superficie
(SHM-S2-s2/2) y un parapeto (SHM-S2-s2/1) asociado espacialmente. Dentro del
conjunto de artefactos líticos hallados en superficie se reconocieron
exclusivamente puntas de proyectil triangulares apedunculadas (PPTA, de aquí en
adelante), tipo morfológico (sensu Aschero
1988) que puede ser adscripto a grupos cazadores-recolectores que ocuparan
estas regiones durante el Holoceno temprano (ca.
10.500 a 8000 años AP). Mientras que el parapeto, ubicado a unos 90 m hacia el
oeste de esa dispersión de materiales, nos ofreció la posibilidad de
profundizar las interpretaciones generales sobre el sitio en su conjunto ya que
fue excavado al realizarse un rescate arqueológico[7].
De acuerdo al análisis de la estratigrafía y de los restos materiales
recuperados, interpretamos dos momentos de uso del parapeto. Estos corresponden
a un periodo relativamente reciente (histórico-subactual), representado por los
hallazgos obtenidos en la unidad estratigráfica 1 (UE1) y a un momento de
ocupación de tiempos más remotos, compuesto por los registros de dos artefactos
líticos -no diagnósticos- en la unidad estratigráfica 2 (UE2). En los dos
artefactos se observó meteorización física (ventifacción) y química (pátina),
sugiriendo una prolongada exposición a factores ambientales erosivos. Estos
procesos tafonómicos son análogos a los registrados en los materiales de
superficie de SHM-S2-s2/2. Sumado a esto, la similitud entre artefactos, de uso
de materia prima y por la proximidad espacial entre s2/1 y s2/2 se establecen
como argumentos para considerar la hipótesis de uso simultáneo y de vinculación
funcional entre el parapeto y el espacio cercano donde se halló la dispersión
de materiales en superficie.
En concreto, el análisis y publicación de este sitio
representa un aporte importante, no sólo a escala local sino también regional,
ya que se inserta en el marco de diversas contribuciones sobre este tema en la
Puna del NOA[8]. Específicamente, este sitio ubicado en
el salar del Hombre Muerto permite generar bases empíricas que extienden
espacialmente los registros de evidencias correspondientes a las primeras
instancias del poblamiento humano en la Puna del NOA durante el Holoceno
temprano, como así también sobre las estrategias empleadas por esos grupos en
el uso del espacio.
El salar del Hombre Muerto. Breve caracterización y síntesis de
antecedentes de investigación
El salar del Hombre Muerto se encuentra comprendido
dentro de los límites de la provincia de Catamarca (departamento Antofagasta de
la Sierra) y la provincia de Salta (departamento Los Andes). Como es bien
sabido, la porción limítrofe de este salar, al norte, se encuentra en litigio
entre ambas provincias. Justamente, el sitio que aquí presentamos se encuentra
localizado en esa porción del salar bajo disputa legal (figura 1).
Este salar tiene
una superficie aproximada de 565 km2, ubicándose a una
altitud promedio de 4.000 msnm. Desde una perspectiva geológica, el área de
estudio pertenece a la Provincia Puna Austral. Se encuentra dividido en dos subcuencas:
Occidental y Oriental, siendo esta última la comprendida por el presente
estudio. El salar presenta un contorno tendiente a subcuadrangular o
trapezoidal, en el que se pueden distinguir algunos relieves positivos
(penínsulas de Tincalayu e Incahuasi y Farallón Catal). Dentro de su sector
oriental se presentan relieves en los que predominan las geoformas volcánicas e
intrusivas, con conos aluviales y cursos fluviales de régimen permanente y
temporario. Aquí, destaca particularmente el cerro Ratones (5.252 msnm), de
origen volcánico. Mientras que el sector occidental presenta un relieve con
suaves lomadas sobre los que se deposita una densa red de drenaje de arroyos y
arroyuelos de régimen temporal, sin la presencia de ningún curso fluvial
importante.
Figura 1: Imagen satelital del área
del salar del Hombre Muerto. El recuadro con una flecha distingue la ubicación
del sitio SHM-S2-s2.
Fuente: Elaboración de los
autores.
Antecedentes de investigaciones
en el salar del Hombre Muerto. Investigaciones académicas
Los antecedentes de investigaciones
académicas en el salar del Hombre Muerto son escasos, producidos en tiempos
relativamente recientes y centrados en temas muy específicos y acotados. Las primeras referencias provienen de un
texto elaborado por R.
Raffino y M. Cigliano en donde se dieron a conocer registros de artefactos
líticos hallados en terrazas altas del salar del Hombre Muerto (Km 117, Ruta
Nacional N°53)[9].
En esos sitios se encontraron lascas toscas obtenidas de grandes núcleos de
basalto, a modo de “talleres” que fueron asociados a grupos o microbandas
nómades de cazadores-recolectores de una “Etapa Paleoindia o Precerámica”.
Asimismo, destacaron también los registros de otros instrumentos líticos (palas
e instrumentos de labranza) que fueron atribuidos a una cultura posterior
ligada con actividades agrícolas En ese mismo año, A. Caggiano presentó los
resultados alcanzados en su tesis de licenciatura sobre materiales líticos
registrados en distintos yacimientos arqueológicos de la Puna Argentina. Entre
esos sitios, Caggiano analizó una muestra lítica numerosa y variada (lascas,
láminas, cuchillos, raspadores, once clases de puntas de proyectil) obtenidas
en diversos sitios de cazadores-recolectores a cielo abierto ubicados en la
Ruta Nacional N°53, entre los kilómetros 58 y 117[10].
Entre las puntas de proyectil analizadas, destacaban principalmente las puntas
lanceoladas, bifaciales, que en esa época se asociaran a la cultura Precerámica
“Ayampitín”.
Para la década
de 1990, contamos con registros e interpretaciones de asentamientos ubicados en
la península de Incahuasi (suroeste del salar del Hombre Muerto). Entre los
sitios analizados se encuentra el muy conocido caso de las ruinas de Incahuasi
y San Antonito[11].
Posteriormente, A. Haber y colaboradores reanalizaron
las ruinas de Incahuasi y presentaron datos sobre relevamientos superficiales
efectuados en áreas aledañas. Ellos manifestaron los registros de dispersiones
de artefactos líticos tallados en el paraje Agua Salada, entre ellos materiales
de talla bifacial, a los que el investigador atribuye “una gran
antigüedad (…) correspondiente a
cazadores de vicuñas en épocas precerámicas” [12].
Moviéndonos nuevamente al norte del salar,
la arqueóloga C. Ceruti reportó los
registros de tres conjuntos arquitectónicos ubicados en distintos sectores de
la cumbre del cerro Ratones (coordenadas geográficas: S25º14'70" - O66º52'70" / S25º14'58" - O66º52'76" / S25º14'54" - O66º52'83")[13].
Estos registros constituyen un conjunto asociado de recintos arquitectónicos y
ecofactos claramente relacionados a sitios rituales y ceremoniales de tiempos
de dominio incaico en el NOA (santuario de altura).
Antecedentes basados en estudios
de impacto arqueológico
En los últimos años se
realizaron numerosos estudios de impacto arqueológico en diferentes áreas del
salar del Hombre Muerto.
En una primera instancia, estos trabajos tuvieron carácter de líneas de base
arqueológicas por amplios sectores de este salar (Minera del Altiplano[14],
Maktub[15]
y Lithium 1[16], entre
otros). Con el correr del tiempo, los trabajos arqueológicos de impacto
tuvieron carácter más limitado en sus alcances, originados a partir de
emprendimientos de menor envergadura (por ejemplo, relevamientos por
construcción y uso de canteras, acueductos), o bien de monitoreos, renovaciones
o actualizaciones de estudios de impacto sobre áreas ya relevadas.
Efectuar una
síntesis de todos esos trabajos de impacto excedería ampliamente los márgenes
disponibles para este trabajo. Por lo que, a los fines que persigue este
trabajo, nos interesa sintetizar los antecedentes directos en nuestra zona de trabajo,
piedemonte occidental del cerro Ratones. En el año 2011 el arqueólogo C. Vitry
realizó un estudio de línea de base para la empresa Lithium 1, relevando
superficialmente los sectores orientales del salar, especialmente en los
faldeos del cerro Ratones y áreas localizadas un poco más al sur[17]. En
esos trabajos se registró un total de 122 sitios arqueológicos, compuestos
básicamente por recintos arquitectónicos (parapetos) y amontonamientos de rocas
(mojones, apachetas) y en menor medida, restos muebles (lítico, cerámica y
óseo). Para nuestra área de trabajo, Vitry registró un total de 81 sitios,
localizados sobre cimas de lomadas, orilla del salar y cono de deyección del
cerro Ratones.
En tiempos más recientes, uno de nosotros realizó dos
evaluaciones de impacto para la empresa Galaxy Lithium en el noreste del salar
del Hombre Muerto. En el primero de ellos, una línea de base arqueológica
complementaria a la de Vitry, se registraron otros cinco sitios y un hallazgo
aislado. Entre los sitios registrados se encontraban un parapeto, que fuera
denominado SHM-S2-s2[18]. Un
año después, la misma empresa solicitó la realización de un rescate
arqueológico del parapeto mencionado ya que se encontraba en peligro de
destrucción por factores naturales y culturales. Durante esas tareas se
registró una dispersión de artefactos líticos tallados en superficie en
cercanías del parapeto, hacia el este[19]. Esa
dispersión de materiales fue denominada SHM-S2-s4, aunque se aclaró que estas
evidencias presentaban asociación espacial con S2-s2 y, posiblemente,
correlaciones temporales y funcionales. Finalmente, a mediados del año 2019 la
empresa minera Posco Argentina solicitó la realización de una línea de base
arqueológica para uno de sus proyectos en el noreste del salar del Hombre
Muerto[20]. En
esa ocasión de trabajo se tuvo la oportunidad de visitar el área de
localización del parapeto y la dispersión de materiales en superficie, ya que
ambos se encontraban ubicados en cercanías al área del proyecto minero.
El sitio SHM-S2-s2
Dado el alto potencial de investigación de
este sitio se decidió emprender estudios más completos. Con
este fin, se conformó un grupo de estudio contando con la colaboración y
participación de otros investigadores. En este punto debemos aclarar que para el
conjunto de evidencias registradas utilizaremos la denominación inicial
(SHM-S2-s2). Como ya se explicitó, este sitio se
encuentra conformado por un parapeto (SHM-S2-s2/1; coordenadas geográficas:
S25°17’25.0” - O66°55’53.1”) y una dispersión de materiales en superficie
(SHM-S2-s2/2; coordenadas geográficas: S25°17'25.12"- 66°55'48.97"),
a una altitud promedio de 3.978 msnm.
El sitio se localiza en el extremo sudoeste del cerro
Ratones, más concretamente en un área de interfase entre el salar del Hombre
Muerto y el pedemonte del Cerro Ratones. Esta interfase constituye una
geomorfología típica de un ambiente de barreal, el cual en los ciclos húmedos
se inunda promoviendo la sedimentación de materiales finos y en los ciclos
secos sufre evaporación intensa produciendo la precipitación de sales. A su
vez, esta interacción entre ciclos climáticos y geomorfología es ideal para el
crecimiento de yaretas y arbustos de estación. Por su localización espacial,
desde el sitio se posee una perspectiva dominante del entorno natural,
particularmente hacia el sur, oeste y norte, es decir, de gran parte del salar
del Hombre Muerto. Al este del sitio se despliega el piedemonte sudoccidental
del cerro Ratones –con desnivel natural en sentido este-oeste- y el mismo cerro
(figura 2A).
En el área de ubicación del
sitio la meteorización física
(termoclastismo, haloclastismo y meteorización biológica) resulta muy intensa,
actuando sobre un terreno casi totalmente desprovisto de vegetación. Como
consecuencia del intemperismo y una amplitud térmica de gran magnitud las rocas
aflorantes se degradan, generando grandes cantidades de detritos que se
acumulan en los faldeos y bajadas. La
acción eólica adquiere destacada importancia en el área por la generación y
modelado de las geoformas y rocas aflorantes, generando un relieve de lomas
suavizadas. En este sentido, en el área de ubicación del sitio son frecuentes
los bloques y clastos pulidos por los granos de arena transportados por el
viento, generando ventifactos.
Por otro lado,
ciertos sectores del área donde se localiza el sitio fueron impactados en
tiempos recientes. Muy cerca de la ubicación del parapeto se realizaron tareas
de extracciones de áridos (cantera), como también se conformó una huella
minera. Además, muy cerca del parapeto se formaron naturalmente carcavamientos.
Mientras que una porción de la zona de dispersión de los materiales fue
impactada por otras huellas que
se desprendían de la mencionada anteriormente. Estas huellas se ubican dentro
del sector de contacto entre el salar y la porción distal de piedemonte y una
de ellas se interna hacia el norte, dirigiéndose posiblemente hacia el cerro
Ratones (figura 2B). Debe señalarse que estos impactos se
produjeron en sectores donde el registro de materiales no es muy cuantioso,
concretamente en sectores limítrofes del sitio. Según lo observado, el paso de
automóviles produjo el desplazamiento lateral de algunos materiales y,
probablemente, que algunos de ellos quedaran cubiertos por sedimentos.
Figura 2. (A) vista panorámica del salar del Hombre Muerto, desde el
noreste. Fotografía tomada desde el piedemonte del cerro Ratones. La flecha
señala la ubicación del sitio SHM-S2-s2; (B) primer plano del área de
dispersión de materiales arqueológicos, la flecha señala la huella que circunda
los límites del sitio. Nótese al fondo de la imagen el cerro Ratones.
Fuente: Elaboración de los autores
Materiales y
métodos
Los estudios realizados en el sitio estuvieron
comprendidos en dos etapas de trabajo. En primer lugar, en el mes de abril de
2014 se efectuó la excavación de rescate del parapeto (SHM-S2-s2/1) que se
encontraba en serio peligro de ser destruido por activos procesos de
carcavamientos en el área[21].
Posteriormente, a mediados del año 2019 se realizaron diversas tareas en el
área de dispersión de artefactos líticos tallados (SHM-S2-s2/2).
El parapeto presenta la clásica configuración de estos
recintos arquitectónicos, morfología en arco, utilización de rocas de diferente
tamaño, de origen volcánico y disponibles en las inmediaciones. Estas fueron
acomodadas en seco conformando un muro simple. Tiene una longitud máxima
(cuerda) de 5,7 m, profundidad: 3,2 m de ancho y altura de pared: 0,5 m (ver
figuras 3A y B). Actualmente en superficie se observan desechos de tiempos
recientes (botellas rotas, latas, zapatillas).
En este parapeto se excavó la totalidad del área interna
del recinto delimitada por el muro siguiendo los estratos naturales. Las
medidas de esta excavación fueron 4,8 m de largo (norte-sur) por 1 m de ancho
(este-oeste), con una subdivisión en cuatro cuadrículas (tres de 1,0 x 1,0 m y
una de 1,80 x 1,0 m). Finalizada la excavación, se procedió a recolocar el
sedimento removido originalmente en el sitio, para su protección. Los
materiales arqueológicos recuperados fueron trasladados posteriormente para su
análisis a la Universidad Nacional de Salta.
Tareas posteriores comprendieron la determinación de los
límites superficiales del sitio SHM-S2-s2/2. Con este propósito se conformaron
grupos de trabajo, cada uno con su correspondiente dispositivo GPS, los cuales
efectuaron recorridos pedestres sistemáticos por el área de dispersión de
materiales. De esta forma, se cartografiaron y georreferenciaron espacialmente
zonas de presencias y ausencias de restos materiales. La superficie del sitio
se determinó en ca. 970 m2. En el área
del sitio se realizaron recolecciones de materiales en superficie mediante
transectas ordenadas cardinalmente, cada una conformada por dos integrantes. Se
tuvo como unidad de muestreo un segmento de 100 m de longitud y 10 m de ancho.
La muestra total recolectada en el sitio estuvo compuesta exclusivamente por
artefactos líticos (n=376). Posteriormente, durante ese mismo trabajo de campo,
se recolectó de forma asistemática una muestra compuesta exclusivamente por
puntas de proyectiles diagnósticas (n=12). Corresponde señalar que en este
sitio no se efectuaron excavaciones. La muestra artefactual recolectada en el
sitio fue trasladada a instalaciones de la Universidad Nacional de Salta para
realizar estudios más detallados. Para el análisis de las materias primas
presentes se identificó petrográficamente la muestra en laboratorio a escala macroscópica.
El estudio de las posibles fuentes de aprovisionamiento fue realizado mediante
análisis de textos y cartografías disponibles sobre la geología local. En este
trabajo consideramos como fuentes locales a los recursos disponibles a una
distancia no mayor de 20 km, las materias primas no locales corresponden a
aquellas ubicadas a distancias mayores a 20 km. Por otro lado, nuestros
estudios sobre la muestra recolectada también contemplaron análisis
tecno-morfológicos y morfológicos-funcionales de acuerdo a las propuestas de
Aschero[22]
y Aschero y Hocsman[23].
Resultados
obtenidos
Excavación del parapeto (SHM-S2-s2/1)
La excavación alcanzó un máximo de
profundidad de 0,21 m, con un mínimo de 0,16 m, hasta llegar a la roca madre.
Se reconocieron tres unidades estratigráficas, denominadas secuencialmente UE1
(ca. 7 cm de potencia en promedio), UE2 (ca. 5 cm en promedio) y UE3 (ca. 9
cm en promedio; ver figura 3C)[24].
En las UE1 y UE2 se reconocieron restos culturales, mientras que la UE3 es una
unidad estéril. El total de hallazgos fue de n=30, distribuidos de la siguiente
manera: n=22 restos óseos, n=2 elementos líticos, n=2 metales y n=4
discriminados como “otros”. Un total de n=28 hallazgos se registraron en la UE1
y n=2 en la UE2. En la excavación también se registraron tres fogones,
localizados en el sector norte del recinto ubicados contra el muro. Estos
fogones presentaron límites precisos (área en promedio: 0,40 x 0,30 m, espesor:
0,05 m), manifestados a partir de sus compactaciones y contrastes cromáticos
con el sedimento que los rodeaba. Todos los fogones fueron registrados dentro
de la UE1, apoyándose en lo que sería posteriormente la UE2. Debe destacarse en
estos registros la presencia de una barra metálica, de unos 0,82 m de largo,
que se encontraba directamente asociada a uno de los fogones. Esta barra se
encontraba en muy mal estado de conservación, seguramente debido a
termo-alteración por su exposición continua al fuego. El restante hallazgo
metálico fue un pequeño clavo distinguido en tareas de zaranda.
Los restos óseos recuperados en la excavación fueron
analizados en el laboratorio de la Cátedra de Biología de los Cordados y de
Ecología en Comunidades Áridas y Semiáridas de la Facultad de Ciencias
Naturales (UNSa). Se reconoció que un elevado porcentaje de ellos se encuentran
en relativo buen estado de conservación, con escaso grado de meteorización
(estadio 1 o 2 de meteorización de la secuencia de Behrensmeyer[25]).
En esta muestra se encuentran representados huesos correspondientes a distintas
zonas esqueletarias, partes del esqueleto axial y apendicular (figura 3D).
Asimismo, se estableció que un alto porcentaje de esta muestra puede ser
asignado a un mismo individuo. Se trataría de una especie de Camelidae, concretamente una vicuña (Vicugna
vicugna)[26].
Este individuo era adulto, basado en el grado de desgaste observado en los
molares y premolares. Uno de los registros más interesantes de esta muestra se
relaciona con evidencias de marcas-cortes producidas por acción antrópica,
específicamente, por el contacto de un filo de instrumento sobre los huesos.
Posiblemente esto se debiera a la realización de distintas actividades de
procesamiento (cortar, raspar, descarne) y consumo. Las marcas antrópicas se
registraron tanto en partes del esqueleto axial como del esqueleto apendicular
(figura 3E). Sobre la base de otras observaciones obtenidas de este análisis se
pudo determinar un escaso registro de restos con evidencia de termo-alteración
(1/22), relacionado a una depositación en sectores de combustión. En este mismo
contexto, debe señalarse una particularidad en cuanto a la ubicación de los
restos óseos en la excavación, algunos de ellos fueron colocados
intencionalmente dentro de intersticios que se formaban entre las piedras de la
pared de la estructura. Fueron registrados siete de estos casos, siendo el más
relevante una mandíbula inferior casi completa de camélido[27].
Figura 3. (A) fotografía panorámica del parapeto, desde el sureste; (B)
vista en detalle del muro del parapeto, desde el oeste; (C) perfil
estratigráfico obtenido en la excavación del parapeto; (D) representación
esqueletaria de un camélido en el que se sombrearon las partes halladas en la
excavación, nótese la preponderancia de elementos apendiculares por sobre los
axiales; (E) fotografía de hueso de mandíbula inferior de vicuña, nótese en
primer plano el corte directo realizado en la parte inferior del dentario.
Fuente: Elaboración de los autores
Los hallazgos a los que referenciamos
como “otros” corresponden a endocarpos de durazno (Prunus sp.)
y fragmentos de cáscara de huevo. Estos restos fueron hallados en los niveles
más recientes del relleno sedimentario y cerca de los fogones.
Finalmente, en la UE2 se hallaron dos
artefactos líticos (2/30), registrados en el extremo sur del recinto y en el
nivel más bajo de la UE2. Primeros análisis permitieron determinar que
corresponden a: (a) instrumento, lasca con filo retocado perimetral, tamaño:
pequeño, morfología redondeada, materia prima: basalto con ventifacción; (b)
lasca angular, tamaño: mediano-pequeño, materia prima: sílice amorfo-ópalo con
ventifacción y presencia de pátina blanca.
Análisis de
los materiales recolectados en superficie (SHM-S2-s2/2)
La muestra de artefactos líticos tallados
recolectada de forma sistemática en el sitio fue de n=376. Este número de
piezas es el que será analizado a continuación. Además, se recolectó de forma
asistemática otra muestra dentro del perímetro del sitio compuesta por n=12
puntas de proyectil. Estas últimas serán incluidas en análisis específicos a
desarrollarse más adelante. Para ordenar y clarificar, el grupo tipológico
“puntas de proyectil” se encuentra representado en la muestra total por n=17
piezas: recolectadas de forma sistemática [n=5; ver tabla 3] y asistemática
[n=12]). Todas estas puntas de proyectil corresponden exclusivamente al tipo
morfológico puntas de proyectil triangulares apedunculadas (PPTA).
En la tabla 1 se presenta el análisis de la
muestra recolectada en superficie de forma sistemática, según materias primas y
clases tipológicas. En esa
muestra destaca un claro predominio de desechos de talla (n=356; 94,7%) por
sobre el resto: artefactos formatizados (n=17; 4,5%) y filos naturales con
rastros complementarios (n=3; 0,8%). En este sentido, debe notarse la ausencia
de núcleos en la muestra recolectada en el terreno. Asimismo, en las materias
primas empleadas se distingue la preponderancia en la utilización de rocas ígneas
volcánicas (andesita y obsidiana; 93,6% del total), en contraposición a las
rocas metamórficas (anfibolita, jaspilita y cuarcitas; 6,4% del total).
Tabla
1: Distribución de materiales recolectados según
clase tipológica y materias primas
Materia Prima |
Lasca |
Microlasca |
Núcleo |
FNRC |
Artefacto Formatizado |
Total |
Total % |
Andesita |
149 |
168 |
- |
- |
15 |
332 |
88,2 |
Anfibolita |
1 |
1 |
- |
- |
- |
2 |
0,5 |
Jaspilita |
13 |
2 |
- |
3 |
2 |
20 |
4,5 |
Obsidiana félsica |
11 |
5 |
- |
- |
- |
16 |
5,3 |
Obsidiana máfica |
3 |
1 |
- |
- |
- |
4 |
1 |
Cuarcita |
2 |
- |
- |
- |
- |
2 |
0,5 |
Total |
179 |
177 |
0 |
3 |
17 |
376 |
100 |
Obtención de materia prima
La determinación de las zonas de aprovisionamiento de
materia prima se realizó sobre la base de información geológica provista por
las Cartas Geológicas de SEGEMAR. De acuerdo a este análisis podemos inferir
que la provisión de la mayoría de estas materias primas puede ser considerada
local (distancias menores a 20 km desde esas potenciales fuentes al sitio). La
única materia prima alóctona es la obsidiana. A continuación, se describen las
formaciones que pudieron ser fuente de aprovisionamiento de las materias primas
halladas en el sitio, adjuntándose una tabla en la que se especifican las
distancias en kilómetros lineales (tabla 2).
·
Abanicos
y Pedemontes: Cuaternarios: Los depósitos de edad Cuaternaria, especialmente
aquellos de origen fluvial, son los que dominan y se extienden en la zona de
estudio. Los sedimentos cuaternarios son polimícticos y de variada
granulometría. Por ejemplo, en el piedemonte hay gravas y arenas, mientras que
hay facies terrígenas finas y de evaporitas en el salar del Hombre Muerto. La
sedimentación estuvo íntimamente relacionada con las variaciones climáticas
cuaternarias. Durante las condiciones más húmedas y frías (fases pluviales-
glaciarias) aconteció gran parte del transporte sedimentario y el relleno de la
depresión[28].
· Formación Incahuasi: Aflora en la sierra de Incahuasi, península de
Tincalayu y bordeando el salar del Hombre Muerto. Corresponde a basaltos con
fenocristales de olivina y clinopiroxenos y xenocristales de cuarzo y
plagioclasa. La edad de estas rocas podría ser extrapolable de una datación de
0.754 Ma realizada en el borde oeste de la península de Tincalayu por Watson[29]
y su efusión está relacionado con una etapa tectónica distensiva. Se observa en
varios lugares la relación del fallamiento directo activo durante el
Cuaternario a lo largo de zonas de fallas de rumbo norte, nornoroeste y
noreste, con extrusiones basálticas fisurales, aparatos monogénicos y conos de
escorias. El fallamiento normal y de rumbo al que está asociado este volcanismo
se produjo en respuesta a modificaciones regionales de las direcciones de
esfuerzo iniciadas hace 2 Ma durante la fase diastrófica Diaguita[30].
· Ignimbrita Dacítica: Esta ignimbrita se caracteriza por su alto contenido en
cristales, con un porcentaje promedio que alcanza el 55%. Los cristales más
abundantes son de plagioclasa junto a sanidina, cuarzo bipiramidal, biotita y
óxidos de Fe y Ti. Es notable el empobrecimiento en pómez que en general no
excede los 2 cm de diámetro y muy pocos fragmentos lávicos, constituidos en su
mayoría por dacitas y andesitas[31].
· Andesita Ratones: Esta unidad constituye el cuerpo principal del cerro
Ratones. Afloramientos menores de esta unidad se distribuyen en los terrenos
circundantes a dicho cerro. La unidad se compone de andesitas y andesitas
basálticas cuya ubicación temporal es controvertida. Mientras que Linares y
González obtuvieron una edad de 30 ± 3 Ma (K/Ar)[32],
Vandervoort la dató en 7 Ma (40Ar/39Ar)[33].
Si ambas edades fueran correctas, las lavas más antiguas representarían los
eventos volcánicos cenozoicos más arcaicos de la Puna. Al suroeste del cerro
Ratones existe una falla en sentido suroeste-noreste en la cual se produjo la
mineralización de Jasperoide asociada al depósito metalífero del complejo
Diablillos que a lo largo del tiempo fue erosionada y exhumada a superficie[34].
· Granitos y granodioritas de grano grueso
Ordovícicas: Corresponden a
granitos y granodioritas de grano grueso con fenocristales de feldespato
potásico, cuarzo y turmalina de hasta 10-12 cm de longitud, con frecuencia de
más de 5 cm. Son rocas biotíticas, en menor grado, moscovíticas, grises y
rosadas.
· Complejo Metamórfico Río Blanco: Las rocas pertenecientes a este complejo fueron
diferenciadas y asignadas al basamento precámbrico. Está formado principalmente
por esquistos y gneises sillimaníticos y en menor grado por esquistos
cuarzo-micáceos, filitas y metacuarcitas.
· Formación Pachamama: Compuesta por granitoides (tonalitas y granitos)
gnéisicos, esquistos comunes y esquistos migmáticos, mármoles, felsitas calcosilicáticas,
felsitas aluminosilicáticas, anfibolitas, metareniscas y metabasitas. La
paragénesis de los distintos tipos litológicos corresponde a grados
metamórficos mediano y alto. La Formación Pachamama muestra una intensa
polideformación. La estratificación está totalmente transpuesta y sólo se
reconoce como relictos.
· A un poco más de 100 km hacia el norte del sitio se
encuentra la fuente de obsidiana de Quirón, originada en el complejo volcánico
Quevar, de actividad desarrollada durante el Mioceno tardío. Esta obsidiana
presenta características microscópicas de tipo traslúcido con pequeñas
inclusiones negras en su interior.
Tabla 2: Distancias lineales entre el sitio y
afloramientos de las posibles áreas de aprovisionamiento
Formación |
Materia Prima |
Distancia al sitio SHM-S2-s4 (en km lineales) |
Tipo de
Aprovisionamiento |
|
Local |
No Local |
|||
Abanicos y pedemontes
Cuaternarios |
Basalto, Andesita,
Cuarcitas, Anfibolitas, Jaspeoride. |
En todos los abanicos
aluviales y pedemontes cercanos a la zona. |
X |
|
Incahuasi |
Basalto |
11.3 km hacia el NO |
X |
|
10.6 km hacia el NO |
X |
|
||
8.5 km hacia el O |
X |
|
||
11.7 km hacia el SO |
X |
|
||
9 km hacia el SO |
X |
|
||
Andesita Ratones |
Andesita basáltica |
0.9 km hacia el E |
X |
|
Jasperoide |
11.8 km hacia el E |
X |
|
|
Complejo Metamórfico
Río Blanco |
Cuarcita |
19 km hacia el NE |
X |
|
Pachamama |
Cuarcita |
8.9 km hacia el SE |
X |
|
Anfibolita |
X |
|
||
Quirón |
Obsidiana |
102 km hacia el N |
|
X |
Desechos de talla
Los desechos
de talla suman un total de n=356 (95,45%). La materia prima reconocida en esta
muestra señala el uso preferencial de andesita basáltica (n=317; 89%) por sobre
el resto; obsidiana félsica (n=16; 4,5%), jaspilita (n=15; 4,2%), obsidiana
máfica (n=4; 1,1%), anfibolita (n=2; 0,6%) y cuarcita (n=2; 0,6%). Destaca en
esta muestra una gran proporción de materia prima disponible localmente
(336/356; 94,4%), con relación a las alóctonas (20/356; 5,6%). Al igual que en
lo observado en los instrumentos, se observó un marcado proceso de alteración
(ventifacción) debido a la prolongada exposición a factores climáticos.
En esta
muestra se analizaron; a) estado de fragmentación, b) origen de extracciones,
c) tipos de talones, d) tamaño y módulo longitud y anchura. En relación con el
estado de fragmentación, destaca la marcada representatividad de los desechos
fracturados (fracturadas con y sin talón) (n=253), seguido por los desechos
enteros (n=103). Para el análisis del origen de las
extracciones se tuvo en cuenta sólo a las lascas enteras y lascas fracturadas
con talón (n=73) y aquellas donde la presencia o ausencia de un talón no es
claro (n=283). En la muestra predominan las lascas (n= 179), seguidas casi en
igual proporción por las microlascas (n=177). En la categoría lascas
distinguimos: lascas angulares (n= 132), lascas primarias (n=3), lascas
secundarias (n=1), lascas de arista simple (n=32) y lascas de arista doble
(n=11). Por otro lado, se analizaron los tipos de talones de lascas enteras y
fracturadas con talón, predomina la presencia de talones indefinidos (n= 283),
y en menor medida los talones lisos (n=52), talones fracturados (n=18) y
talones filiformes (n=3). Para definir el tamaño y el módulo longitud-anchura
sólo se consideraron lascas enteras (n=103), para evitar conflictos con la
interpretación de la muestra. Aquí predominan los tamaños pequeños (n=53),
luego continúan los tamaños mediano pequeño (n=40), mediano grande (n=8) y
finaliza el análisis con la categoría “muy pequeño” (n=2). Se observa la
ausencia de tamaños nodulares del tipo grande y muy grande.
Filos naturales con rastros complementarios (FNRC)
El total de FNRC recolectados
en superficie fueron tres. Todos ellos fueron elaborados sobre jaspilita. En
relación con su estado de fragmentación, todos ellos se presentan como
instrumentos enteros. Dos de ellos fueron elaborados sobre lascas angulares y uno
sobre lasca plana.
Instrumentos
Los
instrumentos reconocidos en la muestra fueron escasos (n=17; 4,6%). Primeros
análisis sobre esta muestra dieron cuenta de la presencia de siete categorías
tecnológicas, ordenadas por materias primas en la tabla 3.
Tabla 3: Distribución de los grupos tipológicos por materia prima
Grupo Tipológico |
Materias Primas |
|||||||
Andesita |
Anfibolita |
Jaspilita |
Obsidiana félsica |
Obsidiana máfica |
Cuarcita |
Total |
Total % |
|
Punta de proyectil |
5 |
- |
- |
- |
- |
- |
5 |
29,41 |
Artefacto de filo
retocado |
5 |
- |
- |
- |
- |
- |
5 |
29,41 |
Raedera |
1 |
- |
2 |
- |
- |
- |
3 |
17,65 |
Fragmento no
diferenciado de artefacto formatizado |
1 |
- |
- |
- |
- |
- |
1 |
5,88 |
Artefacto punta
retocada |
1 |
- |
- |
- |
- |
- |
1 |
5,88 |
Artefacto de 2 filos
retocados |
1 |
- |
- |
- |
- |
- |
1 |
5,88 |
Preforma punta de
proyectil |
1 |
- |
- |
- |
- |
- |
1 |
5,88 |
Total |
15 |
0 |
2 |
0 |
0 |
0 |
17 |
100 |
El total de
la muestra recolectada en el sitio corresponde exclusivamente a instrumentos
elaborados con materia prima disponible localmente. La andesita destaca
preferencialmente en el conjunto (15/17; 88,2%) como la materia prima más utilizada
para todas las categorías tecnológicas. Debemos destacar la falta de
representatividad en la muestra de instrumentos elaborados con otras materias
primas (variedades de obsidiana, cuarcita, anfibolita) registradas entre los
desechos de talla. En esta muestra podemos distinguir tres grupos de
instrumentos sobre la base de inversión de energía (trabajo) aplicada en la
formatización de estos artefactos[35].
Estos agrupamientos son los siguientes; a) Grupo de baja inversión de
trabajo: conformado por dos artefactos regularizados unifacialmente:
una raedera y un artefacto punta herramienta; b) Grupo con
inversión de trabajo moderado: constituido exclusivamente por
artefactos bifaciales (n=4). Se encuentra representado por: raederas (n=2),
artefacto de filo retocado (n=1) y artefacto de dos o más filos retocados (n
=1). En este grupo la extensión de los lascados sobre las caras pertenece a las
categorías marginales y parcialmente extendidos. Los lascados sobre el borde
son bifaciales y continuos, denotando una cierta inversión de energía; c) Grupo con inversión de trabajo importante: su confección se basó en el adelgazamiento
bifacial y la extensión de los lascados sobre las caras extendidos y
parcialmente extendidos. El esfuerzo de tiempo y energía en la confección de
estos artefactos se percibe en el trabajo de adelgazamiento bifacial y en los
lascados profundos, extendidos y continuos. Al referirnos a la profundidad de
los lascados sobre el borde hacemos mención a las categorías parcialmente
extendidos y extendidos. Los artefactos aquí considerados (n=10) son los
siguientes: raederas (n=1), artefacto de un filo y/o punta retocada (n=4) y
puntas de proyectil (n=5).
Otros análisis efectuados en
esta muestra fueron los siguientes; Estado
de Fragmentación: del total de instrumentos, n=14 se encuentran enteros y
n=16 fracturados. Variable Tamaño y módulo:
predominan los artefactos de tamaño “mediano pequeño” (70%), continuando con
las variables “mediano grande” (13,3%), “pequeño” (10%) y “grande” (6,7%). Si
bien en el total de muestras predominan los artefactos fracturados, no
condicionan su tamaño, sus fracturas no llegan a más del 25%. Solo dos
representan una dificultad de análisis con planos de fractura mayores a 50%.
Los resultados de tamaños-módulo, en comparación con el análisis de desechos de
talla, nos muestra una relativa concordancia con resultados similares frente a
la formatización de dichas muestras ya que los procesos de reducción y
adelgazamiento frecuentemente producen lascas y microlascas de tamaños medianos
pequeños y pequeños. Forma Base: las formas bases de raederas
corresponden a lascas angulares, mientras que los artefactos de filo retocado,
dos o más filos, punta herramienta, y fragmento de artefacto formatizado entran
en categorías indefinidas debido a los lascados formatizados que cubrieron
ambas caras.
Sobre la
base de los análisis efectuados en los grupos tipológicos reconocidos en el
sitio pudimos determinar las funciones primarias (tabla 4). Por un lado,
destaca en estos registros cierta cantidad de puntas de proyectil (5/17), todas
ellas correspondientes al tipo morfológico PPTA. Por otro lado, los otros
grupos tipológicos reconocidos dan cuenta de tecnología destinada al procesamiento
de recursos mediante presión-tracción-empuje. Aquí es posible distinguir
registros de bordes del tipo denticulado (n=6) y raederas (n=3).
Tabla 4: Funciones primarias inferidas de los grupos tipológicos reconocidos en
SHM-S2-s2
Función primaria |
variación según forma |
contacto |
acción y movimiento |
grupo según función |
n= |
Cortar |
Aserrado |
Línea |
presión/tracción/empuje |
Denticulado |
6 |
Incidir |
Incisión |
Punto |
presión/tracción |
punta burilante |
2 |
Raspar |
raspado poco profundo |
Línea |
presión/empuje/empuje |
Raedera |
3 |
Golpear y percutir |
Percutir |
superficie y línea |
percusión a distancia |
punta de proyectil |
5 |
Discusión
Por medio del conjunto de análisis realizados en el sitio
tuvimos como principales objetivos: examinar la posible correspondencia
funcional-cronológica entre SHM-S2-s2/1 y s2/2; establecer la cronología de uso
y ocupación del sitio y el análisis tecno-morfológico y morfológico-funcional
de los conjuntos líticos tallados de S2-s2/2. Estas líneas de investigación
serán desarrolladas y discutidas a continuación.
Funcionalidad y cronología del sitio. SHM-S2-s2/1 (parapeto)
Como dijimos anteriormente, sobre
la base del análisis de la estratigrafía y de los restos culturales recuperados
en la excavación de SHM-S2-s2/1 se puede inferir, con cautela, dos eventos de
uso humano del parapeto en el tiempo. La primera
ocupación, representada por los artefactos líticos tallados depositados en la
UE2, correspondería al uso del parapeto por parte de grupos
cazadores-recolectores. La ocupación posterior, de tiempos
históricos-subactuales, manifiesta su materialidad exclusivamente en la UE1.
Nuestra interpretación del primer
momento de uso de este parapeto se fundamenta en los siguientes análisis. Los
artefactos líticos hallados en la UE2 se localizaron en un nivel ubicado
levemente por debajo de las rocas que conforman la base del parapeto, en
posición horizontal, apoyados en el sustrato. La UE2 no presentó evidencias de
alteraciones ocasionadas por procesos naturales (p. ej. túneles de animales de
vida fosorial, cavidades generadas por prolongaciones de raíces, acción erosiva
hídrica, etc.) y/o culturales (p. ej. remociones intencionales de
sedimentos-pozos cavados) que indiquen
modificaciones en la depositación original o una migración vertical de los
materiales desde los estratos superiores. En este mismo sentido, debemos
señalar que tanto en el estrato superior (UE1) como en la superficie actual del
terreno que rodea al parapeto no se reconocieron otros artefactos líticos
tallados. Los únicos registros líticos superficiales se localizan, como se
dijo, a unos 90 m de distancia. Si descartamos que estos artefactos se
incorporaron en la UE2 por procesos post-depositacionales (desplazamiento
vertical desde el estrato superior), los rastros de ventifacción y pátina en
esos artefactos nos indican que estuvieron expuestos por un tiempo prolongado a
procesos ambientales erosivos luego de su descarte en el lugar, para ser
posteriormente cubiertos en el tiempo por sedimentos (que conformarían la UE1).
Otro argumento procede del análisis comparativo entre los dos artefactos
líticos de la UE2 y los hallados en la dispersión superficial de S2-s2/2. Estos
revelaron similares características: artefactuales, de uso de materia prima e,
inclusive, de procesos tafonómicos a los que fueron sometidos. Por otro lado,
la interpretación de un escaso número de artefactos líticos en la UE2, nivel de
ocupación de cazadores-recolectores, puede basarse en: (a) la funcionalidad
específica del parapeto y el uso acotado en el tiempo de ese recinto; (b) que
al parapeto se llevaran principalmente artefactos listos para ser empleados, ya
tallados desde S2-s2/2 y que necesitaran sólo trabajo de mantenimiento.
Si bien consideramos que este conjunto de argumentaciones
explicaría y sustentaría la interpretación de un primer uso del parapeto por
parte de grupos cazadores-recolectores, reconocemos que la falta de fechados radiocarbónicos y de
artefactos diagnósticos en la UE2 genera un sesgo. En todo caso, de ser
correctos los argumentos expuestos arriba, resulta tentador pensar que
SHM-S2-s2/1 (parapeto) y s2/2 (dispersión de materiales en superficie)
estuvieron articulados espacial y funcionalmente dentro de un mismo momento de
uso por parte de grupos cazadores-recolectores, siendo ambos concurrentes en la
implementación de estrategias de caza y procesamiento de recursos. Pero, claramente,
es esta una hipótesis de trabajo que requiere de mayores investigaciones.
Finalmente, la ocupación posterior del parapeto se
expresa materialmente en el estrato natural superior (UE1). En este estrato,
posiblemente conformado a partir de una limpieza y nivelación de la superficie,
se registraron restos culturales modernos (barra metálica, clavo, endocarpo de
duraznos) y restos óseos. Estos últimos están compuestos por restos de un
camélido salvaje (vicuña), algunos de estos restos presentan la particularidad
de haber sido faenados con un artefacto filoso, aunque no se pudo determinar si
fuera producido por un artefacto lítico o cuchillo de acero/navaja. Los fogones
registrados fueron tres y en diferentes ubicaciones del parapeto. Se halló en
asociación de uno de estos fogones una barra metálica y en otro fogón se halló
un resto óseo con rastros de exposición al fuego. Finalmente, la basura
desechada en tiempos recientes sobre la superficie actual del terreno
constituye otra clara señal de reocupación relativamente reciente del parapeto.
SHM-S2-s2/2
(dispersión de artefactos líticos en superficie)
El área ocupada por la dispersión de artefactos líticos
tallados (SHM-S2-s2/2) fue definida en torno a ca.
970 m2. Dentro de esa superficie se recolectaron materiales de forma
sistemática (n=376) y asistemática (n=12), todos ellos fueron artefactos
líticos tallados. Del total general de esta muestra, un elevado número de los
artefactos exhiben alteraciones naturales post-depositacionales: un porcentaje
superior al 90% presenta
meteorización física (abrasión eólica-ventifacción) y en un porcentaje mucho
menor se observaron alteraciones producidas por meteorización química
(presencia de pátina, mayoritariamente en una de sus caras).
Sin considerar los materiales recolectados de forma
asistemática, en esta muestra distinguimos un marcado contraste entre la
cantidad de desechos de talla (n=356) en relación con los artefactos
formatizados (n=17). Esto pudo deberse a que en el sitio predominaron las
actividades de formatización y regularización de filos, resultado directo de
las actividades que se llevaron a cabo en el sitio y a la función que cumplió.
Entre la escasa cantidad de artefactos formatizados se destaca una baja
variabilidad instrumental, pudiéndose inferir una orientación tecnológica
destinada a actividades muy puntualizadas. Los grupos tipológicos registrados
en la muestra recolectada fueron: punta de proyectil,
raedera, artefacto de filo
retocado, artefacto punta retocada
y artefacto de dos filos retocados.
Podemos inferir que la baja cantidad y variedad de funciones primarias
detectada entre los grupos tipológicos (ver tabla 4), sumado a la escasa
cantidad total de artefactos líticos tallados dispersos dentro del perímetro
del sitio, descartarían una funcionalidad de SHM-S2-s2/2 como campamento base,
en donde se desarrollaran múltiples actividades.
En cambio, nos inclinamos a pensar que se trataría de un
sitio con una funcionalidad muy específica, pudiéndoselo caracterizar
preliminarmente como un campamento establecido por partidas de
cazadores-recolectores organizados logísticamente[36].
En este mismo sentido, los grupos tipológicos registrados dan cuenta de
prácticas cinegéticas, ligadas directamente a la caza de recursos faunísticos y
al procesamiento primario de esos recursos. Esta hipótesis sobre la
funcionalidad del sitio y de las actividades llevadas a cabo en el sitio
encuentra apoyo en que SHM-S2-s2/2 se localiza en una ventajosa ubicación
del paisaje natural, propicia para el avistamiento de potenciales presas. Desde
allí se cuenta con una muy buena perspectiva general del salar, especialmente
los sectores norte, este y sur. Además, en cercanías se encuentran cuerpos de
agua que potencialmente pudieron ser lugares de forraje y abrevaderos.
Por otro lado, de acuerdo a los análisis
sobre la obtención y uso de materias primas pudimos determinar un uso
diferencial entre las rocas locales y las no locales. En el sitio detectamos el uso preferencial de rocas ígneas
volcánicas (andesita, obsidiana) y metamórficas (anfibolita, jaspilita y
cuarcita). Estas materias primas, salvo la obsidiana, pudieron ser favorecidas
debido a su rápida accesibilidad y disponibilidad. La proveniencia exacta de
las fuentes de esas materias primas no pudo ser establecida concretamente en el
terreno. Esto constituye un trabajo a ser realizado en un futuro próximo. Según
lo expresado en la tabla 1, en la muestra analizada destaca particularmente el
uso preferencial en gran medida de andesita (89%). Esta preponderancia se nota
tanto en los desechos de talla, como así también para la confección de los
artefactos formatizados. Precisamente, sobre la base de la calidad de materias
primas y las propiedades físicas de las rocas analizadas por Nami[37], la
andesita es un tipo de recurso que presenta las mejores cualidades para la
talla. La ausencia de núcleos en la muestra analizada y los mayores registros
de desechos de talla de tamaño pequeño y muy pequeño serían una clara señal
técnica del predominio de ingreso de materiales al sitio en avanzadas etapas de
reducción, como ser: formas base o artefactos ya formatizados. En este mismo
sentido, entre los desechos de talla es marcado el predominio de lascas
angulares, por sobre primarias y secundarias. Este patrón también encuentra
sustento en la ausencia de lascas con talón natural y en el predominio
de las lascas internas por sobre las externas, es decir, que en la muestra las
lascas con reserva de corteza se presentan en una baja frecuencia. Por lo expuesto, es posible determinar
que al sitio ingresaron -por lo general- materias primas desprovistas de
corteza. De acuerdo entonces al uso mayoritario de materia prima disponible en
rangos de distancia no muy lejanos, inclusive posiblemente de disponibilidad
inmediata, podemos sostener que el sitio fuera establecido en el lugar mediando
una directa relación a esa situación y a la minimización de costos de
transporte, reforzando el tipo de actividad (observación y caza de camélidos)
que allí se realizaba.
Con relación a la cronología de uso
del sitio, su determinación puede establecerse de forma relativa empleando
tipos morfológicos líticos temporalmente diagnósticos[38].
En la superficie del sitio no se distinguieron artefactos líticos tallados
diagnósticos de diferentes instancias de ocupaciones durante el Holoceno, como tampoco otros restos más modernos como
fragmentos cerámicos. Los únicos registros
líticos corresponden exclusivamente a las PPTA, artefactos diagnósticos del
Holoceno temprano. La muestra de PPTA recolectadas en este sitio fue numerosa,
n=17: n=5 recolectadas en las transectas y n=12 recolectadas de forma asistemática. El total de estas piezas
presentan meteorización física (abrasión eólica-ventifacción). De
las 17 PPTA, n=10 se encuentran enteras y n=7 fracturadas. De esta forma, podemos
establecer que SHM-S2-s2/2 fue ocupado durante algún momento del Holoceno
temprano. Esta determinación no implica que se descarte la posibilidad que haya
sido ocupado en otras instancias temporales. Esto deberá ser corroborado
también con excavaciones en el sitio. Tomándose con la cautela requerida,
podemos extender tentativamente esta cronología relativa al primer momento de
uso del parapeto (SHM-S2-s2/1).
Las puntas triangulares
apedunculadas de SHM-S2-s2, ¿evidencias de una ocupación de grupos cazadores-recolectores
durante las primeras etapas del poblamiento humano en el salar del Hombre
Muerto?
La relevancia de los
hallazgos de las PPTA en este sitio se fundamenta en que: (a) son los primeros
registros de esta clase de artefacto en el salar del Hombre Muerto, (b)
permiten ampliar el marco geográfico de dispersión de esas puntas en el NOA,
(c) constituyen el diseño básico predominante en los conjuntos líticos de los
primeros grupos humanos que exploraron y colonizaron la Puna de Argentina y del
Norte de Chile. Desde un marco general,
actualmente se sostiene que las zonas altas del noroeste de Argentina y la Puna de
Chile fueron pobladas inicialmente en momentos de transición entre las etapas
finales del Pleistoceno y comienzos del Holoceno, ca.
11000 años AP. Luego de un prolongado proceso de dispersión inicial de grupos
cazadores-recolectores por diversas áreas no habitadas previamente, la Puna del
NOA parece haber estado colonizada efectivamente hacia el Holoceno temprano (ca. 9500 años AP)[39].
Los tipos
morfológicos líticos hallados con mayor frecuencia en las capas más tempranas
de los sitios con fechados más antiguos corresponden a las PPTA, artefactos que
tienen una amplia dispersión espacial, incluyéndose dentro de diferentes áreas
de la Puna de Argentina y Chile[40]
y algunas áreas de valle del NOA[41].
Estas puntas exhiben una considerable variabilidad
morfológica, expresada materialmente en los registros de determinados ámbitos
geográficos. Tales variabilidades pudieron deberse a diferenciaciones en el uso
y las estrategias empleadas[42]. Sin embargo, pese a esas
variabilidades, es posible distinguir patrones morfológicos generales en el diseño
de estas puntas de proyectil.
Sobre la base de los
fechados obtenidos al presente, en el norte de Chile las PPTA han sido
clasificadas dentro de dos fases: Tuina (entre ca.
11000 a 8200 años AP) y Tambillo (entre ca. 9600 a 8000
años AP). Las puntas Tuina se distinguen por presentar base recta o redonda y
confeccionadas en formas base en el que el eje técnico es diferente al eje
morfológico. Mientras que las puntas Tambillo presentan forma “cupuliforme” y
base levemente escotada. En el NOA las PPTA se distinguen muy especialmente ya
que son las únicas clases de puntas de proyectil halladas en estratigrafía con
los fechados más tempranos. Concretamente, estas puntas se encuentran dentro de
un rango temporal comprendido entre 10620 a 8280 años AP[43].
En la Puna de Salta fueron halladas en la capa F4 de Alero Cuevas en contextos
culturales con fechados comprendidos entre 9880 ± 100 años AP y 8504 ± 52 años
AP[44].
Muy cerca del límite de la Puna salteña este tipo de punta de proyectil también
fue hallada en contextos muy tempranos de la Puna de Jujuy, con fechados comprendidos entre 9710 ± 270
años AP y 9150 ± 50 años AP, en el sitio Hornillos 2[45] y 9380 ± 110 años AP –
8980 ± 100 años AP en Lapao 9 y 11 respectivamente[46]. Hacia el sur, en la zona de Antofagasta
de la Sierra, puna de Catamarca, las puntas triangulares apedunculadas fueron
halladas en los niveles 2b17 y 2b18 del sitio Quebrada Seca 3. Esos niveles
cuentan con ocupaciones humanas datadas entre 8660 ± 80 años AP y 8640 ± 80
años AP y fueron clasificadas como Tipo Quebrada Seca A (QSA)[47].
Mientras que en la bibliografía especializada podemos
reconocer los registros de PPTA en ciertas áreas de la Puna y, en menor medida,
en algunos valles, la presencia de este tipo morfológico no es particularmente
frecuente en otras áreas del NOA. Esto puede ser advertido, por ejemplo, en
extensas áreas del occidente de la Puna de Salta y Catamarca. Estas “ausencias”
en el espacio podrían explicarse, tentativamente, como el resultado de los
sesgos geográficos en las investigaciones arqueológicas que hacíamos referencia
anteriormente. Nuestros registros de PPTA en el salar
del Hombre Muerto contribuyen en esta dirección. Por un lado, si se las
considera a partir de su ubicación en el espacio, permiten ampliar nuestros
conocimientos sobre la dispersión espacial de este tipo morfológico en áreas de
la Puna del NOA que no contaban con estos registros al presente. Asimismo, el
análisis de las PPTA de SHM-S2-s2 puede contribuir en las observaciones sobre
la variabilidad morfológica de estas puntas de proyectil, notada por otros
investigadores en los diferentes sitios donde fueran halladas. Con este fin, se
realizaron estudios estadísticos en la muestra de PPTA obtenidas en el sitio
(n=17) (figura 4) a partir de la consideración de sus variables métricas
continuas, a saber: longitud, ancho y espesor.
Figura 4. Puntas de proyectil triangulares apedunculadas registradas en
superficie en SHM-S2-
Fuente: Elaboración de los autores.
Estas variables
fueron estudiadas mediante estadística univariada por medio del software PAST
2.17, de uso gratuito. Se consideraron la media, el desvío estándar y el
coeficiente de variación (CV), el cual se calcula mediante el cociente entre el
desvío estándar y la media: CV= DS/m. Asimismo, este coeficiente se expresa en
valores ubicados entre 0 y 1. De este modo, representa una medida de la homogeneidad
de valores para una variable determinada, aumentando la homogeneidad a medida
que el valor de CV se acerca a cero. Los valores estadísticos obtenidos fueron
comparados con similares mediciones realizadas en PPTA obtenidas en otros cinco
sitios (Alero Cuevas, Inca Cueva 4, Quebrada Seca 3, Hornillos 2 y
Huachichocana 3) (ver tabla 5). De acuerdo a lo que se observa en esas
comparaciones, los valores medios de las tres dimensiones consideradas de la
muestra de SHM-S2-s2 señalan semejanzas y diferencias con los demás sitios.
Esto reafirma anteriores observaciones sobre la marcada variabilidad
morfológica de este tipo de punta de proyectil. Si comparamos estos valores
métricos de SHM-S2-s2 con los valores promedios de las PPTA obtenidos por
Hocsman y colaboradores[48],
notamos que los valores de las PPTA de S2-s2 se asemejan bastante a los de la
Puna norte en longitud (26.30 ± 4.48 mm) y ancho (20.02 ± 2.58 mm), aunque
difieren en el espesor, obteniéndose promedios iguales a las PPTA de la Puna
sur (5.79 ± 0.77 mm). Lógicamente, estos valores se encuentran condicionados a
una serie de factores relacionados con el uso de esas puntas. Esto puede ser
notado, por ejemplo, en la longitud y el espesor. Para el primer caso, las
puntas pueden llegar a ser reducidas debido a reactivaciones, ya sea a causa
del redondeamiento del ápice (desgaste) o bien por una fractura, cuyo plano se
elimina mediante un nuevo evento de talla. Por otro lado, entre los factores
que podrían llegar a condicionar el espesor de las puntas serían resultado de
decisiones diferenciales en relación con la aerodinámica de los ejemplares, o
bien al refuerzo de la superficie para evitar roturas por impacto[49].
Tabla 5: Comparación de la Media, Desvío estándar (DS) y el
Coeficiente de variación (CV) de las medidas de longitud, ancho y espesor de
las PPTA de SHM-S2-s2 y otros sitios de la Puna de Argentina.
Sitio |
N= |
Longitud máxima |
Ancho máximo |
Espesor máximo |
||||||
Media |
DS |
CV |
Media |
DS |
CV |
Media |
DS |
CV |
||
SHM-S2-s2 |
17 |
27.17 |
6.46 |
0.23 |
19.61 |
2.38 |
0.12 |
5.71 |
1.09 |
0.19 |
Alero Cuevas |
11 |
27.3 |
3.7 |
0.13 |
21.7 |
2.5 |
0.11 |
4.8 |
1.06 |
0.22 |
Inca Cueva 4 |
13 |
26.3 |
4.4 |
0.16 |
20.02 |
2.5 |
0.12 |
5.1 |
1.3 |
0.25 |
Quebrada Seca 3 |
5 |
33.8 |
10.1 |
0.29 |
22.9 |
3.2 |
0.13 |
5.7 |
0.7 |
0.12 |
Hornillos 2 |
4 |
25.29 |
4.93 |
0.17 |
18.9 |
3.4 |
0.18 |
5.7 |
0.3 |
0.05 |
Huachichocana III |
7 |
32 |
9.1 |
0.28 |
20 |
1 |
0.05 |
5.5 |
2 |
0.36 |
Al carecer de
fechados absolutos en SHM-S2-s2 no podemos incluir las PPTA de ese sitio dentro
de un marco cronológico preciso, ¿fueron elaboradas y usadas por grupos
cazadores-recolectores que poblaron el salar del Hombre Muerto durante la
transición del Pleistoceno final y Holoceno temprano?, ¿durante una instancia
intermedia?, ¿o durante la etapa final del Holoceno temprano? Estas inquietudes
que deberán ser resueltas a futuro con otras investigaciones en el sitio. Sin
embargo, sea cual fuere el caso, es importante señalar que los registros de las
PPTA en este sitio son muy tempranos e instalan definitivamente a SHM-S2-s2 y
al salar del Hombre Muerto en los análisis y discusiones del poblamiento humano
en la Puna del NOA. Otro aspecto de importancia en nuestros análisis de este
sitio, incluyéndolo tentativamente dentro de las primeras etapas del
poblamiento, es que aporta datos novedosos relacionados a las estrategias
empleadas por grupos cazadores-recolectores en sus adaptaciones al ambiente.
Además, este sitio aporta información complementaria y valiosa en los análisis
del poblamiento humano en el NOA, particularmente en lo referente a las
ocupaciones de ambientes geográficos de gran altitud, localizándose
aproximadamente a unos 4.000 msnm. Es decir, se encuentra ubicado dentro de los
rangos altitudinales más altos de los conocidos al presente, equiparándose a
otros pocos sitios localizados a gran altura; Alero Cuevas (ca. 4.400 msnm), Quebrada Seca (ca.
4.100 msnm), Hornillos 2 (ca. 4.020
msnm), Inca Cueva 4 (ca. 3.900 msnm)
y Río Herrana 14 (ca. 3.900 msnm).
Palabras Finales
El análisis y publicación del sitio
SHM-S2-s2 del salar del Hombre Muerto se establece como uno los aspectos
positivos que derivan de las prácticas profesionales en el contexto de trabajos
de impacto arqueológico. Ciertamente, las
posibilidades de investigaciones a desarrollarse a partir de los resultados
obtenidos en los trabajos de impacto en la Puna del NOA sobre la temática que
aquí planteamos -como también en muchas otras áreas más- son prometedoras y de
amplio alcance. No desconocemos que esos trabajos tienen un fin determinado.
Como tales, a diferencia de las investigaciones a largo plazo de los proyectos
académicos, sus alcances presentan limitaciones (metodológicas, poco personal
disponible en el terreno, escaso tiempo aprovechable, insuficientes posibilidades
de profundizar las interpretaciones preliminares que de ellas se derivan,
etc.). Sin embargo, los trabajos de impacto usualmente generan resultados
particularmente importantes en áreas donde los proyectos de investigación no
acceden y en las que los sitios arqueológicos se encuentran en contextos
relativamente intactos. Esto fue, justamente, uno de los ejes centrales que
originaron y guiaron nuestro interés de estudio en el sitio del salar del
Hombre Muerto.
Recapitulando,
reconocemos en primer lugar que la falta de excavaciones en SHM-S2-s2/2 y de
fechados radiocarbónicos restringe la posibilidad de ofrecer interpretaciones
concluyentes sobre la funcionalidad del sitio en su conjunto y sobre las
probables secuencias temporales de ocupación. De todas maneras, los resultados obtenidos en
diversas líneas de investigación pueden emplearse para formular algunas
aproximaciones explicativas. Una mejor comprensión, claro está, provendrá de
nuevas tareas a desarrollarse a futuro que, seguramente, proveerán de más datos
y mayores precisiones.
De acuerdo a todo lo expuesto, el sitio SHM-S2-s2/2 puede
ser caracterizado por sus registros superficiales como un campamento logístico
de cazadores-recolectores. El paisaje seleccionado para su emplazamiento exhibe
una combinación de factores que pudieron confluir para las prácticas de su
funcionalidad: muy buena visibilidad del entorno natural y la cercanía a
fuentes de agua y de materias primas. La articulación funcional
y temporal del parapeto con la dispersión de artefactos líticos en superficie
no está probada de forma definitiva. Pese a esto, consideramos que algunos
indicios sugieren esta posibilidad. De ser válidas estas hipótesis, podemos
especular que S2-s2/1 y s2/2 estuvieron articulados funcionalmente en la ejecución
de actividades asociadas a la observación, la caza y al procesamiento primario
de animales. Los recursos obtenidos y procesados en este sitio pudieron ser
transportados posteriormente a campamentos residenciales -todavía no
descubiertos en este salar-.
Dentro de un marco
arqueológico a escala local, los registros disponibles al presente sobre
ocupaciones de cazadores-recolectores en el salar del Hombre Muerto sólo daban
cuenta de evidencias materiales vinculadas principalmente al Holoceno medio. Lo
analizado en SHM-S2-s2 constituye entonces un primer acercamiento al uso del
espacio en ese salar durante el Holoceno temprano. Vale destacar que, si bien numerosas áreas del salar
fueron relevadas arqueológicamente, resulta llamativo el registro superficial
de sólo un sitio ocupado durante el Holoceno temprano. Este sesgo podría
deberse a algunos de los siguientes motivos: problemas en la identificación por
parte de los arqueólogos en los registros de superficie, por ejemplo, rápidas
observaciones en el terreno que derivan en reportes generalizados sin
explicitar mayores detalles; sesgos en las áreas relevadas; ausencia de
artefactos diagnósticos de ese periodo por recolecciones asistemáticas por
parte de pobladores locales y/o ocasionales visitantes en el salar; una
limitada señal arqueológica derivada de grupos humanos reducidos y móviles;
continuos procesos de formación de sitio que pudieron actuar desde el Holoceno
temprano hasta nuestros días; o, sencillamente, que este salar no haya sido
ocupado con intensidad durante el Holoceno temprano. Sea el caso que fuera,
resulta evidente que al presente sólo contamos con una perspectiva todavía
incompleta de la arqueología de cazadores-recolectores en el salar del Hombre
Muerto.
Por otro lado, nos
interesa puntualizar también que el análisis del sitio SHM-S2-s2 se incluye en
un ámbito de análisis y discusión poco desarrollado hasta el presente, relativo
a la variabilidad de asentamientos de cazadores-recolectores. En efecto, en la
bibliografía especializada podemos notar un marcado desbalance en los estudios
efectuados entre abrigos rocosos vs. sitios a
cielo abierto. Nosotros consideramos que se requieren más estudios sobre sitios
de similares características a SHM-S2-s2, tanto en la Puna como otras regiones del
NOA, a los fines de obtener mayor información sobre el uso de espacio y
patrones de movilidad de los grupos cazadores-recolectores en las diferentes
instancias del Holoceno.
Finalmente, de
acuerdo al marco temporal establecido de forma relativa para la ocupación de
SHM-S2-s2, los datos generados en nuestra investigación podrán incluirse en los planteos y discusiones a escalas
regionales relacionadas a las primeras instancias del poblamiento humano en la
Puna[50]. De acuerdo a las propuestas más
aceptadas, estos primeros procesos de poblamiento estuvieron caracterizados por
una baja demografía, alta movilidad residencial de grupos
pequeños en amplios espacios, ocupaciones redundantes en cuevas y aleros, subsistencia basada en caza de animales
(principalmente camélidos silvestres) y recolección de vegetales[51],
dentro de un marco ambiental más húmedo y frío que el presente[52].
Los resultados obtenidos en este sitio del salar del Hombre Muerto
contribuyen con nuevos datos sobre ocupaciones humanas tempranas en un área
previamente desconocida en estas propuestas de dispersión y colonización
gradual de diferentes ambientes
geográficos-ecológicos. En este mismo sentido, el caso de SHM-S2-s2, por su
ubicación a unos ca. 4.000 msnm, aporta también
nueva información sobre las estrategias implementadas por esos grupos
cazadores-recolectores, particularmente en ambientes áridos, de gran altitud,
baja productividad primaria, distribución heterogénea de recursos y de extrema
variabilidad ambiental y climática que plantearon serios desafíos a la biología
humana y a sus comportamientos adaptativos[53].
Agradecimientos
Al Ing. Marcelo A. Gutiérrez, por su interés y
colaboración en los estudios arqueológicos realizados en el salar del Hombre
Muerto. Al Dr. Federico Restifo por su colaboración en el análisis de las
piezas líticas recolectadas en SHM-S2-s2, el análisis estadístico métrico
comparativo de las PPTA y por su lectura y comentarios de una primera versión
de este artículo. A los Lic. Sergio Antonio Álvarez, Martin Lucas Rodríguez y
Sergio Vera, por su participación en las tareas de excavaciones en SHM-S2-s2/1.
A la Dra. Cecilia Mercuri por su colaboración en el análisis de la obsidiana
recolectada en el sitio. A los evaluadores, sus comentarios y observaciones
permitieron mejorar la calidad de este trabajo.
[1] Boman, Eric, Antiquités de la Región Andine de la République Argentine et du Désert d’Atacama. Tomo
II, Paris, Impremerie Nationale, 1908. Von Rosen, Eric Un mundo que se va.
Exploraciones y aventuras, entre las altas cumbres de la cordillera de
los Andes, Tucumán, Universidad Nacional de Tucumán, Fundación Miguel Lillo,
Tucumán, 1956 [1916].
[2] Véase, entre muchos otros ejemplos; Aschero,
Carlos, “El poblamiento del territorio”, en Tarragó, Myriam (Dir.), Nueva Historia Argentina, Los pueblos
originarios y la conquista, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2000, pp.17-59. Aschero, Carlos
y Martínez, Jorge, “Técnicas de Caza en Antofagasta de la Sierra, Puna Meridional
Argentina”, Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología,
N°26, 2001, pp. 215-241; Fernández, Jorge, “La Edad de Piedra en la Puna de
Atacama”, Revista del
Instituto de Antropología, Tercera Serie, N° 1, 1971. Fernández Distel, Alicia, “Nuevos
hallazgos precerámicos en la región de Salinas Grandes, Puna de Jujuy,
Argentina”, Revista del Instituto de Antropología, N°6, 1978, pp. 15-62. Martínez, Jorge, “Ocupaciones humanas
tempranas y tecnología de caza en Antofagasta de la Sierra, Puna Meridional
Argentina (10.000-7.000 AP)”, Cazadores
recolectores del cono sur, N°2, 2007, pp. 129-150. Muscio, Hernán, Dinámica Poblacional y Evolución Durante el Período
Agroalfarero Temprano en El Valle de San Antonio de los Cobres, Puna de Salta,
Tesis de doctorado inédita, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad de
Buenos Aires, 2004. Yacobaccio, Hugo, Sistemas de asentamiento de los cazadores-recolectores
Tempranos de los Andes Centro-Sur. Tesis de doctorado inédita, Facultad
de Filosofía y Humanidades, Universidad de Buenos Aires, 1991.
[3] Se pueden señalar algunos pocos ejemplos de
estudios arqueológicos recientes en el NOA sobre sitios a cielo abierto de
sociedades cazadoras-recolectoras. Por ejemplo, para tiempos recientes: Hocsman, Salomón, Carolina Somonte,
María Babot Álvaro Martel y Andrea Toselli, “Análisis de materiales líticos de
un sitio a cielo abierto del área valliserrana del NOA. Campo Blanco
(Tucumán)”, Cuadernos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, N°20, 2003, pp. 325-350. Patané Aráoz, Claudio,
Javier Piraino y Suzaño, Néstor, “PC/QT-S3: Un sitio
multicomponente en la quebrada del Toro con artefactos líticos “típicos” de la
Puna. Identificación de una nueva área ocupada en el poblamiento humano durante
el Holoceno temprano”, Comechingonia,
Vol. 24, N°1, 2020, pp. 159–183. Para
otros ejemplos, de décadas anteriores, véase: Cigliano, Eduardo “Industrias
precerámicas de la Puna Argentina”, Ampurias,
N° 24, 1962, pp. 1-33. Fernández,
Jorge, 1971, Ob. Cit. Fernández Distel, Alicia, 1978, Ob. Cit. pp.
15-62.
[4] Ratto, Norma, “Arqueología
y Estudio de Impacto Ambiental y Social”, Xama, N°19,
2009, pp. 357-376.
[5] Véase, por ejemplo; Patané
Aráoz, Claudio Javier, “Prospecciones arqueológicas en Salinas Grandes
(Departamento de La Poma, provincia de Salta) y reporte de una punta cola de
pescado”, Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología,
N°38 (1), 2013, pp. 247-255. Ratto, Norma, “Aportes
de la arqueología de contrato al campo de la investigación: Estudios de casos
en Patagonia y Noroeste de la Argentina”, Revista de Arqueología
Americana, N°27, 2009, pp. 49-70. Ratto,
Norma y Orgaz, Martín, “Arqueología e impacto
arqueológico: el caso del sistema de producción agrícola en las quebradas de
Villavil, Carapunko y Las Pampitas (Depto. de Andalgalá, Catamarca)”, Mundo de Antes, N°3,
2002, pp. 43-61.
[6] Patané Aráoz, Claudio Javier, Evaluación de Impacto Arqueológico y Auditoria. Sector Noreste del
Salar del Hombre Muerto (Salta-Catamarca), Informe entregado a la
Dirección Provincial de Antropología de Catamarca, 2012, Manuscrito inédito.
[7] Patané Aráoz, Claudio Javier, Rescate arqueológico. Sitio SHM-S2-s2. Galaxy Lithium S.A. - Proyecto
“SAL DE VIDA” (Salar del Hombre Muerto, Antofagasta de la Sierra, Catamarca),
Informe entregado a la Dirección Provincial de Antropología de Catamarca,
2014, Manuscrito inédito.
[8] Véase, Fernández Distel, Alicia, “Excavaciones Arqueológicas en la Cueva de
Huachichocana, Dep. de Tumbaya, Prov. de Jujuy, Argentina”, Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología, N° 8, 1974, pp. 101-127. Hernández Llosa, María, “Quebradas altas
a través del tiempo: el caso de Pintoscayoc”, Estudios
sociales del NOA, N°4 (2), 2000, pp. 167-224. López, Gabriel y
Restifo, Federico, “El sitio Alero Cuevas, Puna de Salta, Argentina: Secuencia
de cambio en artefactos líticos y resolución cronológica macrorregional durante
el Holoceno temprano y medio”, Chungara, N°49
(1), 2017, pp. 49-63. Yacobaccio, Hugo; Catá, María; Morales, Marcelo; Joly,
Delphine; Solá, Patricia; Cáseres, Melisa; Oxman, Brenda y Samec, Celeste,
“Ocupaciones humanas tempranas en la Puna de Atacama: el alero Hornillos 2,
Susques (Jujuy)”, en Escola, Patricia y Hocsman, Salomon (eds.), Artefactos Líticos, Movilidad y Funcionalidad de Sitios en Sudamérica.
Problemas y Perspectivas, BAR Internacional Series 2628, South
American Archaeology Series N° 20, Oxford,
2014, pp. 1-9.
[9] Raffino, Rodolfo y Cigliano, Mario, “La
Alumbrera: Antofagasta de la Sierra. Un caso de ecología cultural
prehispánica”, en Relaciones de la Sociedad Argentina de
Antropología, N°7, 1973, pp. 241-258.
[10] Caggiano, Amanda, Tipología del material lítico de yacimientos de la Puna Argentina.
Tesis de Licenciatura Inédita. Facultad de Ciencias Naturales y Museo,
Universidad Nacional de la Plata, La Plata, 1973.
[11] Kriscautzky, Néstor y Solá, Eduardo, Monumento Histórico Nacional. Ruinas de Inkahuasi.
Informe presentado a la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares
Históricos, Catamarca, 1999. Olivera, Daniel, “La ocupación Inka en la puna
meridional argentina: Departamento de Antofagasta de la Sierra, Catamarca”, Comechingonia, N°9 (2), 1991, pp. 31-72.
[12] Haber, Alejandro, Paisajes de Enclave en el Área de Antofalla, Puna de Atacama, Segunda
Mitad del Segundo Milenio d.C., Informe presentado a la Fundación
Antorchas. Proyecto 14116/167, Buenos Aires, 2004.
[13] Ceruti, Constanza, “Prospección arqueológica
en el cerro Ratones (Catamarca-Salta, Argentina)”, Revista
Andina, N°37, 2003, pp. 249-258.
[14] FMC-Minera del Altiplano, Estudio de Impacto Ambiental. Proyecto de Litio
Fénix. Minera del Altiplano S.A. Salar del Hombre Muerto, Catamarca,
1997, Informe Inédito.
[15] Vitry, Christian, Informe de Impacto Arqueológico. Proyecto Maktub, Salar del Hombre
Muerto. Catamarca. Informe entregado a la Dirección Provincial de
Antropología de Catamarca, 2005, Inédito.
[16] Vitry, Christian “Arqueología”, en Línea de Base Ambiental y Social en el Salar del
Hombre Muerto Provincias de Salta y Catamarca, República Argentina,
2011, pp. 238-250. Informe técnico preparado para Lithium 1 por ERM Argentina.
[17] Vitry, Christian, 2011, Ob. Cit.
[18] Patané Aráoz, Claudio Javier 2012, Ob. Cit.
[19] Patané Aráoz, Claudio Javier, 2014, Ob. Cit.
[20] Patané Aráoz, Claudio
Javier, Informe Final de Evaluación de Impacto
Arqueológico “Proyecto MARCOS I”. Informe entregado a la Dirección
Provincial de Antropología de Catamarca, 2019, Manuscrito inédito.
[21] En esa excavación participaron: el primer
autor de este artículo, un alumno avanzado de Arqueología de la Universidad
Nacional de Catamarca y dos integrantes de la Dirección de Antropología,
quienes actuaron en el marco de una auditoria de ese organismo.
[22] Aschero, Carlos, Ensayo
para una clasificación morfológica de artefactos líticos aplicada a estudios
tipológicos comparativos, Informe al CONICET, 1975, Inédito.
Aschero, Carlos Ensayo para una
clasificación morfológica de artefactos líticos. Apéndices A y B.
Facultad de Filosofía y Letras. UBA, 1983, Inédito.
[23] Aschero, Carlos y Hocsman, Salomón, “Revisando cuestiones tipológicas
en torno a la clasificación de artefactos bifaciales”, en Acosta, Alejandro;
Loponte, Daniel; Ramos, Mariano (eds.), Temas de Arqueología.
Análisis lítico, Universidad Nacional de Luján, Luján, 2004, pp. 7-25.
[24] Las tres UE fueron distinguidas por las diferencias en la
coloración de los sedimentos y por el grado de compactación. Muestras
recolectas durante la excavación de cada una de estas UE fueron analizadas
posteriormente en laboratorio por el Dr. José Sastre de la Cátedra Suelos
(Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Salta). La UE1 se
determinó como de textura arenosa, con arena fina y grano suelto, sin presencia
de materia orgánica. Según lo cotejado con la escala Munsell la tonalidad registrada
para esta UE fue 5Y 4/8 (seco). La UE2 presentó textura arenosa, con un grado
mayor de compactación que la anterior, presencia de arena media-gruesa y grano
suelto sin restos de materia orgánica (5YR 5/3 [seco] y 5YR 4/3 [húmedo]). La
UE3, con mayor compactación aún que las dos anteriores, fue determinada como de
textura arenosa, arena media-gruesa y grano suelto sin materia orgánica (5YR
4/4 [seco] y 5YR 3/3 [húmedo]). La mayor compactación de en la UE3 puede
deberse a la presencia de carbonato de calcio.
[25] Behrensmeyer, Anna, “Taphonomic and ecologic
information from bone weathering”, Paleobiology,
N° 4, 1978, pp. 150-62.
[26] Determinación efectuada en laboratorio por
el Dr. Enrique Derlindati (Cátedras Cordados y Ecología en Comunidades Áridas y
Semiáridas, Escuela de Biología, UNSa) sobre la base de análisis preliminares
(osteológicos y análisis de dientes).
[27] En esa excavación se separaron muestras de carbón de los
fogones y algunos restos óseos con la intención de efectuar fechados radiocarbónicos.
Desafortunadamente no se contaron con los fondos económicos suficientes. Se
espera poder llevar a cabo esto en un futuro próximo.
[28] SEGEMAR, Hoja Geológica 2566-III. Cachi.
Programa Nacional de Cartas Geológicas de la República Argentina 1:250.000,
Boletín Nº 248, Buenos Aires, 2001.
[29] Véase Alonso, Ricardo, Viramonte, Jorge y Gutiérrez,
Ricardo, “Puna Austral. Bases para el Subprovincialismo Geológico de la Puna
Argentina”. En Actas IX Congreso Geológico Argentino, tomo I, 1984, pp. 25-41.
[30] Allmendinger, Richard, “Tectonic
develpment, southwestern border of the Puna plateau”, Geology
Society of América, N°97, 1986, pp. 1000-1082.
[31] SEGEMAR, 2001, Ob. Cit.
[32] Linares, Enrique y Gónzalez, Rafael, Catálogo de edades radimétricas de la República
Argentina 1957-1987, Buenos Aires, Asociación Geológica Argentina,
Serie B (Didáctica y Complementaria), Nº 19, 1990, p. 628.
[33] Vandervoort, Daniel, Non-Marine
Evaporite Basin Studies, Southern Puna Plateau, Central Andes. Tesis
de doctorado inédita, Cornell University, Ithaca, New York, 1993.
[34] Stein, David, The
Diablillos Ag-Au Deposit, Salta, Argentina: Deeply Oxidized High-Sulphidation
Epithermal Mineralization in the Southern Puna Province. Tesis de
maestria inédita, Department of Geological Sciences and Geological Engineering.
Queen's University, Kingston, Ontario, 2001.
[35] Para esta categorización nos basamos en las propuestas
formuladas en el trabajo de Hocsman, Salomón; Somonte, Carolina; Babot, María;
Martel, Álvaro y Toselli, Andrea 2003, Ob. Cit., pp. 325-350.
[36] En el sentido analizado y descripto
por Binford, Lewis, “Willow smoke and dog’s
talle. Hunther-gatherer
settlement systems and archaeological site formation”, American
Antiquity, Vol. 45 (1), 1980, pp. 4-20.
[37] Nami, Hugo, “El subsistema
tecnológico de la confección de instrumentos líticos y la explotación de los
recursos del ambiente: una nueva vía de aproximación”, Shincal,
N°2, 1992, pp. 33-53.
[38] Jones, George y Beck, Charlotte, “Chronological
Resolution in Distributional Archaeology”, en Rossignol, Jequeline y
Wandsnider, LeAnn (eds.), Space, Time and
Archaeological Landcapes, New York, Springer, 2000 pp. 167- 192.
O’Brien, Michael y Lyman, Lee, Applyng
Evolutionary Archaeology. A Systematic Approach, Kluwer Academic
Publishers, Nueva York, 2000.
[39] Yacobaccio, Hugo y Morales,
Marcelo, “Ambientes pleistocénicos y ocupación humana temprana en la puna
argentina”, Boletín de Arqueología, PUCP, N°
15, 2013, pp. 337-356.
[40] Grosjean, Martín; Núñez, Lautaro y Cartajena, Isabel,
“Palaeoindian occupation of the Atacama Desert, northern Chile”, Journal of Quaternary
Science, Vol. 20 (7-8), 2005, pp. 643-653. Hocsman, Salomón; Martínez,
Jorge; Aschero, Carlos y Calisaya, Alfredo, “Variability of triangular
non-stemmed projectile points of hunter-gatherers of the Argentinian Puna”, en Southbound: Late Pleistocene Peopling of Latin America, Center for the Study of First Americans, Texas
A&M University Press, College Station, 2012, pp. 63-67. Hoguin, Rodolphe, “Secuencia cronológica y
tecnología lítica en la Puna seca y salada de los Andes Centro-Sur para el
Holoceno temprano y medio a través del ejemplo de Susques”, Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología, Vol. 39
(2), 2014, pp. 333-364
[41] Restifo, Federico; Carbonelli, Juan y Agnolin, Agustín,
“Puntas de proyectil de puna y valles mesotermales del noroeste argentino en
perspectiva comparativa: los casos de la cuenca de Pastos Grandes (departamento
de Los Andes, Salta) y el valle de Santa María (Catamarca) como aporte para la
arqueología de cazadores recolectores”, Andes, Vol. 2,
N° 30, 2019, pp.1-28.
[42] Hocsman, Salomón et
al., 2012, Ob. Cit.
Yacobaccio, Hugo y Morales, Marcelo 2013, Ob. Cit.
[43] Hocsman, Salomón et al.,
2012, Ob. Cit. Hoguin, Rodolphe,
2014, Ob. Cit.
[44] López, Gabriel y Restifo, Federico, 2017, Ob. Cit., pp. 55-56.
[45] Yacobaccio, Hugo, et al., 2014, Ob. Cit.
[46] Yacobaccio, Hugo y Morales, Marcelo 2013, Ob. Cit., p. 342.
[47] Aschero, Carlos y Martínez, Jorge, 2001, Ob. Cit., p. 227.
[48] Hocsman, Salomón et al. 2012, Ob. Cit., p. 64.
[49] Tenemos planificado efectuar nuevos estudios en las
PPTA recolectadas en este sitio a los fines de alcanzar una más completa
caracterización de estas puntas de proyectil. Los resultados obtenidos serán
expuestos en un trabajo futuro.
[51] Aschero, Carlos
“Reflexiones desde el Arcaico Tardío (6000-3000 AP)”, Rumitacana,
Vol. 1, N°1, 1994, pp. 13-17; Yacobaccio, Hugo y Morales, Marcelo, 2013, Ob. Cit. Yacobaccio, Hugo y Vilá, Bibiana, “Condiciones,
mecanismos y consecuencias de la domesticación de los camélidos”, Estudios Sociales del NOA, N° 5, 2002, pp.
4-27.
[52] Fernández
Jorge, Markgraf , Vera; Panarello, Héctor; Albero, Miguel; Angiolini, Fernando;
Valencio; Arriaga, Susana y Mirta, “Late Pleistocene/Early Holocene
environments and climates, fauna, and human occupation in the Argentine
Altiplano”, Geoarchaeology, Vol. 6, 1991, pp.
251-272. Markgraf, Vera “Paleoenvironmental history of the last 10.000 years in
Northwestern Argentina”, Zentralblatt Fur Geologie
Und Paleontologie, Vol. 1, 1985, pp. 1739-1749.
[53] Muscio, Hernán, “Patrones
espacio-temporales de la variabilidad ambiental en la Puna Argentina: Algunas
implicancias para la ecología humana prehistórica del N.O.A y para la
estructura arqueológica regional”, Cuadernos
del INAPL, Vol. 18, 1998-1999, pp.
271-296; Aldenderfer, Mark, Montane
Foragers: Asana and the South-Central Andean Archaic, Iowa City, University of Iowa Press, 1998.