Revista
Andes, Antropología e Historia
Vol. 2,
Nº 30, Julio-Diciembre 2019
Esta obra está bajo licencia de Creative Commons Atribución - No Comercial
CC BY-NC
https://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0/ ISSN Nº 0327-1676
Activismo, orígenes e identidad:
singularidades y regularidades en la construccion de demandas a nivel
global
ACTIVISM, ORIGINS AND IDENTITY: SINGULARITIES AND COMMONIALITIES IN THE
CONSTRUCTION OF DEMANDS AT A GLOBAL LEVEL
Soledad Gesteira
Instituto de
Ciencias Antropológicas
Facultad de
Filosofía y Letras
Universidad de Buenos Aires
Becaria Posdoctoral de CONICET.
Argentina
soledadgesteira@gmail.com
Ingreso:
18/07/2018
Aceptado:
26/12/2018
Resumen:
Quién soy, de
dónde vengo, quiénes son las personas que me trajeron al mundo, son
interrogantes que, en la cultura occidental, histórica y tradicionalmente han
sido considerados fundamentales para el ser humano, y son algunas de las
preguntas que buscan una respuesta para quienes inician la búsqueda de
sus orígenes. La información sobre el origen biológico ha sido
gestionada de diversas formas en distintas partes del mundo y muchas veces,
fundamentalmente en los casos en que los niños no son criados por aquellas
personas que los engendraron, ha sido ocultada y silenciada durante largo
tiempo. A partir de una investigación con personas que buscan sus orígenes en
Argentina, el artículo describe y analiza diversas formas de activismo que,
alrededor del mundo, llevan adelante estas personas para que se reconozca su
derecho a conocer sus orígenes. Si bien, la descripción devela las
singularidades locales de cada organización, el análisis de este movimiento global permite identificar regularidades en las
formas en que estos activistas organizan sus demandas en donde lo virtual, lo íntimo y lo político resultan dimensiones centrales.
Palabras claves: Orígenes, Identidad, Activismo, Movimiento, global
Abstract
Who I am, where I come from, who are the people who brought me to the
world, are questions that, in Western culture, historically and traditionally
have been considered essential for the human being and for those who start
searching for their origins. Information about biological origins has been
managed in different ways around the world and often, fundamentally in cases where
children are not raised by those who engendered them, has been hidden and
silenced for a long time. Based on a research with activists in Argentina who
are looking to find out about their origins, this article describes and
analyzes various forms of activism that these people have been carrying out
around the world to get their right to know their origins recognized. Although
the description reveals the local singularities of each organization, the
analysis of this global movement allows us to identify
regularities in the ways in which these activists organize their demands where
the virtual, the intimate and the political dimensions become central.
Keywords: Origins, Identity, Activism,
Movement, global
Introducción
Desde el
comienzo de mi investigación etnográfica con una asociación argentina de
personas que buscan sus orígenes[1]
surgieron interrogantes sobre cómo y por qué deciden llevar adelante sus búsquedas
de origen e identidad considerando que resultan difíciles, dolorosas y, en la
mayoría de las ocasiones, infructuosas. El trabajo de campo me permitió
advertir que “compartir” la experiencia de búsqueda y los sentimientos que
emergen a partir de ella son razones que fortalecen a estas personas[2].
Asimismo, el no encontrar ningún organismo, asociación o entidad que pudiera
dar respuestas a sus inquietudes y reclamos sobre las búsquedas de origen fue
una de las razones que, tanto en Argentina como en otras partes del mundo, habilitó
la conformación de asociaciones civiles u organizaciones no gubernamentales
referidas a esta temática en diversos países del mundo[3].
Sobre la base
del material etnográfico recogido para mi investigación de maestría[4]
y doctorado[5],
este artículo reconstruye, describe y analiza las características que adquieren
las distintas formas de activismo[6]
que han llevado adelante personas que quieren conocer sus orígenes alrededor
del mundo. Para ello, en el primer apartado describo el surgimiento de
distintas organizaciones internacionales clasificándolas según los fenómenos que
le dieron su origen, a saber: las adopciones cerradas, la adopción
internacional, los partos anónimos, la apropiación y el robo de niños, y más
recientemente los efectos de las técnicas de reproducción humana asistida. Estos
hechos se encuentran vinculados con las coyunturas histórico-políticas locales,
y su emergencia debe comprenderse en relación a procesos socio-históricos tales
como el colonialismo, las guerras y el terrorismo de Estado. Asimismo, como
intento mostrar en este artículo, estos diversos fenómenos (adopción cerrada,
adopción internacional, partos anónimos, robo de niños, técnica de reproducción
humana asistida) que dieron origen a las distintas asociaciones tanto a nivel internacional
como local, le imprimen características particulares al activismo que cada una
de ellas despliega. Sin embargo, más allá de estas singularidades, es posible
identificar continuidades y regularidades en las formas en que estos activistas
se organizan y construyen sus demandas en pos de conocer sus orígenes.
En el segundo
apartado describo y analizo el activismo en América del Sur, con énfasis en las
singularidades del caso argentino, posteriormente, en el tercer apartado
sugiero que, en conjunto, estas diversas formas de activismo descriptas pueden
ser conceptualizadas como un movimiento global
de búsqueda de orígenes. Por último, a
modo de cierre, reflexiono sobre el lugar que asumen las dimensiones de lo
virtual, lo íntimo, lo político y lo emocional en la forma de estructurar la
demanda por la búsqueda de los orígenes.
El
surgimiento del activismo por el acceso a los orígenes
Las
adopciones cerradas y la adopción internacional
Las primeras organizaciones sobre búsqueda de los
orígenes o en favor del “derecho a saber” surgen a comienzos de la década de 1970
en Estados Unidos. Asimismo, tanto en América del Norte como en Europa este
tipo de asociaciones ha ganado una importante visibilidad durante los últimos
años, como señala Claudia Fonseca[7].
Tal como señalan algunos autores, “el movimiento en favor de conocer los
orígenes y tener acceso a los registros oficiales comenzó en Estados Unidos en
1954 con la aparición de un libro de la activista Jean Paton[8]”[9]. Sin embargo,
la publicación de otro libro, The search for Anna Fischer[10],
fue la que puso la atención en la necesidad de abrir los registros. Su autora (Florence
Fischer) es una mujer adoptada que luego de veinte años de incansable búsqueda
logró conocer sus orígenes biológicos. Como parte de esa búsqueda fundó en 1971
Adoptees Liberty Movement Association[11]
(ALMA Society) que tiene como objetivo asistir a personas adoptadas que están
buscando a sus padres biológicos. En una entrevista de 1975, le preguntaban
sobre los motivos que la impulsaron a fundar ALMA y ella sostenía:
Surgió de mi propia búsqueda y de la comprensión de que no estaba sola. Todas las personas adoptadas piensan que no hay nadie que pueda sentir como ellas. He descubierto que hay una enorme cantidad de personas desesperadas por ayuda, que sufren de la misma manera que yo lo hice. Hay una profunda necesidad de comunicación. Una búsqueda puede ser emocionalmente devastadora[12].
Ciertamente, y como pude identificar también en
otras organizaciones internacionales y en mi investigación en el ámbito local, saber
que el otro “comprende qué se siente” y poder compartir los sentimientos que
genera desconocer el origen biológico se torna un punto en común entre estos
adultos adoptados[13].
Bastard Nation, creada
en 1996 en Estados Unidos, es otra de las asociaciones reconocida por su
activismo para garantizar los derechos de adultos adoptados, centralmente el
acceso a los registros personales que fue prohibido[14]
por ley[15]. Si bien es posible rastrear las primeras
asociaciones de búsqueda de los orígenes en Estados Unidos donde la finalidad
principal de las demandas que construyeron fue procurar la apertura de los
registros puesto que las adopciones eran cerradas[16],
también es posible situar la emergencia de este tipo de asociaciones en
relación con los procesos que desencadenó la adopción
internacional. Entendida
como un proceso global iniciado al final de la segunda guerra mundial[17],
la adopción internacional se transforma en un elemento distintivo de las
asociaciones de los países del Atlántico Norte, puesto que las diferencias
fisiológicas entre adoptados y adoptantes ponen evidencia la naturaleza no
biológica del vínculo de parentesco[18].
Tal como apunta Bárbara Yngvesson[19],
en Suecia como en otros países con altos índices de adopción internacional,
existen redes informales de apoyo y organizaciones formales conformadas por
adoptados. En Estocolmo la autora identifica dos asociaciones, la “Asociación
de Coreanos Adoptados” (AKF) y la “Asociación de Etíopes y Eritreos” (AEF),
creadas a mediados de los años 90. Asociaciones de similares características
son la “Korean American Adoptee, Adoptive Family, Network” (KAAN) fundada en
California, Estados Unidos en 1998 y la “Adopted Vietnamese International”
(AVI) creada en 2000 en Australia, que cuenta con miembros de Estados Unidos,
Canadá y países europeos.
El activismo francés y la lucha
contra los “partos anónimos”
En Francia, las
asociaciones de este tipo se originaron hacia finales de 1970. Por ejemplo, la
Association “Droit des pupilles de l´Etat et des adoptés a origines” (DPEAO) fundada
en 1978 por Annette Blain, una importante activista del campo de la búsqueda de
orígenes en Francia. En 1990, también funda “Généalogie des Abandonnés” (GEN
A-B) y utiliza el término “abandonados” para englobar tanto la situación de los
pupilos[20]
como de los adoptados[21].
El resto de las asociaciones francesas surgieron a mediados de los años 90 e
incorporan como eje de sus demandas la cuestión de los partos anónimos[22].
Así, en 1995 se funda la “Association pour le droit aux origines des enfants
nes sous X” (Asociación por el derecho a los orígenes de niños nacidos como
NN). Esta asociación trabaja para “todas las personas que desean la abolición
de los orígenes secretos” ya sean hijos, padres o madres. Para comprender el
surgimiento de estas asociaciones es necesario tener en cuenta que en Francia a
partir de una ley de 1941[23]
que habilita los “partos anónimos” o “partos X”, se permite a las mujeres dar a
luz en secreto, es decir, tienen el derecho a mantener su identidad en el
anonimato[24].
Si bien en 2002 fue creado un Consejo Nacional para el Acceso a los Orígenes
Personales, el paradigma del “respeto a la vida” funciona como argumento para
mantener el parto anónimo[25].
En este sentido, es importante señalar un fallo del año 2003 del Tribunal de
Derechos Humanos Europeo que ha sido paradigmático ya que puso en discusión la
figura del parto anónimo y la búsqueda de los orígenes.
Se trata del
caso Odièvre contra Francia, donde una mujer (Odièvre de 38 años) nacida por un
parto anónimo (adoptada legalmente a los 4 años) denunciaba que la administración
publica de su país le denegaba documentación donde constaba la identidad de su
madre biológica y que ello atentaba contra su vida privada y familiar. El
Tribunal señaló que existía un conflicto de intereses, una colisión de derechos
entre madre e hija[26],
es decir el derecho de Odièvre a conocer sus orígenes y el derecho de su madre
biológica a sostener el anonimato que protege la legislación francesa. Si bien
se reconoció el derecho a conocer los orígenes de Odièvre, el Tribunal fallo en
su contra dando prioridad al derecho de la madre, inclinándose “hacia el interés
general consistente en evitar el aborto y proteger los nacimientos no deseados
(fundamento del sistema francés), manifestado que perdería efectividad de
admitirse la revelación de datos cuyo secreto se garantizó a la madre al
momento del alumbramiento”[27].
En otras palabras, el Tribunal sostuvo que existían razones de interés público,
el derecho al respeto a la vida como valor superior, para sostener la institución
jurídica del parto anónimo. Sobre las repercusiones que generó este fallo, la
jurista argentina Aida Kemelmajer de Carlucci en su crítica al caso sostuvo que
“hace prevalecer la voluntad de quien realizó un acto generalmente consciente…
sobre el derecho de alguien que nada pudo hacer para evitar el conflicto, pues
no estaba en su decisión nacer o no nacer”[28].
Ahora bien,
según los activistas franceses que una ley avale partos anónimos implica
“prohibir el acceso para siempre a la filiación biológica” por ello, entre
otras cuestiones, encaran una ferviente lucha para abolirla[29].
Por su parte, Claude Sageot, psicoanalista y activista que presidió entre
1997-2014 la pionera asociación DPEAO, sostiene que este tipo de leyes
persisten en Francia porque es un país conservador y afirma, junto a otros
analistas, que en realidad el parto anónimo protege antes que a las mujeres, la
honra de sus familias y también a padres incestuosos, tíos abusadores o vecinos
violadores, “no hay madre, no hay padre, no hay pistas, no hay [posibilidades
de] proceso penal”[30].
Apropiación y robo de niños: el
activismo griego y español
En 1962 Stephen
Skopas (griego-americano), un ex alcalde y juez de Nueva York fue denunciado en
Estados Unidos por estar involucrado en el tráfico de bebés desde Grecia a los
Estados Unidos[31].
Estas adopciones ilegales tuvieron lugar en la década del 50[32]
y estuvieron involucrados médicos, funcionarios y personal de orfanatos y
hospitales nacionales griegos. A los padres biológicos se les mentía diciendo
que los niños habían fallecido en el orfanato, o en el parto y se otorgaban
certificados de defunción falsos, mientras que a las parejas americanas se les
decía que la madre (o los padres) habían muerto[33]
o que el niño había sido abandonado. Si bien no hay un número certero, se estima
que fueron alrededor de dos mil niños adoptados ilegalmente por familias
americanas. Poco tiempo después de que este caso adquirió renombre en Grecia, a
partir de que varios adoptados hicieron públicas sus sospechas en un programa
de televisión, se fundó en 1995 la asociación S.E.A.S.Y.P Greek Reunion
Registry en la ciudad de Tesalónica[34].
Sus integrantes son adoptados adultos que colaboran voluntariamente para reunir,
mediante el consentimiento mutuo, a personas adoptadas con sus familias
biológicas, desde sus inicios ya han reunido a 365 familias. En su página web sostienen:
Nos gustaría que sepas que no
estás solo, en estas páginas vas a encontrar un hogar… comprensión y ayuda para
iniciar de manera correcta tu búsqueda. Somos un grupo de adoptados griegos reunidos
y te podemos mostrar la mejor manera de iniciar una búsqueda (…). De ahora en
adelante, todos los adoptados nacidos griegos van a tener su propio espacio
para compartir, aprender, curar, estar informados y ser apoyados no importa
cuáles sean sus problemas[35].
Además, reclaman
por el derecho de los adoptados a sus registros médico-genéticos, al tiempo que
advierten sobre la “desprotección” que existe acerca de la posibilidad de
contraer matrimonio con hermanos o hermanas biológicos[36].
También en España,
en los últimos años, se observa un creciente activismo en materia de “derecho a
conocer”. La primera asociación española de este tipo se creó en 1996, Asociación
Nacional Derecho a Saber (ANDAS)[37]
y en 2009 nace La voz de los adoptados que está vinculada con la asociación
francesa La Voix des Adoptés, creada en 2005. Más recientemente, en 2012, se
creó la Fundación Adoptados y paralelamente, han surgido una veintena de
asociaciones[38]
de “niños robados” que abarcan un amplio rango temporal que va desde la década
del 30 con los robos de bebés vinculados al franquismo y alcanza a los robos de
niños ocurridos hasta los años 90 en hospitales públicos y clínicas privadas de
toda España[39].
Por su parte, Jesús Duva y Natalia Junquera[40]
(2011), explican que esas apropiaciones de niños fueron posibles gracias a una
trama articulada en donde “monjas y médicos ultra católicos decidieron
rectificar juntos los renglones torcidos escritos por Dios (…) durante décadas
procedieron a enderezar los errores de la
naturaleza [embarazos adolescentes; de mujeres pobres; fuera del matrimonio o
de mujeres libertinas], a salvar
a aquellos niños que habían nacido en las familias equivocadas”[41].
Varios autores que indagan el fenómeno español de sustracción de niños se
refieren al modus operandi de estas monjas, curas y
médicos con una expresión que, según indican, se repite en la mayoría de los
casos “nosotros nos encargamos de todo”, era lo que le decían a madres y
familias frustradas tras el anuncio del presunto fallecimiento de su recién
nacido[42].
Las asociaciones españolas reclaman que los crímenes que denuncian sean
considerados de “lesa humanidad”, por ello a mediados de 2012 formaron una
confederación y acudieron a la justicia española[43].
Orígenes
impuros y “superioridad racial”: el plan Lebensborn y las generaciones robadas
El plan Lebensborn
(Fuentes de Vida) –fundado por Heinrich Himmler e ideado por Martin Bormann[44]-
fue implementado por los nazis desde 1935 con el objetivo de mejorar las
futuras generaciones, ello implicaba el secuestro y apropiación de niños que
eran ubicados en las familias del régimen[45].
Se calcula –sin exactitud- que entre 1941 y 1945 fueron apropiados alrededor de
doscientos cincuenta mil niños[46]
de Europa del Este con la idea de “convertirlos en verdaderos arios”. Niños
polacos, serbios, checos, ucranianos de aspecto nórdico eran secuestrados y
llevados a refugios en donde se los “germanizaba” falsificando sus documentos,
se les daba un nuevo nombre y eran “adoptados” por familias del régimen, mientras
sus padres biológicos eran asesinados. Por otro lado, este plan tenía como
objetivo “favorecer la concepción de alto valor racial, de preciosa genética
alemana, de sangre limpia”[47]
y para eso eran seleccionadas mujeres alemanas, y de otros países ocupados, a
fines de procrear a los “futuros herederos del régimen”. Clínicas especialmente
preparadas para tal fin y un sistema de registro civil propio lograba mantener
las identidades verdaderas de esos niños en absoluto secreto[48].
Como indica Joan Frigolé “el programa Lebensborn pretendía fomentar la raza
aria recurriendo no solo a la procreación entre personas arias, sino también
mediante el rapto de los niños de aspecto ario en los territorios ocupados y su
posterior germanización (…) unía la procreación de niños propios con la
apropiación de los ajenos”[49].
Muchos de aquellos niños Lebensborn que sospecharon sobre sus orígenes, se
organizaron y en 2005 crearon la asociación Lebensspuren[50]
(Huellas de Vida) cuyo objetivo es intercambiar experiencias, brindar apoyo a
quienes sospechan sobre su pasado y llevar adelante investigaciones para
conocer los verdaderos orígenes biológicos. Tal como afirma una de sus
activistas, Ingeborg Schinke, que nació en la ciudad de Wernigerode en 1940:
Las personas afectadas a menudo
no saben cómo hacer frente a sus traumas es por eso que
mantenerse en contacto unos con otros es tan importante. (…) Me
siento responsable de mis dos hijos y mis nietos (…) Tenemos que hablar de lo
que pasó. Tenemos que llegar al punto nodal del secreto para que una cosa así
no pueda suceder nunca más.
(Traducción propia. El destacado me pertenece)[51].
Como señalé con
anterioridad, expresiones similares pude recoger en mi investigación en el
ámbito argentino: “está bueno estar con gente a la que le pasa lo mismo que a
vos, porque es difícil que te entiendan si no lo pasaron”, me decía una
integrante de la asociación Raíz Natal. Ahora bien, lo cierto es que para los
activistas de Lebensspuren la posibilidad de encontrar sus orígenes es algo que
se revela muy difícil por la ausencia de archivos, el secreto de sus familias y
las edades de estas personas, que en su mayoría tienen entre sesenta y setenta
años.
Otro caso
singular es el robo de niños por parte del Estado australiano, conocido como Stolen
Generation[52],
en donde decenas de miles de niños indígenas –se estima cincuenta mil- fueron
arrancados de sus familias de origen[53]
entre 1890 y 1970[54].
Los niños indígenas eran sacados forzosamente de sus hogares y colocados en
instituciones religiosas, con misioneros o tutores blancos para que pudieran
“asimilarse” a la sociedad de los colonos[55].
El caso adquirió mayor trascendencia en 1997 luego de la publicación del informe
Bringing Them Home[56]
(Tráiganlos a casa) que recopila los testimonios de niños y niñas robados y en
el que se critican las políticas racistas del Estado australiano. En 2008 el
gobierno pidió disculpas formales en nombre del Estado, sin embargo, los
activistas aborígenes advierten que la separación de niños es un fenómeno que continúa
hasta la actualidad. Entre estos activistas, se encuentra la asociación Grandmothers
Against Removals - GMAR (Abuelas contra los traslados), fundada en 2014, que denuncia
que la “protección de los niños” se utiliza como una excusa para separarlos
forzosamente de sus comunidades de origen. Ello así porque las perspectivas
anglo-australianas sobre el cuidado y la crianza difieren y rechazan los
valores y la cultura indígena australiana. Ciertamente la política de separación
forzosa de niños tiene una innegable profundidad y extensión histórica en este
país y muchos de aquellos hombres y mujeres que fueron robados aún siguen
buscando a sus familias de origen[57].
Las técnicas de reproducción
humana asistida: revelación de los orígenes y activismo
En la actualidad
existen asociaciones de personas adultas que buscan sus orígenes pero que no
fueron adoptados, ni robados al nacer, sino que son conocidos como los “bebés
de probeta”, es decir que han nacido a partir de la donación anónima de gametos
(esperma y óvulos) mediante el uso de las tecnologías de reproducción humana asistida
(TRHA)[58].
Quienes integran estas asociaciones son
hijos de donantes anónimos que luchan por conocer su origen y modificar la política
del anonimato de los donantes[59].
Tal es el caso de la asociación holandesa Donorkinderen que “lucha por los
derechos de miles de niños que en Europa y otros lugares del mundo son víctimas
de una transacción comercial en su origen… los bebés probeta, los fecundados in vitro”[60].
Consuelo Álvarez Plaza señala para estos casos que “la invisibilización, la
clandestinidad y el secretismo son estrategias que ponen de manifiesto la
importancia que realmente tiene el vínculo genético para todos los implicados
en el sistema de donación”[61].
En efecto, la misma tríada (invisibilización-clandestinidad-secreto) es válida
para las adopciones cerradas e internacionales en donde las personas adoptadas reclaman
“romper el secreto” y “que se sepa la verdad”.
En los últimos
años, la cuestión del anonimato en las donaciones ha provocado intensos debates
y se comenzó a cuestionar en muchos países[62].
La socióloga Irene Théry en su investigación en Francia sobre donación anónima
y derecho a conocer los orígenes, señala que a la par de este cuestionamiento
se está intentando promover otros valores reconocidos como esenciales desde la
perspectiva de los derechos humanos, comenzando por el “derecho fundamental de
toda persona a no ser, a sabiendas, privada –por la institución médica, el
derecho, la razón de Estado- del acceso a las informaciones que le conciernan,
y más particularmente las referidas a sus ‘orígenes’”[63].
En efecto, muchos países, sobre todo en Europa, comenzaron a levantar el
anonimato sobre las donaciones de gametos[64],
ello se apoya en la idea de que es el “interés superior del niño” a conocer sus
orígenes lo que debe guiar el enfoque jurídico. Sobre las formas de activismo
de estas personas, esta autora señala que “los niños nacidos por reproducción
asistida con terceros donantes, convertidos ahora en militantes del “derecho al
acceso a los orígenes”[65],
reivindican el nuevo enfoque de la donación de engendramiento que han adoptado
los países que decidieron levantar el anonimato (…). Distinguen perfectamente
entre un estatus de donante de engendramiento y uno de padre y recuerdan una y
otra vez que tienen padres, que los quieren y en ningún caso ponen en cuestión
su filiación; en definitiva, reclaman que sea el hijo quien pueda elegir
identificar o no a su donante (...) se los acusa de querer “biologizar” la
filiación (…) como si reivindicando su derecho a conocer sus orígenes buscasen
no un simple donante, como es su pretensión, sino –forzosamente- un ‘verdadero
padre’”[66].
En Argentina la
donación es anónima, pero el nuevo Código Civil reconoce el derecho a acceder a
la información sobre el origen genético a los nacidos por estas técnicas[67].
Algunas juristas involucradas en la redacción de la propuesta de reforma del
Código realizan una distinción entre el derecho a conocer los orígenes en las
TRHA y en la adopción y señalan las razones por las cuales es conveniente
referirse al “derecho a la información”. En el caso de las TRHA los orígenes se
circunscriben al dato genético y no a la “realidad biológica” que en la
concepción del antiguo Código era sinónimo de biografía e historia de la
persona (adoptada). En este sentido sostienen que “la comparación del derecho a
conocer los orígenes en la adopción y en la reproducción humana asistida
muestra claramente un mayor peso en la primera porque comprende la identidad
estática (quiénes son los padres) y la dinámica (historia de ese niño); en
definitiva, son los orígenes biológicos (bio, vida); en la segunda, en cambio,
afecta solo a la identidad estática y está circunscripta a un solo dato, el
genético; por eso, con mayor precisión, se habla del ‘derecho a la información’”[68].
En el caso de la
técnica denominada “gestación por sustitución” (no regulada en Argentina), donde los niños/as
son gestados por quienes no tienen la voluntad de ser madres, sino que lo hacen
para el proyecto parental de otras personas, se disocia la maternidad genética
(quien aporta material genético) y la maternidad biológica o gestacional (quien
lleva adelante el embarazo). En estos casos, como sostiene Eleonora Lamm, la
cuestión sobre el secreto de los orígenes adquiere particularidad ya que está
“basada en un acuerdo entre las partes”. Varias
autoras[69]
señalan que la falta de regulación supone una vulneración tanto para los niños
nacidos de esas técnicas (su derecho a la identidad) y también para las mujeres
gestantes, que en general son pobres. Así, sostienen que la existencia de
regulación supone control y ello puede ofrecer marcos de contención y
protección que en la actualidad no existen[70].
En estos casos, como sucede en la adopción, los padres por “voluntad procreacional”
deberían comprometerse a revelar a su hijo cómo fue concebido, es decir facilitarles
la información genética y gestacional, y si no lo hicieran en la mayoría de
edad poder acceder a su expediente. De este modo, el derecho a conocer los
orígenes en estos casos supone incorporar, como señala Mariana De Lorenzi, “una
noción amplia de identidad que abraza tanto los elementos genéticos como los
gestacionales y los emocionales”[71].
Por último, cabe
destacar que si bien en Argentina no hay organizaciones de hijos nacidos de donantes,
algunas asociaciones de parejas con problemas de fertilidad, como Concebir (fundada
en 1995), luchan por el derecho a la identidad de los nacidos bajo estas
técnicas[72].
El nuevo Código Civil incorpora y regula las TRHA como una de las formas que la
sociedad tiene de formar familias y reconoce a la “voluntad procreacional” como
elemento que determina el vínculo de filiación. Asimismo, los activistas
cuestionan que el conocimiento del origen genético solo sea por “razones
debidamente fundadas” y luego de un proceso judicial, tal como se sostiene en
el nuevo Código Civil[73].
Activismo sobre
búsqueda de orígenes e identidad en América del Sur
Adopciones domésticas, falsas
inscripciones y apropiación criminal de niños
En los países de
américa del sur las asociaciones de personas adoptadas, a diferencia de
aquellas surgidas en los países centrales, se organizan en torno a adopciones
domésticas, por cuanto existe una proximidad geográfica con los padres
biológicos.
Una de las organizaciones
es Adoptados Uruguay, un grupo de búsqueda creado en 2012 que ayuda a personas
que quieren conocer sus orígenes biológicos. Tres mujeres -que buscaban sus
orígenes- son las administradoras de la página de Facebook que tiene más de
ciento cincuenta búsquedas activas y que resolvió 27 casos desde su fundación.
En 2014 en Chile Constanza del Río[74],
a partir de su búsqueda personal, funda en Chile la ONG Nos Buscamos. Sus integrantes
son, como ellos mismos se denominan, “adoptados irregulares” que nacieron entre
los años 1970 y 1980 en Chile. Con la connivencia de médicos, parteras,
sacerdotes, entre otros, existía una trama en donde era posible anotar a un
niño ajeno como propio y borrar así su historia de origen.
En Argentina la
primera organización referida al tema de los orígenes y la identidad fue
Abuelas de Plaza de Mayo, un grupo de mujeres que se reunió en 1977 para buscar
a sus nietos/as que fueron secuestrados y apropiados durante la última
dictadura militar (1976-1982). Los padres de los niños, en general militantes
políticos, eran secuestrados y asesinados en centros clandestinos de detención,
mientras sus hijos e hijas eran robados y entregados a otras familias, usualmente
de militares, para ser criados por ellos. Se estima que fueron apropiados criminalmente
alrededor de 500 niños/as y fueron restituidos a sus familias de origen, hasta abril
de 2019, 129 nietos y nietas.
El trabajo de
Abuelas implicó la construcción de un discurso sobre la importancia de conocer
los orígenes y la identidad[75]
que excedió la búsqueda de sus nietos/as y fue planteado como un problema de
toda la sociedad argentina. La pregunta por la identidad que sembraron las
Abuelas en nuestra sociedad se extendió más allá de los nietos/as que pudieron
encontrar e irrumpió en las biografías de muchas otras personas que comenzaron
a preguntarse por sus orígenes e identidad. Tal como le sucedió a Sofía, una
activista de Raíz Natal que nació en 1972, quien sostiene: “Un día, vi esa
publicidad de las Abuelas… esa del chico que se miraba en el espejo y se preguntaba
‘¿Soy Pedro? ¿O no sé quién soy?’ Y me pegó fuerte, porque me identifiqué
muchísimo; era lo que me pasaba a mí, no sabía quién era”[76].
Este tipo de acciones
propiciaron que algunas de estas personas se organicen en pos de conformar
organizaciones a fin de viabilizar sus búsquedas.
Vos ¿sabés quién sos?” Las
Abuelas de Plaza de Mayo usan esa consigna para despertar la duda de los
jóvenes que pueden ser sus nietos apropiados durante la última dictadura
militar. Pero la frase superó su objetivo y mostró que la identidad es un
problema que atraviesa a toda la sociedad. Diez personas se reunieron la semana
pasada en el subsuelo de la Defensoría del Pueblo de la Nación para preguntarse
“¿Quiénes Somos?” y planearon formar una organización no gubernamental con ese
nombre para responderse[77].
En 2002 se crea Quiénes Somos[78]
y un año después surge Raíz Natal integrada por algunas de las personas que
conformaron la originaria Quiénes Somos[79].
La mayoría de estos
activistas[80]
entiende la labor de Abuelas como una suerte de “legado”, en tanto fueron
pioneras en la defensa de la identidad, en palabras de una de las fundadoras de
la agrupación Quienes Somos y actual presidenta de la Asociación Raíz Natal: “En realidad esto empieza con Abuelas, en cierta manera porque la gente
se empieza a cuestionar con respecto a la identidad biológica, lo que hace es
mover un poco en la sociedad todo esto que uno va sintiendo”[81].
Ciertamente, en Argentina
antes al 2002, y con excepción de Abuelas de Plaza de Mayo, no se constata la existencia
de asociaciones que se dedicarán a la problemática de la búsqueda de los
orígenes y la identidad. Por ello la emergencia de este tipo de asociaciones da
cuenta de la centralidad que tuvo el activismo jurídico-político de Abuelas de
Plaza de Mayo respecto de visibilización y problematización de las
consecuencias que tiene el ocultamiento de los orígenes y la identidad[82].
En efecto, su labor posibilitó que la identidad se transforme en una cuestión[83],
es decir un asunto o demanda que fue socialmente
problematizado. El activismo de Abuelas cuestionó prácticas (anotar a un hijo ajeno como si
fuera propio) que no eran criticadas ni eran valoradas negativamente,
ofreciendo una verdadera clave interpretativa respecto a la importancia de la verdad
sobre los orígenes. Ello revela también como algunas formas de activismo se nutren de otras y cómo la retórica de los
derechos y el lenguaje de los derechos humanos[84],
en este caso específicamente el derecho a la identidad, puede ser un terreno
fértil y flexible para construir nuevas demandas[85].
Asimismo, cabe señalar que además
de Quienes Somos y Raíz Natal, en los últimos años en Argentina se han ido
conformado otras como Búsquedas Verdades Infinitas y Fundación Nueva Identidad,
ambas creadas durante el año 2010. Asimismo, desde el año 2000 y de forma
creciente se han creado una variedad de comunidades o grupos virtuales, algunos
de ellos son: Hijos Biológicos Buscamos Identidad; Madres e Hijos que Buscan la
Verdad; Completando mi Historia; Gente que Busca Gente Olavarría (Hijos
biológicos Buscamos en Olavarría); Busco mi Familia Biológica; Amigos/Hermanos
de Búsqueda de la Provincia de Córdoba; Herman@s y Madres del Alma (Córdoba); Mi
Primera Página (Rosario); Hermanados por la Búsqueda; y una gran cantidad de
blogs y páginas de Facebook en donde las personas promocionan sus búsquedas y
utilizan las redes sociales como una herramienta para encontrar a sus padres,
madres y/o hijos biológicos.
Ahora bien, a
partir de su investigación con una asociación brasilera (Filhos Adotivos do
Brasil fundada en 2007), Claudia Fonseca[86]
sostiene que a nivel regional las asociaciones fueron más lentas en su organización
si se comparan con el movimiento de búsqueda de orígenes de América del Norte y
Europa. Según la autora, esto puede comprenderse, en primer lugar porque
quienes integran la asociación Filhos Adotivos son adultos que crecieron en una
época anterior al Estatuto de la Niñez y Adolescencia (ECA) que fue promulgado
en 1990, esto es, son personas que nacieron con anterioridad a la existencia de
una burocracia gubernamental eficiente asociada a los derechos de los niños que
garantiza y exige conservar registros y archivos, es decir, aquella documentación
que contenga información sobre los nacimientos. Y
en segundo lugar, señala que la proximidad geográfica se configura como una
variable importante en las adopciones nacionales (frecuentes tanto en Argentina
como en Brasil) ya que puede adicionar un plus de complejidad a las búsquedas.
Mientras en Europa las familias adoptivas no sienten la búsqueda de los
orígenes de sus hijos como si fuera una amenaza en tanto los progenitores están
del otro lado del globo, en los casos en que los padres y madres biológicos
están a pocos kilómetros la situación se torna más difícil e incómoda[87].
El
análisis de Fonseca nos permite comprender cómo los cambios normativos (en
Brasil el ECA y en Argentina la adhesión a la Convención Internacional de Derechos
del Niño y luego las leyes de Protección Integral de los derechos niños, niñas
y adolescentes) habilitaron la expansión de un lenguaje de derechos y una nueva
forma de pensar la infancia[88] que
permitieron revisar desde renovadas perspectivas la importancia que tiene para
los niños el conocimiento de la identidad y sus orígenes.
Como señalé, el
activismo de las personas que buscan sus orígenes tuvo su desarrollo
primeramente en América del Norte y Europa, y más tardíamente en nuestra
región. Ahora bien, además de tomar en cuenta estas cronologías divergentes[89]
es necesario atender a las particularidades que este tipo de asociaciones
adquieren en cada contexto local. Por ello, el caso de las asociaciones
argentinas debe ser analizado teniendo presente la apropiación criminal de
niños y niñas[90]
llevada a cabo durante el terrorismo de estado (1976-1983) que en tanto evento
crítico[91]
y a partir de la lucha constante de Abuelas ha marcado un antes y un después en
nuestro país en lo que respecta a la búsqueda de niños y niñas desaparecidos y
también en la comprensión y conceptualización de la identidad.
La búsqueda de los
orígenes como movimiento global
La profusión de
asociaciones de personas que buscan sus orígenes alrededor del mundo permite
inferir que, a partir de la década de 1970, y en forma creciente, asistimos a
la configuración de un movimiento global de
búsqueda de orígenes. De esta manera la “búsqueda de los orígenes”
puede considerarse como un movimiento
amplio, heterogéneo y diverso que viene produciendo efectos políticos y legales
en diversos países. Así, este movimiento en expansión también informa sobre la
importancia, en aumento, que ha concitado el tener información sobre los
orígenes de nacimiento[92].
Las recurrencias en las formas de estructurar los reclamos y las regularidades
en los sentidos y discursos sobre la importancia de “conocer” el origen (y las
consecuencias que tiene des-conocerlo), me permiten caracterizar como movimiento a estas experiencias globales. De este modo, el
uso de la expresión movimiento global
para referirme al conjunto de asociaciones, agrupaciones y activistas que alrededor
del mundo luchan por garantizar el acceso a conocer sus orígenes, no presupone
la existencia de una organización, u organizaciones, a nivel transnacional que
los reúna o agrupe.
Si bien, las
asociaciones y activistas que componen este movimiento se caracterizan por su
heterogeneidad, tal como intenté precisar en la contextualización de las
demandas a nivel internacional y regional, es posible identificar
regularidades. Por un lado, como ya sugerí, la importancia conferida a llevar
adelante la búsqueda con personas que se encuentren en la misma situación, es
recurrente el valor otorgado a “compartir”, “tener un punto de encuentro”,
“mantenerse en contacto unos con otros”, “estar con un igual”, “saber que no
estás solo”, en suma, poder llevar adelante la búsqueda y el activismo junto a
personas a quienes les sucede lo mismo. Un elemento que pude advertir en mi investigación
y que se condensa en la expresión “nosotros lo sentimos”, es decir nosotros
sabemos –mejor que nadie- de qué se trata buscar, lo que habilita la
posibilidad de cierta igualdad entre quienes buscan su origen. Otro de los
elementos que habilita esa igualdad, además de la confirmación de que son
“adoptados”, es compartir ese saber, ese sentimiento, sentir que no son hijos de esa familia, que
ninguna otra persona –que no haya transitado esa experiencia- puede sentirlo[93].
El trabajo de campo prolongado me permitió percibir que entre los integrantes
de la asociación Raíz Natal se construyen singulares lazos de afectividad, en
donde “ser un par” y “sentirse un igual” vehiculizan un tipo de parentesco por
identificación con esos “otros” que han vivido la misma experiencia[94].
Por otro lado,
advertí en los testimonios que figuran en las páginas web de los activistas de
las organizaciones internacionales, así como en mi trabajo de campo, el temor
de relacionarse sexualmente con parientes biológicos. Un temor que debe
comprenderse teniendo presente la visión biogenética del parentesco occidental[95]
en donde el tabú del incesto, en tanto creación
social, prohíbe las relaciones sexuales y por ende el matrimonio entre
parientes. Un tabú justificado y sostenido también en base a explicaciones
biologicistas, porque transgredirlo no solo tiene efectos “morales”, sino que
también puede implicar “malformaciones” en la descendencia. Nada en la
biología, como demostró Lévi-Strauss[96],
hace necesario el tabú del incesto, es un fenómeno puramente cultural[97]
que funciona impidiendo una manifestación natural de la sexualidad,
sometiéndola a normas y transformándola en un instrumento para la creación
vínculos sociales. En efecto, lo que estos sujetos señalan es que el
desconocimiento de su origen los sitúa por fuera de la norma, pudiendo
infligirla sin siquiera saberlo, lo que supone una restricción en la posibilidad
de “elegir”; es decir, quien conoce a sus parientes se somete a la norma y
puede “elegir” infligirla –o no-, lo que no sucede para quienes desconocen
quiénes son sus parientes biológicos, pero que sin embargo se someten a dicho
tabú con los parientes de sus familias de crianza.
En suma, si las
primeras formas de organización de este movimiento global
surgieron en Estados Unidos y Europa y se vincularon con las consecuencias de
las adopciones cerradas y de la adopción internacional, en los últimos años en
los países centrales asistimos al surgimiento de organizaciones y formas de
activismo que tematizan otros tópicos como el robo de niños vinculado a causas
políticas, la abolición de leyes como la de los partos anónimos y también las
donaciones anónimas de gametos en las técnicas de reproducción asistida. Así,
la emergencia de muchas de estas asociaciones pone de manifiesto los efectos
que tienen sobre los niños y niñas diferentes situaciones de violencia
generalizada y/o de dominación y explotación, tales como los conflictos
armados, el terrorismo de Estado y el colonialismo, los cuales violan los
derechos humanos y en ocasiones implican su desplazamiento, traslado forzoso e
incluso su secuestro, robo y apropiación.
Reflexiones finales:
lo virtual, lo íntimo y lo político, contextos diversos y gramáticas similares
La pregunta por
la identidad y los orígenes y la cuestión de las filiaciones ilegítimas, no
biológicas o falsas, no son asuntos recientes o novedosos, diversas fuentes
indican que tienen larga data en la historia de la humanidad. Sin embargo, como
desarrollé en este artículo, será hacia fines de los años 60 y comienzos de los
70 del siglo pasado cuando personas adoptadas comiencen a reclamar por su
derecho a conocer su origen biológico. Lo que conceptualicé como el movimiento global de búsqueda de los orígenes reúne a
activistas que quieren conocer “de dónde vienen”; “esa parte de su historia”;
“su información genética”, “quiénes los trajeron al mundo”; tal como señalan y
que trabajan para brindar información y orientación sobre cómo buscar los
orígenes de nacimiento, y en favor de los derechos de las personas que quieren
“conocer sus orígenes”. Sin embargo, como describí, cada organización tiene una
impronta local y objetivos particulares (apertura de archivos en adopciones
cerradas; abolición los partos anónimos, por mencionar algunos ejemplos). Por
ello, este tipo de organizaciones, más allá de tener una causa común que puede
resumirse en el objetivo de “conocer los orígenes”, adquieren singularidades dependiendo
de los contextos políticos, sociales, históricos y económicos de los países en
donde surgen y llevan adelante su activismo.
Ahora bien, en
consonancia con las regularidades que desarrollé en el apartado anterior, en
esta instancia me interesa incorporar una reflexión sobre el lugar que asumen
las dimensiones de lo virtual, lo íntimo, lo político y lo emocional en la
forma de estructurar la demanda por la búsqueda de los orígenes.
Mi trabajo de campo
me permitió observar que existe un elemento que resulta vital para el
desarrollo, sostenimiento y avance de estos activismos: internet y las redes
sociales virtuales. En mi investigación, éste ha sido un espacio sugestivo de
indagación, puesto que en las redes sociales y las páginas de internet las asociaciones
y los activistas publicitan sus búsquedas, a las que denominan “testimonios”,
con la intención de difundirlas con la expectativa de encontrar a sus
familiares biológicos. Además, lo virtual -sobre todo las redes sociales como Facebook-
se configura como un espacio en donde se despliega lo que he denominado activismo virtual[98].
El escenario de lo virtual es un lugar donde “contar”, dar a conocer y difundir
la búsqueda, y también un espacio de disputa sobre el reconocimiento e
importancia de cada organización y sus liderazgos. Es evidente que las redes
sociales han modificado nuestras prácticas sociales y la forma en que establecemos
relaciones con otros. Uno de sus objetivos es compartir las emociones y los
sentimientos (si estamos “decepcionados”, “felices” o “furiosos”) por eso
también se vuelven eficaces a la hora de transmitir de qué se trata y –centralmente-
qué se siente cuando se buscan los orígenes. En este sentido, no se puede
desconocer que lo virtual incide en la forma en que la demanda se construye y
para esta problemática en particular las redes han sido (y son) un espacio
central, porque allí, potencialmente, se pueden generar encuentros y, ante todo,
son un espacio en donde es posible exponer y narrar la búsqueda. En esta cuestión
se evidencia una práctica que he identificado de forma recurrente durante mi
trabajo campo: la importancia que tiene para estas personas narrar su historia, la cual siempre refiere a hechos y
vivencias de su vida privada, a la intimidad de sus “familias”. Exponer la
historia es visibilizar, poniendo en palabras, una parte de ese mundo privado en
donde fue vulnerado su derecho a la identidad y a la verdad, y sobre el que se
reclama que “alguien se haga cargo”, sean los padres de crianza o el Estado. A
partir de lo que he denominado narrativas de búsqueda
estas personas pueden elaborar su testimonio, es decir construir un relato, que
con las sucesivas narraciones puede modificarse y complejizarse. Lejos de
mostrar incomodidad por develar cuestiones íntimas
estos activistas cuentan una y otra vez sus historias en distintos espacios y
con diferente intencionalidad. De este modo, hacen públicas cuestiones de
índole privada en miras de armar la propia historia y de reclamar que se
intervenga en ellas.
Así, es posible
advertir que la exposición de la intimidad opera
como el elemento que estructura la propia historia y son las narrativas de búsqueda que estas personas elaboran las que
permiten (de)mostrar el sufrimiento que padecen por no conocer sus orígenes. Hablar,
contar, narrar, se opone a callar, silenciar, ocultar. En ese contar, a veces
compulsivo, catártico, o más luego organizado, estructurado y activista, estas
personas se oponen al secreto y al ocultamiento del que fueron víctimas. Se
trata de narrar lo silenciado por años: “yo no
soy hijo biológico de mis padres”. Estas narrativas de búsqueda
se reelaboran en cada narración dando lugar al testimonio,
que resulta, como dije, un recurso de vital importancia para dar a conocer la
problemática de los orígenes y demandar al Estado por su derecho a conocer.
El trabajo de
campo con los activistas y las organizaciones argentinas me permitió observar
que éstos elaboran sus acciones procurando que tanto el Estado como la
sociedad, dejen de considerar las prácticas de las que fueron objeto como
prácticas que corresponden solo al terreno de lo íntimo y personal, porque en
muchos casos –la mayoría- se trata de delitos que se cometieron contra ellos y
que se continúan produciendo. El objetivo de los activistas es que las prácticas
de sustitución de identidad puedan ser revisadas, y eventualmente juzgadas por
el Estado y la sociedad, al tiempo que se garanticen herramientas (legislaciones,
oficinas y protocolos) para que puedan encontrar a sus padres biológicos.
Así, el trabajo
que realiza el colectivo de activistas por la búsqueda de los orígenes, en el
intento de traducir su demanda al lenguaje de los derechos y hacerla pública,
logra producir una politización de un tema que tradicionalmente fue concebido
como una exclusiva cuestión privada, a saber: anotar a un niño como hijo
propio, o bien contar o no contar al niño “adoptado” la verdad sobre sus
orígenes. En este sentido es que sostengo que el trabajo que llevan adelante
produce una politización de la intimidad. Las
prácticas que se cuestionan y denuncian han sido tradicionalmente asociadas al
orden de lo “privado”, lo “íntimo” y lo “doméstico”, pero inevitablemente deben
ser puestas en escena y en tensión, y deben ser hechas públicas por estos
activistas para poder reclamar por su derecho a la identidad[99].
La exposición de lo íntimo se vuelve herramienta política para configurar la
demanda, asimismo, esta singular forma en que lo íntimo se expone y politiza –que
fue identificada a partir de mi investigación en el ámbito local- también se
puede observar como estrategia y herramienta de los activistas a nivel global
para visibilizar sus demandas.
Otra cuestión
–vinculada con el señalamiento anterior- que me interesa subrayar aquí, es que,
si bien el movimiento global se compone de asociaciones que tienen
singularidades locales, se puede observar que las demandas que construyen se
estructuran de una manera similar. Por un lado, la mayoría de las asociaciones
apunta al cambio en la legislación (creación y/o derogación de leyes) para el
acceso a la información sobre los orígenes que incluyan la desclasificación de
archivos, y la creación de institutos y oficinas que orienten las búsquedas. Por
otro lado, también es posible advertir que elaboran sus demandas desde un
lenguaje similar, apelando a sentimientos y emociones semejantes, construyendo
así una gramática común para expresar qué y cómo
se siente “no saber”. En efecto, la mayoría de los activistas comparten una
serie de cuestiones asociadas a los sentimientos y las emociones tales como: la
“necesidad” de saber, que se traduce en la reivindicación del “derecho” a
saber; el dolor que produce no conocer los orígenes genéticos, la angustia y la
soledad que sintieron antes de formar parte de alguna asociación, y consecuentemente
la importancia de encontrarse con pares y establecer redes de contención y ayuda
mutua, tal como lo hacen todas las asociaciones. Como he indicado, los
sentimientos que estas personas manifiestan pueden comprenderse en su dimensión
productiva como posibles de generar prácticas y estrategias que, en términos
individuales, modifican las trayectorias de vida de estas personas, y en
términos colectivos habilitan la conformación de estas organizaciones, así “el
vacío, la angustia, la soledad y el dolor de estas personas se resignifican en
el contexto de su demanda (…) esos sentimientos se tornan eficaces en su dimensión
política para visibilizarla”[100].
Es por ello que cabe sostener que, pese a la diversidad de contextos y
situaciones en las que se construyen las demandas en pos conocer los orígenes,
las gramáticas utilizadas son similares.
En suma, es
posible sostener que hay una forma de estructurar la demanda, en base al cambio
legislativo y a la importancia de la contención y la ayuda mutua, que es similar
en las asociaciones que componen el movimiento global,
y es acompañada de un singular lenguaje moral-emocional desde donde se
construye y legitima el discurso de la demanda por el derecho a conocer los
orígenes.
[1] Me
refiero a la Asociación Raíz Natal que surgió en 2003 y cuenta con alrededor de
25 integrantes estables, hombres y mujeres que tienen entre 30 y 70 años. Entre
sus actividades principales se encuentran la atención y orientación en las
búsquedas de “origen biológico” de personas que se acercan a consultarlos y la
promoción y defensa del “derecho a la identidad biológica”.
Realicé una investigación de corte etnográfico allí durante 2010-2014.
[2] Gesteira,
Soledad, Buscando el origen Sentidos sobre la filiación y el
parentesco en la organización Raíz Natal “Por el Derecho a la Identidad
Biológica”. Tesis de maestría. Facultad de Filosofía y Letras.
Universidad de Buenos Aires, 2013, pp.21. Repositorio digital UBA:
http://repositorio.filo.uba.ar/jspui/bitstream/filodigital/4250/1/uba_ffyl_t_2013_892588.pdf.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[3] No me
refiero a asociaciones de padres adoptivos o fundaciones en defensa de la
adopción, sino asociaciones de personas adultas que buscan sus orígenes
biológicos, ya sean adoptadas o inscriptos falsamente como hijos biológicos de
las personas que los criaron.
[4] Gesteira,
Soledad, 2013, Cit. Repositorio digital UBA: http://repositorio.filo.uba.ar/jspui/ bitstream/filodigital/4250/1/ uba_ffyl_t_2013_892588.pdf.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[5] Gesteira, Soledad, Entre el activismo y el
parentesco: lo público, lo íntimo y lo político. Las organizaciones sociales de
personas que buscan sus orígenes. Tesis doctoral. Facultad de
Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires, Inédita, 2016.
[6] He definido al activismo en tanto “práctica política por la
cual los sujetos se nuclean colectivamente a partir de una demanda particular,
en general formulada en términos de garantía o ampliación de derechos. Ello
supone, para los activistas, la elaboración de argumentos que legitimen la
demanda, la construcción de redes de relaciones que permitan movilizar
distintos tipos de recursos y el diseño de estrategias jurídico-políticas que
permitan ubicarla tanto en escenarios locales como internacionales”. Gesteira, Soledad, 2016, Cit. pp.169.
[7] Fonseca, Claudia, “Pertenecimento de
Família e Hierarquia de Classe: Segredo, Ruptura e Desigualdade Vistos pelas
Narrativas de Adotados Brasileiros”, Journal of Latin American
and Caribbean Anthropology, Vol.14, N° 1, 2009, pp. 92-114.
[8] Nació en 1908 y falleció en 2002, luchó por reformar la adopción en América del Norte y para que se superen los prejuicios de la sociedad americana hacia los adultos adoptados y hacia las mujeres que tienen hijos fuera del matrimonio. Desde los años 50 hasta su muerte escribió sobre la experiencia de adopción, promoviendo la apertura de los registros, la creación de un movimiento nacional de adoptados, y ha facilitado las reuniones entre los adoptados y sus padres de biológicos. Asimismo, ella impulsó la creación de dos importantes organizaciones, el Concerned United Birthparents (1976) y la American Adoption Congress (1978).
[9] Amorós, P., Fuertes, J., e I. Paula, “La búsqueda de los orígenes en
la adopción”, Anuario de Psicología Universitat de Barcelona, N° 71, Barcelona, 1995, p. 108.
[10] El
libro narra la búsqueda de Florence en donde ella misma se convierte en la
investigadora de su propia historia, mientras su familia adoptiva se resiste a
su búsqueda.
Florence, Fischer, The search for Anna
Fischer, Arthur Fields Books, Boston, 1973.
[11] Sitio
web de la ONG ALMA. http://www.almasociety.org/ [Consulta: 2 de agosto de 2018].
[12] Entrevista realizada por Sally Moore el 18
de agosto de 1975 para la revista People Traducción propia: Consultado
en revista People. http://www.people.com/people/archive/article/ 0,,20065554,00.html.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[13] Gesteira,
Soledad, 2013, Cit., pp.22. Repositorio digital
UBA: http://repositorio.filo.uba.ar/ jspui/bitstream/filodigital/4250/1/uba_ffyl_t_2013_892588.pdf.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[14] De
acuerdo a la información publicada por esta asociación, en 2015 solo en los
estados de Alabama, Alaska, Oregon, Kansas, Nueva Hampshire Maine y Rhode
Island, los adultos adoptados tenían acceso irrestricto a sus registros de nacimiento.
[15] Gesteira,
Soledad, 2013, Cit., pp.23. Repositorio digital
UBA: http://repositorio.filo.uba.ar/ jspui/bitstream/filodigital/4250/1/uba_ffyl_t_2013_892588.pdf.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[16] Son confidenciales, es decir que no hay contacto entre
los padres adoptivos y los padres biológicos luego de la adopción, y en
consecuencia el adoptado no puede acceder a la información sobre su origen
biológico.
[17]
También se asocia a las guerras posteriores, primero Corea y luego Vietnam
(Marre, Diana y Bestard, Joan, La adopción y el
acogimiento: presente y perspectivas, Universidad de Barcelona,
Barcelona, 2004, pp. 1-343). Los desplazamientos humanos, producto de las
guerras, han sido analizados desde la demografía como procesos migratorios “forzados”,
pues quienes se mueven, los niños, son desplazados o movidos sin capacidad de
decisión sobre ese desplazamiento (Weil, 1984:14.15 en Marre y Bestard, 2004).
Los niños adoptados eran, o bien desplazados por falta de hogar como
consecuencia de la guerra, o eran producto ilegítimo de uniones entre enemigos
de guerra.
[18] Marre, Diana, “La adopción internacional y las asociaciones de
familias adoptantes: un ejemplo de sociedad civil virtual global”, Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales,
Vol VIII, N° 170 (4), España, 2004. Howell, Signe, "¿Quién soy, entonces? Perspectivas de los
adoptados transnacionales sobre identidad y etnia", en: J. Bestard, y D.
Marre (comps.) La adopción y el acogimiento. Presente y
perspectivas, Universitat de Barcelona, 2004, pp. 197-221.
[19] Yngvesson,
Barbara, “Parentesco reconfigurado no espaco da adocao”, Cuadernos
Pagu, N°29,
Brasil, 2007.
[20] Es decir,
aquellos niños que han estado bajo la tutela estatal francesa en servicios
asistenciales públicos (pupilos del Estado) son aquellos considerados en
situación de abandono, que no tienen lazos familiares, o que bien que sus
padres fueron despojados de la autoridad paterna. El concepto de pupilo del
Estado se distingue de los pupilos de la Nación, que son huérfanos de guerra y
tienen atención especial del Estado.
[21] Blain,
Anette, « Nee
de pere et mere inconnus” ou le droit aux origines pour les abandonnes/adoptes, Harmattan Edition, Francia, 2000. Cahen, Michel, Accouchement
anonyme et adoption pleniere. Une dialectique des secrets, Khartala, París, 2003.
[22] Entre otras asociaciones, fundaciones y
agrupaciones de este tipo francesas se encuentran: “Mouvement national pour le
droit d’accès aux origines familiales”; “Collectif Les X en colère”; “D’origine
inconnue”; “Racines d’enfance”; “Recherche Origine-Racines-Famille”; “Nés sous
X” (Cahen, Michel, 2003, Ob. Cit., pp.39 y 40).
[23] Esta ley fue aprobada durante la Segunda Guerra Mundial, en
donde resultaban usuales los nacimientos de niños producto de relaciones adulteras,
ya que las mujeres estaban solas. La ley amparaba a las mujeres que se podían
“deshacer” sin conflictos legales del recién nacido. Cabe señalar que esta
figura está arraigada en la tradición jurídica francesa “de abandono organizado
de neonatos” (Durán- Rivacoba, Ramón, “Anonimato del progenitor y derecho a la
identidad del hijo. Decisiones judiciales encontradas sobre reserva de
identidad en los casos de madre soltera y donante de esperma”, Ius et Praxis, 16 (1), Chile, 2010, pp. 3-54). Una práctica
que encuentra sus orígenes en la introducción del torno (la madre dejaba al
niño en el hospicio y luego tocaba la campana) por San Vicente de Paul (1638)
con el fin de combatir los abortos e infanticidios. La convención de 1793,
incorpora el parto anónimo de la madre garantizando asistencia médica y
económica. Así, esta política de apoyo a la maternidad secreta que quedó
plasmada en la mencionada ley de 1941 sobre la Protección del Nacimiento
“defendía el alumbramiento anónimo y el auxilio a la mujer embazada durante los
meses anteriores y el mes siguiente del parto en cualquier establecimiento
público” (Durán-Rivacoba, Ramón, 2010, Cit., p.28).
[24] El
artículo 341.1 del Código Civil francés autoriza a la mujer a dar luz de manera
anónima.
[25] Lefaucheur, Nadine, “The French
‘Tradition’ of Anonymous birth: the lines of argument”, International
Journal of Law, Policy and the Family, Vol. 18, N° 3, 2003, pp.
319-342.
[26] El Tribunal señala que “La expresión “toda persona” del
artículo 8 del Convenio se aplica tanto al niño como a la madre. (...) Por otro
lado, no se puede negar el interés de una mujer en conservar su anonimato para
proteger su salud dando a luz en condiciones médicas adecuadas. En el presente
caso la madre de la demandante nunca visitó en la clínica al bebé y por lo
visto se separó de él con una indiferencia absoluta y no se alega que
posteriormente expresara el menor deseo de conocer a su hija: no corresponde al
Tribunal juzgar esta actitud, sino solamente hacerla constar. El Tribunal se encuentra
en este caso en presencia de dos intereses privados difícilmente conciliables,
que afectan por otro lado no a un adulto y a un niño sino a dos adultos que
gozan cada uno de autonomía de su voluntad”.
Indica también “que el levantamiento no consensuado del secreto de su
nacimiento podría acarrear riesgos nada desdeñables, no solamente para su
propia madre, sino también para la familia adoptiva que la crió, para su padre
y hermanos biológicos, quienes tienen todos igualmente derecho al respecto de su
vida privada y familiar”. Consultado
en: Jurisprudencia del Tribunal
de Derechos Humanos de Estrasburgo http://www.fmyv.es/ci/es/Infancia/lgpi/14.pdf. [Consulta: 20 de diciembre de 2018].
[27] Andrade,
Antonio. “El derecho a conocer "la verdad biológica" en conflicto con
otros derechos fundamentales”. DJ17/06/2009, 1609, 2009, p.2.
[29] Sobre las implicancias que tienen los partos anónimos en el
acceso a la información sobre los orígenes, Claudia Fonseca sostiene que “el proceso habitual de adopción implica el ‘secreto
judicial’ -la información es controlada o incluso ocultada-, pero hay algún
lugar en donde existen los archivos. El parto anónimo transforma el ‘secreto de
los orígenes’ en aniquilamiento de los orígenes, porque en términos legales y
administrativos el vínculo entre la madre y el niño no existe y nunca existió.
Se trata de una medida que institucionaliza la informalidad, dando respaldo
público a la ausencia de cualquier registro” (Fonseca, Claudia, “Abandono, adoção e anonimato: questões de moralidade materna
suscitadas pelas propostas legais de ‘parto anônimo’”, Revista
Latinoamericana Sexualidad, salud y sociedad, N° 1, 2009a, pp.33).
[30] Sageot
1999: s/p en Fonseca, Claudia, 2009a, Cit., pp.46.
[31] A partir de este caso en 1964 hubo un juicio, pero las penas
fueron todas menores e incluso a muchos de los acusados se los declaró
inocentes.
[32] Como
consecuencia de la segunda guerra mundial Grecia se empobreció y a muchas
familias les resultaba difícil mantener a sus niños por ello en muchas
ocasiones los ingresaban en orfanatos, algunas de ellas con la intención de
recuperarlos luego de un tiempo.
[33] Como
fue el caso de Constantina Altobella que fue adoptada por una familia de
Westchester a la que le dijeron que sus padres habían muerto en el terremoto de
1953 de la isla griega de Zante. Consultado
en Pound Pup Legacy, exposing the dark side of adoption. http://poundpuplegacy.org/node/20562#comment-4662.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[34]
Segunda ciudad en importancia de este país. Es la capital de la región de
Macedonia Central.
[35] Sitio web de la
asociación S.E.A.S.Y.P Greek Reunion Registry http://www.seasyp.gr/about-us.htm.
Traducción propia. [Consulta: 2 de
agosto de 2018].
[36] Algo similar pude recoger en mi investigación con los
integrantes de la asociación argentina Raíz Natal: “La posibilidad del incesto
es algo muy cierto para las personas que no conocemos nuestra identidad, por
más fuerte que suene no conocer tu identidad también equivale a eso, a que en
algún momento quizás te puedas enamorar de un familiar tuyo sin saberlo” (Nota
campo, 10 de junio de 2011, Emisión del programa de radio de la Asociación).
Existen investigaciones sobre las implicancias de la “atracción sexual
genética” (GSA por sus siglas en inglés) entre madres/padres e hijos adoptados
que fueron separados al nacer y se reencuentran siendo adultos (Sullens, Carly
y De Neen, Julie, “GSA: El riesgo oculto en los (re)encuentros”, Revista AFIN, N° 51, Barcelona, 2013).
[37] Su
surgimiento, de manera similar al de la asociación griega, se relaciona con la
publicitación del tema de los bebés robados y las adopciones irregulares en un
programa de televisión llamado ¿Quién sabe dónde? (TVE), conducido por el
periodista Paco Lobatón. En efecto, el periodista aun hoy acompaña la “causa”
por considerarla una “enorme asignatura pendiente” para la sociedad española. El
periódico de Aragón. www.elperiodicodearagon.com. [Consulta: 2 de agosto de 2018].
[38] Algunas
de ellas son: ANADIR (Asociación nacional de afectados por adopciones
irregulares); Hijos Robados.org; Colectivo sin Identidad Canarias; Todos los
niños robados son también mis niños; SOS Bebés Robados, una asociación que
lleva los nombres de las diferentes comunidades autónomas: Euskadi, Andalucía,
Madrid, Córdoba, Murcia, Galicia, Catalunya, Navarra, Castilla y León,
Comunidad Valenciana, Almería, son algunas de ellas.
[39] Este episodio refiere a la desaparición de niños de
republicanos y la separación forzosa de sus familias por parte de la represión
franquista (Marre, Diana, “Displaced
children and stolen babies. State of exception, fear and public secrets in contemporany Spain”,
Conference paper presented at the 113° American Anthropological
Associaton annual meeting,
Washington, D.C, 2014). En 1943, según
fuentes históricas del propio estado franquista, había acogidos en centros de
auxilio social o ingresados en centros religiosos alrededor de 9000 niños hijos
de republicanos presos. En 1944 ese número asciende a 12.000 (Vinyes, Ricard, Armengou, Montse y Belis, Ricard. Los niños perdidos del Franquismo, Del Bolsillo, Madrid,
2003). En una presentación judicial el juez Baltasar Garzón señaló que eran
hijos de familias republicanas consideradas “inadecuadas” para su formación,
que sus apellidos fueron modificados para permitir su adopción por familias
vinculadas al régimen franquista y que eran niños que debían “expiar
activamente los pecados de sus padres”. Baltasar Garzón considera que los
delitos vinculados con el robo de niños durante el franquismo deben
considerarse de lesa humanidad. Consultado en: Público y Wikipedia.
www.publico.es y www.wikipedia.org.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[40] Duva, Jesús y Junquera, Natalia, Vidas
Robadas, Aguilar, España, 2011.
[41] Duva,
Jesús y Junquera, Natalia, 2011, Cit., pp.18.
[42] González de Tena, Francisco, Nos
encargamos de todo. Robo y tráfico de niños en España, Clave
Intelectual, España, 2014, pp.11.
[43]
Durante 2012 los cuatro representantes de esta confederación, denominada
Federación Coordinadora X24, se reunieron con el Ministerio de Justicia español
para proponer y defender la no prescripción de los delitos por el robo de
niños. Asimismo, reclaman la creación de una fiscalía “especial” que investigue
los casos de bebés robados.
[44] En
sintonía con las políticas raciales y de eugenesia del nazismo, el objetivo del
plan era crear “una raza de ‘super arios’ que respondiera a la pureza y a la
perfección biológica (…) [el plan] concibió y formó niños que fueran
racialmente puros o germanizados”. López de Casenave, Licia, Los otros niños del pijama a
rayas. Los
ángeles del Holocausto,
Ediciones Robinbook, Barcelona, 2009, pp. 96.
[45] Clay, Catrine y Leapman, Michael, Master race: the Lebensborn experiment in Nazi
Germany, Hodder & Stoughton, London, 1995.
[46] López
de Casenave, Licia, 2009, Ob. Cit.,
2009, p.99.
[47] Frigolé, Joan, “Genocidio y procreación”, Revista Alteridades, Vol. 19, N° 38,
México, 2009, pp.100.
[48] Tal
fue el caso de Gisela Heidenreich que nació en clínica Lebensborn de Oslo. Su
madre era secretaria del programa Lebensborn y quedó embarazada luego de un
romance con un oficial de la SS casado. Gisela es escritora y activista, y en
sus libros investiga los silencios de su madre y su familia sobre su origen y
cómo fue educada en “la mentira”. Sitio
web Gisela Heindenreich. http://www.gisela-heidenreich.com/. [Consulta: 2 de agosto de 2018].
[49] Frigolé, Joan, 2009, Cit., pp.101.
[50] Sitio web de la
asociación Lebensspuren. http://www.lebensspuren-deutschland.eu/.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[51] Entrevista
disponible en: https://www.itsarolsen.org/en/news/news2010/index.html? expand=4060&c Hash=77168b22f26448154fbe22497d97fc4f.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[52] Harris, Mark, “Los australianos indígenas y las ‘generaciones
robadas’”, Revista el Aleph, N° 23 Dossier, 2005, pp.
13-26. Vijeyarasa,
Ramona, “Enfrentando la historia de Australia: verdad y reconciliación para las
generaciones robadas”, Sur, revista internacional
de Derechos Humanos, N°7, 2007, pp. 128-153.
[53] En Argentina el genocidio sobre los pueblos originarios se
caracterizó por un prolongado silencio de más un siglo, entre las acciones
militares y campañas “civilizatorias” se encuentra la práctica de apropiación
de niños. Lenton, Diana, Delrio Walter, Pérez, Pilar, Papazian, Axel, Nagy,
Mariano, Musante, Marcelo, “Huellas de un genocidio silenciado: los indígenas
en Argentina”. Revista Sociedad Latinoamericana,
N° 6 Vol. 1, México, 2011.
[54] Harris, Mark, 2005, Cit., pp.17.
[55] Mark Harris señala que “a los niños considerados lo
suficientemente “blancos” se los dispersaba en la sociedad blanca como
sirvientes domésticos o aprendices. (…). La intención de la llamada política de
“asimilación” era separar a los pueblos aborígenes como una minoría
diferenciada dentro de la población australiana. Bajo dicha política, los niños
a quienes se consideraba suficientemente “blancos” se les ponían bajo custodia,
en sitios de aprendizaje u hogares, mientras que a los niños “oscuros” se los
confinaba a las misiones y a las reservas del gobierno”. Harris, Mark, 2005, Cit.,
pp.17.
[56] Australian
Human Rights Comission. http://www.humanrights.gov.au/publications/ bringing -them-home-chapter-3.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[57] Se
pueden consultar sus testimonios en el sitio Stolen generations´testimonies. http://stolengenerationstestimonies.com/.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[58] Algunas asociaciones de este tipo son:
Donorkinderen, Holanda; PMAnonyme (Procréation
Médicalement Anonyme), Francia; Asociación
Spenderkinder, Alemania; Asociación Spenderkinder, Suiza; Donorkind, Países
Bajos; UK Donor Link; The Donor Sibling Registry, Estados
Unidos; Asociación Construyendo (Renouage), Francia; entre otros. Para acceder
a las páginas web de las asociaciones se pueden consultar: http://pmanonyme.asso.fr/?page_id=56. [Consulta: 2 de agosto de
2018].
[59] De Melo, Martin, “The Ethics of
Anonymous Gamete Donation: Is There a Right to Know One's Genetic Origins?”, Hastings Center Report, 44 (2), 2014, pp.
28–35. Durán- Rivacoba, Ramón. 2010, Cit., p. 3-54.
[60] Sitio
web de la ONG Donorkinderen. http://www.donorkinderen.com/. [Consulta: 2 de agosto de 2018].
[61] Álvarez Plaza, Consuelo, “La
diversidad familiar y la divulgación de los orígenes genéticos a los niños
nacidos a partir de donantes y/o gestación subrogada”, IM-Pertinente,
Vol. 2 (1), Madrid, España, 2014, p. 20.
[62] Para el caso español consultar: “El derecho a conocer los orígenes
biológicos. La necesidad de su reconocimiento para garantizar el derecho a la
identidad personal de los adoptados y nacidos por reproducción humana
asistida”. De Lorenzi, Mariana, 2015, tesis doctoral en Derecho, Universidad de
Barcelona. Disponible en: http://diposit.ub.edu/dspace/handle/ 2445/96722
[63] Théry, Irene, “El anonimato en las donaciones de
engendramiento: filiación e identidad narrativa infantil en tiempos de
descasamiento”, Revista de Antropología Social,
N° 18, Madrid, 2009, p. 25.
[64] Suecia fue el primer país modificó su legislación sobre el
anonimato en 1984; en 1992 Suiza y Austria; 1996 en Islandia; 2003 en Noruega,
2004 en Nueva Zelanda; 2005 en Reino Unido; 2006 en Finlandia. En Bélgica en
2007 se “instauró el principio de la “doble ventanilla” permitiendo optar por
la donación anónima o la donación no anónima. La pareja puede además elegir la
donante en el caso de la donación de ovocitos: ésta se denomina donación
“directa”, a diferencia de la donación “indirecta” o “por intercambio”. Sin
embargo, la donación de embriones sigue siendo anónima”. Théry, Irene, 2009, Ob. Cit., p. 26.
[65] Se
refiere a la asociación PMAnonyme (Procréation Médicalement Anonyme) http://pmanonyme.asso.fr/.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[66] Théry, Irene, 2009, Cit., pp. 32 y
33.
[67] Ver artículos 563 “Derecho
a la información de las personas nacidas por técnicas de reproducción asistida”
y 564 “Contenido de la información” del Código Civil y Comercial de la Nación
(2014).
[68]
Herrera, Marisa y Lamm, Eleonora, “De identidad e identidades. El derecho a la
información y el derecho a conocer los orígenes de niños nacidos de
reproducción humana asistida heteróloga”, LA LEY2014-D, 594, Buenos
Aires, 2014, p.4.
[69] De
Lorenzi, Mariana, “Gestación por sustitución: cuando la realidad supera la
alegalidad”. Revista de Derecho
de Familia. RDF 2017-II, Abeledo Perrot N° AP/DOC/ 2017. Lamm,
Eleonora, “Gestación por sustitución. Realidad y Derecho”, In Dret N°3, Revista para el
análisis del Derecho,
Barcelona, 2012.
[70] Eleonora
Lamm afirma que “La gestación por sustitución es una práctica existente y hasta
más frecuente de lo generalmente conocido. Ante esta nueva realidad puesta de
manifiesto, la mejor solución, la más garantista, no es cerrar los ojos, ni
prohibir, sino regular”. Lamm, Eleonora, 2012, Ob. Cit., p.40.
[71] De
Lorenzi, Mariana, 2017, Ob. Cit., p.6
[72] Un
fallo judicial promovido por el activismo de esta asociación “aprueba el pedido
de amparo de los padres de una menor nacida por ovodonación solicitando que se
conserven los datos identificatorios de la donante para la eventualidad de que
su hija desee ejercer su derecho a la identidad”. Chardon, Estela, Pieroni,
Guillermina y C. Giudice. “Técnicas de reproducción asistida con donación de
gametos y El derecho a la identidad de los nacidos”, Ponencia presentada en las
XI jornadas de sociología,
Universidad de Buenos Aires, 2015, pp.7. La
joven en cuestión, Iara de 16 años, fue quien asistió a la primera audiencia de
reforma del Código Civil para reclamar por el derecho a la identidad de las
personas nacidas por donación de material genético y esto decía: "Estoy acá para pedir que se introduzca una
modificación y podamos solicitar una información que ustedes decidieron
privarnos. La identidad es algo que se construye a lo largo de la vida. Abarca
aspectos psicológicos, sociales, biológicos, pero también genéticos. Para que
nosotros podamos completar nuestra identidad necesitamos poder saber y conocer
quién fue el donante. Y esto no implica confundirlo con las figuras de madre o
padre". http://www.infonews.com/nota/38671/hay-que-promover-la-verdad-pedimos-conocer.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[73] En este sentido, la joven Iara –en otra entrevista se pregunta
¿qué es debidamente fundada, mi derecho a la identidad no lo es?
[74] Ella
forma parte de lo que se conoció en Chile como “Guaguas Monckeberg”, niños que
fueron entregados de manera irregular por Gustavo Monckeberg Barro (1914-2008),
un reconocido ginecólogo y político chileno, que integró partidos de derecha y
conservadores. En 2014 a partir de una investigación de CIPER Chile (Centro de
Investigación Periodística) se supo que, junto con el sacerdote Gerardo Joannon, formó
parte de una red de adopciones irregulares que operó durante las décadas de los 1970 y 1980 en Chile.
[75] En efecto el derecho a la identidad, tal como lo conocemos hoy
en día, fue resultado del activismo jurídico-político que Abuelas llevó adelante
para su redacción en la Convención Internacional de los Derechos del Niño,
aprobada el 20 de noviembre de 1989 por la Asamblea General de las Naciones
Unidas. Puntualmente los artículos 7, 8 y 11 fueron motorizados por Abuelas,
los cuales conjuntamente tienden a proteger el derecho a la identidad y son
mundialmente conocidos como los artículos argentinos.
[76] Bernath,
Viviana, ADN. El detector de mentiras, Editorial Debate, Buenos Aires, 2001, p.136
en Gesteira, Soledad, “Más allá de la apropiación criminal de niños: el
surgimiento de organizaciones de personas “adoptadas” que buscan su “identidad
biológica” en Argentina”. Revista Runa.
N°1, Buenos Aires, Argentina, 2014, pp.61-76 [en línea]. http://revistascientificas.filo.uba.ar/index. php/runa/article/view/604/585. [Consulta: 2 de
agosto de 2018].
[77]
Diario Página/12, 26 de marzo de 2002. https://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-3223-2002-03-25.html.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[78] Desde
Quienes Somos se definen como una ONG de Derechos Humanos, una entidad de bien
público, civil sin fines de lucro, humanitaria y solidaria, y se reconocen como
“apropiados, es decir anotados como hijos de, donde además de la alteración del
estado civil se comete sustracción de identidad”. Sitio de la ONG Quienes
Somos, http://www.quienessomos.org/. [Consulta:
2 de agosto de 2018]..
[79] Gesteira,
Soledad, 2013, Cit., pp. 31. Repositorio digital
UBA: http://repositorio.filo.uba.ar/jspui/bitstream/filodigital/4250/1/uba_ffyl_t_2013_892588.pdf.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[80] Quienes
en su mayoría fueron inscriptos falsamente en el registro civil como si fueran
hijos biológicos, una práctica usual en nuestro país durante largo tiempo que,
pese a constituir un delito, tenía legitimidad porque era parte del universo de
lo socialmente admitido y era considerada como un acto de buena fe y ejemplo de
generosidad y buenas intenciones (Villalta,
Carla, Entregas y Secuestros. El rol del Estado en la
apropiación de niños, Del Puerto, Buenos Aires, 2012). Por
el contrario, en la adopción media una tramitación legal para incorporar al
niño a la familia y existe un legajo a donde acudir en pos de buscar
información sobre los orígenes. En los casos de falsas inscripciones las
búsquedas resultan sumamente complejas pues
no existe registro burocrático donde buscar, por ello insisten en la necesidad
de oficinas, leyes y protocolos para hacer más sencillas sus búsquedas.
[81]
Entrevista a la Presidenta de Raíz Natal, 30 de abril de 2011.
[82] Gesteira,
Soledad, 2013, Cit., pp.33. Repositorio digital
UBA: http://repositorio.filo.uba.ar/ jspui/bitstream/filodigital/4250/1/uba_ffyl_t_2013_892588.pdf.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[83] Oszlak, Oscar y O’ Donnell, Guillermo, “Estado y
Políticas Estatales en América Latina: Hacia una estrategia de investigación”, Revista
Venezolana de Desarrollo Administrativo N° 1, Caracas, 1982, pp. 9-128.
[84] Mercedes Barros analiza el surgimiento del lenguaje de los
derechos humanos y sostiene que “los familiares [de desaparecidos) comenzaban a
través de un lenguaje de derechos a dar forma a una demanda que los iba
situando en un lugar de enunciación en clara oposición al discurso militar (…).
Apelando a un lenguaje de derechos, garantías y deberes que se hallaba cada vez
más diseminado y disponible dentro del país, los grupos de familiares
comenzaron a articular una forma de reclamo con un nuevo tono imperativo y
confrontacional que desafiaba el silencio y ambigüedad del régimen respecto a
la guerra contra el terrorismo. (…) El lenguaje de los derechos humanos ha
permanecido como un lenguaje disponible y legítimo en el contexto político
nacional de la nueva fase democrática y se ha convertido en un medio de
representación de reclamos y luchas muy diferentes en las últimas décadas”. Barros,
Mercedes, “Lenguaje, política y movilización social: La formación identitaria
del movimiento de derechos humanos en la Argentina”. Sociedad Hoy,
N° 14. Chile, 2008, pp. 40 y 46. En una línea similar, Sebastián Pereyra sostiene
que en Argentina existieron “una serie de sucesivas reformulaciones de los
reclamos ligados a los derechos humanos. Esas reformulaciones son la cara
visible de un progresivo ensanchamiento del lenguaje de derechos humanos que,
en estos últimos veinte años, se ha ido extendiendo como fundamento de los
reclamos más diversos. El lenguaje de los derechos humanos comenzó a
diversificarse sin límites precisos fundamentando causas y reclamos de los más
diversos al tiempo que nuevas organizaciones fueron surgiendo como resultado de
desplazamientos en las áreas de interés de las organizaciones históricas”.
(Pereyra, Sebastián, “¿Cuál es el legado del movimiento de derechos humanos? El
problema de la impunidad y los reclamos de justicia en los noventa”. En:
Schuster, F. y otros (comps.) Tomar la palabra. Estudios sobre protesta social
y acción colectiva en la Argentina contemporánea. Buenos Aires: Prometeo, 2005,
pp. 8 y 9.).
[85] Sobre
el uso de la categoría lenguaje de los derechos humanos resulta importante señalar
que la emergencia de estos nuevos activismos sobre la identidad no supone
concebir al lenguaje desde una perspectiva instrumental, sino comprender la
configuración de estos sujetos activistas en el marco -y como efecto- de las prácticas
que dieron como resultado el “ensanchamiento” de este lenguaje, y también de
otros discursos disponibles vinculados a la identidad y los derechos humanos.
[86] Fonseca, Claudia, 2009, Ob. Cit., pp.
92-114.
[87] Gesteira,
Soledad, 2013, Ob. Cit., p.26.
Repositorio digital UBA: http://repositorio.filo.uba.ar/ jspui/bitstream/filodigital/4250/1/ uba_ffyl_t_2013_892588.pdf. [Consulta: 2 de agosto de 2018].
[88] Barna, Agustín, 2015, La gestión de la infancia
entre lo local y lo global. Una etnografía sobre intervenciones destinadas a
“restituir derechos de niños” en dispositivos estatales en las Leyes de
Protección Integral, Tesis doctoral, Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires, Mimeo.
[89] Fonseca, Claudia, 2009, Ob. Cit., pp. 92-114.
[90] Villalta, Carla, Entregas y Secuestros. El
rol del Estado en la apropiación de niños. Del Puerto, Buenos Aires,
2012.
[91] Das, Venna, Critical events. An Anthropological
Perspective on Contemporary India. Oxford
University Press, Delhi, 1995
[92] Claudia Fonseca sostiene que en nuestro sistema de parentesco
“euroamericano, debido a la centralidad dada al momento del coito, cualquier
información relativa a la concepción provoca una perturbación inmediata en las
relaciones y en la identidad de los individuos” (Fonseca, Claudia. A certeza que pariu a dúvida:
Paternidad e DNA. Revista Estudos Feministas
12 3-34, Brasil, 2004, pp. 29-30). Por
ello, en nuestras sociedades euroamericanas, donde “lo biológico” adquiere
centralidad, la información sobre la concepción es interpretada como constitutiva
de la identidad personal, de modo que no contar con ella puede comportar un
“vacío”, tal como expresan estas activistas, siendo este también uno de los
elementos que incluyen para construir y legitimar su demanda por conocer sus
orígenes.
[93] María Victoria Pita en su etnografía con familiares de
víctimas de la violencia policial, sostiene que los familiares se reconocen
entre sí como iguales, personas a quienes les
ha pasado y les pasa lo mismo. “Entre familiares se comparte una solidaridad
especial, ya que ninguna otra persona que no sea familiar,
sostienen, consigue cabalmente entender lo que se siente, porque
solo nosotros sabemos lo que se siente, nadie [ningún otro] puede saber” (Pita, María Victoria, Formas de
morir y formas vivir. El activismo contra la violencia policial, Del
Puerto, Buenos Aires, 2010, p.195). Una situación similar a la que detalle Pita
se evidencia entre los activistas que buscan conocer su origen.
[94] El
vocabulario que utilizan para dar cuenta de esa conexión
(Carsten, Janet, Cultures of relatedness:
new approaches to the study of Kinship, Cambridge University Press, 2000) remite a las categorías del
parentesco, tales como hermano/a, “casi de la familia”, denotando la ausencia
de un vocabulario que pueda dar cuenta de la especificidad de esas conexiones.
El uso que hacen de estas categorías del parentesco revela, “por un lado, cómo
el parentesco puede manipularse tanto para conectar personas como para
desconectarlas; y por otro lado, da cuenta de la forma en que los integrantes
eligen esas categorías y no otras (por ejemplo: “compañero” o “camarada”) para
referirse a quien comparte su búsqueda con ellos. La conexión entonces es
tramada y expresada mediante el lenguaje del parentesco. Ciertamente estas
personas se conectan por la “búsqueda” pero los lazos que lograron construir
trascienden la búsqueda porque son lazos de ‘familia’” (Gesteira, Soledad,
2013, Ob. Cit., p. 102).
En efecto, al continuar mi investigación doctoral también he podido observar
que en otras agrupaciones también se conceptualizan los vínculos como
relaciones de “familia”. Una mujer (que pertenece a la asociación cordobesa
fundada en 2014 Herman@s y madres del Alma) de 38 años que fue vendida al nacer
por la partera cordobesa Mafalda Journade y que encontró sus orígenes señalaba
en una entrevista televisiva “me contacté por facebook con las Herman@s y
Madres del Alma, que son un grupo de chicos, hermanos, que los tomo como
propios porque somos una sola familia, nos une una misma historia y una misma
esperanza (…) al escuchar las mismas historias, al escuchar que hay chicos en
la misma condición, te ayuda a comprender que no estás solo, que no es el único
caso”. Extracto de entrevista emitida en Programa David y Goliat, Todo Noticias
el 13 de mayo de 2016, disponible en:
http://tn.com.ar/programas/david-y-goliat/david-y-goliat-130516-bloque-1_673381.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].
[95] Schneider, David, A Critique of the Study of
Kinship, Ann Arbor: University of Michigan Press, 1984.
[96] Lévi-Strauss, Claude, Las estructuras
elementales del parentesco, Paidós, México, 1983.
[97] Butler, Judith, “Regulaciones
de género”, Revista de Estudios de Género. La ventana, N°
23, Universidad de Guadalajara, México, 2006, pp. 7-35
[98] El llamado net activismo, las ciber protestas, el activismo
digital, la virtualización de la acción política o la acción colectiva virtual,
refieren a aquello que en mi investigación he denominado activismo
virtual. Varios autores indican que, sin lugar a dudas, las nuevas
tecnologías han modificado el ámbito de la acción colectiva (Sádaba,
Igor, “Acción colectiva y movimientos sociales en las redes digitales. Aspectos
históricos y metodológicos”, ARBOR Ciencia y
Pensamiento, Vol. 188, España, 2012, pp.781-794). Es sabido que las redes sociales han sido fundamentales en la
coordinación y organización de protestas y la producción de contra información,
cabe recordar las protestas de 2011 y anteriormente, las de la guerrilla
zapatista en donde lo virtual adquirió un rol significativo.
[99] Como dije, las redes sociales son plataformas que se ajustan
muy bien con el lenguaje de exposición de los activistas. Tal es el caso de
Facebook en donde la intimidad se hace pública, se publicita. De este modo, la
exposición en las redes sociales es una vía desde donde publicitar –y
politizar- esa intimidad. Una de las múltiples definiciones de polis refiere a
lo público, de este modo la politización de la
intimidad que realizan estos activistas se ensambla con la
publicitación de aquellos sentimientos y emociones (Lutz, Catherine y White, Geoffrey,
“The anthropology of emotions”, Annual Review of
Anthropology, Vol.15, 1986) de la esfera de lo privado en el
–fértil- terreno que constituyen las redes sociales.
[100] Gesteira,
Soledad, 2013, Cit., pp.154. Repositorio digital UBA:
http://repositorio.filo.uba.ar/jspui/bitstream/filodigital/4250/1/uba_ffyl_t_2013_892588.pdf.
[Consulta: 2 de agosto de 2018].