INSTITUCIONES,
GOBIERNO Y TERRITORIO. ROSARIO DE LA CAPILLA AL MUNICIPIO (1725-1930)
Darío Barriera (Dir.)
ISHIR
CONICET, Rosario, 1era edición, 2010, 192 páginas.
El libro Instituciones, gobierno y territorio. Rosario de
La formulación del
objeto de investigación se nutre de las reflexiones teóricas-metodológicas que
brindan de forma entrelazada, el análisis de la agencia de los sujetos, del
poder político y sus instituciones. La operatividad de este horizonte teórico
por el cual observan algunas dimensiones de la historia del gobierno, se
justifica en la idea que el poder político configura el modo en el que se
expresan institucionalmente las relaciones sociales, en base a las decisiones que
se toman con respecto a la distribución de los recursos materiales y simbólicos
que conciernen a todos los miembros de una comunidad. Así, los autores sin
descuidar las dinámicas sociales, sostienen- que a su vez queda reflejado a lo
largo de la obra- que la razón de existencia y permanencia de una institución
esta inexorablemente ligada a la agencia de los sujetos y a las relaciones que
le dan sentido.
En la primera parte “El
equipamiento político del territorio, del Pago de los Arroyos a la ciudad del
Rosario (1725-1852)”, en una narración que va de lo general a lo particular, Darío
Barriera considera primero la importancia de la ciudad hispanoamericana como
dispositivo central de
Por su parte, las
consecuencias de los cambios políticos en la esfera rioplatense con la ruptura
del orden colonial y la emergencia de las autonomías provinciales de 1820, no
dejan de ser trabajadas por el autor: se aborda, por consiguiente, la nueva
legislación provincial- en el marco del gobierno del “omnipresente” Estanislao
López- con respecto a la administración de la justicia, el surgimiento, los
roles y la actuación de los alcaldes mayores y los jueces de paz; gracias a la
comparación, se establecen las diferencias y similitudes entre estos y los
antiguos alcaldes mayores. A través de todo este recorrido el lector puede
comprender la organización del territorio y las piezas que hicieron posible el
gobierno, que en el caso de las tierras del sur, recaía en la administración de
la justicia.
El abordaje de la segunda
parte del libro “La ciudad y su gobierno antes de su consejo (1852-1874)”, se
inicia en el nuevo momento inaugurado con la caída de Rosas a nivel “nacional”.
De esta manera, Irene Rodríguez emprende el análisis del nuevo estatuto dado a
los organismos comunales por la constitución provincial de 1856, las funciones
de la jefatura política, la restricción de los roles hasta entonces jugados por
los jueces de paz y las nuevas instituciones- y sus marcos legales- que venían
a garantizar la prosperidad económica. En este sentido, focaliza los vínculos
interpersonales de los grupos dominantes y su relación con el poder político
local, se identifican y caracterizan a esos grupos (liberales y conservadores)
y luego se analizan las gestiones de gobierno consecuentes a esas ideas y a los
acuerdos implícitos entre ellos, como la importancia concertada a la
inmigración y a la colonización agrícola; hecho ineludible que signó la suerte
del territorio.
Por último, la autora
muestra el desenvolvimiento de diferentes estrategias que permitieron
consolidar a la élite rosarina, poniendo de manifiesto la centralidad de las
alianzas matrimoniales y los diferentes espacios de sociabilidad que producían
y reproducían las relaciones de élite. Al mismo tiempo, se advierte el
surgimiento de un nuevo grupo de jóvenes “autónomos” egresados de
universidades. De esta manera, podemos visualizar las tensiones entre poder
local, provincial y “nacional” emanadas por la legislación y los nuevos cargos,
la emergencia de la elite dominante y los cambios proporcionados por las
actividades llevadas a cabo en relación al puerto de Rosario y la inmigración
en la nueva coyuntura política y económica. No obstante, se puede interpretar
que los cambios experimentados fueron producto de estas coyunturas y de
decisiones políticas puntuales tomadas en el seno del poder político.
En la tercera parte
“Formación y reforma del municipio”, Diego Roldán indaga, en un primer momento,
las normativas que- no sin tensiones y contradicciones- forjaron el gobierno
municipal e instituyeron la deliberación; así el autor analiza las nuevas
disposiciones provinciales- que transitaron entre marchas y contramarchas- y
sus consideraciones con respecto al régimen municipal, las adaptaciones de esa
legislación al régimen local- no exenta de conflictos y tensiones-, desde la
constitución provincial de Santa Fe del año 1856, y la nueva ingeniería del
régimen municipal.
Por otra parte, el
autor muestra la intencionalidad del poder político local en la realización de
los censos llevados a cabo en las primeras décadas del siglo XX y su voluntad
de nacionalizar a la ciudad cosmopolita, de igual manera destaca las
inquietudes del sector dominante de buscar (inventar) los orígenes de la
ciudad. Pero, no todo en la ciudad era sinónimo de prosperidad, así lo exhibe
el autor al abordar conflictos que dan cuenta de una ciudad convulsionada que ponen
sobre el tapete los limites del progreso. En consecuencia, se indagan las
movilizaciones en contra del aumento de impuestos de 1909, y sus efectos
políticos, entre ellos, el apoyo del conflicto de
Finalmente, merced a
estudios de casos y a opiniones de legisladores, se narran los conflictos
desatados por el intendente y el Consejo Directivo en la década de 1920, que
actualizaron los argumentos dicotómicos entre política y administración,
provincia y municipio, debates que transparentaron lo realmente existente
(política) con lo deseable (administración). Tensiones, que también se vislumbraron
en el proceso que dio lugar a la constitución provincial de 1921-denominada la
más liberal-, entre la política provincial y el régimen municipal y las
dificultades que imposibilitaron por entonces su vigencia. Asimismo, se
considera la reforma electoral de 1824, y los conflictos y negociaciones
suscitados entre el gobierno provincial y el nacional por el establecimiento de
una nueva estación ferroviaria, situación que termina con la imposición de la
postura del poder local.
Luego de transitar este
camino, el lector puede apreciar la trama que dio origen a la ingeniería que
“fabricó” el y al gobierno municipal y construyó la deliberación, al tiempo de
advertir los atisbos que, una ciudad como Rosario, produjo en las normativas
que sirvieron de antecedentes a las cartas orgánicas provinciales, legislación
que se atribuye a los problemas concretos de una ciudad signada por un
dinamismo particular, cuyas relaciones sociales marcaron y dieron sentido a las
transformaciones de un régimen municipal en el que se hizo política a partir de
su negación.
En el armado del relato,
los autores se nutrieron de la producción histórica clásica como de la más
reciente y renovada. Hilvanaron un tejido gracias al análisis indiciario de la
documentación, la estrategia de redes sociales y trayectorias individuales, y
un riguroso análisis del discurso de los debates de intelectuales como de
legisladores que pensaron y discutieron el modo práctico e ideal del régimen
municipal y de las diferentes instancias que dieron origen a normas y marcos
legislativos y regulatorios. Estos enfoques metodológicos posibilitaron la
construcción de una trama en la que la historia del gobierno apareció matizada
por el conflicto, la lucha, las
discontinuidades y la negociación entre los actores sociales.
No caben dudas que una
de las mayores potencialidades que presenta el libro es el estudio en
profundidad de un espacio local y de sus particularidades: de cómo se fue organizando
un territorio desde la capilla del Rosario en las tierras del sur, pasando por
la “fiel e ilustre” Villa, hasta llegar a la institución de la ciudad y cómo
funcionó su gobierno en el largo plazo; este modo de abordaje le permitió a los
autores establecer las relaciones con el poder del cabildo de Santa Fe, y
después con el gobierno provincial y “nacional”, contribuyendo a
complejizar/matizar el proceso histórico, ya sea rioplatense o argentino, que
por los resultados de este trabajo, a lo que se suman historias locales y
regionales de otros espacios que integraron esos procesos macros, para nada se
presentó como lineal y homogéneo. A su vez, la extensión del recorte temporal,
les proporcionó la indagación de dos aspectos centrales del oficio del historiador:
señalar los cambios e indicar las continuidades. En fin, la obra en su conjunto
brinda herramientas para pensar y reflexionar el andamiaje del poder político
en
Federico
Medina
CIUNSa
- CEPIHA - UNSa