EL
MOVIMIENTO DE LIBERACION NACIONAL (MLN) Y SU RELACION CON
Julieta Pacheco[1]
Introducción
Durante toda la década del ‘60, el movimiento obrero argentino atravesó una etapa de reflujo manifestado en una caída de nivel de las luchas, en relación a los cinco años anteriores[2]. De manera contrapuesta a esta situación, los ‘60 vieron florecer y desarrollar a variadas organizaciones políticas que ocuparon un lugar central en la escena política como productos de la crisis de los partidos tradicionales, como el Partido Comunista Argentino (PCA), el Partido Socialista Argentino (PSA) y de la incapacidad de la burguesía para canalizar el descontento de fracciones de la pequeña burguesía que veían afectadas sus libertades democráticas. Esa situación se acentuó al producirse la Revolución Cubana, en 1959, la cual mostró una salida exitosa para los problemas de los países denominados del Tercer Mundo.
En 1968 la
aparición de
En este
artículo desarrollaremos las críticas que el MLN realizó a la dirección de
El MLN
Como
anticipamos el MLN fue una organización que se desarrolló durante toda la década
del ‘60. Entre sus máximos dirigentes encontramos al abogado y escritor Ismael
Viñas, a la redactora Susana Fiorito y al filósofo y escritor Ramón Alcalde,
todos ex miembros y fundadores de la revista Contorno
y hacia el final de la década del ‘50, también militantes de
El MLN y
la lucha sindical
El MLN entendía el ámbito sindical como un espacio más de lucha. En este sentido, redactó un documento, Política y Sindicatos[3], sobre cuáles eran las tareas y las funciones de los sindicatos y las relaciones entre estos últimos y las organizaciones revolucionarias. A partir de un resumen de la teoría clásica se formarían los lineamientos fundamentales de una estrategia propia. Aquella concepción partía del descubrimiento de que la clase obrera no produciría espontáneamente praxis revolucionaria, ya que librada a sus propios medios se limitaría a ejercer el “tradeunionismo”. Esto quería decir que la clase no llegaría por sí misma a la conciencia de sus fines históricos y que sus dirigentes espontáneos no llegarían a proponer una praxis consecuente mientras no alcanzaban el plano político revolucionario[4].
De esta manera, sería necesario comenzar por introducir desde afuera la ideología revolucionaria en la clase obrera, y luego sostener la acción revolucionaria por medio de una vanguardia que agrupe a intelectuales y a los elementos más conscientes del proletariado. La clase obrera habría adquirido, a través de su experiencia una conciencia reformista, una conciencia alienada, sujeta a objetivos y límites burgueses, que le impediría adquirir claridad sobre su propia situación y sobre su relación con el conjunto de la burguesía. Por lo tanto, le impediría formular objetivos propios y pensar en formas organizativas y de acción independientes.
Además, el tradeunionismo, “por no pretender la superación del sistema” se ubicaría en el mismo plano que el socialismo reformista, que el humanismo liberal y cierto reformismo burgués. Sin embargo, el sindicalismo se limitaría a tratar de obtener reformas inmediatas para los trabajadores, bajo la acción sindical, mientras las otras formas son directamente burguesas. Así es que en la “conjunción teórico-práctica de la praxis política actual […] no caben más que dos […] ideologías […] la burguesa y la socialista.” Las luchas por reivindicaciones inmediatas serían “parte del camino inexcusable que ha de seguir al accionar revolucionario”. De esta manera, la lucha sindical se presentaría como una “situación contradictoria”[5] ya que si bien forma parte de la reproducción normal del sistema, la clase obrera aprendería a organizarse, cobraría conciencia de sus fines últimos, y crearía y fortalecería su moral de lucha. Además, facilitaría “la tarea de reclutamiento de cuadros revolucionarios”[6].
Luego de una larga exposición teórica, el documento
trataba de vincular los problemas sindicales con la estructura económica
argentina. Para el MLN el desarrollo de
Luego, se realizaba una extensa explicación sobre la historia del movimiento obrero antes de 1943, es decir, del comienzo del período peronista. En este último período, por la alianza de clase que representaba el peronismo, el gobierno habría jugado “un papel favorable a la clase trabajadora, contradiciendo a la clase burguesa”. De todas formas, las actividades a favor de la clase obrera del gobierno peronista no sólo no habrían amenazado en ningún caso las bases estructurales del capitalismo, sino que tampoco habría estado en contra de la política económica que en ese momento correspondía ejecutar por la burguesía. El MLN planteaba que la “clase obrera moderna hace su primera experiencia histórica política de envergadura, participando del policlasismo nacionalista”, pero, no llegaría a tener una clara conciencia del sentido y las limitaciones de ese frente ni de su participación en él. Esa constelación de circunstancias se constituiría en un freno para la adopción de una ideología y una política propias de la clase.
Sin embargo, el proceso habría
dejado saldos positivos para la clase obrera, la cual habría adquirido
“conciencia y experiencia de su peso político en el país”. Con la caída del
peronismo, la situación cambiaría, ya que la burguesía abandonaría el frente
policlasista. Ahora se llevaría a cabo una importante ofensiva en su contra
provocando un retroceso respecto de la intensidad con que hacía sentir su
influencia ante la sociedad nacional. Durante un tiempo no “alcanzaron a dibujarse sectores gremiales de significación fuera del
sindicalismo peronista”. Sin embargo, esta situación iría cambiando
con la aparición de los “
A su vez, la lucha gremial “renovó cuadros, fortificó algunos existentes, fue introduciendo elementos no peronistas con vigencias en las bases”. También, los grupos no-peronistas habrían ido consolidándose. Tal habría sido el caso de los “independientes” y los comunistas. Con el gobierno de Frondizi, la situación gremial habría cambiado. El movimiento gremial habría comenzado a diversificarse políticamente, la burocracia sindical habría podido relacionarse y llegar a acuerdos con la burguesía.
Pero la crisis del gobierno frondizista habría impedido la tan proclamada integración, provocándose el desarrollo de una “línea dura”, que se negaría a aceptar la conciliación con “la burguesía dependiente del imperialismo”. Por el contrario, la “línea blanda” aceptaría la conciliación con la burguesía en las actuales condiciones.
El MLN consideraba que “los duros” habían perdido fuerza en beneficio de los “blandos”. En este sentido realizaba una crítica al PC y el Partido Socialista Argentino de Vanguardia por actuar apoyándose con excesiva confianza en los “gremios duros”. Ambas organizaciones considerarían que la línea blanda sería “un arma principal frente al imperialismo” y que la resistencia sería un signo de ascenso de combatividad y organización de las masas[7]. También considerarían que los gremios de línea blanda habrían tenido más éxito al haber contraído alianzas que le permitieron conseguir la dirección de la CGT. Esta dirección llevaría una política activa para evitar la radicalización de las masas y su
izquierdización ideológica […] hacer penetrar en las masas populares los elementos más sutiles de la ideología imperialista. […] presentarse como el máximo de avanzada de social […] controlar la combatividad de las masas […] y usarla con el objeto de chantajear a la burguesía.
Con respecto a la línea dura, el MLN consideraba que en ningún caso se los debería considerar una apoyatura para la acción revolucionaria ni entablar alianzas permanentes con ellos, puesto que su acción es esporádica y no ofrecen garantías de evolución positiva. En el mejor de los casos, constituyen terreno apto para la difusión de la ideología y la estrategia revolucionarias. A diferencia de los otros, se podrían entablar con ellos alianzas más o menos transitorias y se los debería apoyar en sus justas luchas contra la burocracia.
Como
observamos, a pesar de que el MLN otorgaba un lugar relevante al frente sindical
en su prensa y en sus reflexiones, no tenía actividad importante en los
sindicatos. Tenía una cierta presencia en Prensa y Seguros, en Capital Federal,
algunos testimonios relatan que el MLN habría tenido presencia en telefónicos,
textiles, publicidad, docentes, curtiembres[8],
Aduana y transporte[9].
También, habría tenido presencia en el sindicato de
Como ya vimos, el MLN tenía un planteo teórico para la acción en los sindicatos, sin embargo, “lo que sucede después, a partir de lo que se da adentro, lo que se conoce como la lucha antiburocrática […] los sindicatos comenzaron a ser espacios en donde había que participar en una línea de democratización”, debido al
proceso objetivo que cambia radicalmente cuando el vandorismo produce
una derechización muy acentuada y se produce un aglutinamiento muy pronunciado
y las luchas sindicales casi son el espacio donde se dirime otra cosa que no es
lo sindical […]. Luego con
la división del peronismo entre Vandor y Alonso, allí son gérmenes donde el MLN
se va construyendo como una tarea antiburocrática, que significa, no sólo que
se independicen los trabajadores como tales, sino que desplacen a las
direcciones enquistadas de orígenes burgueses, así sea el PC. Ese es el nuevo
modelo político, también aparece la política como idea distinta, que integra la
participación de las masas de otra manera con un protagonismo, que no son las
manifestaciones, los movimientos de recuperación sindical, así se lo
denominaba, había que recuperar a los sindicatos de la burocracia. Esa
recuperación se hacía directamente con nombre partidario. Era a cara abierta,
eso se produce en todo el país […] Todos los
territorios eran de disputa política abierta.
Como plantea
este testimonio, Vandor marcó un quiebre en la historia del movimiento obrero
argentino, con respecto a la dirección que se había forjado durante los años
peronistas. Vandor pertenecía a la nueva camada de dirigentes peronistas que
comenzaron a ocupar un lugar de referencia a partir de los conflictos obreros
suscitados durante el gobierno de la Revolución Libertadora. Se había erguido
como dirigente gremial a partir del conflicto por la renovación de los
convenios colectivos en la industria metalúrgica. Con la represión a la huelga
general por la toma del frigorífico Lisandro de
Esta caracterización, como observamos en la cita anterior, llevó a que algunas organizaciones de izquierda se plantearan hacer “entrismo” en el peronismo:
La propuesta que ellos [la dirección del MLN] planteaban era que en ese momento había que hacer un trabajo de entrismo dentro del peronismo, para ir a formar agrupaciones sindicales para tratar de ir concientizando dentro del peronismo obrero, sindical[12].
Ismael Viñas y Susana Fiorito
discuten esta posición: “nunca hubo propuesta de ‘entrismo’ institucionalmente; tal vez eso pueda haber ocurrido en alguna
localidad, en alguna seccional”[13].
No hemos podido confirmar la práctica del entrismo. En general, se planteaba a
los militantes del MLN que trabajaran en uno u otro lado, que activaran
políticamente ahí, con la línea de la organización.
El MLN critica
a la dirigencia de
Desde 1955 hasta 1961
En 1963 comenzaron los preparativos para la normalización de
libertad de los detenidos por razones políticas, plena vigencia de las
leyes de previsión social, participación de los trabajadores en la dirección de
las empresas, control de costos y fijación de precios máximos para los
artículos de primera necesidad, reforma agraria, anulación de los contratos
petroleros, retorno a
Los pasos a seguir, para llevar adelante los reclamos eran
1º) actos públicos el 1º de mayo en todo el país. 2º) Semana de
protesta que se inicie el día 27 de mayo y culmine el día viernes 31 de mayo.
3º)
A partir de este Congreso se reconocerían tres etapas dentro del proceso de lucha del movimiento obrero: la primera sería la etapa de la unificación de los cuadros sindicales y búsqueda de alianzas, desde enero de 1963 hasta las elecciones de julio de ese mismo año. Luego de que los cuadros del movimiento obrero se hubieran unificado en el Congreso Normalizador, comenzaría una etapa de búsqueda de alianzas con otras fracciones sociales. Para ello elaboraron un programa que contemplaba los intereses de diferentes fracciones, así como la utilización de diferentes métodos de lucha. Sin embargo, frente a las elecciones presidenciales de 1963, el movimiento quedó excluido de la participación a causa de la proscripción política del peronismo.
La segunda
etapa, desde julio del ‘63 hasta agosto del ‘64, se caracterizaría por el
aislamiento relativo del movimiento obrero y crisis de la unidad sindical. Aquí
quedarían en evidencia las diferencias entre los dos principales nucleamientos
sindicales, las “
En el momento en que se había realizado el Congreso Normalizador, el MLN intervenía de manera crítica hacia lo que sucedió en ese Congreso, ya que consideraría que sería
el resultado lógico del acuerdo de los sectores que desde 1961, en que
recibieron
Asimismo, remarcaba la brecha que se abriría entre los dirigentes sindicales y los intereses de la clase obrera, al nivel de conciencia que se estaría manifestando a partir de un aumento de su combatividad:
la central obrera responde directamente a los designios de los
dirigentes peronistas que aspiran a integrarse en el juego de la ‘democracia
representativa’, aceptando sus leyes […] La nueva dirección [...] no responde a los
intereses de la clase obrera argentina. Pero tampoco responde, y esto es
fundamental, al nivel de conciencia política clasista de los trabajadores. La
división de
Durante la campaña electoral, las 62 Organizaciones apoyaron la candidatura de Vicente Solano Lima, candidato del Frente Nacional y Popular de peronistas, frondizistas y conservadores populares. Finalmente, este frente fue proscripto. Pero, durante dicha campaña, el MLN se posicionó de forma sumamente crítica frente a la CGT, ya que consideraba que se trataba de “la culminación de un proceso de negociaciones contrarias al interés de los trabajadores, que tuvo su paso definitivo en la llamada ‘normalización’ de la central obrera”[19]. El MLN consideraba que no sería extraña esta actitud por parte de la CGT y que
los trabajadores se encuentran desamparados, en medio de una de las más
graves crisis, sin otro recurso que pelear como puedan en cada lugar de trabajo
[…] así, los telefónicos en
conflicto defienden, al mismo tiempo, sus condiciones de trabajo y el
patrimonio nacional; los obreros de Freve-Basset continúan luchando por el
cumplimiento de los compromisos contraídos por la patronal y por la
reincorporación de sus compañeros cesantes, y en
Como vimos
anteriormente,
A su vez, el MLN reforzaba la caracterización sobre la incapacidad de dirección de la CGT, remarcando la necesidad de encontrar una forma de acompañar el proceso de desarrollo de la conciencia de la clase obrera
Estas acciones que van desarrollando diariamente gremios o personal de
empresas, aislados, impulsados a hacerlo por la grave situación general y la
ausencia de
El MLN acordaba con las demandas enunciadas en el Plan, a las cuales consideraba “justas”, “ambiciosas”. Sin embargo, manifestaba de forma reiterada sus críticas a la forma en que lo llevaba a cabo la CGT[22], en particular “la ausencia de una coordinación central, tanto en el orden nacional como regional”[23]. También, denunciaba que
ninguno de los tres agrupamientos sindicales ha actuado con la firmeza y responsabilidad que las cosas exigían: ni las 62, ni los independientes, ni el MUCS […] De todos modos el Plan de Lucha continúa en vigencia y hay que tratar de recuperar el terreno perdido[24].
Durante el
año 1963, el MLN mantuvo su posición crítica con respecto a las direcciones de
Hasta abril
del ‘63, el MLN se ocupaba de denunciar y de hacer públicas las maniobras de
las luchas obreras deben darse con claro sentido político, a través de
Esta cita hace referencia a que las luchas obreras deben tener sentido político y deben ser organizadas. Ahora bien, se presenta de forma ambigua el papel de la CGT. En la misma prensa se reafirma la necesidad de una salida política para el movimiento obrero:
los trabajadores no van a encontrar solución a sus problemas sin
resolver el problema de fondo: el político […] La decisión del CCC puede servir como punto
de partida de una acción positiva de
La necesidad de la organicidad, de dirección centralizada y de un plan político de las luchas obreras volvió a manifestarse en junio del mismo año:
para que los hechos maduren y den sus frutos reales, es necesario superar de una vez las acciones esporádicas […] La lucha por cualquier tipo de reivindicación inmediata tiene que darse, pero sólo servirá para algo si forma parte de una plan político que lleve a la transformación total de nuestras estructuras de explotación y dependencia[28].
Junto al llamado a la organicidad de las luchas obreras, el MLN convocaba a todos los partidos políticos populares a apoyarlas y a reclamar por la aparición de Felipe Vallese[29]. En octubre de 1964, un año más tarde, volvieron a convocar a la acción conjunta del movimiento obrero y los partidos populares:
cuando algún partido lleva una propuesta de acción- como hizo el FRIP en Santiago del Estero- se la archiva cuidadosamente para evitar que nadie caiga en la tentación de aplicar. Sí. Hubo alguna vez un plan… Era un plan de reivindicaciones populares… Pero la burocracia sindical hizo lo posible para que el proletariado no luchara por él[30].
Ya frente al
supuesto fracaso del Plan de Lucha votado en el congreso de enero de 1963, el
MLN planteaba que el problema de
desarrollar con paciencia, energía y tenacidad el único tipo de acción que hasta ahora ha dado el triunfo a los trabajadores en todo el mundo. Se trata de esclarecer ideológicamente, de fortalecer la conciencia de clase, de organizar para la lucha, de apoyarse en todos los conflictos económicos y en las manifestaciones espontáneas de los trabajadores para ir estructurando la acción en torno al objetivo histórico de la clase: la toma del poder y la construcción de una nación socialista. Esta tarea, en Argentina 1965, pasa por dos coordenadas fundamentales: la superación de las ideologías y las prácticas burguesas en el seno de la clase trabajadora y la constitución de un real partido revolucionario que conduzca a los obreros y a todos los otros sectores populares a la conquista de la liberación nacional[31].
En enero de
1965, el MLN entendía que debía llevar con paciencia y militancia la
organización de la lucha del movimiento obrero. En el actual momento, esta
lucha debía darse en la superación del reformismo y en la construcción del
partido revolucionario. Aquí introducen la figura del partido como dirección
del movimiento.
un plan de lucha con pocos objetivos concretos y escalonados tales como la reactualización del salario vital, mínimo y móvil con un básico adecuado al incremento del costo de la vida, la congelación de los precios de los artículos de primera necesidad y la estabilidad en el empleo, es lo que tendría que emprender la central obrera en estos momentos. Ese plan debería ser acompañado por una vasta campaña de agitación en torno a un Programa de Liberación Nacional, en cuya realización la central obrera cumplirá un importante papel, pero no dirigirá, pues no es esa su tarea. La clase trabajadora no realizará su revolución a través de los sindicatos, sino por intermedio de su organización política revolucionaria[32].
Aquí es el
partido revolucionario quien debía dirigir la lucha política. A pesar de
reservarle un lugar central a la CGT, el MLN consideraba que la misma se
encontraba burocratizada y no representaba los intereses del movimiento obrero.
Quedaría en este último asumir su propia dirección, ya que “la clase obrera debe superar las limitaciones que le impone esta
dirección entregada, correspondiéndoles a los partidos populares [peronismo
y PC] impulsar el Plan de Lucha”[33].
Con estas dos últimas citas, se reafirmaba la posición del MLN frente al lugar
que debe adoptar
En 1965, durante los últimos tiempos del
gobierno de Illia, el MLN realizó fuertes críticas a
El
Movimiento de Liberación Nacional sostiene que sólo una política
revolucionaria, nacionalista, y por la construcción de una sociedad socialista,
constituye el camino apto para organizar las fuerzas populares […] El MLN brega por la organización de una corriente
nacionalista, revolucionaria y socialista en el campo político y en el terreno
sindical por la conjunción de los esfuerzos de las tendencias que tratan de
superar las limitaciones de las direcciones actuales […] la tarea [se llevaría] a cabo en el seno de la clase obrera […] En
Al ser
empujar
más allá de sus limitaciones a la actual dirección de la clase, al mismo tiempo
que criticamos las limitaciones de su acción y trabajamos para preparar a los
trabajadores para la acción revolucionaria.
El MLN identificaba en la dirección del
movimiento obrero a los independientes, los cuáles serían “amarillos”
representantes de la burguesía liberal; al MUCS, que reflejaría la política del
PC en el plano gremial; los dirigentes de las “
lucha por la reapertura de las
fuentes de trabajo; lucha de la imposición de la reforma agraria; ruptura con
el Fondo Monetario Internacional […]; expulsión de los monopolios que afectan el dominio
de la riqueza nacional […];
congelación de la deuda externa; comercio con todas las naciones […]; monopolio estatal del comercio exterior; extinción
de los intermediarios monopolistas […]; derogación del estatuto de los partidos políticos y legalidad
absoluta para todos los partidos por igual; derogación de las leyes y derechos
represivos; vigencia plena de todas las libertades democráticas; monopolio
estatal de la enseñanza y educación gratuita […]: promoción y fomento de la cultura nacional; ruptura
de pactos y alianzas militares, y solidaridad con todos los pueblos que luchan
por su Liberación.
A los que sumaba, la
defensa del nivel de vida popular, la de la actividad sindical […], la de la vigencia plena de las libertades
de derechos políticos, lo que comprende tanto la anulación de todas las medidas
represivas, la libertad de los presos políticos y gremiales como las libertades
de opinión y la supresión de toda limitación electoral.
En febrero de
1967, el Comité Central Confederal de
debe ser un instrumento para aumentar en la acción la conciencia y la combatividad de la clase obrera. Para formar y organizar cuadros, que en pasos posteriores puedan ser la columna vertebral de un movimiento de masas[37].
Reiteraba entonces que, “para que todo eso sea posible es necesario crear dentro del movimiento obrero una nueva corriente, en base a las tendencias y núcleos más combativos”[38].
El 1º de
marzo
derrota es parcial y transitoria. Todas las corrientes revolucionarias se han generado en la historia como respuesta a los fatales contrastes del espontaneísmo y del reformismo. De nuestra constancia, nuestra lucidez y nuestra combatividad depende la posibilidad de contar, en nuestro país, con un auténtico proceso revolucionario[40].
Para
profundizar y acompañar este proceso, el MLN consideraba que era necesario
continuar con las críticas hacia
formas de acción y organización que permitan la mayor movilidad y comunicación clandestinas; 2º) métodos prácticos […] que permitan enfrentar y derrotar […] la represión oficial y patronal […]; 3º) formación de organismos de enlace y coordinación […]; 4º) dirigir la prédica especialmente a los cuadros más lúcidos y consecuentes que estén dispuestos a buscar nuevas formas de lucha; 5º) promover la formación de una nueva tendencia sindical, clasista, nacionalista y revolucionaria, que se haga cargo de la lucha ante la defección de la burocracia[41].
El MLN y
Desde
mediados de 1967
Recordemos
que la crisis política bajo el gobierno de Onganía se profundizó, como
consecuencia de la dura represión hacia la clase obrera y sus entidades, entre
otros. En este sentido, tanto el MLN como otras organizaciones llevaban
adelante actividades denominadas “relámpago”, que
duraban unos pocos minutos y debían ser planeados y realizados de manera
clandestina, así como prever una estructura de seguridad para el momento en que
llegue la policía. A su vez, 1967 fue un año de muy baja combatividad obrera.
Muestra de esta situación fue el levantamiento del Plan de Acción de
En enero
1968 el MLN criticaba a
les proponemos que participen de la revolución liberadora incorporándose como militantes a nuestra organización […] les proponemos la creación de círculos para el trabajo y la acción común […] les proponemos la acción común, nucleando a todas las organizaciones posibles en base a acuerdos y programas mínimos de lucha […] a los grupos, organizaciones y compañeros independientes […] les proponemos la discusión amplia y abierta[44].
También, cuestionaba la utilidad de la legalidad sindical, ya que ésta se habría obtenido al
precio de frenar las luchas [siendo] un arma más para que éste [el gobierno] pueda cumplir sus planes […] Para la clase obrera es atarse las manos y lo que es peor, atarlas al carro del gobierno. Esta legalidad que presta el gobierno, significa congelar los salarios devaluar el peso para que suban los precios y las empresas extranjeras se lleven más dólares, entregar las empresas del estado, las riquezas naturales a ese mismo capital […] Esta legalidad concedida será consecuencia de una política antiobrera, antipopular […] Otra cosa sería una legalidad conquistada, obtenida mediante una lucha contra el gobierno y que también tuviera como contenidos el aumento de salarios, la congelación de precios y la defensa de las riquezas y la soberanía nacional. Sería entonces un instrumento arrancado al gobierno para luchar por esos contenidos[45].
Este
cuestionamiento se realizaba de cara a la convocatoria para el próximo congreso
de
los empresarios nacionales, para que abandonen la suicida política de
sumisión a un sistema cuyas primeras víctimas resultan ellos mismos. Los
monopolios no perdonan […] A los pequeños comerciantes e industriales […] su lugar está en la lucha, junto con nosotros […] A los universitarios, intelectuales, artistas […] les recordamos: el campo intelectual es por definición la conciencia.
Un intelectual que no comprende lo que pasa en su tiempo y en su país es una
contradicción andante […] A los militares, que
tienen por oficio y vocación la defensa de la patria: Nadie les ha dicho que
deben ser los guardianes de una clase, los verdugos de otra, el sostén de un
gobierno que nadie quiere […] Con la franqueza que
pregonan les decimos: que preferimos tenerlos de nuestro lado y del lado de la
libertad y la justicia […] A los estudiantes,
queremos verlos junto a nosotros […]
A partir de esta confluencia programática y
siguiendo la línea de la construcción de una CGT combativa, el MLN comenzó a
trabajar junto a
nos movíamos mucho con
Con el apoyo
brindado a
se cierra así una etapa, que empezó en el verano de 1967, cuando el
secretariado dirigido por Prado aceptó mansamente la derrota del Plan de Lucha.
Durante esa etapa
El MLN continuaba manifestándose a favor de la unidad de la central, pero siempre y cuando la entidad se manifestara a favor de la clase obrera:
la unidad de la clase obrera en una sola Central es un objetivo correcto de una política revolucionaria para el frente sindical, ya que esa unidad multiplica la fuerza de los enfrentamientos con el sistema en el plano de la lucha económica y permite a las organizaciones revolucionarias trabajar más fácilmente sobre el total de los trabajadores. Pero este principio general es válido en la medida en que esa unidad del aparato sindical se use como instrumento para un aspecto de la lucha de clases. En el caso de nuestra CGT, la unidad, con la coexistencia de ambas líneas sirvió durante un año y medio sólo para beneficiar a la burguesía, puesto que trajo como resultado la paralización de la lucha de masas, y el empleo de la actividad y de los esfuerzos de los dirigentes de la línea ‘dura’ o de ‘enfrentamiento’ exclusivamente para forcejear con los colaboracionistas. Ya en este aspecto la división es positiva: permitirá que por lo menos una parte del aparato sindical pueda transformarse en instrumento de los intereses de la clase y facilite, por la movilización contra el gobierno y las patronales, una mayor toma de conciencia[49].
Esta nueva tendencia combativa estaría compuesta por gremios pequeños, como
estatales […] a una cantidad apreciable de gremios ‘chicos’, a los gremios ‘castigados’ con la intervención o la perdida de la personería. En cuanto a grupos políticos están allí varias formas del peronismo ‘duro’ de izquierda y de derecha, los radicales, los comunistas, y el ala antiimperialista del sindicalismo socialcristiano, alguna agrupación trotskista y de la nueva izquierda[50].
El MLN se vería representado en el programa de la nueva CGT ya que se manifestaba a favor de la defensa nacional, contra los monopolios, a la vez que llamaba grupos políticos y estudiantiles a organizarse junto a ella. La manera de llevar estas declaraciones a la acción
es crear en todas partes la clara
conciencia de la necesidad de la lucha y de que ésta es posible. Periódicos,
folletos, volantes, reuniones, deben llegar a todas las fábricas y talleres, en
todo el país. Luego hay que afianzar la organización: reunir alrededor de la
nueva CGT a todos los sindicatos, listas, grupos, que compartan la posición
combatiente y los objetivos de lucha. Esta CGT debe representar orgánicamente,
institucionalmente, a la clase obrera a la que por ahora representa en los
sentimientos. Paralelamente a estos dos procesos, será necesario ir cumpliendo
acciones de lucha, que gradualmente pongan en pie a la clase obrera, y que en
el marco de una acción progresiva enriquezcan a las bases y a los dirigentes
con la experiencia que da la acción, que sirve tanto para crear conciencia como
para consolidar canales organizativos[51].
La relación
que el MLN mantenía con
en algún momento estuvo la organización de la seguridad de Ongaro, sin que esto tuviera nada que ver con tomar las armas. Esto era guardar a Ongaro en un lugar seguro. Se lo dejaba en la casa de algún militante o ahí funcionaba el espacio de los amigos[52].
El segundo
plano lo constituía la “gente relacionada con el MLN que participó muy en el
corazón de
muy importante la actividad de Rodolfo Walsh y Milton Roberts. Eran los
dos periodistas más importantes de
Esta afirmación, es confirmada por Osvaldo Pedroso, quien señala que
teníamos un vinculo él [Rodolfo
Walsh] Milton y yo, muy estrecho y en la época de
En un
acercamiento al periódico CGT, órgano de
difusión de
Como
dijimos, uno de nuestros entrevistados, Osvaldo Pedroso, confirma la influencia
del MLN a partir de la participación de Milton Roberts en el periódico CGT. Él representaba la línea del MLN dentro del periódico
de
En 1968, con motivo del segundo aniversario del golpe, el MLN editó un número de Liberación Extra. Allí explicaba que
Frente a esta situación, el MLN expuso que consideraba positivo el
llamado de
Este idilio
duraría poco. A mediados de 1968 el MLN comenzó a realizar una serie de
críticas a
Ya en agosto de 1968, el MLN
declaraba su posición al respecto de la tendencia que iba dominando
Esta
acusación sobre el carácter no revolucionario de
Teniendo en
cuenta esta situación, consideramos que será desde esta última tendencia desde
donde surgirán las críticas más fuertes hacia la central obrera. En esta línea,
el MLN le reprochaba a
El 1° de
mayo de 1968 salió el primer número del semanario de
el nacionalismo burgués combativo es el más alto nivel, en términos
masivos de la conciencia obrera en
Luego de
realizar un balance sobre la situación de la clase obrera de 1955 y de reiterar
que no una existe una “política revolucionaria de
izquierda porque las viejas organizaciones son reformistas […] y la nueva izquierda aun no ha logrado fuerza real”, el MLN
concluía que la “CGT de Paseo Colón expresa […] la crisis que oprime a los trabajadores”. A su vez, “la mayoría de los
dirigentes de
Finalmente,
el MLN resolvió plantearle a Ongaro cinco propuestas. En primer lugar, una
democratización de la estructura organizativa que incorporara a los delegados
del interior. Segundo, promover el logro de acuerdos expresos entre las
organizaciones sindicales dispuestas a llevar adelante la lucha en defensa de
los intereses de los trabajadores. Tercero, organizar realmente el movimiento
obrero, taller por taller y empresa por empresa. Cuarto, tener una política de
apoyo efectivo y consecuente con los conflictos existentes y latentes. Quinto,
comenzar discusiones inmediatas para tratar de establecer una relación fluida y
permanente y crear acuerdos reales entre la CGT y las organizaciones y
tendencias políticas revolucionarias[71].
Sin embargo, no encontramos documentación ni información que nos permita saber
si este documento tuvo algún tipo de difusión entre las bases y la dirección de
Llegando a
fin de año, el MLN, a pesar de las reiteradas críticas, se mantenía junto a
no
se trata, pues, de abstenerse, ni tampoco ‘apoyar’ a
A mediados de 1969, Perón ordenó la
unificación de
una manifestación más de una línea de progresivo compromiso con el
sistema y claudicación frente al régimen, evidenciando el papel reaccionario
que está jugando él personalmente, y el conjunto de la dirección en general.
Este planteo vino a coincidir naturalmente con la estrategia del vandorismo,
consistente en liquidar a
Ahora el MLN
consideraba la unidad de
organización clandestina de los sindicatos, la creación de
organizaciones combatientes de base, llámense comandos obreros y populares […] y la coordinación de las agrupaciones,
listas sindicales y sindicatos que mantengan una posición combativa[77].
A casi un
año de la formación de
Algunos
dirigentes sindicales cuestionaron las críticas del MLN. En la respuesta el
Malena explicó que “decidimos trabajar con
También
Kohon señalaba cuáles eran las expectativas de trabajar junto a
esperábamos el liderazgo de una radicalización del movimiento obrero […] con un proceso de independencia del liderazgo de Perón, al mismo tiempo, cuando estábamos nadando en esas aguas, no es tan claro lo que esperábamos[80].
En este sentido, “reaccionábamos en relación al juego del momento. El MLN no era un grupo que determinaba la realidad nacional”[81]. Por lo tanto,
una de las cosas más importantes para el MLN era que tenía que
reaccionar con mucha cintura a los movimientos de la realidad nacional. De los
lineamientos de lo que esperábamos, la tarea necesitaba mucho más politización
del pueblo, mayor organización de masas, que podía tener origen sindical,
además del político. Eso era una oportunidad.
Finalmente,
con este testimonio podemos comprender que el MLN “esperaba” de manera pasiva
que la clase obrera que militaba en
Conclusión
Como pudimos observar, el MLN en términos teóricos le otorgaba un lugar importante a la lucha sindical. En este sentido, planteaba la importancia de desarrollar las actividades dentro de este frente, pero teniendo en cuenta las limitaciones de este espacio para el desarrollo de la conciencia revolucionaria de la clase obrera.
Con respecto
a los planteos y críticas que realizaba a la dirigencia sindical de
Aceptado: 17 de marzo de 2011
El
Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y su relación con la dirigencia de la Confederación
General del Trabajo (CGT), (1960-1969)
Resumen
Durante los
años ‘60 fracciones de la pequeña burguesía intelectual formaron organizaciones
políticas de izquierda, entre ellas el MLN, que intentaron acercarse al
movimiento obrero. En este contexto, el MLN elaboró un plan de acción en el
plano sindical y de discusión con
Palabras
claves: Movimiento obrero; Movimiento de
Liberación Nacional; CGT; CGT de los Argentinos
Julieta
Pacheco
El
Movimiento de Liberación Nacional (MNL) and its relationship with the
leadership of Confederación General del Trabajo (CGT), (1960-1969)
Abstract
During the 60s fractions of the intellectual petty bourgeois formed
leftist political organizations, including the MLN,
which attempted to get closer to the workers’ movement. In this context, the MLN developed a plan of action with the trade unions and discussion
with the CGT and contributed to the formation of the
CGT de los Argentinos.
Keywords:
Workers
movement; National Liberation Movement; CGT; CGT de los Argentinos
Julieta
Pacheco
[1] La autora es de nacionalidad Argentina, egresada de la carrera de
Historia de
[2] No es un objetivo de este trabajo desarrollar explicaciones sobre
el movimiento obrero argentino, pero para caracterizar la etapa de reflujo
relativo de la clase obrera nos basamos en la apreciación de importantes hechos
señalados en trabajos especializados en el período. Los acontecimientos más
conocidos son: la fuerte represión de la huelga en el frigorífico Lisandro de
[3] Este documento fue escrito por José Vazeilles. Más tarde Osvaldo Aguirre, Luis Henn, Pedro Pasturenzi y Horacio Poggio formaron una comisión para estudiarlo y le introdujeron modificaciones. También colaboró con la redacción Roberto Maurer.
[4] Aguirre, O., Henn, L.; Maurer, R.; Pasturenzi, P.; Poggio H. y Vazeilles, J., ob.cit.
[5] Las cursivas en el original.
[6] Aguirre, et. Al, ob.cit. Todas las citas corresponden al mismo texto.
[7] Sobre los gremios duros y blandos también se puede ver en Viñas, Ismael, “Peronismo y Revolución”, en Marcha, 11 de marzo de 1966, p. 18 y “El neoperonismo y Perón”, en Marcha, 18 de marzo de 1966, p. 23.
[8] Entrevista a Mauricio, Archivo Oral del CEICS, enero de 2009.
[9] Entrevista a Viñas, Archivo Oral del CEICS, enero de 2009.
[10] Entrevista a Eduardo Jozami, Archivo Oral del CEICS, enero de 2009.
[11] Entrevista a Pedroso, Archivo Oral del CEICS, enero de 2009.
[12] Entrevista a Mauricio.
[13] Entrevista a Fiorito.
[14] Cotarelo, María Celia y Fabián Fernández, “La toma de fábricas,
Argentina,
[15] Confederación General del Trabajo, Comité Central Confederal, Sesiones de los días 15, 16, 17 y 18 de abril de 1963, Ediciones de la CGT, Buenos Aires, 1963, p. 219.
[16] “Una C.G.T. para la
Conciliación”, en Liberación, Nº 8, febrero de
1963, p. 4.
[17] En el año 1963 comenzó a
llevarse a cabo un nuevo método de lucha: la toma de fábrica con rehenes. Este
fue el caso de IKA, en Córdoba. Por veinticuatro horas los obreros tomaron la
fábrica y tuvieron bajo su dominio el control de la producción.
[18] “Una C.G.T. para la
Conciliación”, 1963, ob.cit.
[19] “C.G.T. en la trampa”, en Liberación, Nº 10, 2º quincena de marzo de 1963, p. 3.
[20] “C.G.T. en la trampa”, ob.cit.
[21] “C.G.T. en la trampa”, ob.cit.
[22] “Debe evitarse que fracase
la semana de protesta”, en Liberación, Nº
14, 2º quincena de mayo de 1963, p. 3.
[23] “El pueblo no declaró la
guerra pero libró la batalla”, en Liberación, Nº
15, 1º quincena de junio de 1963, p. 2.
[24] “Plan de lucha:
claudicación de dirigentes”, en Liberación, Nº
22, 1º quincena de abril de 1964, p. 3.
[25] “CGT en la trampa”, en Liberación, Nº 10, 2º quincena de marzo de 1963, p. 3. Con “institucionalización” se está haciendo referencia al costo que tiene el pasaje a la legalidad de la CGT.
[26] “CGT: instrumento de lucha de la clase obrera o nada”, en Liberación, Nº 13, 1º quincena de mayo de 1963.
[27] “CGT: instrumento de lucha
de la clase obrera o nada”, 1963, ob.cit.
[28] “La unanimidad de la huelga
señalo el camino a seguir”, en Liberación, Nº
15, 1º quincena de junio de 1963, p. 1.
[29] “CGT”, en Liberación, Nº 16, 1º quincena de julio de 1963, p. 4; Liberación, Nº 8, ob.cit., p. 1.
[30] “Pero… ¿Hubo alguna vez un
Plan de Lucha?”, en Liberación, Nº
25.
[31] “CGT: Congreso sin
novedad”, en Liberación, Nº 28, 2º quincena de
enero de 1965, p. 4.
[32] “Acción y lucha en los
gremios: trampa de
[33] “Plan de lucha:
claudicación de dirigentes”, en Liberación, Nº
22, 1º quincena de abril de 1964, p. 3.
[34] “Sin lucha no hay CGT”, en Liberación, Nº 35, 2º quincena de junio de 1966, pp. 1 y 3.
[35] El MLN
ante el Congreso General Extraordinario (27/29-1-66) de la CGT,
Ediciones del Movimiento de Liberación Nacional, 1966, p.
[36] “Por un plan de lucha
combativo”, en Liberación, Nº 39, 2º quincena de
febrero de 1967, p. 3.
[37] “Por un plan de lucha combativo”, 1967, ob.cit.
[38] “Por un plan de lucha
combativo”, 1967, ob.cit.
[39] “La lucha recién empieza”,
en Liberación, Nº 40, 2º quincena de marzo
de 1967, pp. 2 y 3.
[40] “La lucha recién empieza”, 1967, ob.cit.
[41] “La lucha recién empieza”,
1967, ob.cit.
[42] “CGT: afuera los
entreguistas ¡Que se haga el congreso!”, en Liberación, Nº
42, 2º quincena de mayo de 1967, p. 1.
[43] “Con la cabeza de los
dirigentes”, en Liberación Extra, 1º quincena de
enero de 1968, p. 4.
[44] 4
propuestas de lucha en el frente sindical, Ediciones del Movimiento de Liberación
Nacional, febrero de 1968, p. 18.
[45] “CGT ¿A quién sirve la
legalidad?”, en Liberación, Nº 48, 2º quincena de
febrero de 1968, pp. 1 y 2.
[46] CGT (Órgano oficial
de la CGT Paseo Colón), “1º de mayo. Mensaje a los
trabajadores y al pueblo argentino”.
[47] Entrevista a Luis. AUL-Agrupación Universitaria Liberación era la organización con la cual el MLN intervenía en diferentes facultades.
[48] “Empujemos hacia una CGT
combatiente”, en Liberación, Nº 49, 1º quincena de
abril de 1968, pp. 1-3.
[49] “Empujemos hacia una CGT combatiente”, 1968, ob.cit.
[50] “Empujemos hacia una CGT combatiente”, 1968, ob.cit.
[51] “Empujemos hacia una CGT
combatiente”, 1968, ob.cit.
[52] Entrevista a Kohon.
[53] Entrevista a Kohon.
[54] Entrevista a Osvaldo Pedroso, Archivo Oral del CEICS, enero de 2009.
[55] “Operación Asalto”, en Liberación, N° 50, 2° quincena de mayo de 1968, p. 3 y “La dictadura de los banqueros”, en CGT, N° 3, 16 de mayo de 1968, p. 6.
[56] “La mal pagada”, en Liberación, N° 51, 1° quincena de julio de 1968, p. 5 y “Los frutos de la colaboración”, en CGT, N° 4, 23 de mayo de 1968.
[57] “Colaboracionismo”, ob.cit. y “Los frutos de la colaboración”, 1968, ob.cit., “Prensa”, ob.cit., “Prensa”, N° 8, N° 10 y N° 11, ob.cit., “Fraude en Prensa”, ob.cit., “Los usurpadores”, ob.cit., “Asamblea en Prensa”, ob.cit.
[58] “Telefónicos: vanguardia en lucha”, en Liberación, N° 51, ob.cit., p. 6 y “Las bases se pronuncian por la lucha”, en CGT, N° 6, 6 de junio de 1968, p. 4 y “Los telefónicos contra la racionalización”, en CGT, N° 13, 25 de julio de 1968, p. 4.
[59] “Ley de desalojos: para despejar el mercado”, en Liberación, N° 51, ob.cit., p. 7 y “Desalojos: la razón y la fuerza”, en CGT, N° 7, 13 de junio de 1968.
[60] Cesantía…”, ob.cit., “No hay salidas reformistas”, en Liberación, N° 52, 2° quincena de agosto de 1968, p. 4, “Huelga en el Litoral”, ob.cit. y “Santa Fe: huelga gráfica y de prensa”, en CGT, N° 11, 11 de julio de 1968, p. 6, “Prensa gráfica: orgullo de los obreros de Santa Fe”, en CGT, N° 13, ob.cit.
[61] “Despojo a YPF, robo al país”, en Liberación, N° 54, ob.cit.
[62] “Apoyo total a petroleros en huelga”, en CGT, N° 23, del 3 al 10 de octubre de 1968, p. 1. Ver también su seguimiento en los números 24, 25 y 26.
[63] Entrevista a Pedroso. Las citas a continuación pertenecen a la misma entrevista.
[64] Entrevista a Iturburu. Esta información fue confirmada por Ismael Viñas.
[65] “Movilización Nacional”, en
Liberación Extra, junio de 1968, p. 2.
[66] Liberación Extra, junio de 1968.
[67] “CGT: para que sea algo más
que un edificio”, en Liberación, Nº
52, 2º quincena de agosto de 1968, p. 2.
[68] “Porque trabajamos con
[69] “Semanario CGT. Las
limitaciones de una experiencia positiva”, Liberación, Nº
54, 2º quincena de octubre de 1968, p. 5.
[70] “Semanario CGT. Las limitaciones de una experiencia positiva”, 1968, ob.cit.
[71] “Semanario CGT. Las
limitaciones de una experiencia positiva”, 1968, ob.cit., pp. 6 y 7.
[72] Frente de Resistencia Nacionalista, Movimiento de
Liberación Nacional.
[73] Frente de Resistencia Nacionalista, Movimiento de Liberación Nacional.
[74] Cuando
unidad significa derrota, sin fecha, pos Cordobazo, p. 5; Liberación,
Nº 55, 2º quincena de noviembre de 1968, p. 5; Liberación,
Nº 57, 2º quincena de enero de 1969, pp. 1- 6; Carpeta 33, Legajo 11, folios
140, 141, 143- 145 y 149.
[75] Cuando unidad significa derrota, sin fecha, ob.cit., p. 1.
[76] Cuando unidad significa derrota, sin fecha, ob.cit., pp. 5 y 6.
[77] Cuando
unidad significa derrota, sin fecha, ob.cit., p.
11, dentro de las tendencias combativas, el MLN ubica al sindicato de
bancarios, en cuyo Cuerpo de Delegados estaba integrado, entre otros, por
militantes del MLN, ver Liberación, Nº
58, 2º quincena de febrero de 1969, p. 2; Liberación, Nº
61, 2º quincena de mayo de 1969, p. 8.
[78] MLN, Secretariado Nacional:
Cinco propuestas para el creciente alzamiento de
[79] “CGT: todos somos
responsables ante la clase obrera”, en Liberación, Nº
53, 2º quincena de septiembre de 1968, p. 1 y 2; Liberación,
Nº 54, 2º quincena de octubre de 1968; p. 1 y 2.
[80] Entrevista a Kohon.
[81] Entrevista a Kohon.
[82] Entrevista a Kohon.