EL
CAMINO DEL INKA EN EL SECTOR CENTRAL DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA:
ACTUALIZACIÓN Y PERSPECTIVAS
Reinaldo
Andrés Moralejo[1]
Introducción
Muchos son los temas que despertaron interés a los españoles en los tiempos de la conquista, la mayoría giraban alrededor del enriquecimiento económico tanto a través de la posesión de tierras como del dominio de los mercados; leyendas como la de “El Dorado” o Paititi marcaron un deseo ambicioso por la búsqueda de lo desconocido. Pero sin dudas lo que despertó la admiración de los hombres de la conquista, y que han sido y serán un punto inagotable de investigación en los estudios americanistas, fueron los caminos incaicos.
Cada camino fue construido mediante una planificación deliberada, destinado a ser un enlace de desarrollo regional y estatal. A raíz de ello el sistema vial era el símbolo de la omnipresencia Inka a lo largo de los Andes; era el vínculo con la autoridad del Estado que manejaba la necesidad vital de mano de obra a través de sus instalaciones en los caminos[2].
Para una adecuada definición de camino Inka recurrimos a Hyslop (1992)[3] quien lo define como “cualquier ruta que exhiba o no elementos formales de construcción, que fue usada en tiempos del Imperio y que estuviera relacionada a edificios y/o asentamientos cuyas funciones estuvieran vinculadas al manejo del Estado Inka”.
Los estudios referentes a los caminos incaicos son variados debido a la existencia de diversos marcos teórico-metodológicos que permiten analizarlo como un marcador de filiación cultural de alto valor simbólico.
Los primeros
trabajos relacionados con el sistema vial incaico corresponden a cronistas
(soldados, clérigos, marinos, escribas y funcionarios) al servicio de
Las redes de
caminos canalizan y dirigen las actividades socio-culturales de una población,
por lo que no son un simple reflejo de las instituciones político-económicas,
sino que cumplen un papel activo en la estructura de la vida diaria de los
pueblos. De esta manera los estudios acerca de la organización formal de las
redes viales podrían mejorar nuestra comprensión de la interacción social.
El objetivo de
este trabajo consiste en presentar los registros de vialidad incaica observados
en el valle del Río Quimivil y en el interfluvio montañoso de
Área de estudio
El área de estudio comprende el sector central de la provincia de Catamarca y corresponde al sistema de Sierras Pampeanas Noroccidentales (Figura 1). Los estudios geológicos revelan la presencia de un basamento precámbrico compuesto por metamorfitas y granitos. También se han hallado depósitos terciarios en valles y bolsones, y cuaternarios en las áreas proximales de los piedemontes[8]. Dichos lugares constituyen los principales espacios de ocupación humana de la región.
Ocupación
Inka en el valle del Río Quimivil y en el interfluvio de
El clima es de
tipo subtropical, árido con una temperatura media anual de 18° C. Las
precipitaciones poseen un rango de
Esta breve descripción de las características ambientales del área conduce a pensar nuestro objeto de estudio, caminos y sitios asociados, en relación con el espacio físico que lo rodea, conformando un paisaje que se presenta socialmente construido. De este modo, creemos que este tipo de estudios no puede limitarse sólo a la red vial, sino también a sus constructores, técnicas empleadas y usuarios.
Teniendo
en cuenta las características del objeto de estudio se planteó una técnica de
investigación basada en un abordaje micro y macromorfológico[16]. Este
enfoque permitió caracterizar la red vial, no solo como elemento en sí mismo,
sino como parte de una red de interconexiones que involucra el sector meridional
del Valle de Hualfín y septentrional de
El
estudio micromorfológico se corresponde con un tipo de análisis particularista,
en el cual se registran todos los rasgos culturales relacionados con la
construcción de una vía, tales como rectitud, características de la superficie,
presencia de obras viales- rampas, muros de contención y retención,
escalinatas, sistemas de drenaje, bordillos o banquinas, puentes- y otros
rasgos como puntos de conexión con otras vías, asentamientos laterales de
apoyo, montículos artificiales de piedra y presencia de objetos materiales en
superficie[17].
Por
su parte, el enfoque macro u holístico intenta registrar la información
relacionada con la extensión de la red dentro del área de estudio, la función y
contemporaneidad de los puntos conectados y la configuración global del sistema
vial[18].
Para
poder localizar las vías de comunicación en el área de estudio, y llevar
adelante la metodología propuesta, fue necesario combinar los análisis de
cartas geológicas, topográficas, fotografías aéreas e imágenes satelitales,
toponimia local, documentos históricos, antecedentes bibliográficos y de
investigación específica, entrevista a pobladores y prospecciones
arqueológicas.
Con
toda la información recabada se elaboró un Sistema de Información Geográfica
(SIG) sobre cartografía digital a escala 1:100000 del Instituto Geográfico
Nacional (cartas Londres y Belén, provincia de Catamarca). Sobre la cartografía
de base se volcaron las coordenadas de los puntos de interés tomados con GPS,
trazándose los segmentos de caminos y los elementos relacionados con éste.
Terminología
empleada
La
variedad morfológica de las redes viales es muy amplia. En términos generales
se encuentra condicionada por las características físicas del terreno que
circundan[19].
Para lograr una mayor homogeneidad terminológica, se adoptaron los términos
genéricos de “vía” y/o “ruta” para designar a cualquier curso de tránsito
humano físicamente visible en el terreno, independientemente de sus características.
Existen dos tipos de vías o rutas a considerar: los caminos y los senderos.
Un
camino es una vía formal que presenta evidencias significativas de planeamiento
y construcción[20].
Es decir que constituyen entidades o rasgos del paisaje formalmente construidos
por uno o varios elementos arquitectónicos, tales como, muros laterales (camino
encerrado por muros), delineación de banquinas (rebordes), superficies
preparadas, muros de contención, peldaños, superficies elevadas (calzadas o
terraplenes), etc.[21]. Según
Earle (1991) el trazado de los caminos puede superar grandes obstáculos,
creando así, una red menos redundante, que a largo plazo sería menos costosa
para el transporte[22]. Esto
lleva a suponer que su planeamiento y construcción requieren de una instrucción
organizada y una determinada inversión de trabajo.
Por
su parte, un sendero constituye una vía informal caracterizada por no poseer, o
apenas poseer, un trabajo dirigido hacia su elaboración o mantenimiento[23]. Son
producto del desgaste a raíz del continuo movimiento de personas, y en algunos
casos de animales, a través del paisaje. Esto los convierte en rasgos
totalmente geomórficos. No implican inversión de trabajo en la construcción de
su curso o trayectoria; es decir que no son resultado de una planificación,
sino de las necesidades y utilidades de los viajeros[24]. Estas
rutas presentan un trazado muy irregular, porque, a diferencia de los caminos,
tienden a evitar los grandes obstáculos naturales[25].
Además, se caracterizan por tener muchas vías alternativas (siguiendo por lo
general la ruta más fácil y directa entre dos puntos), lo que los convierte en
altamente redundantes.
Es
importante resaltar que en la práctica, la distinción entre caminos y senderos
no es sencilla. Existe una amplia variedad de rutas producto de la
superposición y el cambio en los patrones de interacción y planificación. Su
determinación dependerá de la estrategia observacional del investigador, la
cual debería contemplar las transformaciones que estos rasgos sufren a lo largo
del tiempo.
Desde el casco urbano de El Shincal (27º 41´ 24,1´´ de latitud sur y 67º
11´ 03,3´´ longitud oeste) el camino se bifurca en dos direcciones. Una de
ellas hacia el noroeste en dirección al Cordón de Los Colorados y Las Vallas,
que describiremos más adelante, y otra en dirección sudoeste hacia
Las últimas investigaciones realizadas en esta zona nos han permitido
precisar y caracterizar la presencia del sitio Tambillo Nuevo (27º 48´ 25,2´´
de latitud sur y 67º 17´ 25.5´´ de longitud oeste), conocido también como
Tambillo de Zapata II[29].
Esta instalación se agrupa en dos sectores, uno
inmediatamente por encima de la planicie de inundación- margen izquierda- del
río El Tambillo en dirección aguas abajo, mientras que el otro se ubica sobre
su margen derecha, en una meseta a
Imagen del sector noroeste del sitio Tambillo Nuevo
Entre los dos sectores mencionados, y en dirección suroeste-noreste,
corre un tramo de camino incaico de
El curso zigzagueante del río interrumpe el camino en ambas
direcciones y, de acuerdo a los estudios realizados aguas arriba, suponemos que
este obstáculo se pudo haber salvado por medio de la utilización de algún
sistema de puentes, cruzando el río simplemente a pie o utilizando algún camino
alternativo a través de la sierra, que hasta el momento no ha podido ser
identificado[31].
Transpuesto el Tambillo Nuevo, el camino continúa con tramos
intermitentes en dirección sudoeste hacia
Imágenes del chasquiwasi de
Anillaco y del camino Inka visto desde
El restante
ramal de la bifurcación de El Shincal señalado anteriormente se dirige con
rumbo al noroeste hacia Los Colorados y Las Vallas. La primer parte de este trayecto se presenta discontinuo sobre ambas
márgenes del Río Quimivil debido a una alta presencia de derrumbes. A la altura del puesto de
A tan solo
Sobre la
meseta de la margen derecha del río Los Baños, y enfrentado al conjunto
anterior, hemos observado una
estructura muy particular de cinco recintos rectangulares que rodean una
especie de patio central. Sus paredes son de piedra, presentan vanos de acceso
y exhiben dos formas constructivas bien diferenciadas: desde la superficie
hasta
Desde este conjunto habitacional, sobre la misma meseta y en dirección oeste hacia el cordón de Las Lajas, siguiendo el curso- aguas arriba- del río Los Baños, se halló un tramo de vía cuya arquitectura es claramente incaica. El relevamiento del mismo constató que los primeros 560 m. corresponden a un sendero muy deteriorado por causa de los agentes naturales y del uso antrópico histórico sin su correspondiente mantenimiento actual. Como agente natural principal tenemos los efectos producidos por las torrenteras de agua, que no sólo producen un número alto de cárcavas que afectan la vía, sino que van remodelando la senda a tal punto que se la puede confundir con una pequeña cárcava.
Inmediatamente
después de la meseta, sobre el
pie del cerro, se observó un muro de contención de
Continuando
por el camino en cornisa el Qhapaq Ñan se
pierde en una meseta para reaparecer entre dos grandes bloques de piedra[40].
Posteriormente se abre paso a través de sucesivos andenes, terrazas y canchones
agrícolas emplazados sobre la terraza del río Los Baños sobre la cota de 2.105
msnm. Los mismos fueron construidos con muros simples y dobles que, además de
cumplir con su función específica[41] sirven
para delimitar y contener el camino.
A continuación el camino continúa en zig-zag sobre la ladera de la serranía hasta su correspondiente portezuelo (27º 37´ 54,4´´ latitud sur y 67º 16´ 43,5´´ longitud oeste). Se repite el mismo tipo en talud ya descrito, pero esta vez se encuentra muy afectado por el derrumbe, lo que provoca una baja visibilidad en su identificación.
Desde el abra
se observa: a) en dirección suroeste, y sobre la terraza correspondiente a la margen izquierda
del río Los Baños, dos recintos
rectangulares de tiempos históricos recientes, a juzgar por el tipo de
construcción de sus paredes y por la presencia de fragmentos de vidrio y metal;
b) hacia el oeste, el cordón montañoso de Las Lajas, cuya divisoria de aguas
marca el límite departamental Belén-Tinogasta.
Descendiendo
del abra, y siempre por la margen derecha del río Los Baños, el Qhapaq Ñan se presenta en cornisa con muros de contención y,
de manera intermitente, se va abriendo paso entre secciones de campos de
cultivos hasta llegar al puesto de
Tramo
del Camino Inka entre Los Colorados y La Ramadita
Retomando desde el sitio Los Colorados, el camino
continúa por un recodo abrupto del Río Quimivil hasta
el paraje
Campos agrícolas de Las Vallas
En términos
generales la franja de cultivos de Las Vallas posee aproximadamente
El camino incaico, claramente visible desde Los Colorados, puede observarse bajo dos formas: a) en cornisa y enfrentado a los campos de cultivos; y b) despejado a medida que va cruzando por sucesivas zonas agrícolas (Figura 6).
Tramo del Camino Inka entre Los Colorados y Las Vallas.
En la localidad arqueológica de Las Vallas se
realizo un muestreo sistemático de materiales arqueológicos, tanto sobre el
camino como a la vera del mismo. Se recolectaron fragmentos de cerámica, hueso,
lítico y metal[44].
Los análisis de los restos de alfarería demuestran la presencia de varios
estilos alfareros, correspondientes los períodos Temprano (estilo Ciénaga),
Medio (estilo Aguada), Tardío (estilos Belén y Sanagasta), Inka y Hispano-Indígena
del NOA. Los resultados obtenidos se corresponden con los análisis efectuados por
Giovannetti para el sitio de Los Colorados[45].
Consideraciones finales
Los trabajos
de campo realizados en el interfluvio de
La heterogeneidad de los estilos cerámicos hallados revela el carácter multicomponente de las ocupaciones a través del tiempo. Esta situación, vinculada a los diferentes patrones constructivos, nos conduce a pensar en diversos procesos de reutilización y resignificación espacial vinculados con los caminos.
Con la llegada de los Inkas en el último tercio del siglo XV, y sobre una región de extrema fertilidad en recursos naturales agrícolas y mineros[46], se formalizaron los contactos culturales intensificando el tráfico de la región. Esta situación permitió sistematizar una articulación regional ya existente desde los tiempos Formativos y conformar un paisaje social incaico bajo una determinada racionalidad tecnológico-productiva. Así fue como se construyeron nuevos enclaves como los sitios Tambillo Nuevo y el tambillo de Los Colorados, y se ampliaron otros ya existentes como los sitios agrícolas de Los Colorados y Las Vallas.
Los trabajos de infraestructura residencial, agrícola y vial, presentes en ambas regiones, implicaron una intensa labor que posiblemente demandó un considerable esfuerzo colectivo, propio de la organización del trabajo incaico. Ello nos conduce a plantear la hipótesis de un movimiento efectivo de personas, con un planeamiento previo, sobre la base de conocimientos técnicos relacionados a una organización y administración centralizada en el sitio incaico de El Shincal de Quimivil. Como dijimos al comienzo, estas redes viales permitieron la canalización de diversas actividades socioculturales, tanto desde el punto de vista político-administrativo como del quehacer diario de los pueblos.
A manera de cierre, creemos que la comprensión y análisis de estas cuestiones requieren como condición sine qua non la articulación de estas vías y sitios asociados con la instalación de El Shincal de Quimivil; uno de los principales centros administrativos incaicos del NOA, que pudo funcionar como una capital regional de una huamani (provincia) Inka[47]. Dicha articulación pudo ser posible gracias a la construcción de caminos y senderos que permitieron la movilidad de las caravanas y el control de un extenso territorio, como así también el mantenimiento de lazos religiosos y sociales. Esto permitió sellar sobre el espacio preexistente una nueva dinámica sociocultural, expresada tanto material como simbólicamente.
Agradecimientos
Esta
investigación se enmarca dentro de un proyecto de Tesis Doctoral y ha sido
financiada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET) y
Aceptado: 27 de julio de 2011
El
Camino del Inka en el sector central de la provincia de Catamarca:
actualización y perspectivas
Resumen
Este trabajo
tiene como objetivo presentar las últimas investigaciones referentes a la
vialidad incaica en el valle del Río Quimivil y en el interfluvio montañoso de
Palabras claves: Qhapaq Ñan; Valle del Río Quimivil;
Interfluvio de
Reinaldo
Andrés Moralejo
The
Inka Road at the central sector of the Province of Catamarca: update and overview
Abstract
The aim of this work is to present the last investigations on the Inka
roads at the valley of Río Quimivil and the mountain interfluve of Sierra de
Zapata, in the Province of Catamarca. The methodology consisted of the
empirical recognition of roads and their associated components, such us sites
or settlements, materials on surface, constitutive elements of the landscape,
among others. The site El Shincal has been considered as the central settlement
from which two Inka roads separate, one in direction of the Valle de Abaucán by
Cuesta de Zapata, and another in direction of the agricultural fields of Las
Vallas through the valley of Río Quimivil. In this way it is possible to
incorporate new communication routes in this part of the Province of Catamarca
and begin to establish the interregional social links at the moment of Inka
expansion.
Keywords:
Qhapaq Ñan; Valley of Quimivil
River; Mountain interfluve of Sierra de Zapata; El Shincal; Social
links
Reinaldo Andrés Moralejo
[1] CONICET, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de La Plata.
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[10] Morello, Juan, “
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[17] Trombold, Charles D, 1991, ob.cit., pp. 4-6.
[18] Trombold, Charles D, 1991, ob.cit.
[19] Hyslop, John, 1992, ob.cit.
[20] Trombold, Charles D, 1991, ob.cit.
[21] Hyslop, John, 1984,
ob.cit.; Hyslop,
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[23] Trombold, Charles D, 1991, ob.cit.
[24] Earle, Timothy, 1991,
ob.cit.; Hyslop, John, 1991, ob.cit.
[25] Earle, Timothy, 1991,
ob.cit.
[26] Strube Erdmann, León, 1958, ob.cit.;
Strube erdmann, León, 1963, ob.cit.
[27] González, Alberto Rex, “Las ruinas del Shincal”, en Actas del Primer Congreso de Historia de Catamarca, Tomo III, Junta de Estudios Históricos de Catamarca, San Fernando del Valle de Catamarca, Argentina, 1966, pp. 15-28.
[28] Raffino,
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2008, ob.cit.; Raffino, Rodolfo, "Inka
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[29] Raffino et al.,
1994, ob.cit..; Raffino et al.,
2008, ob.cit.; Raffino, Rodolfo, 1995, ob.cit.
[30] Moralejo, Reinaldo Andrés, “El “Tambillo Nuevo” de
[31] Moralejo, Reinaldo A., 2009, ob.cit.
[32] Raffino et al., 2008, ob.cit.
[33] Moralejo, Reinaldo Andrés, “Nuevas evidencias de
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y Pensamiento Latinoamericano, Buenos Aires, Argentina, 2006, pp. 41-42.
[34] Giovannetti, Marco, Reinaldo
Moralejo y Gustavo Corrado,
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Históricos de Catamarca, San Fernando del Valle de Catamarca, Argentina, 2007, pp. 125-133; Giovannetti,
Marco, Articulación entre el sistema
agrícola, sistema de irrigación y áreas de molienda como medida del grado de ocupación Inka en El Shincal y Los Colorados (Valle de
Hualfín, Provincia de Catamarca), Tesis Doctoral Inédita, Facultad de Ciencias Naturales y Museo,
Universidad Nacional de
[35] Giovannetti et al.,
2007, ob.cit.
[36] Moralejo, Reinaldo, 2006, ob.cit.
[37] Raffino et al.,
2008, ob.cit.
[38] Giovannetti, Marco, 2009, ob.cit.
[39] Hyslop, John, 1984, ob.cit., p.
244.
[40] Pensamos que ambos
bloques funcionaban como “mojones o portal de acceso” hacia los campos de cultivos allí emplazados.
[41] Denevan, William, “Tipología
de las configuraciones agrícolas prehispánicas”, en América Indígena, Vol. XL, Nº 4, Instituto Indigenista Americano, México, 1980, pp. 619-652.
[42] Berberian, Eduardo y Axel Nielsen, “Sistemas de asentamiento prehispánicos en la etapa Formativa del Valle de Tafi”, en E. Berberian (comp.), Sistemas de asentamientos prehispánicos en el Valle de Tafi, Editorial Comechingonia, Córdoba, Argentina, 1988, pp. 21-51.
[43] Moralejo, Reinaldo Andrés, César
Carrizo, Juan Ramón Bazán y Hernán Alancay, “Arqueología en la localidad de Las
Vallas (Belén, Catamarca): nuevas evidencias de ocupación y su relación con el sector meridional del
Valle de Hualfín”, en Actas del VI Congreso Argentino de Americanistas, Tomo 2, Año 2008,
Sociedad Argentina de Americanistas, Editorial Dunken, Buenos Aires, 2009, pp.
263-282.
[44] Moralejo et al., 2009,
ob.cit., pp.
272-273.
[45] Giovannetti, Marco,
2009, ob.cit.
[46] González, Alberto Rex, “Patrones
de asentamiento incaico en una provincia marginal del Imperio: implicancias
socio-culturales”, en Relaciones de
[47] Raffino, Rodolfo, El Shincal de Quimivil, Ed. Sarquis, San Fernando del Valle de Catamarca, Argentina, 2004.